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Antares por Zafira

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Notas del fanfic:

Los personajes pertenecen a Masami Kurumada

Notas del capitulo: Bueno este fue un trabajito que hice para el festival de Escorpion del Foro que tenemos con Hator Amor Inmortal... espero que les guste.

ANTARES

Todo había comenzado como un verdadero desastre, Radamanthys Wyvern, exitoso representante de jóvenes estrellas del mundo musical, peleaba a gritos con Aiacos Garuda, uno de los cantantes de rock más buscados de los últimos tiempos.

Esto no era cosa de ese día nada más, los problemas habían surgido desde que el cantante se había involucrado con Minos, la pareja de su representante y guitarrista del grupo… la fricción entre ambos acabó con la carrera del representante, que decidió retirarse del mundo del espectáculo, por su parte, Aiacos, consideraba que su talento le bastaría para sobresalir sin la ayuda del rubio representante. Sin embargo, la calidad de sus producciones cayeron, y su fama fue perdiendo brillo, Minos dejó la banda y a él, intentó volver con Radamanthys, pero nadie sabía dónde este se había ido a refugiar de aquellos acontecimiento…

Al final, lo que se rumoraba al momento de que el rubio dejó a su suerte al cantante se había cumplido… Radamanthys era capaz de poner en la cima a cualquiera que él se propusiese, pero si es que su protegido lo traicionaba, el infierno del olvido caería sobre el desafortunado.

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¡Como siempre exageran! – susurraba un joven hombre de rubia cabellera, sonrisa maliciosa y ojos dorados - ¡Aiacos era totalmente capaz de salir sólo adelante… simplemente debe recordar aquello que buscaba cuando comenzó a cantar!... “¡La fama es una bestia efímera… pasajera y desleal!”…

Caminó por las calles de aquella nueva ciudad, Grecia era un lugar que sin duda le gustaba bastante… al mirar las impresionantes creaciones de los antiguos ciudadanos de esas tierras entendió por que aquello le gustaba tanto… era sin duda un lugar que le llenaba de paz y fascinación. Fue caminando por aquellas antiguas calles que se encontró con una imagen que le agradó… una pelea… aunque era desventajosa, pues tres jóvenes de castaña cabellera atacaban a otro, de cabellera azul… “¡Vaya, no tiene posibilidad!”…

¡Tú padre le debía dinero al nuestro, así que si no pagas te arrepentirás! – soltaba uno con rabia a su víctima, que a pesar de estar en desventaja, se mostraba tranquilo…

¡Mi padre no le debía nada al suyo… déjenme tranquilo! – el peli azul les daba la espalda a sus opresores, quienes aprovecharon esto para golpearlo por la espalda, eso a Rada le pareció cobarde, cuando estaba a punto de intervenir notó que uno de los jóvenes cargaba al inconsciente muchacho y lo llevaban de ahí.

“¡Radamanthys, no te metas… no es asunto tuyo… tú estas de vacaciones… no tiene posibilidad con esos energúmenos… demonios!”… y ahí estaba él, nuevamente metiéndose en asuntos que no le concernían, siguió a aquellos muchachos y los encontró intentando hacer algo que no se esperaba estén intentando…

¡Eso no es nada apropiado… supongo que sus padres estarán muy desilusionados al saber que tienen esas inclinaciones! – Rada habló con ironía, los tres jóvenes tenían sujeto al peli azul de las manos y las piernas, uno de ellos estaba quitándole las prendas, mientras el que sujetaba sus manos también le tapaba la boca… - ¡Realmente inapropiado…! - los muchachos se sorprendieron por ser descubiertos, soltaron a su víctima y huyeron… - ¿Estas bien?

¡Si… gracias…! – el peli azul se sentó en el suelo, observó el estado de sus ropas, suspiró y luego frotó la parte posterior de su cabeza, hizo un gesto de dolor, al parecer donde había recibido el primer golpe.

¡Te llevaré a tu casa… si quieres hablaré con tus padres y el de esos chicos! – Rada se sentó en cuclillas a lado del joven - ¡Dime, ¿Cómo te llamas?!

¡Milo… Milo Escorpio… y pierda cuidado, dudo que sus padres les digan algo… no soy muy apreciado aquí! – el más joven intentó ponerse de pie, un mareo le hizo perder el equilibrio, por lo que fue rápidamente sujeto por el mayor…

¡Entonces dime dónde vives y te llevaré a tu casa! – el rubio observó con cuidado al más joven, quiso revisar el golpe pero al mismo tiempo prefería llevar al menor a un doctor - ¡Aquel golpe fue muy fuerte!

¡Estaré bien… emm… gracias, pero puedo ir solo… a… mi casa! – murmuró Milo soltándose del agarre del rubio, quien lo miraba con sospecha.

¡Te llevo! – dijo firme, y eso puso aún mas nervioso al peli azul… - ¡Así hablo con tus padres!

¡Soy huérfano así que eso no creo que sea posible! – dijo al fin el muchacho sonriendo con tristeza.

¿Entonces dónde vives? – quiso saber el aji dorado quitándose los lentes negros al decirlo.

¡Orfanato! – comento al fin el joven al comenzar a emprender camino.

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Para qué iba a negarlo, no podía ni remotamente quedarse dormido… toda la maldita noche pensando y pensando en lo ocurrido… “¿Cuántos años tendrá?... quizás quince o dieciséis… y está solo… por eso se aprovechan de él… esa gente idiota… debo admitir que tenía una bella mirada!”… intento nuevamente dormir, pero nada… fue por esto que con los primeros rayos de sol salió nuevamente a recorrer la ciudad, más específicamente, buscar algún Orfanato para dejar alguna ayuda económica, al fin al cabo, el bien sabía lo que era no tener a nadie en el mundo… Su búsqueda no tuvo buenos frutos, en parte por que no pudo empezar…

¿Qué haces aquí… Minos? – sabía que su antigua pareja una vez que se lo proponía podía hallarlo donde sea que estuviera escondido, aunque según él no estaba escondido…

¡Quiero que hablemos… ante todo somos amigos! – otro oji dorado como él, a quien jamás había podido decir que no, más que nada por que habían crecido juntos…

¡Siempre sabes en dónde encontrarme! – murmuró el rubio…

¡Esta vez me costó bastante…!

Caminaron por las avenidas de la ciudad, Rada casi había olvidado el qué era lo que estaba buscando, hasta que lo vio, o mejor dicho lo escuchó… del otro lado de la calle, el joven qe conociera el día anterior, cantaba… y según su oído experto, lo hacía bastante bien… dejó hablando solo a su amigo y se acercó a Milo, ejecutaba una vieja guitarra, su voz era perfecta para la melodía que sacaba de esta, un pequeño grupo de turistas lo escuchaba…

¡Parece que has encontrado otra estrella que pulir! – susurró Minos a su oído…

¡No te le acerques! – dijo al final Rada, al momento de aplaudir la interpretación…

De aquel día habían pasado ya cuatro años, Radamanthys había adoptado a Milo para poder sacarlo del país, le ofreció todo lo que podía darle, y se lo dio… la oportunidad para alcanzar la fama, lo demás dependía únicamente del menor, y el rubio jamás se desilusionó de él, pues definitivamente, tenía talento y sabía cómo usarlo.

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¡Tienes diecinueve, cumple veintiún y hablaremos del apartamento! – Rada sonó cortante, esa conversación ya la habían tenido…

¡No es justo… no te estoy pidiendo nada del otro mundo… además, deberías agradecer que te lo pida! – Milo soltaba fastidiado, la verdad no era que deseara dejar el apartamento del mayor, le gustaba ahí, pero no quería ni imaginarse cómo reaccionaría su tutor, de enterarse que su novio le estaba acosando.

¡Ah… ya veo… así que lo pones así… bien… después del concierto del viernes podrás irte! – el rubio tomó sus cigarrillos y salió del salón de ensayos, en el exterior los otros miembros de la banda Antares los aguardaban, cuando discutían era mejor no meterse, al ver salir al representante de todos ellos como alma que lleva el diablo, supieron que el humor de Milo, no sería mucho mejor.

¡Demonios… Rada, no es para que lo tomes así… escúchame… no me dejes hablando solo! – Milo lanzaba todas las partituras de la nueva canción que había compuesto, se las había mostrado al rubio para que le dijera su opinión, se puso muy contento cuando este le había dicho que era excelente, y ahora esto…

¡Tranquilo, amigo… no sería mejor que le dijeras la verdad! – Aldebarán, el baterista del grupo le hablaba seriamente.

¡Concuerdo con lo que dice Alde, amigo… creo que si le hablas con sinceridad, él va a entender! – acotaba Mu el tecladista, sentándose en uno de los sillones del salón…

¡Pues creo que eso puede ser así, o no… quizás el señor Radamanthys si se enoje! – Shaka murmuraba mirando a sus compañeros, mientras tomaba su bajo para probar su afinación.

¡La única forma de saber, es haciéndolo… dile la verdad, se lo debes Milo! – Aioria cerraba la discusión con seriedad - ¡Y hazlo pronto, debemos ensayar! – el guitarrista del grupo siempre decía lo justo y lo cierto, por lo que Milo decidió ir a buscar al rubio de ojos dorados.

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¿Qué me ocultas?... “Pensé que había sido claro cuando lo traje conmigo que nada de secretos… ¿Estará saliendo con Aioria?!” – Rada fumaba su cigarrillo, antes de acabarlo lo tiraba al piso y lo aplastaba… sacaba otro de la cajetilla, y cuando estaba por fumárselo de nuevo…

¡Lo siento! – la voz del peli azul lo detuvo - ¡Es Minos…!

¿Te acostaste con él? – el rubio fue directo, esa no sería la primera vez que su, desde dentro de una hora, ex pareja hacía algo como eso…

¡No… pero estuve a punto! – el más joven miró directo a los ojos del mayor, esperaba cualquier tipo de reacción, menos la que recibió…

¡Bien… si es ese el problema, me encargaré de Minos… pero descuida, te pondré el apartamento que quieres… ya es hora que te independices! – Rada sonrió con amabilidad, orientó a Milo a que regrese al estudio… después sacó su celular marcó a un número y simplemente dijo… “¡Debemos hablar!”… antes de colgar y presenciar, como siempre lo hacía, los ensayos.

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¿Entonces se separaron? – Aioria había ido a dormir al recién estrenado departamento de su mejor amigo Milo.

¡Si, Minos lo negó todo… después me mando un mensaje diciéndome para que nos encontremos! – terminó de decir el joven recostándose en el sofá…

¿Pero te agrada que se hayan dejado? – el tono del castaño era pícaro, lo que ocasionó que le peli azul se sonrojara…

¡Minos no lo merece… él es una buena persona… y le debo todo! – Milo cerraba sus ojos al decir aquello, Radamanthys era una persona muy especial para él, a pesar de su apariencia seria, siempre se había mostrado amable y protector con él… aunque también era cierto, que jamás lo había hecho enfadar en serio…

¡Pues para él también eres especial… este departamento esta excelente! – exclamaba el castaño revisando primeramente la nevera, pues bien lo conocía Milo por su apetito de león… el sonido del teléfono al sonar llamó la atención del peli azul, quien atendió animoso…

¡Residencia de Milo Escorpio, ¿quien habla?! – Aioria miró también a su amigo… su expresión se había vuelto pálida, entonces colgó…

¿Quién era? – preguntó, más Milo no dijo absolutamente nada, simplemente sonrió y negó con la cabeza…

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En la mañana muy temprano recibieron la visita nada inesperada del oji dorado… quien no se sorprendió de encontrar a Aioria ahí, Milo le mostraba todo el lugar con detalle, hablaban del último concierto, entre otras cosas… A eso del medio día Aioria fue a su clase en la universidad, dejando solos a ambos.

¡Recibí nuevamente esa llamada… no es que me ponga nervioso, pero no entiendo cómo obtuvo el número de este lugar, también el de mi móvil… es algo molesto! – el peli azul tomaba su guitarra y la afinaba mientras se lo comentaba al mayor…

¿Qué te dijo? – pregunto el oji dorado tomando algo de agua y mirando serio a su protegido.

¡Cosas… jejeje… prefiero no reproducirlas! – murmuró un tanto amargo - ¿Y tú… qué tal estas?

¡Bien… estoy saliendo con alguien ahora mismo… un antiguo conocido! – Rada sonrió ante el comentario…

¡Con ese tal Aiacos! – Milo era ahora quien sonreía ante la expresión de sorpresa del mayor…

¡Vaya, a Mu no se le escapa una! – ambos rieron ante el comentario…

¡Él fue tu protegido hace mucho… ¿me han dicho bien?! – los zafiros del más joven se posaron en el mayor, quien simplemente asintió… - ¡Ahh… él era el vocalista del grupo que antes representabas… donde estaba Minos!

¿Acaso estás preocupado? – preguntó con una sonrisa ladina el rubio…

¡Jajajaja… pues ya eres bastante anciano, así que supongo que sabrás cuidarte! – Milo sonrió con picardía a la expresión ofendida del mayor tras la palabra “anciano”.

¿Acaso estas celoso? – ahora era Milo el que tenía una expresión cómica a los ojos de Radamanthys.

¡Quizás lo estoy! – dicho esto Milo simplemente fue a la cocina, dejando pasmado al oji dorado que no se esperaba esa salida.

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Volvía a suceder, y esta vez habían entrado a su apartamento… no se sentía lo suficientemente seguro como para pasar la noche ahí… tampoco quiso llamar a Aioria para que viniera a hacerle compañía, no era que estuviera asustado ni nada por el estilo, estaba nervioso… habían violado su intimidad, llenado su cama de pétalos de rosas rojas, escrito que sería de ese alguien y que moriría antes de ser de alguien más, en el espejo de su habitación, además rallaron todas las fotos en donde salía con sus amigos de la banda…

Toco la puerta con una mezcla de vergüenza y curiosidad, hacía exactamente siete meses que había abandonado ese apartamento, y de que Radamanthys salía con aquel sujeto, cuatro… “¡Solo espero que no este aquí!”… la puerta se abrió, parecía que el rubio acabase de levantarse, estaba sin camisa y con la parte baja de su piyama… lo miró con sorpresa, al ver su aspecto… lo dejó entrar…

¿Me explicarás hoy o mañana? – preguntó el rubio cerrando la puerta…

¡Entraron a mi apartamento, a mi habitación… encontré un mensaje en el espejo y todas mis fotos fueron destruidas…! – soltó sin siquiera respirar el peli azul observando que, para su alivio, Rada se encontraba solo en ese momento.

¡Llamaré a la policía! – el rubio cambió totalmente su expresión, de preocupación se había transformado a enfado… miró al más joven que parecía concentrado en el sofá…

¡No quiero… no quiero un escándalo de esto… sólo déjame quedarme aquí… ¿puedo?! – murmuró Milo sentándose en el cómodo sofá, no le importaba incluso dormir en el suelo, siempre se había sentido más seguro con el mayor…

¡No puedes dormir en el sofá…! – murmuró el rubio sonriendo al más joven que realmente parecía cansado… - ¡Duerme en mi cama… yo duermo en el sofá!

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Miró desde la puerta al rubio acomodándose en el sofá… a pesar de que se había negado, el mayor hizo acopio de toda esa seriedad que lo caracterizaba para ordenarle que obedezca… él siempre era muy amable con él y lo cuidaba… le agradó ver en la habitación fotos suyas y no de Aiacos… realmente aborrecía a ese sujeto, tanto como a Minos… y no era que alguno de ellos le hubiera hecho realmente algo… sólo comentarios despectivos por parte del actual novio… y excesivos acosos, por parte del anterior… pero quizás lo que más le molestaba de ambos…

¡Quisiera que duermas conmigo! – susurró cabizbajo… el rubio lo escuchó a la perfección, miró en dirección al joven que estaba parado en la puerta…

¡Realmente te asustaste… descuida Milo, arreglaré esto… no volverá a suceder! – una parte de su interior se estrujó… no quiso pensar mal, por lo que lo comprendió del sentido más lógico… no cometería ningún error con su protegido, por más que le gustaría pensar a su conveniencia… no fallaría a la confianza que tan ciegamente le depositaba el menor.

¡Lo se… buenas noches! – su tono era derrotado… acaso debía ser más directo… no entendía por qué a pesar de sus insinuaciones, jamás era tomado enserio… “¿Acaso es por que es mi representante… no desea que pase lo mismo que con Minos y Aiacos… o no le gusto?”…

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Molestia… eso era lo único que sentía… en qué momento se descuidó… ahora que Milo ya salía con ese sujeto, cómo iba a decirle al menor que su actual novio era el mismo que lo acosaba… suspiro con fastidio y nuevamente observaba la información que le acababa de entregar el investigador privado que contrató… leyó nuevamente el legajo…

Camus Acuario, joven de veinte años, estudiante de medicina… proviene de una familia bien posicionada, jamás se le ha negado nada… siempre se ubica en los mejores lugares durante los conciertos de la banda Antares. Al parecer decidió que ya era hora de probar nuevas técnicas, encaró a Milo en un restauran, y al peli azul simplemente pareció gustarle bastante…

¡Maldición… ahora me será más difícil… ¿qué voy a hacer?! – Rada había hablado con Aioria y con Shaka, al parecer a ninguno de los dos les agradaba el sujeto, en apariencia muy frío y reservado, sin embargo, parecía saber cómo debía manejar a Milo, y este terminaba cediendo a sus exigencias…

El sonido de la puerta al ser tocada lo sacó de sus pensamientos, guardó los documentos en el cajón de su escritorio y fue a abrir… grande fue su sorpresa al ver…

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¡Ha de preguntarse qué estoy haciendo aquí! – un joven de cabellera azul oscura sonreía ante el rubio, quien simplemente lo dejó pasar… - ¡Vengo a hablarle de Milo!

¡Milo sabe que está aquí con esa intensión! – Rada miró directo a aquellos ojos que realmente le parecieron muy fríos…

¡No… pero a usted si le interesará lo que tengo que decir! – siguió el joven observando detenidamente la sala…

¡Lo escucho! – algo no le estaba gustando de la actitud que tenía ese joven… algo definitivamente no andaba bien…

¡Descubrí a Milo drogándose…! – soltó serio el más joven, sorprendiendo al mayor, más este sólo lo demostró un segundo - ¡Usted debe ayudarme a alejarlo del mundo en donde lo metió… está destruyendo su vida! - Un tenso silencio reinó entre ambos…

¿Dónde está Milo? – preguntó al fin el rubio…

¡Está en su apartamento… se siente bien señor Radamanthys… se ve pálido! – dijo el peli azul y sonrió, se acercó al mayor y en un rápido movimiento sacó una jeringa de su bolsillo y se lo aplicó al rubio, quien al no ver venir eso, no pudo hacer nada para evitarlo.

¡Que… demonios…!

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Despertó sintiéndose totalmente mareado… estaba recostado en la tina de su baño… y por todas las ánimas del inframundo… no podía moverse… intentó aclarar su visión, estaba desnudo y con agua hasta su pecho… intentó incorporarse, pero tampoco le fue posible… entonces pudo notar que era observado por Camus.

¡No te esfuerces en vano… no podrás moverte… la droga que te apliqué paraliza cada músculo de tu cuerpo, cuando el agua llegue hasta aquí, morirás ahogado! – sonrió al decir esas palabras…

¿Por qué…? – logró decir el rubio intentando encontrar fuerzas en alguna parte de su cuerpo para salir de esa situación…

¡Sin tu molesta existencia…! – murmuró el peli azul tomando de los cabellos al rubio… - ¡Ya nada podrá alejar a Milo de mí… descuida, lo consolaré cuando se sienta deshecho por tu muerte!

¡Maldito…! – escupió con rabia el mayor… realmente no podía moverse, eso empezaba a inquietarlo…

¡Es una pena… eres muy guapo… eso explica por qué se enamoró de ti! – Camus se levantó y colocó nuevamente su abrigo… - ¡Quizás te queden diez minutos o cinco!

Rada no dijo una palabra, la afirmación del joven de que su protegido estaba enamorado de él lo había impactado… eso no podía ser… “¡Milo!”…

¡RADA… NECESITO HABLAR CONTIGO! – la voz del joven cantante del grupo Antares llegó hasta los dos hombres que estaban en el baño… inmediatamente Camus cerró la boca del rubio con su mano…

¡Demonios… ¿qué hace aquí?! – soltó el estudiante de medicina cerrando el grifo de agua - ¡Tendrá que ser a la antigua! – sin esperar nada más hundió la cabeza del rubio en la tina con todas sus fuerzas… Rada nada podía hacer para defenderse, no podía moverse, sentía todo el cuerpo pesado…

¡¿QUÉ HACES?!

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Milo había encontrado las llaves del auto de Radamanthys en el departamento por lo que supo que no pudo haber salido… no iba a hablar aún con él, pero las palabras de su novio de que descubrió a su representante tomando calmantes no le había dejado nada tranquilo, debía hablar con él al respecto, estaba sorprendido, el mayor siempre había sido muy centrado, incluso a él no le dejaba beber, el único vicio que tenía era que al estar nervioso fumaba, pero hasta eso lo estaba dejando… lo llamó en voz alta, y nada… se dirigió a la habitación del mayor… vio su ropa en el suelo, había luz en el baño… suspiró ante la idea de esperarlo…

Volvió a la sala… se sentó en el sofá… “¿Qué es esto?”… sobre el piso encontró una jeringa… tuvo un mal presentimiento, por lo que fue al baño y lo abrió de improvisto… grande fue su sorpresa por lo que encontró… Camus estaba intentando ahogar a Rada… reaccionó rápido lo jaló de brazo y lo lanzo para otro lado, se arrodilló en el suelo a lado de la tina y ayudo al rubio a sentarse…

¡Dime que estas bien! – en la expresión del joven sólo estaba pintada la más absoluta angustia…

¡Cuidado…! – gracias al aviso del rubio, Milo pudo detener el inminente golpe de Camus con una estatuilla de vidrio, sostuvo el objeto con una mano y con la otra golpeó en el rostro al peli azul oscuro… este retrocedió unos pasos dándole tiempo al cantante de ponerse de pie y enfrentarlo en igualdad de condiciones…

¿Por qué Camus… no entiendo? – soltó acercándose lentamente a quien fuera su novio…

¡El estorba… se ha metido entre nosotros… se ha metido en tú corazón… que es mío! – dijo con rabia el joven antes de intentar golpear a Milo quien esquivó el golpe y le propinó uno en el estomago al otro joven, quien cayó al suelo…

¡No debiste… llamaré a la policía! – Milo se acercó al teléfono cuando terminaba de marcar Camus lo ataca nuevamente, esta vez rodeó su cuello con el cable de la lámpara…

¡Si no eres mío… no serás de nadie! – aquellas palabras impresionaron al peli azul… eran las mismas palabras que leía en cada una de las tarjetas de su acosador…

¡No… suelta….! – Milo no podía soltarse del agarre, le estaba costando respirar… cayó a la cama al sentir que las fuerzas de sus piernas lo abandonaban… estaba boca abajo en la cama… sintió los labios de Camus en su oreja…

¡Debiste ser mío… no rechazarme por él!

¡Rada…!

Un golpe sordo… después la presión en su cuello disminuía… comenzó a toser desesperado, en un intento de sus pulmones de recuperar el aire que se les había negado… miró a un costado… con el mismo cable con que fue atacado, Radamanthys amarraba a Camus…

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¿Cómo te sientes? – Radamanthys se sentaba a lado de su protegido, la policía hacia media hora se había retirado del apartamento.

¡Bien… aunque eso fue intenso! – murmuró el peli azul, mirando un tanto nervioso al mayor… - ¡Lo siento… por haberte involucrado!

¡No… tranquilo… de todas maneras… iba a involucrarme! – el rubio se acercó al más joven y rozó sus labios, sorprendiendo al peli azul, quien sólo atinó a abrir de sobre manera los ojos… - ¡Me gustas… no… te amo…!

Rápidamente el peli azul contestó el beso apasionado, su corazón palpitaba acelerado en su pecho, simplemente no podía creer lo que acababa de escuchar… se tumbaron sobre la cama del rubio, este sólo tenía bata, por lo que fue fácilmente desechada mientras se acostaba sobre el cuerpo del más joven, a quien fue despojando de sus prendas con una desesperante lentitud…

¡Yo…! - Susurró el peli azul, más no pudo terminar la frase por que los labios del mayor no se lo permitieron…

¡Sé mío… sólo mío! – soltó el rubio suavemente al oído de Milo, mientras con sus manos recorría la firme piel del joven, que comenzaba a retorcerse bajo suyo debido al placer.

¡Sólo tuyo…! – Milo rodeó con sus brazos el cuello del rubio y asaltó sus labios con deseo… se dejó hacer sumiso a todas las caricias y demandas del mayor… aunque también demandaba esas caricias…

Sus manos recorrieron la fuerte espalda del mayor… sus dedos enmarcaban cada músculo… tanto de los brazos como de su torso… sus labios recorrieron el cuello y el pecho, buscando luego, nuevamente aquellos labios… de su boca comenzaban a escucharse leves gemidos que se fueron acentuando… sentía en su cuerpo, cómo eran recorridas por la habidas manos del mayor… eso le estaba gustando…

Tomó una de las piernas del más joven y la colocó a un lado de sus caderas, recorrió lentamente la misma hasta llegar a su base… paulatinamente su mano llegó a la parte más íntima del peli azul, la cual invadió primero con un dedo, luego con dos…

¡Ahhh…! – Milo estaba que no podía con las sensaciones que experimentaba… arqueaba su espalda e intentaba darle mayor espacio a Rada entre sus piernas… mordió su labio inferior al sentir cómo era invadida su entrada… era una sensación molesta, pero estaba decidido a no echarse para atrás, no ahora que el rubio también estaba demostrando que lo deseaba.

¡Relájate…! – susurró el oji dorado al oído del peli azul, justo cuando se disponía a penetrarlo… el más joven intentó acallar un quejido, sus ojos inevitablemente se llenaron de lágrimas… no pudo evitarlo, era doloroso…

Las embestidas eran lentas en un principio… el mayor masajeaba el miembro del joven para ayudar a relajarlo, lo sentía tenso, y su deseo era que lo disfrutara tanto como él… una vez que logró que se venga lo tomó de la cintura y lo sentó con las piernas aún alrededor de él… se movían acompasadamente, Milo rodeaba con sus brazos el cuello del mayor, mientras se besaban, sentían la fricción de sus cuerpos junto con el sudor mezclándose como uno…

Los jadeos inundaron la habitación, mientras que si uno prestaba atención, podía escucharse el sonido de los latidos del corazón de ambos amantes, que se estaban entregando en cuerpo y alma, el uno al otro…

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El concierto de Antares había sido un éxito… el publico aclamaba una más… el calor del ambiente era incitante y provocador, a pesar de que ya eran mas de la media noche… aun así todos querían seguir ahí, y seguir cantando… Aioria sonrió con entusiasmo mirando a sus compañeros… todos estaban cansados, pero la euforia no les permitió demostrarlo…

¿Qué piensas Milo… podrás seguir un poco más? – preguntó Shaka, aún no podía creer que hubiera ido tanta gente…

¿Y ustedes? – preguntó Milo sonriendo…

¡Tú qué crees amigo! – Aldebarán lo había dicho todo al salir nuevamente al escenario… el público estalló en aplausos y gritos…

¡Parece que no nos queda de otra ahora! – suspiró Mu, aunque el brillo de su mirada decía que estaba más que satisfecho…

¿Y qué cantarás?… ¿repetiremos alguna de las otras… quizás “Extrañas Pasiones” sea la mejor? – dijo Aioria tomando nuevamente su guitarra…

¿Qué opinas Rada…? – Milo se sonrojó levemente al recibir un susurro cerca de su oído…

¡Me parece un buen momento para lanzarlo! – dijo el mayor… Milo lo besó fugazmente en los labios antes de volver al escenario…

¡Muchachos…! – dijo tomando el micrófono y mirando a su grupo - ¡Amor Inmortal! – Murmuró y mirando a todos sus fanáticos expresó - ¡Esto es para ustedes…!



--- Fin ---

Notas finales: Gracias por leerlo.. besos...

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