UN PAPA PARA SEVERUS
PROLOGO
El pequeo de ojos negros se aferraba a la joven y hermosa mujer que lo cubra con su cuerpo, blandiendo una escoba ante el intruso.
-Largo de mi casa o no respondo…!
El brujo suspir cansado. Otra muggle idiota. Su trabajo era de lo peor.
-Mi estimada seora…
-Seorita!
El mago alz una ceja y seal al nio.
-?
-Mi mami no tiene esposo- aclar el pequeo.
-Ya veo- exclam en tono burln- no imagino porque.
La escoba se alz an ms amenazante.
-Mi vida privada no es de su incumbencia, cretino Fuera de mi casa!
La escoba se estrell en su cabeza y el mago sac su varita hacindola desaparecer.
-Seora, clmese o me ver obligado a hechizarla.
-No te metas con mi mami!!! –chill el nio, y a un movimiento de su mano el hombre termin estrellado contra una pared.
-Santo Dios!- grit la mujer. - Alexandros t hiciste eso?
-Iba a lastimarte mami…
-El es un brujo!
-Cmo los hombres malos que veo en mis sueos, lo que me persiguen? Me van a lastimar mami? Los morftagos vienen por nosotros?
- Alex, debemos irnos.
-Mami, no quiero que me hagan dao- gimote.
-Nadie te har dao, mi pequeo. Debemos marcharnos Ahora!
-Y l? Estar bien?
El nio se acerc al hombre tendido en el suelo.
-Sevi, no te detengas! Su madre uso el apelativo carioso con el que sola llamarlo. Entonces dej de pensar en el intruso y se apresur a seguirla. Justo cuando la puerta se abri un semi gigante con una gran barba entrecana les regal la mejor de sus sonrisas
-AAAhhhhh!!!!
La mujer se desmay y cay al suelo mientras el nio abra mucho los ojos.
-Hagrid?
El enorme ser sonri an ms y se rasc la barba, pensativo:
-Te conozco pequeo?
****************
Blaise Zabinni haba aceptado la taza de caf con las disculpas de la mujer. El nio, que apenas tendra unos 6 aos, los miraba con el ceo fruncido. El semi gigante, que efectivamente se llamaba Hagrid, segua rascndose: su mano saltaba de su cabeza a su gran barba…
-Y me dice, encantadora seora…
-Seorita!
-Encantadora seorita, que en esta casa no hay ms nio que el pequeo?
-As es.
-Y responde al nombre de Alexandros Teodorakis?
-As es.
-Y usted es?
-Samantha Teodorakis, su madre.
-Ya veo –Hagrid an se rascaba la cabeza- Usted no es bruja, verdad?
-Me esta insultando?!
Zabinni terci en la conversacin.
-No hay rastro de magia en ella, Hagrid.
-Quiz sea Squib.
-Qu es eso?- pregunt la mujer.
Zabinni sac su varita y la escane.
-Es muggle.
-.Bien. Y el nio es hijo suyo y…
-Que le importa! Fuera de mi casa!
-Estimada seora…seorita… no se altere por favor. Usted sabe quienes somos verdad? Sabe que somos magos. Vio la varita, nos ha visto hacer magia con ella… y su hijo, de tan solo 6 aos, ha hecho magia sin varita. Y usted lejos de sorprenderse o aterrarse ha tratado de huir… Podra explicarse?
-Por favor –la voz del nio era suplicante- no lastimen a mi mam. No nos importa Vlodemor ni su guerra… solo djennos en paz.
Ante el nombre pronunciado por el nio ambos magos se tensaron.
-Vlodemort?
-No son morftagos.
-Morftagos?! Ser mortfagos… Qu sabes t de los mortfagos?, pregunt Zabinni.
- Ellos son malos. Hacen dao a las mujeres como mi mami, matan a los hombres. Y yo he visto como lastimaban a mi papi. Con un crustceos…
-Crustaceos?- exclam Hagrid extraado.
-Ser Cruciatus- explic Zabinni mirando a la mujer.
-Vyanse por favor. Hare lo que sea… pero no nos lastimen. No lastimen a Alexandros.
-Mami!
-Alekos, sube al cuarto y qudate all. Oigas lo que oigas no bajes- la mujer tomo al nio y lo llev a las escaleras. El pequeo la mir y comenz a subir asustado, siempre el rostro volteado hacia su madre. La joven se asegur de perderlo de vista y luego volvi con la mirada firme. Se arrodill frente a Zabinni y comenz a desabotonarse la blusa que llevaba. Toda ella temblaba.
-Lo que sea…haga conmigo lo que sea. Se lo que busca. Si gusta llveme a m… pero dejen a mi hijo. El es mago… y es un nio.
Zabinni enrojeci hasta la raz del pelo y Hagrid se apresur a detener su mano.
-Madame- la mir conmovido -no queremos… lastimarla.
-Lo que sea- la mujer pareca no escuchar, solo temblaba y mantena la mirada firme. Mir al gigante y trag en seco -Tambin con usted. Lo que sea. Pero deje vivir a mi pequeo…
-Seora –Zabinni haba recuperado la voz- No somos mortfagos. Somos profesores del colegio Hogwarts de Magia y Hechicera. Venimos para entregarle una carta de vacancia a su hijo, Alexandros Teodorakis, quien ha sido admitido como alumno… La guerra termin hace 20 aos Cmo saben ustedes de los mortfagos?!
La mujer los mir desconcertada y rompi a llorar. Hagrid trat de acercarse pero fue lanzado contra una pared, mientras que a Blaise unas lianas salidas del suelo lo aprisionaban por los pies.
-Dejen tranquila a mi mami, morftagos!!!
-O Sevi… sevi…!- la mujer lo abraz.
Blaise se tens ante el apodo.
-Cmo lo llam?
-Sevi…es un apodo… se lo digo desde beb.
-Por qu lo llama as?
-Porque as se llamaba el hombre –respondi el nio- …el hombre que debi ser mi padre…al que la serpiente muerde en el cuello. Sueo con l cada noche.
Entonces Hagrid y Blaise observaron al muchacho con inters:
-Pelo negro, ojos como nix…
-Serio, callado….magia sin varita superior a sus aos…
-Nariz aguilea…
-Eres el hijo de Severus Snape!!!- exclamaron al unsono.
La mujer abri mucho los ojos y grito:
-El no es hijo de nadie. El es solo mi hijo entendieron? Mi hijo!!!!
****************
Minerva daba vueltas en la direccin. Lo que los dos profesores asignados a entregar las cartas de vacancia a los nuevos alumnos, hijos de muggles, que entraran a Hogwarts ese ao le haban informado era… por dems inquietante.
-Y dicen que tan solo tiene 6 aos?
Ambos hombres movieron la cabeza afirmativamente.
-Y hace magia sin varita?
Volvieron a asentir.
-Y su madre es muggle?
-Y sabe de Voldemort y los mortfagos-Hagrid complet.
-Y el nio suea con un hombre al que le lanzan cruciatus, de ojos negros, que muere mordido en el cuello por una serpiente….
-Santo Dios!- la mujer exclam pasmada.
-Tienes que verlo Minerva, es igual a l- Hagrid hablaba emocionado.
-Pero no es posible. Severus Snape muri hace 20 aos, yo vi su cadver. Asista su entierro… No puede ser su hijo!
-Solo te contamos los hechos - Blaise se encogi de hombros -T eres la que decides.
-Dnde esta el nio?
-Afuera. Lo trajimos antes.
-No puedo creerlo… y dicen que tan solo tiene 6 aos?- repiti otra vez.
-Si, Minerva, 6 aos! Seguro el Libro de Admisiones cometi un error.
-El Libro jams se equivoca Blaise. Si el dice que el nio esta listo para venir a Hogwarts este ao, pues el nio esta listo…
-Con 6 aos?!
-Se han dado casos de magos excepcionales que han ingresado un ao antes…
-T lo has dicho- exclam -Un ao antes no cinco!
-Quiero verlo!- dijo la directora, emocionada.
Hagrid se levant y abri la puerta haciendo entrar a un nio y a una hermosa mujer, de largo pelo negro y ojos azules como pedazos de cielo...
-Y ella es…?- Minerva pregunt sin dejar de mirar al nio. Este le devolvi la mirada enfurruado y levantando una ceja interrogante. El tpico gesto helo la sangre a la hechicera.
-Soy Samantha… Samantha Teodorakis… madre de Alexandros.
Minerva desvi la mirada hacia sus dos profesores.
-Por qu la trajeron?
-No quiso quedarse- explic Blaise pensativo -tratamos hasta de hechizarla, pero el pequeo no nos dej. Minerva, conjuro un PROTEGGO. Un PROTEGGO y sin varita. A los 6 aos!
- Nadie va a lastimar a mi mami. Ni a separarnos- El pequeo se aferr a las piernas de la mujer, quien mir al grupo retadora.
Minerva dej escapar el aire
-Estimada seora. Debemos hablar…
-Seorita!- aclar el nio, y Blaise buf divertido.
Minerva suspir. Sera un laaaaargo da.