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Never Forget por zoe

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Notas del fanfic:

zoe*secandose las lágrimas*-Es mi primer fic en esta categoria wizz. Lloro por el sentimiento que me causa wizz; espero que les guste, se me ocurrió está tarde, cuando encontré unos videos wizz (que creí perdidos, extraviados, muertos) de la despedida de Bou-

zoe-Eso la dejó traumada, no volvió a tocar la guitarra en años-


zoe-Tal vez debí esperar, hasta que se cumplieran los tres añso wizz, pero eso solo me daría más sentimiento wizz. Espero lo disfruten

Notas del capitulo: zoe-no tengo palabras wizz

zoe-eso es trágico...al menos para ella
Akiharu despertó demasiado temprano esa mañana, pero no se movió de la cama; solamente estaba ahí observando a su rubio dormir. Era su último día juntos, el 30 de Abril había llegado muy rápido para su gusto.
Todos y cada uno de los momentos que vivieron juntos venían a su cabeza, las risas, los ensayos, conciertos y giras, los celos que le producía el hecho de que Kazuhiro hiciera fanservice al lado de Teruki y Kanon, pero no había problema. Porque solo le amaba a él, de eso podía estar seguro.
Se estaba traicionando a si mismo, le traicionaba a él; de nuevo estaba llorando. Unos cálidos brazos le rodearon y unos tiernos labios besaron aquellas gotas que corrían por su mejilla, para después besarle en los labios, un beso corto, tierno, lleno de cariño, tristeza y miedo, pero aún así, repleto de amor.


-Aki, nakanaide, que harás que yo también llore, y ya no quiero hacerlo –sus ojos se empezaban a humedecer.
-Eso no lo permitiré –dice al tiempo en el que besa y se coloca encima suyo, para acariciar su desnudo, delicado y dulce cuerpo. Aquel cuerpo que podía estar seguro solamente le había entregado a él, y que para siempre llevaría su marca.

Sus labios dejaron de entretener los del rubio, para esparcir besos por todo su rostro, llegando así al cuello, donde tardó un poco más, quería marcarlo, sentía la necesidad de hacerlo; la necesidad de demostrar que era suyo, solo suyo, que no importase la cantidad de fandoms yaoi que había encontrado de KanonxBou o TerukixBou, la única realidad es que solamente se había entregado a él, y lo demostraría con esas marcas rojizas que pronto tornarían de color violeta.
Su mano jugueteaba con el semi-erecto miembro del mayor, lo acariciaba con las yemas de sus dedos, no ejercía un gran toque en éste, porque sentía a su guitarrista tan frágil que quería ser delicado, y al mismo tiempo quería torturarle un poco, deseaba escuchar su voz excitada pidiéndole por más; mientras la otra se encontraba en su pecho, acariciando sus tetillas. Hasta que decidió cambiarla por su lengua, la cual recorría su pecho en espiral, haciendo soltar a Kazuhiro quejiditos de placer
-E-eres cruel, A-a…ki hummmh –sus dedos intentaban enterrarse en las sábanas, sus respiración ya estaba bastante agitada, apenas y podía tragar bien, un hilo de saliva escurrió por la comisura de sus labios, ayudando al teatro mental de Miku para excitarse más y ¿es que cómo no hacerlo, teniendo delante suyo, al chico más bello de todos, gimiendo por más, diciendo su nombre entre suspiros placenteros, sonrojado, totalmente entregado al menor, y ahora eso? Apresuró su lengua a seguir el camino de la saliva antes de que se perdiera. La punta de su lengua hizo todo el trabajo, hasta llegar a los labios del amor de su vida, donde se perdió por un buen rato, en un largo y profundo beso.
Bou atrajo con su mano libre la nuca del castaño, para profundizar más aquel beso, mientras con la otra daba pequeños masajes al miembro de Miku.

Al separarse por falta de aire, se miraron por un rato, los ojos de ambos destellaban, como no lo habían hecho desde su primera vez juntos, ese destello que habita escondido en los ojos de cada chico y chica enamorado, dispuesto a salir, cuando miran fijamente a la persona a la que se entregaran de por vida, a la persona que se lleve su corazón y lo cuidará, amará, entregando el suyo al mismo instante.

Hiro, hizo hacia atrás el cuerpo de Aki, con la intención de quedar encima; con sus manos blancas acarició su rostro, su torso, siguieron el recorrido hasta llegar a la ingle del menor, donde intercambió el deleite de sus manos por el de su boca; comenzando a besar cada trozo de piel que estaba en su camino, hasta llegar donde la erección de Aki, su Aki, sólo él y Dios sabían cuanto le amaba, siempre estuvo a su lado, y no le importó el hecho de que pareciera mujer, de hecho fue él quien le invito a vestirse como una Deco. Claro, también hay que sumarle las malas intenciones, de su novio fetichista, androginofílico y amante del fanservice.

Su lengua recorría toda la extensión del miembro del menor, debes en vez posaba la punta de su lengua sobre la del miembro, dejando caer la saliva, para que le cubriera un poco, y volverse a la tarea de engullirlo hasta donde su garganta lo permitía.

-Basta….Hi-hiro –el mayor se detuvo ante la petición y acercase a besarle de nuevo, mientras lentamente se iba sentando sobre el pene, húmedo y lubricado, de su amante; soltó un pequeño quejidito al entrar todo el, Miku, se dedicó a acariciar el cuerpo de su adonis y a masturbarle un poco para que no sintiera tanto la penetración. Sintió delirar cuando Hiro estuvo cubriendo su miembro en su interior, amaba su interior, moverse dentro de el, descansar en el, correrse en el, que solamente él se había apropiado de el y lo había marcado.

Con sus manos, levantó un poco el cuerpo del mayor (que no pesaba casi nada) para ayudarle a marcar el ritmo de las embestidas.
Durante un largo rato, permanecieron de esa manera, dedicándose palabras de amor, besos furtivos, compitiendo quien amaba más a quien. Pero fue Akiharu quien lo modificó, ya no podía más, necesitaba avanzar más, tocar ese punto en el interior del rubio, que les llevaba a conocer el paraíso a ambos en un gemido que expresaba el placer que sentían al estar tan unidos.

Con maestría cambió posiciones, sin sacar su miembro, logró colocar las piernas del rubio sobre sus hombros y aumentó el ritmo, cada vez llegando más hondo, y más hondo, pero aún no era suficiente, necesitaba más. A su mente los recuerdos regresaban, así como las lágrimas lo hacían en sus ojos, ¿por qué? ¿Por qué tenía que “graduarse”? ¿Por qué le abandonaba? No quiso mirar, pero un fuerte impulso lo obligó a hacerlo, a ver su rostro, con sus mejillas húmedas por las lágrimas que él también derramaba. Haciendo el amor, no solo unían sus cuerpos, sino que también lo hacía sus sentimientos, Miku sentía lo que Bou sentía y viceversa, unían sus almas, volviéndose uno; ya fuera riendo o llorando –como ene se instante- se unían y se complementaban. Y aún así…se separaban.

Al final lo encontró, aquel punto que tan bien conocía, que tanto gozaba, el instante de presionarlo y como el interior de Hiro se comprimía, llevando a su miembro al orgasmo. Sin salir de su interior, se recostó un poco sobre el pecho del rubio, el cual subía y bajaba, tratando de recobrar el ritmo con el cual debía respirar; se abrazó a él, queriéndole impedir que se fuera.

-Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, Kazuhiro Saitō, te amo más que a nada en este mundo.
-Yo te amo también Akiharu Tsukiyama, más que a mi propia vida, más que cualquier cosa en el mundo que me haya llegado a gustar alguna vez. Te amo porque tú eres mi vida
-¿Entonces por qué debemos terminar? ¿Por qué no te puedes quedar?
-Te amo, nunca lo dudes, nunca lo olvides –llevó su mano izquierda a su rostro para cubrir sus ojos lagrimosos.







Ya era la hora, era su turno de hablar, era le momento de despedirse; no pudo mirarlo a la cara, permaneció en cunclillas frente a la bateria, tratando de calmar su llanto, de reprimir los impulsos de ir a abrazarle, besarle y rogarle que no se fuera.
Bou pasó a su lado y le tomó de los hombros, la última canción juntos, era la hora.
La voz le traicionaba, el llanto le traicionaba, él mismo se traicionaba. Acarició la cabeza de su rubio, quien no podía detener el llanto incluso tocando. Gritaba, era la única manera que encontró para no parar la canción y llorar.

Era la última canción que tocaría a su lado, y ya…había acabado. Ahora se encontraba tirado en el suelo, acostado, recordando lo bueno para calmarse, pero era eso lo que más daño le hacía; muchas veces uno dice (o le dicen) que recordar los buenos momentos es lo mejor que se puede hacer, pero ¿qué saben ellos? Quien lo dice nunca se encontró en una situación así, como para saber, que recordar lo pasado, bueno o malo, es dañino, porque son recuerdos de tiempos que nunca volverán, son fragmentos de nuestras vidas, que se van con aquella persona.
Lo último que pudo distinguir, y eso con esfuerzo, fue a Teruki, quien iba a recoger a Kanon, que también estaba llorando en el suelo.


Todo el mundo se había ido, y ellos estaban por hacer lo mismo; cuando observó a Bou, a punto de marcharse, le tomó de la mano, ninguno de los dos se quiso mirar, Akiharu mantuvo la mirada fija buscando algo interesante en sus zapatos y Kazuhiro miraba, y no lo hacía al mismo tiempo, hacia la van que le esperaba.

-Mis sentimientos nunca te abandonarán ¿y los tuyos?
-Los míos tampoco lo harán, Aki. Te amo –se soltó del agarre y se fue sin mirar hacia atrás.

-Kanon, Teruki –los mencionados le voltearon a ver- 30 de Abril del 2007
-Es el día de hoy –contestó el pelinegro
-Nunca hay que olvidarlo…porque…por –otra vez se le cortaba la voz a causa del llanto. Los dos chicos restantes fueron donde el castaño para abrazarlo; llorando ahora los tres juntos
-Nunca lo olvidaremos Miku
-Teruki, tiene razón, nunca me lo podré perdonar si lo hago.

Aquella misma noche, Miku borró todos los videos y fotos de la Web oficial. Nunca le olvidaría….era solo, que aquellos recuerdos eran suyos, y le lastimaban tanto; quería esos recuerdos para el, para fortalecer su pena y superar el dolor.
Pero, no le era permitido olvidar.

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