Prólogo
Todo se había decidido en una reunión con los líderes de las diez familias nobles, Wolfram como prometido del Maou también estuvo presente, así como lo estuvo Conrad... en esa importante ocasión, el rey de todos los demonios informaba que había conseguido un lugar en una prestigiosa Universidad, y que era su deseo asistir a ella... eso no pareció gustarle a los presentes, en cuyas mentes nacía la pregunta del destino de Shin Makoku, sin su rey...
La cuestión estaba muy tensa, Yuuri creyó ver como se alejaba su oportunidad de estudiar en aquella universidad, hasta el momento en que Wolfram tomó la palabra, dirigiéndose a su tío, como líder de los Diez nobles, para decirle, que como prometido del maou, él se ocuparía de manejar todos los asuntos que le concernían a Yuuri mientras este terminaba su carrera... un largo silencio siguió a aquellas palabras, el propio Gwendal parecía estarlas pensando muy seriamente... pero fueron las palabras del Gran Sabio la que inclinaron la balanza hacia una afirmativa general... él se quedaría en Shin Makoku, y apoyaría a Wolfram en todo lo necesario hasta el regreso de Yuuri.
El joven rey se encontraba sumamente agradecido con sus amigos... cinco años era el tiempo que pasaría antes de que él volviese a su país... Tanto Murata como Wolfram estaban a su lado para despedirlo, simplemente, si algo muy malo surgía, acudirían a él, según las palabras de los Diez Nobles.
De aquel día, habían pasado diez años en Shin Makoku... según las palabras del gran sabio, apenas dos en el mundo humano... pero las cosas en el mundo de los demonios comenzaron a mostrarse cada vez más violentas, llegando al punto en donde la presencia del Maou era requerida... a pesar de la renuencia del actual gobernante del reino, tanto este como el Gran Sabio, tuvieron que admitir que Yuuri era necesario, por lo que con ayuda de Shinou fueron a la Tierra a buscarlo...
Su regreso no tardo más de unos días... pero habían vuelto sin el Maou... las únicas palabras que Wolfram dejó escapar, eran...
¡El Maou Yuuri, tiene su vida hecha en la Tierra... él no va a volver!
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¿Piensa que fue la decisión correcta, joven von Bielefeld? - Murata se sentaba en uno de los asientos del despacho, dónde ahora Wolfram pasaba largas horas de su tiempo, firmando papeles importantes... - ¡…l tiene una obligación aquí... debió dejarme que le explique la situación!
¿Y obligarlo?... ¡No... fue muy claro con nosotros... tiene amigos, una novia... desea tener una vida normal! - el rubio sonaba distante al hablar, su hermano mayor lo escuchaba atento, no podía evitar sentir rabia... sin embargo, Wolfram se mostraba sereno y resignado... - ¡Además, nuestro compromiso terminó hace cinco años... y después de esto, mi tío no dudará en comprometerme con alguien más... claro...! - murmuró irónicamente - ¡Una vez que salgamos de esta situación!
Cuando Gwendal los había dejado solos, fue que el menor de los hijos de la ex maou, por fin dio rienda suelta a su dolor... el peli oscuro, simplemente lo observó en silencio... cuando ellos habían llegado a la tierra fueron recibidos por el hermano mayor de Yuuri, este los llevó al campus Universitario... al principio les costó dar con él, pero al verlo, el joven mazoku no pudo disimular su emoción, aquella sonrisa había sido genuina cuando dirigió sus pasos hacia él, sin embargo, cuando la mirada de Yuuri se topó con la de ellos, su expresión cambió, tomó al rubio del brazo y se lo llevó a un lugar apartado, Murata se había acercado a ellos y lo escucho... Yuuri se veía tan cambiado, su voz se había vuelto más grave, y su cuerpo, además de estatura había ganado musculatura, en comparación con la de Wolfram, que seguía siendo pequeño y fino...
"¡No volveré!"... había declarado el 27º Maou de Shin Makoku... "¡Tengo una novia, Wolfram, y quiero casarme con ella!"... Murata no podía creer aquellas palabras, y sin embargo, eran dichas por la boca de su amigo, a quien el rubio aún le guardaba fidelidad como su prometido... "¡Quiero tener una vida normal... se que tú harás un buen trabajo en Shin Makoku, como Maou!"... el oji esmeralda no pudo evitar derramar amargas lágrimas de dolor... sin embargo, asintió con tristeza y se disculpo por haberlo molestado... Shori, los había llevado nuevamente a su casa, en un viaje tenso y silencioso... el mayor de los Shibuya parecía muy avergonzado por lo que había pasado... les comentó que Yuuri era parte del equipo de Beisbol de la universidad, que su popularidad había aumentado... después simplemente se disculpó... al volver, en asamblea de los diez nobles, estos habían ratificado en el cargo de Maou a Wolfram, era necesario tomar decisiones rápidas... las naciones humanas estaban invadiendo las fronteras del país, y comenzaron a lanzar ataques a los pueblos de la región, la guerra era una realidad, y precisaban decisiones que orienten a las fuerzas militares en defensa de la soberanía de la nación...
Por decreto del 28º Maou Wolfram von Bielefeld... Shin Makoku declara la guerra a los humanos invasores...
El peli oscuro se acercó al de mirada lastimera, a quien con cuidado instó a ponerse de pie, lo acercó a su cuerpo y lo abrazó con fuerzas, como había hecho en la tierra...
¡No se ponga así, por favor von Bielefeld! - murmuró el Gran Sabio, intentando controlar toda la molestia y rabia que sentía en contra de su amigo, por lo que le había hecho al joven mazoku... - ¡Wolfram... estoy contigo!
El rubio se acurrucó en esos brazos que algunas veces había confundido con las de su prometido, cuando al Gran Sabio le parecía divertido irlo a despertar por las mañanas... sin embargo, al escucharlo llamar por su nombre, supo que no era Yuuri... sino Murata, su apoyo, su confidente... su amigo...y en ese mismo instante... su consuelo...