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Adiós, adiós mi amor…. por Aries Shade

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Notas del fanfic:

jajaja no se ni de donde salio... espero que lo disfrute y espero aunque sea un reviews.. TTUTT porfa levante un poco el animo...

Adiós, adiós mi amor….


 


Los gemidos, gritos, jadeos y movimientos por fin se habían detenido, en la oscuridad ahora solo se escuchaban dos respiraciones agitadas.


Todo había quedado en calma, el cuerpo desnudo de un joven de piel blanca y cabello azabache aun reposaba sobre y dentro del cuerpo de un rubio de piel bronceada. Los dos no tenían más que dieciséis años, ambos estudiantes, ambos amigos-amantes, ambos novios.


Novios desde hacía ya dos años y se conocían de hacia tres, justo cuando el rubio entrara a la colegio.


Uzumaki Naru, era de ascendencia europea por sus características a excepción de unos cuantos rasgos, como sus hermosos ojos afilados, y su apellido que decían que algún japonés se había metido en su linaje. Él era huérfano y era tutorado por otro que antes también lo había sido, Yami Iruka, que era profesor del colegio al que asistían, un colegio para niños ricos.


El rubio era inteligente, más que el promedio, pero por ser pobre era convertido en un cero a la izquierda y tratado como una basura. Pero aun así era alegre, divertido e inocente, era una dulzura.


En cambio, el moreno que en ese instante se encontraba desnudo sobre él y aun en su interior era ni más ni menos que el grandiosísimo Uchiha Sasuke, el chico más popular, rico, guapo, inteligente y deseado del colegio aunque también era el más frio, déspota, orgulloso y odioso de todo el planeta.


De una forma bastante retorcida era novios, aunque de único que respetaba esto era el rubio. Era bien sabido que el pelinegro era un desgraciado mujeriego pica flor, Naru era su novio de base, por decirlo de alguna manera, mientras que tenía varios amantes de una noche. El azabache creía que Naru no lo sabía pero sí que lo sabía, todos los que se acostaban con el azabache se lo restregaban en la cara aun y cuando el azabache mismo tenía prohibido que de dijeran o tocar a su novio.


Para Naru eso era el infierno pues amaba con todo su corazón al moreno, sabía que no podría terminar con él, lo amaba demasiado aunque ya ni eso importaba ahora.


El azabache por fin se había quedado dormido, Sasuke tenía la manía de dormir sin salir del cuerpo del rubio, era muy placentero para él quedarse en el siempre cálido interior del rubito.


Naru se movió sacándose al moreno de su interior y lo recostó a su lado, de la entrada del rubio empezó a emanar el blanco semen del moreno, esa noche Sasuke parecía estar especialmente insaciable, lo habían hecho cinco veces seguidas. Naru pensaba que de alguna manera el moreno sabía inconscientemente que era la última vez que estaban juntos.


Naru lo sabía, el pelirrojo llegaría y sería el fin para ambos.


La respiración acompasada del moreno le dijo que era hora de irse, le pondría bronca mañana pero de todas maneras se iría.


Se puso de pie con cuidado y en silencio recogió su ropa, o lo que quedaba de ella, del suelo. Se vistió en silencio y salió de la habitación. Conocía a la perfección los pasillos aun en la oscuridad, podría recórrelos sin ver, el moreno por lo general lo despertaba en la madrugada y lo sacaba de su habitación, sonrió con amargura ante este recuerdo y cerró la puerta.


Camino en silencio a su habitación, entro y se fue directo al baño, era incomodo sentir la esencia del moreno escurrir por sus piernas.


Tomo un largo baño, se vistió con su pijama y se sentó en su cama, su mirada casi automáticamente se poso sobre el buro que se encontraba a lado de su cama, en especial en la gaveta de este.


Con manos temblorosas abrió la gaveta, había varios papeles en esta, tomo los dos únicos que se encontraban perfectamente doblados, el primero era una corta nota en respuesta a una carta que él mismo había enviado hacia casi una semana.


 


Ángel mío, mi Naru:


No puedo decir que este feliz, menos contento, pero tampoco puedo ódiate y lo sabes.


Lo que hiciste es algo terrible, tu bien que lo sabes, estamos fritos, muerto y enterrados… pero a pesar de todo no pienso abandonarte, yo mismo de ser necesario me haré cargo de… él.


Iré por ti y espero que tú y tus cosas estén listas, y si, me importa una jodida mierda que se enteren.


Iré por ti dentro de una semana pues tengo que arreglar esto.


Te amo mi kitsune.


Tanuki (Aries: ¬///¬ Gaara pa que entiendan    ángel:*u* )


 


Gaara vendría y se lo llevaría, no había de otra aunque tampoco pensaba en resistirse. Doblo prodigiosamente la hoja y la coloco a un lado de su cuerpo sobre la cama. Tomo la segunda hoja y la abrió, esa no era un carta, era un estudio clínico, mas exactamente una prueba de embarazo, suspiro tenía mas dos meses de embarazo. Los donceles como él eran raros solo había unos pocos y eran muy valorados. Lo era porque los hijos de estos eran niños superiores; inteligentes, fuertes y hábiles. Él era una prueba de ello.


Sasuke claro que no se haría cargo y de eso estaba más que seguro, odiaba todo lo que tenía que ver con “eso”, una de las razones por la que tenia preferencia por los hombres aunque también se metía con mujeres, y las relaciones fórmales, mas las que podían contar con sus palabras menos favoritas, dos para ser más concreto, “embarazo y boda”, que le producían alergia.


Sabía que en cuanto le dijera o se le notara su estado lo dejaría y le exigiría deshacerse de la criatura, cosa que obviamente no haría.


Sonrió con amargura mientras acariciaba su vientre aun plano, él amaría a su hijo por ambos. Doblo la hoja y la coloco sobre la nota del pelirrojo, Gaara fue a quien notifico su embarazo por loco que eso sonara, y éste estaba en esos instantes cruzando más de la mitad del globo para venir por él.


Su ropa ya estaba empacada y sus cosas guardadas, Gaara llegaría en algunas horas más, por eso había ido con Sasuke para amarlo una última vez.


Tomo amabas hojas y las devolvió al cajón, se recostó en la cama pero, ni aun con lo cansado que estaba, no se durmió, sus pensamientos volaban de aquí para allá sin orden alguno.



Él había creado una mentira para vivir, mentira que debido a ese embarazo se vendría por tierra.


 



 


La mañana llego antes de anunciarse, el rubio ya estaba de pie, sus maletas perfectamente ordenadas ya se encontraban a un lado de la puerta, solo una muda de ropa no estaba empacada, esa y su uniforme del colegio. La muda estaba sobre la cama para cambiarse rápido cuando el pelirrojo apareciera.


Salió de la habitación y se dirigió a su salón de clases aun cuando sabía que no tendría esa clase, Iruka también estaba empacando a toda prisa pues recién y le había anunciado que se irían. Iruka no era en realidad su tutor como habían hecho creer aunque ciertamente era su guardián.


Sus compañero ya se encontraban en el salón, conversaban de los temas frívolos a los que siempre vivían, se encamino rumbo a su propio asiento, casi al instante una pelirosa estaba allí para fastidiarlo. Ella era Haruna Sakura, una de las ultimas amantes de Sasuke, no le dijo nada pero no hizo falta estaba con Sasuke, había estado con él no hace ni una semana, tal vez unas noches antes.  La ignoro, no ahora cuando tiena cosas mejores en que pensar.


Sasuke aun no había llegado pero ya llegaría seguro aun estaba arreglándose para lucirse como siempre así. La puerta se abrió de golpe, ya todos estaban en el salón por lo que seguro era el moreno, pero… no. Un hombre alto y moreno entro estaba vestido con un traje negro y en el oído un comunicador, un guardaespaldas. Tras él entraron otros dos igualmente vestidos y luego entro un imperioso pelirrojo, las chicas jadearon y algunos chicos también, casi escurriéndose en babas.


Todos lo reconocieron era Sabaku No Gaara, uno de los jóvenes más ricos y heredero de una gran fortuna, solo Sasuke podría de allí competir económicamente con él.


La familia Sabaku No eran conocidas principalmente por sus tratos con otra familia la más rica, misteriosa y peligrosa del globo; los Namikaze, conocidos especialmente por su peligrosidad, crueldad, poderío y su imperio en ambos lados de la ley. Se decía que ellos descendían de las familias más poderosas del mundo antiguo, las mejores como la familia real inglesa como las peores como los milenarios clanes de yakuzas, que se había fusionado por conseguir poder, y ellos era el resultado.


Los Sabaku No, también tenían una historia similar pero no tan sanguinaria y antigua como los Namikaze, y eran los únicos socios reconocidos de estos, los únicos que podían mofarse de estar literalmente con ellos, muchas familias trataban de hacer tratos con ellos pero raramente lo conseguían, y era por decirlo casi como amantes de una noche ya que se pronto era desechados aunque con grandes ganancias o la muerte.


Pero la pregunta general es ese preciso momento era ¿Qué hacía allí un Sabaku No?


Mientras un rubio se ponía de pie y caminaba hacia el pelirrojo, cuando el pelirrojo lo vio y sus miradas se conectaron el mundo alrededor desapareció.


El pelirrojo se apresuro a recibí en sus brazos al rubio y lo beso con gran pasión, el rubio le respondió entregándose y pasando sus brazos en torno a su cuello acariciando los cabellos rojos. Gaara lo estrujaba por la cintura queriéndolo pegar más a su cuerpo.


Todos entraron en shock, mas por que el rubio no se dejaba tocar por nadie más que por Sasuke.


Cuando por fin se separaron, el rubio recargo su cabeza en el pecho del pelirrojo.


-          Gaara – susurro el rubio


-          Tenemos que hablar Naru – dijo mientras se separaban un poco y lo veía a los ojos.


El rubio solo cabeceó en acuerdo separándose pero el pelirrojo entrelazo sus dedos con los de ojiazul y lo jalo para que lo siguiera, eso era sorprendente pues y aunque todos sabían que Sasuke y Naru eran amantes nunca jamás se tomaban de la mano y menos en la forma que lo hacían esos dos, todos pensaban shockeados que el rubio el estaba pintando el cuerno descaradamente al moreno.


En ese preciso instante entro el moreno dicho, o mejor dicho pensado, y sus ojos negros se toparon con aquella imagen, aun estaba cabreado de descubrir que su amante se había ido sin despedirse, ni siquiera había dormido con él, siendo que Naru era el único con tal privilegio.


Ni Gaara ni Naru se inmutaron al pasar a su lado de la mano, el pelinegro por su parte entro en un pequeño bloqueo mental al ver a “su” novio de la mano y yéndose con otro.


Cuando al fin reacciono ya no estaban ni los guardaespaldas, salió a toda prisa y todo su grupo salió tras él, de seguro al rubio de llovería, pensaban todos, Sasuke lo dejaría y podrían burlarse de él.


Buscaron en todos lados hasta al fin dar con ellos, estaban en un jardín que tenia comunicación con uno de los laboratorios del colegio.


Ellos conversaban y cuando iba abrir para asesinar a ese maldito pelirrojo roba novios escucho unas palabas que lo dejaron helado literalmente.


-          … eres mi prometido – escucho la voz del pelirrojo- sabes que tendremos que casarnos prácticamente ahorita mismo.


-          Perdóname Gaara, todo es mi culpa – sollozaba suavemente Naru.


-          No tengo nada que perdonarte, te amo Naru – dijo la voz del pelirrojo tratando de reconfortarlo.


-          Es mi culpa, yo metí la pata y ahora nos casaran aun más pronto, perdóname amor – jipo sollozante.


-          No hay nada que perdonar, yo he tenido muchas aventuras también, es normal en nosotros, aunque lo que hiciste si fue algo muy malo – suspiro – pudiste acostarte con medio colegio o todo si lo deseabas y ante mis ojos  hubiesen estado bien, pero el enamorarte, eso no lo está – negó tristemente la voz del pelirrojo – el amor de ese tipo está prohibido para nosotros Naru, tu solo puedes, solo tienes el derecho de amarse a mi así, como yo no puedo amar a nadie mas además de ti.


-          Lo sé, solo que juegue, y termine cayendo en mi propia trampa – dijo dejando de llorar.


Hubo un momento de silencio…


-          ¿Tienes tus cosas preparadas?- pregunto para romper el silencio tan asfixiante.


-          Sí, todo está en orden, Iruka también esta alistándose – dijo ya con vos sosegada.


-          Vamos rubio tonto arriba ánimos que no es el fin del mundo – dijo tratando de sonar alegra.


-          Te he quitado dos años de libertad – respondió entonces el rubio.


-          Solo son dos años, nos íbamos a casar de todas maneras, así fue pensado desde que nacimos…


Otro silencio asfixiantes llego.


-          Gaara- samas… Naru- ¿san? – se escucho otra vos.


-          Pues llamarle por su nombre real ya no importa – dijo después de un momento el pelirrojo.


-          Naruto- sama… - repitió ahora firmemente y un tanto alegre- sus cosas ya esta recogidas y todos listo.


-          Entonces vayan por las cosas de Iruka – dijo la vos de Naru con un extraño tono domínate.


-          Hai, con sus permisos Gaara-sama, Naruto-sama – otro lapso de tiempo e silencio.


-          ¿Ahora abre de cuidarte más no? –rio el pelirrojo, un tanto burlón.


-          No, de he hecho soy el mayor y yo debería cuidarte Gaa-chan – dijo con vos entre divertida y apenada.


-          Ja, como si pudiera – respondió el otro – vamos ya que dentro de un rato está listo nuestro avión.    


-          Hai – fue lo último que escucharon antes que los pasos abandonaran el jardín.


Sasuke seguía allí, mirando la nada después de escuchar la conversación, su amante, su novio estaba comprometido para casarse con Sabaku No Gaara. Su huérfana distracción iba a ser el esposo de uno de los herederos más ricos del mundo, su cuerpo bronceado y perfecto no eran suyos si no de ese ojerosos pelirrojo, de ese maldito que se lo llevaba, no tendría más su cuerpo a su lado por las noches para arroparlo, no tendría más sus miradas dulces que lo reconfortaban, no más de sus sonrisas que iluminaban su día, no mas se sus brazos que lo acogían y amaban, no mas se sus gemidos, jadeos, murmullos, gritos… no más de su olor, de sus sabor, de sus tacto, de su calor… no más de su amor.


Amor, amaba a ese imbécil rubio, y ese rubio era suyo porque era el primero, porque había sido el único, porque era únicamente suyo. Y el muy maldito se quería largar sin avisarle sin decirle nada, solo largarse así como si no fuera su dueño y señor.


Despertó de su ensimismamiento cuando sintió los brazos de alguien rodeando su cuerpo.


-          Sasuke- kun, por fin nos deshicimos de esa pulga rubia – escuchó una risita cerca de su oído – quien iba a decir que era tan fácil, y nosotros que creímos que con contarle todas nuestras noches de amor nos desharíamos de él y mira que solo teníamos que hacer que admitirá que te amaba para alejarlo, pero ahora por fin podrás estar conmigo y ser mi novio – rio de nuevo.


El moreno la empujo, esa era Sakura, una de sus amantes, era solo una de paso jamás iba a poder soportarla.


-          Ustedes… se atrevieron a decirle – sus ojos se pudieron rojos – es dije que nunca debía decirlo.


-          O vamos él sabía, siempre lo supo, cada vez que te acostaban con alguien más – dijo un pelirrojo, Pein – nunca dijo nada ni se quejo, supongo que sabía que solo era tu juguete, pero quien iba a decir que era el prometido de un Sabaku No, de haber sabido me lo habría tirado aunque fuera violándolo…jajaja- se carcajeo el pelirrojo.


-          Cállate imbécil, era… no, es mi novio y no te permito que hables así, yo lo quería y lo quiero solo para mi, para mi compañero… - lo ultimo lo susurro, ahora que lo pensaba siempre había planeado su futuro con el rubio en el. El rubio a pesar de ser un dobe era brillante como empresario, al terminar el colegio se lo llevaría con él, sería su asistente o algo así y tal vez luego su socio, cuando llegara a la presidencia de su compañía seria su vicepresidente, siempre suyo, siempre con él, no así, no viendo como se lo llevaba…


Aquel ultimo pensamiento lo hizo reaccionar, se abrio paso saliendo del laboratorio, no estaba seguro de cuánto tiempo había perdido en compañía de eso imbéciles, pero rogaba a dios que alcanzara a su rubio.


Corrió así el estacionamiento y al llegar allí solo vio a una limosina partir… no, aun tenía tiempo, no lo iba a perder… busco en su pantalón su teléfono… demonios estaba en su portafolios que había dejado tirado en el salón de clases… corrió de nuevo, casi matándose en las escaleras, llego a su salón y tomo su portafolios tirando todo lo que había en el interior en el piso, rebusco entre sus cosas hasta dar con el teléfono… llamo y ordeno rastrear cualquier boleto de avión con el nombre de Uzumaki Naru, tras unos minutos la respuesta fue negativa… entonces recordó que ellos había dicho “nuestro avión” no “nuestro vuelo”, no podría rastrearles pues los Sabaku No sabía ocultar sus huyas… derrotado… salió del salón con la mirada perdida… caminaba arrastrando los pies… ¿adónde ir?... su amado sol ya no estaba allí… lo había perdido y todo por su culpa… camino por minutos… horas… ¿Qué importaba el tiempo?… la gente le hablaba… no quería a nadie… solo a él… y él se había ido, lo había abandonado… (Angel: Se rindo muy fácil ¿no creen? TToTT… Aries: ¬¨¬Uuu)



Sin darse cuenta término frente a una puerta, la conocía era la puerta de la habitación de él, de su sol, entro y todo parecía tan lúgubre y se notaba vacio, como si le arrancara en alma a la habitación, se sentó en la cama. Los cajones del armario estaban semi-abiertos igual que las puertas corredizas mostrando que estaban vacios… suspiro y se echo en la cama que antes fuera del rubio aun tenía su olor impregnado… se giro y quedo de costado. La gaveta de la cómoda esta semi-abierta y podía ver un trozo de papel por allí, tal vez algo olvidado por el rubio… la saco, solo era un monto de papeles viejos de rubio… tareas y hojas arrancadas de sus libretas… pero al final de la gaveta había dos que parecían nuevas… abrió la que estaba arriba… una carta, su estomago se hizo un nudo… rompió con fuerza hasta que de esta no quedo nada… iba por las segunda de esa tampoco quedaría nada… pero la curiosidad le gano…


 



 


Un chico un hermoso kimono rojo con pétalos dorados subía a un jet privado, a su lado el pelirrojo le tomaba la mano, ya sentados se tomaron mano aun más fuerte y la segunda mano del pelirrojo voló para acariciar el vientre donde se formaba un hermosos bebe…


Naru estaba sonriendo aunque un poco triste,  en ello recordó algo importante viendo a su guardián sentare frente a ellos…


-          Iruka- sensei… ¿quemaste todos los papeles que estaban en mi buro?…  - pregunto el rubio distraídamente mientras acariciaba la mano del pelirrojo sobre su vientre.


El castaño pareció respingar y abrir grandemente los ojos…


-          Yo… lo olvide… perdona Naruto-sama – dijo extremadamente nervioso.


El rubio se tenso un poco…


-          Si es algo importante podemos regresar… -sugirió Gaara viendo la reacción de su futuro esposo.


-          No… no es nada importante… olvídalo… vámonos a casa, quiero ver a mi hermano y a mis padres – dijo volviéndose a relajar… pero en sus ojos no dejo de brillar un dejo de preocupación.



El avión despego y se perdió por los grandes cielos azules como sus ojos…


 



 


Prueba de embarazo…


Paciente: Uzumaki Naru.


Edad: 16 años.


Resultado: positivo.


Tiempo: dos meses de gestación…


 


¿Fin?            

Notas finales:

AUNQUE SEA UN REVIENWS TTTUTTT, ESPERO QUE LES ALLA GUSTADO ^.^... BESOS PARA TODOSSSSSSS


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