Capitulo 2: Ropa.
Aún no podía entender cómo era que él el chico que siempre había sido paciente y nunca se había metido en nada, se hubiera alterado tanto por culpa de ese rubio, es que no podía creerlo.
Harry suspiró. Estaba aburrido, llevaba tumbado en esa cama una hora escuchando música, quizás no le haría mal ir ya a playa no creía que aún estuvieran todos esos allí teniendo en cuenta que ya anochecía.
Seria un buen momento para estar tranquilo y ver por primera vez el mar.
—Oh, vamos Draco, vente con nosotras —suplicaba una chica pelirroja agarrada al brazo del rubio sin dejar que se fuera.
Desde que las chicas lo habían ido a buscar para ir a la playa había pasado una hora y, de esa hora, solo media habían estado en ella, sus amigo Blaise y Theo se habían unido a ellos enseguida, diciéndoles que se ve que hasta mañana no les dejaban dar una vuelta completa al campamento porque más alumnos de otras escuelas tenían que llegar ese día, así que habría muchos autobuses por la zona.
Al cabo de media hora en la playa una de las chicas había tenido la idea de ir a una cabaña que estaba a diez metros de donde ellos se encontraban y que podríamos ir a jugar allí un rato a la botella, así que al final la otra media hora estuvimos allí pero yo no podía dejar de pensar en el chico moreno solo en la cabaña y quería irse ya, pero las chicas no le dejaban irse, sobretodo esa pelirroja que tenia mas tetas que cara, precisamente la chica que se había tirado hace dos días.
***
—Tengo que irme ya lo siento —me solté como pude de ella cuando al fin lo logre Salí presuroso por la puerta de la cabaña.
Y emprendí la marcha hacia la cabaña pero a mitad de camino me fijé que una silueta que reconocí en un momento se acercaba a la playa.
***
Harry Potter llego a la horilla y quitándose los zapatos y dejándolos a una distancia prudente para que no se mojaran, se sentó en la arena con los pies descalzos dejando que los últimos momentos de la ola los tocaran con suavidad.
—Valla, has salido de la cabaña —Harry giró la cara asustado al oír aquella voz, pero se relajó en cuanto vio quien era.
—Bueno no he venido a un campamento para estar todo el día en la cabaña —dijo suavemente el moreno sin separar la vista del mar. Ya era totalmente de noche, la playa estaba rodeada de unas antorchas que iluminaban un poco el lugar haciendo que la playa pareciera mas mágica aún.
—Cierto...—asintió Draco. Luego de pensarlo un poco, el rubio se quitó sus zapatos y, dejándolos al lado de donde había dejado los suyos el ojiverde, se sentó junto a este en la misma posición.
—Sabes no tienes que hacer esto...
—¿Hacer el qué?—pregunto extrañado el rubio.
—Forzarte a darme conversación —le aclaró.
—No me estoy forzando a nada, estoy aquí porque quiero...la verdad es...que quiero conocerte, eres un enigma Potter.
El moreno desvió su mirada del mar hacia la cara del rubio.
—Como bien dice tu amigo Zabini, solo soy un empollón callado y solo, nada más.
—Bien, a Blaise no tienes que hacerle caso, él es siempre muy bruto hablando, además si que eres un misterio...no te das cuenta de que eres guapo de cara, siempre quieres estar solo... llevamos cuatro años estudiando en una misma aula y nunca habíamos hablado, llevas ropa dos veces mas grande que tú, llevas el pelo que parece que nunca en tu vida te as peinado, y...
—Vale, vale lo he pillado, pero sobre lo del pelo, es que no puedo hacerle nada, siempre me queda así por mucho que me lo peine; lo herede de mi padre, en las fotos que tengo de él lo tenemos igual.
—¿Fotos?—preguntó suavemente Draco.
Harry inclino un poco la cabeza sin dejar de mirarlo.
—Soy huérfano, Malfoy...desde los cinco años.
El rubio se quedó un poco parado al oír eso al cabo de unos segundos, por fin pudo hablar de nuevo.
—Yo... lo siento, no, no lo sabía.
—Tranquilo, nadie lo sabe, solo los profesores —le tranquilizó Harry.
—Y... ¿Con quién vives? —preguntó interesado.
—Con mis tíos, mi tía es la hermana de mi madre y conoces a mi primo es Dudley Dursley —le contó Harry divertido al decir el nombre de su primo.
El rubio abrió la boca a más no poder.
—Dudley es tu ¿primo? Pero por qué no nos lo dijo. No teníamos ni idea de que tenía un primo —decía sorprendido el rubio, Dudley iba al mismo año que ellos pero a diferente clase Harry y Draco iban a la B y Dudley iba a la C.
—Bien, no... digamos que nunca hemos congeniado mucho —se justificó el ojiverde sin decir nada más.
—Bue...
—Hey, Draco. ¿No ibas para la cabaña? —preguntó una voz de chica desde atrás. El rubio se tensó al oír la voz de aquella pelirroja.
—Me he encontrado a un amigo y he decido hablar un rato con él, además… ¿A ti que te importa lo que yo haga? —preguntó el rubio mirándola fijamente, Harry al oír lo de amigo miró al rubio sorprendido y, no sabiendo por qué, se sonrojó como un tomate.
—Como qué, que me importa. Eres mi novio —dijo la chica alucinada.
El rubio levanto una ceja divertido.
—¿Mi novia? ¿Desde cuando? Que yo sepa te dije: “sin ataduras” así que ¿De dónde sacas eso? —preguntó mirándola altivamente y dejando al moreno un poco sorprendido. Bien, todos decían que Draco Malfoy era un don Juan.
—Yo... yo —la chica no pudo seguir, se fue corriendo roja como un tomate y con lagrimas en los ojos.
—Creo que te has pasado un poco Malfoy —se quejó el moreno mirando al rubio con mala cara.
—No, no lo he hecho, antes de acostarme con ella le dije lo que había. Yo no la engañé, es ella la que se ha creado el cuento —se justificó el rubio volviendo a tener esa cara despreocupada que siempre tenía con el moreno.
—Oye, Harry... nunca as pensado en, no sé, digamos… ¿llevar otro estilo de ropa más de tu talla? —preguntó con cuidado el rubio, Harry enrojeció y asintió con la cabeza.
—Pues, siempre he llevado las ropas que le van pequeñas a mi primo, nunca he vestido de otra manera, pero aunque quisiera, no tendría dinero para comprarlas.
El rubio pensó que seria mejor no preguntar porque solo llevaba esas ropa, lo mejor era coger más confianza con él...
—¿Sabes qué talla utilizas? Tu talla de verdad —Harry negó con la cabeza—. Mmm... creo que no somos muy diferentes de talla, por lo menos de estatura. Ven conmigo, tengo una idea—dijo Draco cogiendo la mano derecha del moreno y levantándolos. Tomó los zapatos de los dos y lo condujo corriendo con él de la mano y descalzos hacia su cabaña.
***
—No creo que esto sea buena idea Malfoy —aseguró Harry viendo la ropa que el rubio le entregaba.
—Llámame Draco y hazme caso, pruébatela, a ver si somos de la misma talla.
El ojiverde aún reticente, fue hacia los lavabos de la cabaña y se metió dentro.
Draco se sentó en la que seria su cama, que era justo la que se encontraba arriba de la del moreno y que estaba enfrente de la puerta del baño, a esperar que el moreno saliera con la ropa puesta.
—El pantalón me aprieta un poco —se oyó la voz del ojiverde desde dentro del cuarto.
—No te preocupes por eso, tengo algún pantalón que me va un poco grande, si es eso, te lo cambiamos luego —le consoló el rubio, gritando, para que el moreno lo escuchara desde dentro del lavabo—. ¿Y la camisa? ¿Te va bien? —preguntó el rubio al cabo de dos minutos.
—Sí... espera que salgo, estoy terminando de atarme las bambas — al cabo de unos segundos, la puerta del cuarto de baño se abrió dejando a la vista algo que el rubio nunca habría imaginado.
—¿Que? No me queda bien ¿verdad?—preguntó un avergonzado Harry al ver que el rubio no decía nada y lo miraba raro.
El rubio se había quedado sin habla al ver como esa camisa roja con una cruz daleada a un lado del pecho y esos pantalones de cuero negro con cintas cruzadas por las rodillas y esas bambas le quedaban increíbles tenia un cuerpo que...
—No... estás... estás muy bien, te queda increíble —aseguró Draco levantándose y acercándose al moreno. Harry se sonrojó al oír que le quedaban bien.
—Entonces dices que te aprietan un poco los pantalones… —preguntó el rubio, viendo más de cerca de estos.
—Un poco...
—Bien espera tengo unos que me van un pelín sueltos quizás a ti te vallan bien —aseguró el rubio acercándose a su equipaje y revolviendo en una de sus tres maletas sacando unos pantalones nuevos y extendiéndoselos a Harry.
—Pruébate estos, a ver que tal y de paso pruébate esta otra camisa —le alentó el rubio, Harry asintió y entro dentro del cuarto de baño otra vez.
En ese momento la puerta de la cabaña se abrió dejando pasar a Blaise y Theodore dentro.
—Hey, Draco. ¿Cómo que te has ido antes así? Te has perdido una buena tío... —le explicaba riéndose, Theodore frunció el ceño de mal humor—.La chica esa de cabello rubio y el tatuaje ese en la espalda, se ha tirado encima de Theo y este la ha empujado a la otra punta de la cabaña cuando esta ha intentado besarlo. Tendrías que haber visto la cara de Theo.
—Muy gracioso, Blaise, cuando dejes de tener cinco años avísame —dijo enfadado Theodore.
—Oh, vamos no… ¡Joder!— exclamo de golpe Blaise al ver al dios que había salido del cuarto de baño. Draco dejó de mirar a sus amigos al oír aquella exclamación de su mejor amigo y giró la cabeza rápidamente, el acto lo dejó sin respiración... ¡Se había quitado las gafas! Esa ropa era... oh, joder...
Harry enrojeció entero al ver como los tres integrantes del grupo lo miraban con la boca abierta.
—¿Qué? —preguntó confundido.
—¡No Puede ser! ¿Eres Potter? ¿Es Potter? —preguntó Blaise, primero a Harry y luego a Draco.
—Claro que es él, Blaise, cierra la boca —se quejó Draco—. Harry esa ropa te sienta bien —le contestó Draco al moreno que estaba un poco avergonzado, ese conjunto le quedaba mil veces mejor y se había quitado las gafas— ¿Te as quitado las gafas?
—Eh, sí, tú dijiste que estaba mejor sin ellas y pues quería probar —habló suavemente, deseando que Blaise Zabini dejara de analizarlo de arriba abajo.
—Potter estás que te sales... nunca imaginé que aquellas ropas y esas gafas escondieran algo así —admitió Blaise—¿Que talla utilizas?—pregunto de una manera que Harry abría jurado que le brillaban los ojos.
***
—No puedo aceptar esto —se escandalizó Harry al ver cinco pantalones y tres camisas encima de su cama.
—¿Por qué? —preguntó Draco—. Es un regalo, además tengo mucha ropa, no te preocupes.
—No es por eso... es que no tengo nada para... lo siento, no puedo aceptarla —finalizó el menor del grupo devolviendo las prendas a sus compañeros, estos lo miraron sorprendidos al ver sus ropas otra vez en sus manos.
—Pero no tienes que darnos nada a cambio, te la damos porque queremos —se quejó Blaise—. Aunque si tu no quieres aceptarla sin dar nada a cambio siempre se puede hacer un acuerdo, tú solo túmbate en esa cama que yo me encargo de cobrarlo en especies —dijo alegremente Blaise, acercándose depredadoramente a Harry.
—Hey, quieto —se adelantó Draco agarrando a su mejor amigo de la oreja—. No le hagás caso Harry, solo bromeaba a que ¿Sí? —dijo amenazadoramente a Blaise, este asintió rápidamente con la cabeza.
Harry no tenia ni idea de qué hablaban...
Continuara............
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