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Regalo del Mar por Zafira

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada

Notas del capitulo:

Mime

 Hator, es para ti...

REGALO DEL MAR

Despertó con el salado sabor del mar en sus labios, se sentía mareado… demasiado confundido como para comprender o siquiera recordar que fue lo que había sucedido… entonces fue que decidió intentar abrir los ojos… lentamente se encontró recostado boca abajo en una playa… se incorporó con algo de dificultad… el sol había quemado un poco su espalda… “¿Dónde estoy?”…

Entonces el recuerdo de las últimas veinte y cuatro horas llegaron a su mente como un tsunami… y unas lágrimas escaparon de sus ojos al comprender que a pesar de sus últimos pensamientos, él estaba vivo… perdido… pero vivo.

..---..

Dos años quizás… dos años eran los que habían pasado desde que las aguas lo habían depositado en aquella isla que ahora llamaba hogar. No tenía idea si alguien lo había buscado o no, aunque considerando de que él era el heredero de una de las familias más importantes de Grecia, y que eso había sido el desencadenante para su intento de asesinato, bien consideraba que no…

¡Mi propia familia! – susurró con ironía… el joven tenía la certeza de que saldría algún día de aquel pequeño paraíso, aunque considerando la paz que tenía ahí que no se comparaba en absoluto a la vida agitada que siempre llevó, la idea de volver y simplemente tener una vida ordinaria le parecía muy seductora… aunque entonces llegaba a su mente el sonido burlón que emitía su primo al momento de abandonarlo a su suerte en aquel jate cuyo destino era el fondo del mar…

“¡Mi querido Milo, es una pena… pero yo seré la cabeza de la familia ahora… descansa en paz… estúpido primo!”… esas habían sido las últimas palabras que le escuchara a Camus, quien para él siempre había sido más que un hermano… quizás al final sí deseaba volver… el deseo de venganza le había ayudado aquella noche a sobrevivir, y le había motivado a continuar día tras día…

La soledad era lo único que no le parecía desagradable de aquel exótico lugar… había recorrido en toda su extensión a ese pedazo de tierra y tenía ya la certeza de que no había nadie… lo peor del caso a veces era sentirse enloquecer por el deseo de hablar y que alguien le hablase… su voz no se había apagado en esos largos años… hablaba con las plantas, animales, con el viento e incluso con las aguas… él que jamás había hecho una sola labor que le ameritara algún esfuerzo, se vio en la necesidad de trabajar con sus manos para sobrevivir… una cueva que encontró cerca de un salvador manantial de agua, ahora era su hogar, lo resguardaba de las noches frías y de las escalofriantes tormentas que azotaban el lugar.

¡Parece que esta noche será muy agitada!

..---..

Despertó temprano en la mañana… ciertamente la temperatura aún era muy baja… se cercioró de los daños que aquella tormenta había dejado a su paso… casi enloquece de la alegría al ver que las aguas nuevamente le habían hecho un obsequio… lo que parecía ser unas maletas habían llegado a las playas…

¡Excelente! – corría sumamente alegre para revisar lo que podría hallar… - ¡Esto es realmente un regalo de Cumpleaños maravilloso! – grito al abrir la primera maleta… por que sí… según sus cálculos, unos días mas o unos menos, él ya estaría cumpliendo sus vente y un años de edad - ¡Ropa… estupendo… zapatos… creo que son mi talla… vaya, no puede ser… creo que Milo, hoy vas a afeitarte!

A eso del medio día, siguió con su recorrido por la playa, la temperatura era mucho más agradable ahora, sus ojos le mostraron a la distancia que seguían habiendo obsequios esperándolo, acarició su rostro sintiendo la suavidad de su rostro recién afeitado… conforme se fue acercando a destino, pudo notar que aquello que estaba observando era una especie de tabla que estaba a punto de volver a la inmensidad de los océanos… pero lo que le hizo imprimir más velocidad para darle alcance antes de que eso sucediera fue, ver que había alguien que aún se sujetaba fuertemente de aquel pedazo de madera.

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Habían sido las peores vacaciones de su vida… y su novio era el ser más estúpido de la tierra, llevarlo en un paseo en jate, sabiendo a la perfección que él le tenía fobia al océano, pero él sabía a la perfección por qué lo hacía… a Kanon le gustaba demostrarle quien era el que mandaba, y quien era el fuerte en es relación… ya nada quedaba del ser cariñoso y dulce del que él se enamoró, su prometido no simplemente aprovechaba toda oportunidad para humillarlo y exhibirlo… en ocasiones incluso le hacía daño…

Y nos es que no haya intentado dejarlo… pero siempre lo obligaba a volver… era su mayor trofeo… la ironía cruzó por sus pensamientos, supuso que así eran todos los adinerados… después de todo, Kanon tenía el poder de dejarlo en la calle, a él y a su familia… fue lo suficientemente astuto para apartar a todos sus pretendientes, incluso aquella golpiza que recibiera Aioria, sabía que quien la ordenó fue él… así que una y otra vez, volvía a caer en los brazos de su… dueño…

El movimiento del jate le crispó los nervios… Kanon lo envolvió entre sus brazos y le susurró que estaría bien si permanecía a su lado… el viento y la lluvia comenzaron a azotar la embarcación…

¡Kanon, no se nadar! – gimió cuando el mayor lo había liberado para ir a ayudar a su hermano a colocar bien las velas…

¡No pasará nada… ya vengo! – el menor se abrazo a si mismo… no entendía cómo podía ser tan dulce y a la vez tan malvado… se encontró con la mirada de su cuñado, este simplemente sonrió… tan parecidos y tan distintos… aunque podría decirse que Saga era tan posesivo con él, como lo era Kanon…

Pero entonces algo sucedió… el movimiento en el jate se hacía cada vez mas irregular… el clima era realmente malo… parecía que en cualquier momento una de aquellas aterradoras olas envolvería por completo a la embarcación y se hundirían… se levanto a duras penas… intentó alcanzar el chaleco salvavidas, cuando el grito de Kanon llegó a sus oídos… fue todo muy rápido… era como si un enorme brazo lo cogiera y lo arrastrara lejos de donde estaba, las aguas engulleron el navío, no supo cómo pero pudo llegar a la superficie… escucho la voz de Saga y de Kanon llamándolo… lo que parecía un trozo de puerta llegó cerca de él, se sostuvo con todas sus fuerzas, pero no logró emitir ningún sonido para llamar a los gemelos… “¡No quiero morir!”… pensó y cerró con fuerzas sus ojos… pasaría lo que tuviera que pasar.

..---..

Le dolía hasta la última partícula de su cuerpo… abrió los ojos recordando todo, aunque debido a lo rápido de sus movimientos cayo casi inmediatamente otra vez sobre el lecho, totalmente mareado…

¡Pero que hermoso regalo me trajo el mar!

El sonido de aquella voz desconocida le obligó a abrir nuevamente los ojos… se encontró con la figura de un joven de cabellera azul… tembló al imaginar que era Kanon, pero no era así… sin embargo, cierto parecido había…

¿Dón… dónde estoy? – habló con apenas algo de voz… lo que le sacó una sonrisa al joven frente a él…

¡Pues vivo… es lo importante… no se bien en que lugar del Pacífico, pero sé que es una Isla, que antes de tu llegada y la mía, era desierta! – habló tranquilamente el joven acariciando la frente de su ahora huésped… - ¿Cómo te llamas?

¡Mime… Mime Benetnasch… ¿Y usted?! – susurró el recién llegado, aceptando un pote de agua que le pasaba el peli azul.

¡Milo… Milo Scorpius… un placer Mime…! – Milo sonrió con la imagen de su ahora compañero de isla… este según su parecer era una verdadera belleza, poseía una larga cabellera color naranja y unos ojos magenta tan brillantes que casi se sintió perdido en ellos… - ¡Realmente eres un precioso regalo de cumpleaños!

¿Es su cumpleaños? – murmuró tímidamente el peli naranja, a lo que el mayor asintió…

¡Cumplo veinte y un años… y tú, mi joven rubí… supongo que haz de tener…! – habló el peli azul sonriendo…

¡Diez y siete… y me llamo Mime! – terminó diciendo el joven, logrando que una divertida risa se escapara del peli azul… - ¡Ah… y felicidades!

¡Descuida, mi rubí… nos llevaremos bien!

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Una semana… y no podía creer que al fin no estaba solo… en poco tiempo, logró entablar cierto grado de amistad con su joven compañero… así supo que estaba comprometido… y que provenía de una familia de recursos limitados… también supo que le gustaba la música, y que por sobre todo, amaba la nieve… le dijo que le aterraba el océano… pero que le estaba agradecido con las aguas por haberlo llevado con vida hasta ese lugar… de lo único, que en lo posible intentaba no habla era de su prometido… cuando Milo le introdujo el tema, él menor decidió que lo mejor en ese momento era ver cómo trabajaban las hormigas … el peli azul pudo notar, que aquellas joyas se opacaban cada vez que él hacía alusión a aquel individuo, por lo que decidió ya no meter el tema… él por su parte, no le hablaba mucho de su familia… le dijo que por accidente había caído ahí… y que posiblemente le habrían dado por muerto, por eso nadie aún lo había buscado…. No creyó muy conveniente contarle la verdad, o sería que simplemente él no quería recordarlo… después de todo, al igual que Mime, eso era algo de su pasado, que deseaba enterrar.

¡Vamos… yo te enseñaré a nadar… no te va a pasar nada, lo prometo! – habló melosamente el peli azul…

¡En verdad, no quiero…! – murmuraba el peli naranja retrocediendo… sus mejillas ya estaban pintadas de todos los colores debido a cómo había encontrado a Milo…

¡No me digas… que te apena ver a un hombre desnudo! – el tono divertido en la voz del mayor, consiguió que el mas joven se pusiera aún más nervioso…

¡CLARO… CLARO QUE NO… NO ME MOLESTES! – Mime no podía evitarlo, su voz sin querer se había vuelto muy aguda, y la vergüenza después de hablare así, a la persona que lo había estado cuidando en esos días, le hizo sentir muy mal, por lo que decidió salir corriendo…

¡Espera… Mime! – Milo fue, sin embargo, más rápido… sujetó al menor por el brazo y lo atrajo hacia sí.

¡Suéltame! – dejó escapar el mas joven casi in voz, todo su cuerpo comenzó a temblar descontroladamente, y su mirada no podía apartarse de la azul profunda mirada de Milo…

¡Creo… que… no puedo! – el mayor no pudo contenerse… esos labios se le hicieron demasiado deseables… por lo que simplemente los tomó, sintió las manos de Mime, intentando apartarlo, en su pecho… una de sus manos sostenía la nuca del menor, consiguiendo así que eso beso no pudiera acabarse rápidamente…

Lentamente, sintió que sus fuerzas simplemente ya no podían contra él, por lo que rodeo con sus brazos el cuello del mayor, se estaba dejando llevar por aquel beso tan apasionado y demandante… de su mente se había borrado por completo la imagen del hombre al que siempre había respetado como su novio, mas por temor que por amor… gimió bajito al sentir como aquellas manos comenzaban a recorrer su cuerpo y aquellos labios a rozar su cuello…

Cuando se separaron, las mejillas de ambos estaban pintadas… aunque el más joven notó posesión, en los ojos azules de Milo… él conocía bien esa mirada… cargada de deseo y control… el temor pareció aparecer en sus pupilas, y esto fue notado por el peli azul… que simplemente sonrió y le acarició el rostro…

¡Parece que me he enamorado!

..---..

No pudo apartar el sabor de aquellos labios de su mente, en toda la noche… desde que llegó, Milo le había cedido su lecho, mientras él, simplemente se recostaba por una de las paredes de la cueva y ahí dormía… pero esa noche era distinta, al parecer ninguno de los dos podía dormir… un silencio muy incómodo reinaba…

¡Perdóname… no volverá a pasar! – dejó escapar al fin el peli azul, y eso sorprendió al menor… - ¡Se que estas comprometido… no tenía el derecho de hacer lo que hice!

¡Uhmmm… ¿Entonces te arrepientes? – soltó el peli naranja… - ¡Qué pena… iba a invitarte a dormir conmigo ahora mismo!

Aquellas palabras sorprendieron al mayor… quien se quedó mirando el sonrojado rostro del oji magenta, este… le observaba apenado, pero en ningún momento pareció arrepentirse de sus palabras…

Lentamente, Milo se acercó al más joven… acomodó uno de los mechones de Mime tras su oreja, y luego se acercó a esta para susurrarle…

¡No me arrepiento… sólo temía que estés enfadado conmigo! – Milo observó ahora de cerca aquellos ojos de rubí, de los que él había empezado a añorar cada segundo de su día… Mime sonrió… cuidadosamente se acercó a él, rozando tímidamente sus labios, colocando sus manos sobre los hombros del mayor… aspirando su olor…

El beso se hizo más profundo… y rápidamente las prendas que ambos tenían abandonaron sus cuerpos… Milo recorría con adoración cada parte de pequeño, quien aún temblando como una hoja… le correspondía completamente…

¡Milo…! – gemía el peli naranja, cuando sentía en su pecho los labios de su amante - ¡Ahh! – intentó cerrar su boca para no emitir sonidos al sentirse totalmente invadido por la sensación de su miembro tomado por las manos del peli azul, que luego de masajearlo se lo llevó a la boca - ¡AHHHH!... ¡Milo!

El mayor sonrió cuando consiguió que el menor se corriera en su boca… él no era un experto en eso, pero de algo estaba seguro… Mime no tenía ninguna experiencia en ese campo, por lo menos, no aún… buscó nuevamente aquellos labios que se abrían para llamarlo entre suspiros… acarició las piernas del peli naranja al momento de acomodarse entre ellas…

¡Sujétate de mí…! - susurró Milo antes de asaltar aquella boca con un demandante beso… Mime se lo retribuyó con la misma pasión que le era entregada… su corazón latía tan agitadamente que temía se le fuese a escapar del pecho… más al sentir como su entrada era invadida lentamente y el dolor que eso le estaba ocasionando, se aterró… intentó apartar a Milo de encima suyo, pero sus fuerzas se habían diezmado por completo… quiso gritar pero su voz se vio ahogada en los labios del oji azul….

Lentamente, el dolor fue pasando… y en su lugar una sensación tan extraña y maravillosa lo envolvió… un placer que lo enloquecía y que le obligaba a rogar por más a cada instante… Sus ruegos eran como una celestial música para el mayor, que simplemente se dejaba llevar por el mismo deseo y por la misma pasión, pues mientras Mime decía más… él decía que más era simplemente insuficiente, el deseaba el doble…

..---..

El nuevo día los encontró exhaustos… y entrelazados entre ellos… Mime descansaba sobre el pecho del Milo, quien acariciaba su cabellera cuidadosa y tiernamente…

¡Definitivamente eres el regalo más hermoso que me pudo dar el mar! – susurró el peli azul…

¡Pues para mí… no hubo mejor salvavidas que encontrarte! – Mime buscó más calor entre aquellos brazos… que no se negaron a envolverle…

¡Saldremos de aquí… y te convertiré en mi esposo! – habló con seguridad el mayor… -¡Nadie podrá jamás alejarte de mi lado!

¡Pues yo preferiría quedarme en este paraíso contigo, por siempre! – el menor besó en los labios a su amante… y eso hubiera llegado a más, de no haber sido por un sonido extraño que venía de exterior… ambos se vistieron y salieron a ver… una lancha se acercaba a la orilla de la playa… y sin temor a equivocarse, uno de los tripulantes de la misma, era alguien a quien definitivamente el menor conocía bien…

¡Mime… ¿qué te sucede?! – Milo notó la perdida total de color del menor…

¡Es Kanon!... – dijo apenas sin voz el más joven… - ¡Milo olvida lo que sucedió anoche… te lo ruego… tu y yo sólo somos amigos…! – el peli azul noto la desesperación en el tono que usaba el oji magenta, este parecía estar aterrado… - ¡Prométemelo!

¡Pero…! – quiso cuestionar el mayor… mas notar la angustia en esos bellos ojos, le hicieron asentir.

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Gracias al idiota ese había podido salir a la isla, no le costó mucho tomar posesión de todo lo que era suyo por derecho… a pesar de que en un principio su idea era encerrar en prisión a su primo por aquel intento de asesinato, no lo hizo, simplemente le quitó todo su apoyo económico y lo degradó a un cargo muy por debajo de sus aspiraciones en una de las empresas de su familia… pues, aunque el deseo de Camus era acabar con su vida, de no ser por él, no hubiera conocido a Mime…

No le costó descubrir que las empresas Géminis tenían una estrecha relación económica entre ambas… y claro, valiéndose de los consejos bien usados de sus asesores supo sacar provecho de las debilidades que tenían las mismas, para tener, literalmente en sus manos a los gemelos…

¡Después de todo… yo Milo Scorpius, siempre me salgo con la mía! – murmuró el peli azul, al tener en sus manos aquel documento que le devolvería aquella genuina sonrisa que sólo un precioso rubí podía regalarle…

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Kanon se había mostrado aún mas atento con él que de costumbre… era evidente que haberlo encontrado con vida le llenaba de alegría… aunque encontrarlo en compañía de Milo, no le resultó nada agradable… cuando se enfrentó a él, para decirle que ya no quería estar a su lado, solo la oportuna intervención de Saga impidió que su rostro fuera marcado por una bofetada… después, simplemente le quedaba el encierro en esa jaula de oro, por consejo del gemelo mayor, Kanon decidió apresurar los planes de bodas… y aunque él no estaba de acuerdo… temía lo que este pudiera hacerle a Milo, si sabía que él era el culpable de su deseo de dejarlo…

¡Milo! – susurró recordando a aquel joven que definitivamente se había instalado en lo más profundo de su alma… - ¿Qué habrá sido de ti? – una vez que se alejaron en aquel puerto, ya nunca le llegaron novedades del joven… quizás estaba con su familia… él jamás le habló mucho de ella… sabía que era de una buena posición, pero nada mas…

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Kanon estaba furioso… parecía como si estuviera haciendo algo en contra de su voluntad… subió a Mime en el jate, y este no pudo evitar mirarle con reproche… él ya no le temía tanto a las aguas del mar… pero estar en un bote en el medio del océano después de lo que sucedió, le resultada molesto… más si era del brazo del gemelo menor, a quién parecía habérsele olvidado de que casi murió ahogado la última vez…

¡Que tengas buen viaje! – dijo casi con ironía el mayor… y Mime sintió pánico, cuando una mano le tapó la boca con algo que lentamente le hizo perder el sentido…

¡Excelente… ha salvado sus empresas!

…--…

No supo cuanto tiempo había perdido la conciencia, pero cuando esta comenzó a volver, tuvo miedo de lo que Kanon le tenía preparado… de lo primero que se percató, incluso antes de abrir los ojos, era de que el ambiente era ciertamente cálido… hasta se diría agradable…

¡Parece, que al fin, mi rubí piensa honrarme con su compañía!

Esa voz él la conocía bien… por lo que inmediatamente abrió los ojos, encontrándose con la amble y seductora imagen de…

¡Milo!... – sin pensárselo dos veces, o sin preguntarse cómo era posible eso, se lanzó a los brazos de su amado, quien lo recibió gustoso y lo envolvió en un protector abrazo…

¡Ya… mi rubí… ahora estás conmigo… y no permitiré que te me vayas nuevamente! – el peli azul levanto con delicadeza el mentón del menor y depositó un sabe beso en esos labios tan anhelados…

¡Pues…! – comenzó a decir temeroso el peli naranja… - ¡No permitiré que me dejes ir!

Ambos rieron ante aquella afirmación, y volvieron a regalarse pequeños besos, que aumentaron en intensidad… después simplemente el ambiente se había vuelto un tanto más cálido de lo normal…

..--..

Ya reposando uno en los brazos del otro…

¡Entonces compre la isla… y edifique esta humilde morada para que tú y yo pasemos en este exótico paraíso… nuestra romántica luna de miel…! – terminaba de relatar Milo aceptando sumiso las caricias que su niño le brindaba en su pecho…

¿Qué hay con Kanon? – murmuró el oji magenta…

¡No se te volverá a acercar… jajajaja después de todo… tengo mis métodos para conseguir lo que definitivamente… es mío! – el peli azul sujeto la mano del más joven y la llevo a sus labios… - ¡Siempre y cuando… también sea tu deseo… ¿deseas ser mío, Mime?!

¡Fui tuyo desde que el mar decidió que yo fuera tu regalo! – susurró en tono seductor el mas joven…

¡No me tientes amor… que no creo poder saciarme de ti nunca… y la verdad pareces muy cansado! – Milo habló maliciosamente mientras se colocaba nuevamente sobre Mime, quien rodeando el cuello del mayor con sus brazos, murmuró…

¡Pero si eres tú, el que esta cansado, cariño!

¡¿Quieres comprobarlo…?!

¡Estas hablando demasiado…!
Notas finales: Bueno es cortito.... es un regalo para Hator, por nuestra boda forica jejeje

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