En algún momento de su vida, tanto esfuerzo valdría a pena. Haciendo valer aquel viejo refrán, "un buen discípulo supera al maestro", se armó de coraje para enfrentarse a una de las pruebas más decisivas de su joven vida. No podía dar marcha atrás, su maestro se decepcionaría y él no quería eso. Al escuchar su nombre, se puso de pié y camino unos metros hacia la puerta que le permitiría el paso hacia una respuesta que estaba buscando hacía tiempo. Antes de girar la perilla, tomo aire y cerrando los ojos abrió la puerta.
-Adelante.- se escuchó decir mientras se asomaba con temor.
-Co-con permiso.- dio unos pasos y cerró la puerta. Camino hacia el centro de la sala para quedar frente a cinco personas: un hombre con varios papeles en mano, un chico de cabello negro con una enorme sonrisa, junto a él se encontraba un chico rubio, a su lado otro chico rubio de cabello más largo y por último un chico de cabello negro que parecía estar quedándose dormido.
-Bien... Takuya, ¿verdad?- preguntó el chico de la enorme sonrisa.
-S-si.
-Mucho gusto. Mi nombre es Teruki. Ellos son Miku,- dijo señalando al rubio que se encontraba a su lado- Bou y Kanon. Este hombre de aquí- señaló al hombre que se encontraba a su derecha- es el manager.
-Se... será un honor poder tocar para ustedes.- hizo una reverencia.
-Pues dinos, ¿qué canción tienes preparada para hoy?
-Eh... Yo... yo mismo compuse una y... me gustaría que la oyeran.- dijo con la cara roja.
-Oh... Será un placer. Adelante, cuando tú quieras.
-S-si...
Comenzó con algo de timidez. A medida que sus dedos se movían, iba recordando las palabras de su maestro.
*~*~*~*~*~ Flash back ~*~*~*~*~*~*
-¿Te rindes tan rápido?
-Pero... me duelen los dedos...
-Nada se logra sin sacrificio.
-Lo sé...- sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Si lo sabes, continúa.
-No puedo...
-Si que puedes.
-No...- soltó un gran sollozo y con él dos gruesas gotas saladas.
-Querer es poder... Lo que significa que tú no quieres.
-¡Si que quiero!
-Entonces hazlo.- le entregó su guitarra.
-Por favor... Tan sólo mírame...- le mostraba sus dedos ensangrentados por tano tocar la guitarra.
-Está bien.- dijo con tono muy molesto- Deja todo y vete a tu casa.- le dio la espalda indicándole la puerta.
-Pero...
-¡Vete!
-Sensei...
-Nada de eso. Ya vete.
*~*~*~*~*~ Fin del flash back ~*~*~*~*~*
"Te sentirás orgulloso de mí, sensei...". Sus ágiles dedos se movían rápidamente, logrando así interpretar una melodía que dejó boquiabierto a más de uno de los allí presentes. Tan joven y tan talentoso, era sorprendente, nadie podía quitarle los ojos de encima y maravillarse. Nadie excepto una persona con una sonrisa burlona dibujada en su rostro. Takuya notó eso y dio todo de sí para intentar borrar esa sonrisa que tanta rabia le daba. En el aire se podía sentir toda esa energía que desprendía con su guitarra.
-Creo... Creo que ya está bien.- dijo el baterista- Buen trabajo.- se detuvo.
-Tienes mucho talento.- habló por fin el vocal.
-Gra... gracias.
-¿Hace cuánto tocas la guitarra, Takuya?- preguntó el mayor del grupo.
-Más o menos cuatro años.
-¿Eres capaz de hacer todo eso con tan solo cuatro año de práctica?- se sorprendió el rubio vocal, Takuya asintió- Lo que daría por poder hacer eso.
-¿Non-chan, tienes algo que agregar?
-Estoy de acuerdo con ustedes.
-No te gusta gastar saliva, ¿eh, Non-chan? Bueno... ¿Y tú, Bou?
-Pues...- el nombrado se cruzó de brazos- Yo creo que ya está todo dicho.- miró fijo a Takuya.
-OK... Eh... ¿Eso es todo, no?- preguntó Teruki al manager.
-Si, ya lo tenemos todo grabado.
-Muy bien... Listo, Takuya. Muchas gracias.
-El... placer fue mío.- hizo una reverencia y se dirigió a la puerta, la cual abrió y comenzó su marcha para retirarse del edificio en el que se encontraba. En su bolsillo, sintió una vibración: era su celular, le había llegado un mensaje. "Espérame en el café de la esquina" decía.
En los alrededores se podían encontrar jóvenes con guitarras, todos con grandes esperanzas en quedar con el puesto que dejaba Bou. A medida que el joven caminaba hacia el café donde había quedado con la persona que le envió aquel mensaje, pensaba seriamente en lo que había hecho. El pasado volvió a su mente otra vez.
*~*~*~*~*~ Flash back ~*~*~*~*~*~*
No hacía otra cosa más que llorar enredado entre sábanas húmedas.
-Deja de llorar.- besó su espalda desnuda.
-Se... Sensei...- se volteó como pudo a verlo- ¿Por... qué?
-Tú me provocaste, Taku-chan.
-¿Fue porque... te dije que anoche no practiqué?
-Si quieres superarme debes practicar todos los días.
-Pero... tenía que estudiar.
-Otra vez con eso.
-No puedo dejar la escuela... Mis padres me matarían.
-Entonces... quien te matará... seré yo... pero de placer.
-No... Sensei... ¡¡NO!!
*~*~*~*~*~ Fin del flash back ~*~*~*~*~*
Cuando llegó al café, se sentó en una mesa junto a la ventana con vista a la calle, así podría ver a esa persona cuando llegara. Una camarera se le acercó y le preguntó si quería algo; sólo pidió una taza de café. La camarera se fue, él chasqueaba sus dedos, estaba algo nervioso e impaciente. Miraba para todos lados, pero no había rastro alguno de aquella persona. Después de un rato, la camarera regresó con su orden y, en ese entonces, llegó quien Takuya estaba esperando.
-Al final lo hiciste, ¿eh?- se sentó delante de él y se quitó los lentes de sol que llevaba puestos.
-Si.- respondió firmemente.
-Ya veo.- acomodó su cabello rubio.
-¿Por qué... no dijiste nada?- preguntó inseguro.
-Ya todo estaba dicho.
-Esperaba algo más de tu parte.- dijo con tono melancólico.
-Si harás las cosas esperando algo a cambio, será mejor que no hagas nada. No siempre se te recompensará por tu sudor y sangre.
-Ya lo sé... Eso... lo aprendí muy bien... contigo...
-Ja...- se quedaron callados. El silencio era muy molesto, ninguno de los dos pronunciaba palabra alguna; el ambiente se hacía cada vez más tenso- Creí que eras un cobarde.- habló por fin el rubio.
-Yo... decidí que sería firme en las decisiones que tomara desde que me contaste lo de...
-Si, lo recuerdo.
-No lo entiendo.
-¿Qué cosa?
-La razón de tu partida.
-Ya te lo dije mil veces, Takuya.
-¿Te das por vencido?
-No.
-¿Entonces?
-Es que ya no puedo seguir con esto.- Takuya bajó la cabeza, con semblante de tristeza- ¿Por qué te pones así?
-No... por nada.
-Anda, dímelo.
-No es nada, en serio.
-Takuya, no me puedes mentir.- el nombrado levantó la mirada.
-Es que... me da la impresión de que me ocultas algo.- dijo sin más.
-¿Ocultarte algo?- el menor asintió- Claro que no.
-Entonces dime por qué te vas.
-Necesito tiempo para descansar, ¿de acuerdo? Eso es todo.
-S... si...- esa expresión de tristeza en el rostro de Takuya no se iba.
-Bueno... Ya cambia esa cara, Taku-chan.- tomó su mentón con una mano- No me gusta verte así.
-Lo sé.
-Entonces sonríe. Tienes una sonrisa maravillosa.
-Sensei...- dijo apenado, con las mejillas algo sonrosadas, y tomó un sorbo de su taza de café.
-Ja, ja... Así es como me gustas.- le regaló una enorme sonrisa.
-Deja de decir esas cosas.
-¿Por qué? ¿No te gusta que te diga que te quiero?
-Si pero no aquí. Alguien puede reconocerte.
-No hay problema. Pronto desapareceré de la faz de la tierra.
-No digas eso.
-Está bien, lo siento.- hizo una pausa- Aunque tal vez tengas razón.
-¿En qué?
-Que ser cariñoso contigo podría ser un problema. Pronto serás el guitarrista de An Cafe.
-Todavía no sé si quedaré.
-Vamos, lo hiciste muy bien. Estuviste genial.
-¿Ahora me lo dices?
-Tenía pensado decírtelo más tarde... Tú me entiendes.- le guiño un ojo.
-Sen... ¡Sensei!- exclamó con la cara roja.
-Tenemos que celebrar que te mudaste a Tokio para ser independiente, Taku-chan.
-Hay distintas maneras de celebrarlo, sensei.
-Pero esa es la única manera que tengo para celebrar contigo... sólo los dos.- el menor tomó un gran trago de su taza- Esta noche... ¿vendrás a verme?- preguntó serio.
-Si no te molesta...
-Para nada... Me gustaría enseñarte un par de cosas antes de que subas a un escenario junto con una banda major.
-¿Qué?
-Así es, An Cafe firmará un contrato con Sony Music.
-No me habías dicho nada.
-¿En serio? Qué raro, pensé que lo había hecho.
-Ahora más que nunca, ¿en serio estás seguro que quieres dejar todo?
-Si... y no empieces con tus "peros".
-Sensei...
-Takuya, supera a Bou.
-¿Superar... a Bou?
-Haz que me sienta orgulloso.
-¿Y... si no logro quedar?
-Pues... Te diré algo más...- le extendió su mano- Bienvenido... a Antic Cafe, Takuya.
-¿Cómo?- preguntó incrédulo.
-Ya está todo decidido. Eres el nuevo guitarrista.
-¿Yo?
-Si.
-¿Cuándo... lo decidieron?
-A penas saliste.
-¿Sensei, qué hiciste?
-Eh...
*~*~*~*~*~ Flash back ~*~*~*~*~*~*
-Por favor, él, tiene que ser él.- saltaba de un lado a otro.
-Espera, tranquilízate.- decía Teruki.
-Por favor, Teruki.- dio media vuelta- Miku...
-Eh... no lo sé.
-Kanon...
-¿Ustedes qué dicen?
-Pues, era muy bueno, ¿no, Miku?
-Si.
-¿Entonces?- lo miraba con ojos de cachorro.
-Si tanto insistes...
-¿En serio?
-Si.- asintió el vocal.
-¡¡BIEN!!
*~*~*~*~*~ Fin del flash back ~*~*~*~*~*
-No puedo aceptarlo.
-¿Por qué no?
-Los presionaste.
-Pero si te elogiaron y todo.
-Aun así. No quería lograr esto sólo por tener influencias.
-De vez en cuando está bien aprovecharse de las influencias.
-Eso no fue lo que me enseñaste, sensei.
-Cada día se aprende algo nuevo, Taku-chan.
-Como tú digas.- se resignó.
-Bien... Entonces... ¿superarás a Bou?
-¿Superarte a ti, sensei?
-No digo que superes a Kazuhiro Saito, sino a Bou.- lo miró desafiante.
-Veré qué puedo hacer.
-Ese es mi alumno preferido.
-Yo soy tu único alumno.
-Ahora que salgo de la banda, tal vez pueda conseguir otros.
-¿Otros?
-Aunque ninguno tendrá los privilegios que tú tienes, Taku-chan.- le dijo en un tono bajo.
-A veces pienso que tu nivel de perversión ha ido aumentando con los años.
-Es culpa de Miku. No te acerques mucho a él.
-Qué exagerado, sensei.
-Lo digo en serio.- así lo hacía- No te acerques a Miku.- Takuya no supo qué más decir. Siempre que Bou ponía esa cara, sabía que no estaba bromeando; hacía años que aprendió esa valiosa lección.
El menor tomó sus cosas para irse y Bou lo acompañó hasta la salida del café de la esquina.
-Nos vemos está noche.- dijo el rubio.
-S-si...
-Esperaré ansioso. Nos vemos.- saludó con su mano y se fue.
Había llegado el momento en la joven vida de Takuya en que nada volvería a ser como era. Tantos golpes duros recibidos, tanto sudor, sangre y heridas de varios tipos valdrían la pena al final. Una dura lección que lo dejaría marcado para siempre estaba comenzando.