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Banquete de boda por Paz

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Notas del fanfic:

He notado que mis últimos fics son demasiados fuertes para vuestros débiles corazones, así que aquí teneis uno romántico... eso si, no habrá lemon... en un principio iba a ser un capítulo único... pero en vista que no consigo terminarlo a causa del lemon he decidido transformarlo en dos o tres capítulos... Espero que os guste.

Banquete de Boda

Basado en Slam Dunk de Inoue Takehiko, cuyos derechos de autor le pertenecen

By Paz

Capítulo 1: Sin invitación

Cuando el entrenador Anzai le pidió que reconsiderara su deseo de marcharse a América de inmediato, Rukawa supo tenía que quedarse hasta que Shohoku ganara el Campeonato Nacional, le prometió que no lo haría mientras hubiera una oportunidad de ganar, el entrenador agradeció su gesto.

Él cumplió con su parte, se quedó y ganaron, no ese año, sino al siguiente, solo entonces aceptó el intercambio de estudios que le propusieron desde una universidad americana con una beca que le permitía acceder a los estudios superiores que deseaba, sabía que formando parte del equipo universitario de basquetball podía conseguir ser trasladado a la NBA como era su sueño.

Tras cinco años de ausencia, Rukawa regresa a Kanagawa, su vuelta no es definitiva, solo quiere quitarse de encima un sentimiento de impotencia que le ha acompañado durante ese tiempo lejos de la única persona que sin saberlo entró en su corazón, se resignó sabiendo que su amor nunca sería correspondido porque él estaba enamorado de una chica, por eso cuando volvieron a ratificar su oferta no lo dudo, se apresuró a aceptarla para cumplir su sueño, dejando que también él pudiera realizar el suyo, casarse con esa chica. Le faltó valor para confesarle sus sentimientos porque estaba convencido que acabaría saliendo con esa chica y él no tendría ninguna oportunidad, lo que no tuvo en cuenta fue que esa idiota le rechazó.

Durante su ausencia mantuvo correspondencia con Hisashi, y a través de él se enteró que Sendoh aprovechó para aproximársele, desde un principio le dejo claro que le gustaba y que deseaba ser su novio, Hisashi le contó que Sendoh estuvo más de una semana con un morado alrededor del ojo, pero eso no fue motivo suficiente para que desistiera y siguió acosándole hasta vencer su resistencia. Al parecer la insistencia de Sendoh dio sus frutos porque finalmente Sakuragi cayó en sus brazos. Cuando lo supo sintió un gran dolor en el pecho. A través de Hisashi conoce la tumultuosa relación que mantiene Sakuragi con Sendoh.

Conocía el carácter de Sendoh porque su fama de seductor le precedía, por eso creyó que una vez conseguido su propósito, Sendoh perdería interés y le dejaría libre, también en eso se equivocó. Hisashi le mantenía informado sobre la vida de todos sus ex compañeros, principalmente de Sakuragi, pues era el que más daba de hablar, a todos los efectos era la pareja de Sendoh, sin embargo no vivían juntos, la relación de los dos era bastante atípica, que Sakuragi la aceptara le resultaba incomprensible y sorprendente, sobre todo porque Hisashi le contaba que aunque Sendoh intentaba ser bastante discreto, sus flirteos con otros hombres eran conocidos por todos, excepto por el pelirrojo, o bien no quería darse por enterado.

Su vida ahora está en Los Ángeles, allí tiene su hogar, allí ha alcanzado el sueño que rigió su adolescencia, ahora regresa a Kanagawa debido a un acontecimiento que le afecta, va dispuesto a todo por impedir la infelicidad de Sakuragi, él no ha renunciado a él para que sea infeliz.

Se ha enterado por su amigo Hisashi que Hanamichi ha conseguido que Sendoh se comprometa oficialmente con él, por una vez no se equivoca al pensar que el pelirrojo ha dado ese paso porque cree que así podrá conseguir la fidelidad de Sendoh.

Por intermedio de Hisashi ha conseguido la dirección del lugar donde se llevara a cabo la ceremonia que les unirá por el tiempo que Sendoh sea capaz de aguantar, allí mismo donde se llevara a cabo el banquete de boda.

Su presencia allí causa un revuelo, y no porque se presente sin estar invitado, sino porque era la primera vez que acudía a un festejo.

Luego de los saludos y de darle la bienvenida y de enterarse de su vida en América, comienza a realizar la primera parte de su plan, se ha propuesto abrirle los ojos a Sakuragi, hacerle ver que Sendoh no es el hombre le merece. Qué ni siquiera un compromiso formal, hará de él un hombre fiel y el único modo de conseguirlo, es ofreciéndose a Sendoh, no había olvidado que en el pasado, después del partido en el que se enfrentaron por primera vez, le estuvo persiguiendo, solo aceptó su compañía, se encontraban por las tardes en una cancha y jugaban un uno a uno, porque si quería superarlo tenía que conocer todos sus puntos débiles.

Tras una sencilla ceremonia, en la que ambos cónyuges celebran votos matrimoniales, en presencia de amigos y conocidos pasaron a una sala donde se llevaría a cabo el convite.

Cuando el ambiente se fue tranquilizado, se sentó en la misma mesa donde estaba ubicado Hisashi, aunque estuvo hablando con él, no dejaba de dirigir continuas miradas hacia Sendoh, miradas que aparta cuando la suya se le cruza.

Sakuragi y Sendoh, van de grupo en grupo, hablando amistosamente con todos ellos, cuando llega a su mesa, Sendoh se sienta a su lado y durante algunos minutos  se entretiene hablando de banalidades, le siente mal borrar del rostro de Hanamichi esa expresión feliz, pero no esta dispuesto a dejarle ser infeliz porque él no tuvo valor para expresarle sus sentimientos.

-¿Vas a quedarte mucho tiempo? -preguntó Sendoh, volviéndose para mirarle a él.

-No..., Hisashi me dijo que os casabais y no quise perderme este acontecimiento, para felicitarles a los dos -miro a ambos- Enhorabuena.

-Gracias..., ha sido agradable verte aquí. -dijo Sakuragi- Nos alegramos que hayas dejado tu guarida para vernos.

Su sonrisa era tan linda al decírselo que no se sintió ofendido,  en cambio, estuvo a punto de saltar en su asiento cuando, inesperadamente, siente una mano que se posa en su muslo.

-Es un placer estar aquí, estoy seguro que mi viaje va a ser muy satisfactorio -dice sin impedir que la mano de Sendoh se deslice hacia su entrepierna. Es más se vuelve a mirarle y pregunta- Y vosotros, ¿Vais a viajar?

-Akira no puede hacerlo, por su trabajo, pero me ha prometido que llevarme apenas tenga una semana tranquila. -dijo entrecruzando su brazo con el suyo y apoyando su mejilla en su hombro.

-¿Y tú? ¿No trabajas? -sabía por Hisashi que estaba enviando su rirekisho a diversas empresas.

-Quiero hacerlo, pero por de pronto nadie me contrata. -comentó sin mirarle, pues había girado la cabeza porque tenía la impresión que estaban observándole, era una sensación muy inquietante. Fue entonces que se fijo en un muchacho alto, sin llegar a destacar por su altura, la distancia que les separaba no era excesiva por eso, vio algo en sus ojos que le obligó a apartar rápidamente su mirada o tal vez fue su cálida sonrisa.

Era claramente extranjero, un rostro aniñado y nos cabellos rubios, junto a unos ojos verdes que sin saber porque le atrajeron y eso fue lo que le asustó. No se preguntó que estaba haciendo allí, dio por sentado que se había confundido de salón.

-Lo lamento... -se movió de forma que Sendoh se diera por aludido y no siguiera avanzando en su exploración, sin embargo, le miró dándole a entender que estaba dispuesto a más si era capaz de encontrar un lugar discreto.

Recuerdo de Rukawa

Durante su residencia en América, cansado de sus fans femeninas que le acosaban por doquier, disputando entre ellas y contra él para conseguir un trozo de su ropa o como la última vez, pretendiendo echar mano a sus cabellos, llegando incluso a lastimarlo, esa tarde tuvo que ser rescatado por el servicio de seguridad del estadio. Decidió acabar con todas de un modo radical, dejándose ver en compañía de un hombre, por supuesto que eso no era suficiente, tenían que verles en actitud cariñosa. El único problema era que no conocía a nadie que se prestará a seguir su juego.

Hasta que una tarde tras un intenso entrenamiento se demoró más tiempo en la ducha y cuando salió creyó ser el único que permanecía en el vestuario, enseguida supo que estaba equivocado, cuando sintió pasos que se aproximaban y al momento asomó el rostro de uno de sus compañeros de equipo. Se trataba Carter, su altura no pasaba de 170cm, era un excelente pívot, buen velocista, ágil y con una capacidad increíble de resistencia, capaz de jugar contra jugadores más altos que él.

Algunas veces sus miradas se habían cruzado fuera del plano profesional, sin asociarlo a un interés personal, hasta que esa tarde en el vestuario se acercó hasta él y le habló.

-Me gustas... -declaró.

Rukawa aunque quedo bastante sorprendido, tras la sorpresa inicial, su rostro no se inmutó al oír su declaración, le expresó claramente lo que pensaba de su afirmación.

-No deseo que te hagas ilusiones conmigo, Carter. No busco una relación seria, ni siquiera busco el amor, porque ya lo he encontrado -declaró dejándoselo claro- Yo estoy muy enamorado, él está en Japón. -dándole así a entender que como amigos estaba bien- No me importa dejarme ver contigo, pero que quede claro que no habrá nada serio entre nosotros, como no sea amistad. -Se lo recalcó para que no hubiera malentendidos- entre nosotros no habrá sexo. -le quedaba la esperanza que con el tiempo conseguiría conquistar a Hanamichi, por ello no deseaba comprometerse seriamente.

-De acuerdo..., mi nombre es Max.

-Kaede...

Al aceptar sus condiciones sonrió y al hacerlo todo su rostro resplandeció y Kaede tuvo la impresión que un ángel había llegado a su lado para acompañarlo.

-Si no tienes inconveniente podemos fingir que somos novios. Así los dos conseguimos lo que deseamos.

-¿Y qué es lo que deseo? -preguntó sorprendido.

-Alejar a tus admiradoras.

-Me sorprendes y ¿tú qué consigues? -inquirió porque él no tenía ni idea de lo que pudiera alcanzar él.

-Solo el tiempo lo dirá -dijo enigmático.

Y desde entonces comenzaron a salir juntos, ellos se llamaban amigos, pero que a la mirada de los demás fue como una declaración de que eran pareja, sobre todo porque Max con comportamiento daba pie a que así lo creyeran, él aceptaba  sus muestras de cariño en público, porque así conseguía disfrutar de calma, bueno relativamente, ahora ya no se peleaban por conseguir souveniers a costa de su salud, ahora les miraban a los dos y suspiraban, como si verles juntos fuera el sueño de todas. ¡Mujeres, no hay quien las entienda! Aceptaba sus mimos y caricias, porque era como un niño pequeño en busca de cariño y eso le recordaba cuando él perdió a sus padres y no encontró quien le diera el amor que necesitaba. Lo que nadie sabía era que todo era una perfecta escenificación de lo que se esperaba de ambos.

Ninguno de los dos sabía lo que el destino les tenía preparados, de haberlo sabido, con toda seguridad que no hubiera iniciado aquel peligroso juego.

Seis meses más tarde llegó la graduación, y con ella la hecatombe, la destrucción de todos sus planteamientos, y que cambió por completo su existencia y aunque entonces le pareció catastrófico, ahora no tenía dudas que él destino sabía lo que hacía.

Habían contratado los servicios de un salón de recepciones en un reconocido hotel de la ciudad, como la mayoría tenía que desplazarse en coche para regresar a sus casas, pensaron que más de uno le iba a resultar difícil conducir, por ello habían reservado algunas habitaciones para aquellos que las necesitaran. Chicas y chicos acudieron con sus respectivas novias o novios o simplemente acompañantes como era su caso, él acudió allí con Max. Paso gran parte de la velada sentado junto a la mesa que le habían asignado, bebió con moderación, al menos al principio así fue, accedió a bailar un par de veces con su pareja, a nadie llamó la atención porque durante el último año no se habían separado nada más que lo necesario.

Cada uno acudía a sus respectivas clases y aunque al acabar les veían marcharse juntos, era parte del acuerdo amistoso que habían señalado al principio de su relación. Viajaban juntos en el mismo autobús, pues sus respectivos apartamentos estaban próximos, Max era el primero en llegar a su parada y era allí donde se despedían, dos paradas más allá, era él quien descendía.

Durante sus años de estudio había sido testigo de la formación de diversas parejas y esa noche, todas ellas estaban muy animadas durante la celebración, no solo se bebía o se conversaba, una orquesta iba desgranando música bailable acorde con las románticas parejas que buscaban estar bien juntitos.

-Quiero bailar...

-Más tarde...

-Ahora..., por favor -puso una expresión de desconsuelo.

-Eres peor que un crío... -dijo resignado a satisfacer su gusto pero al mismo tiempo se siente perezoso para levantarse y seguir su ritmo.

-Este baile es lento, no tendrás que hacer ningún esfuerzo -le anima agarrándole de la mano para obligarle a dejar el cómodo asiento donde reposa.

Se deja llevar hasta la pista de baile, donde ya están algunas parejas muy acarameladas.

Apenas Max le echa los brazos alrededor del cuello y apoya su mejilla en su pecho, siente como el calor de su cuerpo traspasa su ropa, intenta controlar la agradable sensación de tenerle tan próximo, él no ayuda en nada, siente un escalofrío al contacto suave de sus dedos en su nuca y con el leve jugueteo  con sus cabellos.

-Max... -susurra.

-Hummm...

-Deja de jugar conmigo...

Una risilla sensual acompañó un nuevo e inesperado movimiento que le dejo muy perturbado por su reacción.

*************************

Aquella no era su cama, demasiado blanda para su gusto.

Abrió los ojos y tuvo que cerrarlos deslumbrado por la intensa claridad. El sol estaba alto lo que supuso que debía pasar del mediodía, tenía una espantosa resaca, prometiéndose que nunca más iba a excederse bebiendo, no fue la resaca lo que más le impacto, sino al hacer ademán de levantarse fue consciente del peso que le impedía moverse, entreabrió los ojos despacio para cerciorarse que era un sueño, que allí estaba solo, pero no, a su lado dormía Max y estaba usando su brazo de almohada, y por si quedaba alguna duda ambos estaban desnudos. Aunque sus recuerdos eran nebulosos, debido a la borrachera, sabía que lo habían hecho y que lo había disfrutado.

No tiene en claro que ocurrió durante esas horas anteriores a su despertar, lo único que recuerda claramente es que se pusieron a bailar y Max le calentó  bailando muy pegado a él, buscando el menor contacto entre ellos y frotándose contra su pubis, haciéndole saber que le deseaba, descubrir que él también no fue de gran ayuda.

Cree recordar que se apartó de su lado como si le abrasara y comenzó a llamar al camarero, trasegando bebida como un naufrago desesperado. Luego de eso no lo tiene claro, tampoco recuerda cómo llegaron a ese apartamento, vagamente hizo intención de ocupar una de las camas, necesitaba dormir para alejar de su mente pensamientos lujuriosos, como un traidor se sentía porque le atraía Max mucho más de lo que quería reconocer, lo que no comprendía era porque si deseaba olvidarle, estaba allí, intentando desvestirse para ocupar la cama pareja a la suya.

Verle a medio vestir fue excesivo para sus sentidos que alterados por la embriaguez y el deseo carnal de poseerle, cree recordar que se le echó encima, apoderándose de un boca como si en ella pudiera saciar la sed que sentía, Max respondió con ardor y el calor que su cuerpo le provocaba el ansia de tocar y besar ese cuerpo de ensueño, de músculos duros y suaves al tacto, juntos cayeron sobre su lecho ya deshecho y se funden en uno solo. Le hizo el amor de un modo intenso, bueno, borracho como estaba debió de un algo rápido porque es consciente de ese hecho.

Desde entonces son pareja de hecho.

Fin recuerdo Kaede

-Tenemos que vernos alguna tarde, me gustaría ver si ya eres capaz de superarme.

-No tengo ninguna duda acerca de eso. Soy el mejor.

Sendoh no puede creer que finalmente Rukawa acepte sus requerimientos y no duda en buscar un lugar íntimo para llevar a cabo sus fantasías con él. Se regocija pensando que Rukawa lo desea tanto como él.

-Os dejamos para que sigáis disfrutando de nuestra fiesta. -dijo Akira levantándose y comentando sin mirar a ninguno en especial- Nos veremos en otro momento.

-¿Que ha sido eso? -preguntó Hisashi que se dio cuenta de la actitud de Sendoh- Ha sido claramente una cita.

-Sin lugar a dudas. -reconoció.

-¿Vas a ir? No tiene decencia, meterte mano y más aún estando delante Hanamichi. -dijo molesto.

-¿Quieres ir en mi lugar? -preguntó mordaz, su contacto solo le había producido repulsión, pero por Hanamichi haría cualquier cosa, hasta dejarse coger por ese imbécil.

-No lo hagas... -le pidió- Hanamichi no merece sufrir más.

-Alguien tiene que abrirle los ojos.

-¿Y quieres ser tú? Su rival... -se fijo en su mirada imperturbable y aún así lo supo- ¿Le amas? ¡Qué imbécil he sido! Yo contándote todos sus problemas. Lo lamento, amigo.

-Fijate en el muchacho rubio que se está acercando a ellos y se detiene. Parece estar distraído bebiendo, en realidad, está escuchando su conversación.

-¡Que indecoroso! -exclamó y solo entonces se dio cuenta que estaba fuera de lugar, ese muchacho es un gaijin. ¿Cómo ha podido entrar en esa reunión privada?

Hisashi le sigue con la mirada cuando el muchacho rubio sale tras Sendoh que ha dejado la sala. Mira a Kaede, viéndole con la mirada fija en la puerta, algunos minutos después se abre y regresa el muchacho, mira alrededor de la sala y hace un gesto de asentimiento.

-¿Le conoces?

-Sí, vino conmigo. Es mi novio, voy a salir. Te dirá que hacer, hazle caso. -dice sin fijarse en la expresión de asombro de su rostro.

Kaede se acerca al rubio.

Hisashi, aun sin recuperarse de la sorprendente declaración les ve hablar. Enseguida Kaede sale de la sala, no sin antes se le acerque un camarero que le entrega una nota. Kaede la lee y tras mostrársela al rubio, abandona la sala.

El rubio llega casi hasta donde él esta, le hace una seña apartándole de Kiminobu, aunque no le conoce, asiente.

-Me llamo Max Carter. -Se presenta y sin darle tiempo a contestar añade- Kaede te espera dentro de diez minutos, estará en la habitación dos tres uno, me pidió que te dijera que no le fallaras y... -una vez más le sorprende cuando añade- ...no vayas solo... que llevaras contigo al novio -mira hacia Sakuragi, que también permanece impaciente próximo a la puerta esperando el regreso de Akira-, si se muestra reticente, dile que crees que algo le sentó mal a Sendoh, improvisa sobre la marcha. -le recomienda con una sonrisa.

Hisashi asiente. Esas sorprendentes palabras le hacen saber que Kaede ha regresado con una idea fija, solo que no comprende que pretende y además con un novio, tiene que reconocer que es muy guapo, un rostro aniñado, con una mirada preciosa, el color de sus ojos invita a permanecer fijos en ellos, un ángel de cabellos rubios, con él que no le importaría tener un trato más profundo.

Sacude la cabeza para apartar esos pensamientos de su mente, sabe que va a seguir al pie de la letra sus instrucciones. Se aleja en dirección a Sakuragi.

-¿Dónde has dejado a tu pareja?

-Ha salido un instante, dijo que necesitaba ir al benjo, ya han pasado diez minutos.

-A lo mejor le ha sentado mal algo que comió, vayamos a preguntar -dijo.

Max se apresura a cruzar la sala dispuesto a ir tras ellos, sin saber que otra persona que le ha visto hablando con Hisashi y molesto por la confianza que parecía haber entre ellos le sigue los pasos, sobre todo por la forma en que le miraba su novio.

-¿Qué ocurre Kogure? -pregunta Miyagi cuando le ve pasar a su lado sin mirarle.

-Disculpa... he visto a Hisashi hablando con un rubio, parece que se conocen, le diré que me lo presente, aquí nadie parece conocerle, excepto él.

-Será alguien de la oficina.

-No.... -afirmó seguro- Voy a averiguar quién es. -no quería reconocer que estaba celoso, habían estado hablando bajo y no se enteró de que, era como si fueran a conspirar. La sonrisa del rubio era inquietante, sobre todo porque estaba dirigida a su koi.

-Te acompaño. -no quiere estar en el pellejo de su amigo en el caso de ser sorprendido infraganti, pero será entretenido disfrutar de una buena trifulca. La reunión se estaba volviendo aburrida pues hasta los novios han desaparecido. ¡¡Vaya banquete de boda!!

Miyagi sigue los pasos de su compañero, más no es el único Ayako se pregunta al verlos salir que están tramando y por ello, se apresura a ir tras ellos.

Continúa en el próximo capítulo...

Paz

Notas finales:

Glosario


Rirekisho: Curriculum vitae


Benjo: Baño


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