Titulo: Engañando al Olvido.
Resumen: Draco Malfoy, quiere olvidar, quiere engañarse así mismo, tratando de que sus sentimientos queden en el olvido, queriendo que los recuerdos de aquella persona tan especial, no vuelvan a flote.
Pero la vida, puede dar segundas oportunidades, solo hace falta querer tomarlas…
Pareja: Draco/Harry.
Categoría: Romántico, Songfic.
Canción: “Engañando el Olvido” por José Andrea; vocalista de Mago de Oz.
Engañando al Olvido
Hoy quiero enseñar a mi soledad
A vivir sin esperar
Propinas por amar
Hay tanto de mí que quiere llorar
Pero mis llantos vendí
Entre las piernas...
Entre las piernas de un bar…
La vida, el presente, el ahora… era muy diferente a lo que él, alguna vez llegó o deseó pensar.
Fueron tiempos difíciles para él, para su familia, para sus amigos, para todos… Voldemort consiguió mucho mas aliados de lo que el viejo Director llego a considerar; así como su padre, tarde se dio cuenta, que Lord Voldemort, no era mas que un desquiciado mago, que sólo quería poder, ambicionaba la inmortalidad y poder controlar, matar y torturar a su antojo.
Hogwarts, lo aislaba de todo, le hiso olvidar lo que fuera de sus paredes se desarrollaba, incluso lo que en su propia mansión ocurría. El castillo, enorme e impotente, consiguió crear en su mente, que no había otro mundo que ese… en donde pasaba el tiempo despreocupadamente con sus amigos, así como sus horas en clases y también… le proporciono soñar, creer y amar.
Fueron los muros de Hogwarts, lo que le dieron la valentía y libertar de llegar a amarlo, de poder creer en un futuro para ellos… fue en Hogwarts, cuando se dejó llevar por el embrujo de la adolescencia, de creer ser capaces de luchar contra el mundo.
Pero fuera de esas paredes, no había nada para ellos… nada.
Ahora luego de que la guerra acabara y que su familia, gracias a Merlín y a Harry, no habían acabado en Azkaban, pero eso no evitaba, que la vida les sonreiría.
Hogwarts, ya no hacía parte de su vida, así como Harry Potter tampoco lo era; la soledad era una constante en su vida, que ni sus padres y amigos, habían podido arrancar de su pecho.
Hubo un tiempo, en que lloró por todo lo que había perdido, pero estas ahora se habían ido y no volverían, aun cuando seguía en la misma soledad de un principio; pero él no había querido seguir llorando, el había cambiado sus lagrimas por algo mas.
Llevo el vaso de vidrio - que contenía un líquido de color dorado con mucho hielo - hacia sus finos labios; su mirada gris, se perdía entre las piernas del lugar…
Y cada noche mi amor
Conduzco al olvido hacia un colchón
Y aparto de besos sin calor
En un cuerpo…
Vendo con mi dolor
Desayuno mi compasión
Y engaño el olvido mi amor
Con un cuerpo…
Era de madrugada y la disco donde se encontraba, estaba en todo su desenfreno, como llevaba haciendo desde hace mucho; se levantó del asiento junto a la barra, sus ojos grises no se despegaron nunca de aquel cuerpo, que lo había cautivado desde la lejanía y oscuridad.
Todo se dio rápido como acostumbraba, llego junto al tipo que le coqueteaba descaradamente desde la pista de baile, le susurro al oído, mientras lo apegaba hacia su cuerpo. Fueron hacia el departamento que tenia en la ciudad, hace mucho que se había acostumbrado, a que su departamento fuera su lugar de desahogo, mejor dicho su colchón.
Y entre manoseos y ropa tirada al azar, llevo a aquel cuerpo que calentaría momentáneamente su alma, hacia su habitación; cayeron algo bruscamente, sobre el colchón, mientras el rubio besaba desesperadamente ese cuerpo, sin rostro, sin nombre, sin identidad, solo un cuerpo, que se deja amar, que le deja engañar el olvido…
Un cuerpo, que le permite olvidar, que él no estaba a su lado.
Hoy me visitó
Aquel que un día fui
Y el espejo me contó
Que la tristeza no es el fin
Y si he de viajar que no aparque mas, no
Donde desfila la pasión
Sólo en tus brazos
Sólo en tus brazos y sólo por amor
Otro día comenzaba, la gente volvía a su diario vivir; sus ojos grises se abrieron, dejándole ver el techo de su habitación, no necesitaba ver hacia su lado, para darse cuenta que no había nadie a su lado, que estaba completamente vacío. Se levantó con desgana, mas por el hecho de seguir con sus obligaciones diarias, que por su propio deseo, entre las ropas que había tirada en el suelo, se coloco un pantalón antes de entrar al baño y tomar una ducha.
El vapor que se había formado, por el agua caliente, no le dejaba ver su reflejo en el espejo, lo limpió con su mano y vio sus ojos grises, pero le dio la sensación, que no eran los mismos que había tenido, desde que Harry ya no estaba en su vida, sino como antaño; con la toalla bien amarrada a su cadera, camino lentamente hacia su habitación, se sentó sobre su cama, mirando hacia la ventana, que tenía la cortina corrida.
Los recuerdos, aquellos que tan afanosamente, relegaba hacia lo mas profundo de su ser, le hacia ver, que aun así, que aun con todo su dolor, aun se mantenía en pie, que todavía no era su fin, que debía seguir…
Era difícil, después de todo, sólo en los brazos de Harry, había sentido lo que era el verdadero deseo, amor, cariño… aunque sonara tan Hufflepuff, solo en la persona que amaba, podría encontrar el verdadero deseo por alguien, solo en sus brazos y por amor…
Cada noche mi amor
Conduzco al olvido hacia un colchón
Y aparto de besos sin calor
En un cuerpo…
Vendo con mi dolor
Desayuno mi compasión
Y engaño el olvido mi amor
Con un cuerpo
Y como cada vez, que el sol se ocultaba y la noche daba paso para desatar las pasiones carnales; el rubio aristócrata, con sus decididos y sensuales pasos, se dirigía a su lugar de engaño.
Y otro cuerpo, le acompañaba hacia su colchón, nuevamente sus besos sin emoción, en otro cuerpo desconocido. Era su dolor y su compasión, lo que le hacia desahogarse en un cuerpo anónimo, aunque mayor a eso, estaba aquel abnegado deseo, de olvidar completamente a Harry, a través de otro cuerpo, que al final solo quedaba el vacío.
La ironía es la tristeza que...
Al no saber llorar
Sonríe cuando quiere hablar
Y si la vida nos da
Otra oportunidad
Volveré hacer el amor
Es así, como la vida continuaba, una y otra vez.
Draco se encontraba sentado, en una mesa para tres personas, en una cálida cafetería, que quedaba cerca de su trabajo; era invierno, por lo que muchas personas se refugiaban en aquel cálido lugar.
Los recuerdos le llevaron, hacia el día anterior, cuando pasó una tranquila tarde con sus padres y amigos. Fue un día, que aunque lo paso ciertamente bien, no pudo evitar que la tristeza se apoderara de su pecho; pero aun cuando tenía en quien apoyarse, sus ojos no dejaron salir su dolor, las lagrimas se negaban a salir y al querer contestar, las preocupadas preguntas si… ¿Estés bien? De su madre y amigos, sólo brotó una ligera sonrisa.
Sus ojos grises, miraban distraídos el lugar, hasta que su mirada se topó con unos inolvidables ojos verdes. Su corazón comenzó a latir tan rápido, que por un momento pensó, que su corazón fácilmente saldría de su pecho; su respiración se volvió mas agitada, al ver como el azabache, se acercaba a su mesa, sin despegar su hipnotizante mirada verde.
Hasta que la distancia se redujo, Draco levantó su rostro para conectar su mirada con la de Harry…
– Hola – habóo suavemente el azabache, con una ligera sonrisa.
Draco contestó su saludo, aun cuando ni siquiera había escuchado su propia voz, ya que estaba demasiado concentrado en observar cada detalle del cuerpo del azabache, que en dos años, de dolorosa distancia, había cambiado.
Mientras se preguntaba si esta era otra oportunidad de la vida y si era así… quizás podría volver a sentir, volver a hacer el amor…
Y cada noche mi amor
Conduzco al olvido hacia un colchón
Y aparto de besos sin calor
En un cuerpo…
Vendo con mi dolor
Desayuno mi compasión
Y engaño el olvido mi amor
Con un cuerpo
Y otra noche cae sobre la ciudad, otro cuerpo cae sobre un colchón, y nuevamente los besos son dados hacia un cuerpo…
¿Cuántas veces lo había hecho?
¿Cuántos cuerpos había utilizado para tratar de engañar el olvido?
Pero esta vez, este cuerpo si tenía rostro, nombre y cuerpo, no era sólo uno mas, esta vez no estaba tratando de engañar el olvido, porque él no quería olvidar, porque a quien tenía bajo su cuerpo era a la persona que siempre había deseado ver en aquellos cuerpos anónimos…
– Te amo Draco…
– Y yo a ti, Harry – volvió a decir aquellas palabras, que creía jamás repetir.
Cada noche mi amor
Conduzco al olvido hacia un colchón
Y aparto de besos sin calor
En un cuerpo
Vendo con mi dolor
Desayuno mi compasión
Y engaño el olvido mi amor
Con un cuerpo
Y nuevamente la noche, caía sobre la ciudad, dejando que las almas solitarias e ingenuas, trataran de…“engañar al olvido"
Fin.