Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tres mundos cruzados por Shiochang

[Reviews - 129]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Tres mundos cruzados

 


Esta locura se me ocurrió mientras dormía, espero les guste.


El original de llama “Mundos cruzados” que forma parte de las novelas de “dimensión desconocida”  o “twilight zone”.  No era precisamente romántica, pero la he modificado de tal forma que encaje en rosa XP.  Y eran cinco mundos, pero yo sólo tomaré tres: Naruto por el pasado cercano, Harry Potter por el presente inmediato y Gundam Wing por el futuro lejano.


Espero les guste, es el primer crossever que hago, aunque ya haya escrito historias de los tres mundos.


 


El bosque de la locura

 


Tierra, Año 190 después de la colonia -- GW –


Heero estaba aburrido de tener que evitarla ¿acaso esa mujer no podía entender que nunca, ni en sus peores pesadillas, le gustó?  Por favor, cuando la conoció era una niña mimada y caprichosa y había pensado que, con el tiempo, ella maduraría y se daría cuenta que no podía tener lo que quisiera.  Si tenía admiradores por montones ¿Por qué se vino a fijar precisamente en su persona sí a él le era indiferente? 


Resopló quizás por enésima vez esa tarde.


Había ido a buscar a algún amigo en donde quedarse, pero Quatre estaba en el satélite de recursos naturales de su familia, Trowa estaba de gira con el circo vaya a saber en qué colonia, Wufei… mejor ni acercarse a Preventers, no quería salir reclutado de ese lugar y Dúo, bueno, el vivía con su amiga Hilde y no quería hacer de mal tercio o violinista.  Así, en vista que no tenía donde quedarse ni nada que hacer, sacó un transporte de los hangares abandonados de Oz y buscó un destino adecuado, tenía provisiones para alrededor de un mes, así que se quedaría allí mientras decidía que hacer.


Dejó la nave en piloto automático y saco su laptop, buscaría un poco de información acerca de las cosas que podría intentar aprender, cosa que se le daba realmente fácil, pero se dio cuenta que tenía un mensaje de Dúo ¿Qué querría ahora el trenzado loco ese?


- Veamos – dijo en voz alta.


“Heero, estoy aburrido ¿no tienes alguna misión loca por allí?  Estaré en la Tierra el día de hoy. Pásame a buscar ¿si?  Te extraño.  Dúo”


Heero miró nuevamente el mensaje, demasiado corto y conciso, Dúo jamás era así, al contrario, sus mensajes tenían más aspecto de testamento que otra cosa.  No, debía de ser una trampa.


Respondió el mensaje en clave, sí él le respondía de la misma forma lo pasaría a buscar, si no, seguiría su camino rumbo a esa isla desierta.


 


Año 2010, Inglaterra – HP –


Estaba harto, harto de todo, especialmente de toda esa gente ridícula que lo perseguía sólo por ser aquel que venció al “que no debía ser nombrado”. Odiaba aquello ¡Voldemort estaba muerto! Pero aún había gente que pensaba que, por decir su nombre, el tipo iba a regresar del otro mundo.  Como si en verdad se pudiera, si existiera algo que resucitara a los muertos habría traído a la vida a sus seres queridos.


Caminó lentamente por el puente de Londres, era un sector muy concurrido por muggles, así que era poco probable que se encontrara con un mago.  Eso era bueno, desde un tiempo a esta parte la mayoria de los magos le acosaban para convertirlo en caballito de batalla en su obtención de un cargo público ¡si ni a los partidos de quidditch podía ir tranquilo!


Se detuvo ante una vitrina y se quedó mirando el letrero:


“¿Se siente acosado?  ¿Necesita un lugar donde se sienta verdaderamente sólo?  No busque más, inscríbase con nosotros y conocerá un paraíso donde no hay magos ni muggles”


Harry se quedó sorprendido ¿era una agencia de viajes para magos?  Bueno, nada perdía con hacer el intento, unos días lejos de ese mundo loco le permitirían descansar y tomar una mejor decisión acerca de su futuro.


Entró en la agencia y se acercó a la bruja que atendía el mostrador. Ella le sonrió al reconocerlo pero no le pregunto nada.


- Mi estimado señor Potter ¿en verdad desea alejarse de todo? – le dijo ella.


El moreno asintió fervientemente.


- Llene este formulario y dentro de una hora estará listo el traslador que lo llevara a su destino – le dijo entregándole un legajo de papeles. 


Harry caminó hacia la mesita de centro y se sentó en el diván a leer los papeles.  Estos señalaban una isla lejana, en el mar Caribe (bendito calor), donde las palmeras se agitaban por el viento y el mar de aguas cristalinas bañaba las costas.  Allí habría una cabaña con todas las comodidades que necesitara y alimentos para todo un mes.


- Un mes libre de todo – suspiró pensativo – bien, iré – puso su firma en el documento y se lo entregó a la empleada.


- Bien, señor Potter, su traslador estará listo en una hora, quizás quiera esperar aquí – le mostró una salita con cojines en verde y plata – o ir a comprar algo antes de partir.


Harry miró de nuevo la sal y decidió salir, la sala se le hacía muy slytherin para su gusto.


- Volveré como en 50 minutos más – le dijo y salió.


 


Konoha – N –


Naruto estaba más que molesto, a sus 18 años no era un niño al que pudieran castigar así porque sí, menos si no había un motivo real sobre su encierro.  Estaba seguro que esto era a causa del consejo, de un tiempo a esta parte esos viejos decrépitos buscaban sacarlo del mundo de los ninjas a como diera lugar.  Quizás la abuela Tsunade no estuviera de acuerdo con ellos, había sido la mayor fuerza de defensa de la aldea, pero desde la guerra con Madara que le estaban vedadas las misiones más peligrosas y fuera de la aldea ¿Qué sacaba con ser el ninja más poderoso si no lo dejaban salir de casa?  Así tampoco podría localizar a Sasuke, el moreno se había sentido tan culpable que había desaparecido luego de su enfrentamiento.


Caminar por la aldea saludando gente tampoco era su idea de unas “vacaciones” y menos si ellas eran forzadas.  Vacaciones, ja, si por poco no lo habían mandado a prisión.


Levantó la mirada y sonrió al ver la cara de su padre esculpida en la piedra, aun le quedaban recursos para evadir la vigilancia de los viejos, pero primero iría a visitar la tumba vacía de su padre,  sabía que su cuerpo nunca sería encontrado, aunque de verdad estaba muerto, porque éste le había regalado su fuerza para proteger la aldea.


Caminó lentamente por las calles y se decidió a comprar unas flores en la tienda Yamanaka.  Allí encontró a la madre de Ino, dando gracias a que la rubia anduviera en una misión médica.


- ¿Le llevas flores a Jiraiya sama? – le dijo la mujer y él asintió – de seguro estaría muy feliz de verte y orgulloso de lo que has logrado.


- Lo sé, dattebayo – le sonrió – fue un gran maestro – tomó las flores y luego de pagar salió hacia el cementerio.  Aún le dolía la pérdida de su pervertido maestro, habían sido dos años muy intensos en los que su mundo había cambiado, había madurado y crecido a su lado, había sido uno de los pocos adultos que lo había tratado como lo que era, una persona y no como el portador de Kyuubi – hola, Jiraiya sensei, te traje flores, lástima que no vendan aquí esas que a ti te gustaban, pero tampoco te las podría poner ¿verdad? – se agachó y coloco el ramo junto a la lápida – quizás allá le puedas decir a mi padre que voy a hacer uso de lo que me dejó, seré lo que el quería que fuera, pero no dejaré que nadie me use de arma ¿estás de acuerdo? – sonrió al no recibir respuesta – vendré a verte otro día.


Caminó fuera del cementerio y se dirigió hacia el bosque de la muerte, allí podría entrenar un poco evitando a los ambu que lo vigilaban.  Entro en el bosque y vio algo que llamó su atención…


 


Tierra, Año 190 después de la colonia -- GW –


Heero se sobresaltó al sentir que la nave perdía el rumbo, corrió de regreso a los controles y descubrió que estos estaban apagados.  Se sentó en los comandos y trató de volverlos a la actividad, no era falta de combustible, era como si la electricidad de su nave se hubiera apagado, era extraño porque si había sido una onda magnética, no afectó su portátil.  Luchado por mantener la calma, buscó en el sistema manual su ubicación geográfica, estaba a 1800 metros de altura, no muy lejos de la isla a la que pretendía llegar, así que decidió planear hasta llegar más cerca para no destruir la única forma en la que podría regresar cuando le encontrara la falla.


Con la mente fija en lo que hacía, buscó la isla hasta encontrarla y comenzó a descender.  La suerte estaba de su lado ya que en un costado de la isla había una enorme playa en la que pudo aterrizar sin dañar demasiado el aparato.


Tomó su mochila con sus alimentos y la laptop, se colocó la pistola en el cinturón a su espalda y se bajó de la nave. Debía buscar un refugio antes que cayera la noche y no quería tener que volver a la nave por sus cosas, ya se encargaría de regresar a repararla cuando estuviera más relajado, o aburrido.


Avanzó por el bosque en medio de un enorme ruido de aves silvestres, escuchaba de fondo el ruido de una cascada, había agua dulce, quizás también una cueva o algo parecido entre las rocas, así que aceleró el paso, pero un ruido cercano llamó su atención y se adentro entre los frondosos árboles…


 


Año 2010, Inglaterra – HP –


Harry realmente odiaba los trasladores, esa horrible sensación que dejaba en el cuerpo era para no quererla más, y sin embargo, era la forma más segura de viajar a cualquier parte del mundo.  Claro, podría haber viajado en un avión como hacían los muggles, pero no tenía pasaporte y nunca se había subido a uno de esos aparatos, ni siquiera en los parques de diversiones, pero tampoco sus tíos lo habían llevado allí, nunca lo llevarían a un lugar donde pudiera divertirse.


En fin, eso ya era pasado, ahora debía llegar a su refugio por los próximos 30 días. Allí, por lo que leyó en los documentos, podría hacer magia a su gusto y transformarlo todo si así lo quería, siempre y cuando devolviera todo a la normalidad antes de regresar a casa.


Pero esa palabra estaba tan lejana ahora, mejor se dedicaba…


Un ruido lo sacó de sus cavilaciones, provenía del tupido bosque, sacó su varita y caminó hacia el lugar del ruido, se suponía que no había más humanos allí, así que  quizás fuera un animal…


 


El Bosque era bastante tenebroso, si no hubiese estado acostumbrado a esas sensaciones extrañas, Heero se habría asustado.  Sacó su arma y una linterna de su mochila y siguió caminando tratando de protegerse entre las sombras de los árboles, podía percibir la presencia de una persona no muy lejos de allí, tenía lo que había escuchado en uno de sus tantos estudios, un aura o chakra poderoso, se podría decir que no era humano o su dueño medía al menos más de tres metros.


De pronto, por el oeste, sintió una presencia diferente, pero igual de poderosa, su aura era fuerte, pero de un tipo menos ¿Cómo decirlo? Monstruosa, si es que el término era aplicable en alguno de los dos casos.


Se detuvo, ambos avanzaban hacia donde estaba y en ambos casos podía sentir la amenaza latente de fuertes energías.


- Se suponía que estaría solo – dijo molesto – ni siquiera pude pasar por Dúo.


 


Harry sintió escalofríos, percibía algo raro, una presencia muy grande hacia el norte avanzando raudamente hacia él, pero un poco más al este había una segunda presencia, como de hielo, que también esperaba al ser que se acercaba.  Al parecer, era un ser pensante porque se había detenido de seguro a medir las distancias del posible enemigo.  Apretó los labios y su varita antes de reiniciar la marcha hacia este ser reclamando en su interior porque lo problemas parecían perseguirlo a donde fuera.


- Y eso que yo esperaba estar sólo descansando en una isla paradisíaca – reclamó para sí.


Una luz lo alertó, al parecer quien estaba de pie en medio de los árboles era un ser humano, un muggle seguramente ya que usaba una linterna o algo parecido.


La luz le dio de lleno en el rostro cuando se acercó a él y vio el arma pon el que lo encañonaba.  Era un muchacho quizás de su misma edad, que llevaba una mochila grande a su espalda y un bolso a su costado.  Vestía pantalones de mezclilla gris y chaqueta café claro, el cabello tan desordenado como el suyo pero de color café y de fríos ojos azul cobalto,  debía de medir alrededor de un metro ochenta o algo así, pero era su forma de mirar la que intimidaba.


- ¿Quién eres? – le dijo Harry molesto.


- Debería preguntarlo yo – le dijo él – soy yo quien está armado.


- Buen punto – dijo pensativo, una cosa era usar magia a su antojo para ayudarse y otra cosa delatarse delante de un muggle – soy Harry Potter.


- Muy bien, Harry Potter, es mejor que te prepares.


- ¿Cuál es tu nombre? – insistió.


- Heero Yuy – iluminó hacia el norte – sea lo que sea que viene desde el norte, es un ser muy peligroso.


Harry miró hacia donde señalaba intrigado por la calma que mostraba aquel joven, era muy confiado, o quizás había juzgado que era menos peligroso que lo que se acercaba a gran velocidad hacia donde ellos estaban.


 


Naruto no pudo frenar a tiempo, esa técnica, recientemente descubierta entre las cosas que le heredara su padre, le causaba estragos a la hora de usarla ¿Cómo diablos se frenaba a esa velocidad?  Peor, ahora veía una luz blanca justo frente a él y de seguro iba a estrellarse con alguien.


- ¡Seas quien seas, quítate del medio! – gritó mientras bajaba de velocidad.


Ese alguien se movió a tiempo y terminó por estrellarse y derribar un enorme árbol.  Hasta él mismo solía sorprenderse por lo idiota que llegaba a ser algunas veces.


Se sacudió la ropa y regresó a ver a aquella persona que lo había esquivado y se sorprendió de ver dos jóvenes de más o menos su misma edad que lo miraban totalmente sorprendidos de él al resto del árbol que antes había estado plantado a su derecha.


- Lo siento, no pude frenar a tiempo – se excusó como si fuera lo más normal del mundo.


Heero sintió que una gota le bajaba del costado antes de percatarse que el moreno a su lado no entendía al otro extraño.


- Pudiste haberte matado a esa velocidad.


- Si fuera tan fácil conseguirlo – le dijo el rubio – no intentaría esa técnica – los miró – ustedes no son de Konoha ¿Quiénes son?


- Yo soy Heero Yuy, de L1 y él es Harry Potter, no sé más.


- Si son extranjeros, no deberían estar en el bosque de la muerte solos, es peligroso incluso para nosotros – miró a su alrededor – vengan conmigo, los pondré a salvo.


- ¿Quién eres? – le dijo Harry.


- ¿Qué dices? – miró al moreno.


- Ah, Harry no habla japonés – dijo Heero – pregunta tu nombre.


- Naruto Uzumaki – le tendió la mano a los dos – vengan conmigo, no quiero regresar a casa pero cerca de aquí hay un refugio en el que nos podemos quedar esta noche.


- Harry, es Naruto Uzumaki, dice que nos puede llevar a un refugio para pasar la noche, que el bosque es peligroso.


- No más peligroso que él – señaló el árbol derribado.


- Si él dice que es peligroso, debe serlo, es preferible no arriesgarse.


- ¿Vienen? – insistió Naruto.


- Vamos – levantó la linterna y los tres avanzaron por el sendero que se internaba por el bosque y los animales comenzaron a hacer ruidos que a Harry le erizaron los cabellos de la nuca.


- Este bosque es conocido por el bosque de la muerte – les dijo Naruto – los animales son salvajes y peligrosos, son fuertes y carnívoros.


Heero lo miró preocupado antes de traspasarle la información a Harry, el chico los miro asustado y se arrepintió de no haberse quedado en Londres, prefería enfrentarse a los mortifagos que todo lo que estaba pasando.


Naruto abrió la puerta del refugio y les dio la pasada, miró hacia fuera generando un poco de chakra para espantar a los animales más violentos, por ahora no tendrían de qué preocuparse, al menos hasta que los ambus se dieran cuenta que los había hecho lesos.


- La abuela Tsunade estará furiosa cuando se dé cuenta que desaparecí – dijo sonriendo regresando junto a los otros muchachos – la cocina está detrás de esa puerta, el baño está del otro lado y tenemos cuatro dormitorios, hay camas, pero no tenemos frazadas.


Harry lo miró pensativo luego de escuchar la traducción de Heero.


- Perdona, Heero, pero ¿le puedes preguntar dónde estamos exactamente?


Heero comprendió su preocupación, estaba seguro que algo raro pasaba allí y que no estaba precisamente en la isla en que se estrelló.  Miró a Naruto que se movía de un lado para otro explicando cosas y le recordó a Dúo.


- Naruto kun – lo interrumpió en su perorata – ¿Dónde estamos?


- En un refugio – le dijo él intrigado.


- Idiota – gruñó por lo bajo – en qué país, continente, etc.


- Te pareces a Sasuke – le dijo – estamos en Konoha, en el país del viento, en los países ocultos – le dijo – una duda ¿Dónde queda L1?


- L1 es una colonia espacial, soy oficial de defensa.


- ¿Colonia espacial? – dijo asombrado – guau.


Harry se sintió extraño y usó su varita para comprenderlos.


- ¿Y está muy lejos eso?


- L1 se encuentra ubicado por sobre la órbita terrestre a la altura de Japón.


- ¿Y cómo se mantiene allí?  Debe ser fantástico verlo todo desde afuera.


- No creo que lo entendieras – le dijo Heero divertido.


- ¿De qué hablan? – intervino Harry sorprendiéndolos.


- Del lugar de donde viene Heero – sonrió Naruto – ¿de dónde vienes tú?


- De Londres, Inglaterra – le dijo.


- Vienen de muy lejos – dijo Naruto – me gustaría poder conocer el mundo, pero mientras no tenga de regreso a Sasuke y me libre de los viejos del consejo, estaré amarrado a este lugar quien sabe hasta cuando.


- ¿Quién es Sasuke? – dijo Harry.


- Un amigo deschavetado que tengo yo, se escapó de Konoha para tener más poder, está arrepentido, pero los viejos del consejo no lo quieren perdonar.


- Esta puede ser la misión que necesito – dijo Heero – aunque sería mejor si Dúo estuviera aquí.


- ¿Quién es Dúo?


- El chico que me gusta – dijo – se suponía que iba a ir a buscarlo.


- Vamos mañana por él y luego volvemos a buscar a Sasuke ¿ne?


Harry se quedó en silencio ¿qué hacía él ahora?  Quizás fuese divertido secundarlos…


 


Continuará…

 


No es lo que parece, me faltan sus compañeros, pero de todas maneras espero les guste.  Por cierto, no es como las novelas anteriores, nunca he hecho nada igual, es una prueba de cómo resulta y es más original.  Nos leemos.


Shio Zhang.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).