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Un obsequio para hacerte feliz por junjou midori chan

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Notas del fanfic:

Hola!

Un humilde regalo para Itachi que cumplio los años el dia de ayer (lamentablemente no alcance a publicar esto ayer, pero sabe Itachi que lo tenia terminado)

Itachi, tus fans te extrañamos y te necesitamos, el manga ya no es lo mismo desde que te fuiste, ojala Kishi nos de el mejor regalo de todos que es el devolverte a todos nosotros.

Disclaimer: Itachi, Sasuke y toda la pandilla de Konoha pertenecen al asesino de Uchihas Masashi Kishimoto, see, deja de matar a los mejores personajes, Kishi ò__ó

 

Notas del capitulo:

Espero que les guste este pequeño tributo (Itachi merece mucho mas)

 

Para Sasuke había días simples y días complicados. Los días en que tenía asignación de misiones eran generalmente días complicados, ya que siendo un chuunin, nunca le tocaba algo menor a una misión de rango B. Sus días libres eran días simples, días aburridos por demás. Sasuke odiaba los días simples, y amaba los días complicados. Porque, siendo un Uchiha, Sasuke adoraba los desafíos que exigían al máximo sus capacidades física e intelectual, que le permitían llegar más allá como ninja, probarse a sí mismo. Los días simples no le permitían esto, de ahí que cada vez que le tocaba un asueto se ponía de mal humor.

Pero he aquí que hoy andaba en uno de esos días complicados que no le agradaban en lo más mínimo, a pesar de que era una excelente oportunidad para desafiar su intelecto y podía considerarlo como una misión de alto riesgo- la posibilidad de fracaso hacia latir su corazón como una bomba de tiempo y las probabilidades de estallar dentro de su pecho se incrementaban con cada aceleración de sus pálpitos. Es que hoy era el cumpleaños de Itachi y Sasuke no tenía la más mínima idea de qué regalarle. He ahí el dilema. Claro que todo hubiera sido muy simple de haberse quedado en términos simplemente fraternales, pero desde que habían iniciado una relación de amantes, las fechas especiales como los cumpleaños habían adquirido significativa importancia. Sasuke no deseaba verse convertido en una novia histérica que termina llenando de osos de felpa a su amado, pero tampoco podía dejar pasar el día sin obsequiarle nada, y como todo lo que el joven Uchiha hacía llevaba una marca de excelencia, también sus regalos debían ser excelentes.

No, no se conformaba con obsequiarle cualquier chuchería, tenía que ser algo especial, algo que su hermano y amante realmente necesitara y apreciara recibir, algo que le emocionara, algo que lo cautivara, que le hiciera pensar que su vida no era la misma después de recibir el presente de sus manos. ¡Sasuke tenía que impresionarlo! Claro, era muy fácil sentarse a fantasear con la expresión que deseaba ver en el rostro de Itachi al recibir el regalo- contando con que pudiese provocar que algún músculo se moviese en ese rostro de cera incapaz de reflejar la menor emoción- pero Sasuke no sabía siquiera hacia dónde encarar para iniciar la búsqueda del obsequio perfecto. No, ni una sola lamparita se había encendido en esa mente por lo general tan brillante, ¿cómo era posible que no tuviese la menor creatividad? Lo único positivo era que ese día era uno de los que estaba libre de misiones, por lo que contaba con tiempo para pensar, además de que su hermano sí estaba de misión y probablemente no volvería hasta la noche, de modo que hasta entonces tenía margen para conseguir el regalo.

Bien. ¿Qué podría gustarle a Itachi? Al menos tendría alguna pista si su hermano pudiera ser más expresivo. El día anterior le había interrogado cuando el mayor salía de ducharse.

-Ahh… Niisan.

Itachi lo miró, otorgándole su atención, mientras frotaba suavemente su largo cabello con la toalla. Sasuke intentaba no distraerse viendo sus precisos abdominales que se marcaban al doblarse sobre su estomago, finos trazos de agua deslizándose por cada músculo.

-Bueno, me preguntaba…- se sonrojó, esa vista era demasiado, probó con centrar la mirada en el abanico Uchiha que adornaba la cabecera de roble de la cama que ambos compartían y que oficialmente pertenecía al mayor de los dos- ¿Hay algo que quisieras tener? Como… ¿algo que siempre deseaste y que quieras mucho en verdad, y que pienses que sin eso no podrías vivir porque en verdad lo necesitas?

Itachi lo contempló unos instantes, su impasible mirada llena de misterios indescifrables, antes de negar con la cabeza.

-No, no hay nada que quiera ni necesite, ¿por qué preguntas?

-¡Niisan no baka! ¡Mañana es tu cumpleaños, por eso pregunto!

La esquina superior del labio de Itachi se curvó ligeramente, en una fugaz alusión a una sonrisa, a la vez que se enderezaba, lanzando su espléndida cabellera hacia atrás.

-No tienes que obsequiarme nada, es un día como cualquier otro- sostuvo, arrojando la toalla sobre la cama y recogiendo una camiseta azul marino para ponérsela.

-Niisan, cuando éramos pequeños kaasan nos preparaba un pastel en cada cumpleaños e incluso tosan se hacía un tiempo para salir del cuartel de la policía y pasar un rato con nosotros, los cumpleaños son importantes.

Itachi no pareció afectado por el ligero tono de amonestación en las palabras de su hermano menor. Indiferente, terminó de vestirse y repuso, dirigiéndose hacia el baño:

-Tengo una misión asignada para mañana, probablemente no nos veremos hasta la noche. ¿Te encargarás de la casa?

-¿No lo hago siempre que no estás?-replicó, molesto- Geez…

Se acostó en su lado de la cama, cubriéndose con la sabana. Itachi dejó todo en orden en el baño y se le unió, abrazándolo por la espalda.

 

Como de costumbre, Itachi se había comportado como un hombre de hielo a quien nada le importa, pero Sasuke sabía que en el fondo su hermano sí que deseaba recibir un regalo de parte de su ser amado, entendía que sólo decía que no por cortesía y esas tonterías, como que odiaba ponerlo en un compromiso o causarle molestias, era excesivamente cortés. Aun así, en estos instantes, el menor maldecía su cortesía, ya que no le había brindado ninguna ayuda. Es decir, el obsequio iba a dárselo de todos modos, aunque no lo quisiera, ¡Itachi sabía eso!

Inquieto, comenzó a caminar de un lado a otro, pensando tan duramente que le llegó a doler el cerebro. Sin darse cuenta, terminó saliendo al jardín, e inconcientemente extrajo un shuriken del porta-shuriken que nunca se quitaba de la pierna, dejándolo siempre allí por protección incluso estando en su hogar, y giró el anillo en su dedo hasta que lo terminó lanzando contra un árbol. Una sensación de desahogo lo invadió, y sacó otro shuriken, arrojándolo contra otro blanco, y continuó repitiendo esta acción, cada vez más furiosamente y con la mente más ausente, lanzando shurikens de aquí para allá por el aire, hasta que una voz lo arrancó de la poderosa abstracción en que se había sumido, y el dueño de la voz estuvo a punto de convertirse en el blanco de su último lanzamiento.

-¡Waah!- exclamó Naruto, esquivando el shuriken por un pelo- ¡Oye, ¿por qué me atacas’ ttebayo?!

Sasuke despertó al ver la cara de enfado y desconcierto asomada del otro lado del tapial.

-¿Qué haces ahí, dobe?

-Como es nuestro día libre, venía a invitarte a comer ramen a Ichiraku- deslizó su cuerpo hacia arriba para pararse sobre el tapial y saltar dentro del jardín- Estuve llamando a la puerta pero no contestabas, y como sabía que estarías aquí decidí entrar por mí mismo.

-Entras como un ladrón y te quejas de que te ataque- murmuró Sasuke, entrecerrando los ojos.

-¡Debiste ver claramente que era yo’ ttebayo!- protestó el rubio.

Sasuke suspiró, llevándose las manos a la cintura y alzando la mirada al cielo, dejándola allí demasiado rato.

-Eh, ¿no te ves algo melancólico?

-¡No es melancolía, es preocupación, imbécil, no sabes leer mis emociones!- se enfadó Sasuke, sonrojándose.

-Bueno, como sea, ¿por qué estás preocupado?

-Mmh…

Naruto sabía que Sasuke se haría un rato el difícil hasta que finalmente le diera la gana decirle, así que le siguió el juego.

-Vamos, puedes confiar en mí, y quizás pueda serte de ayuda.

-¿Por qué me serías de ayuda, dobe? Si no puedo resolver esto, menos tú.

-Ah, vamos, ¿por qué no?

-¿Por qué crees que conoces a Itachi mejor que yo?

-¿A Itachi? ¿Se trata de algo entre tu hermano y tú?

Naruto no conocía la clase de relación que mantenían los dos hermanos, ni siquiera lo sospechaba, siendo distraído como era, no obstante, sabía muy bien que para su amigo no había nada ni nadie más importante que su hermano mayor, y cuando algo se trataba de éste, Sasuke se tornaba muy, muy serio.

El joven Uchiha suspiró.

-Es su cumpleaños- repuso.

-¡Oh, que bien!- se alegró Naruto, dibujando una animada sonrisa- ¿Cuando?

-Hoy…

-¿Y qué le regalaste?

-Ése es el problema, no sé qué demonios regalarle.

-Dale algo que le guste- sostuvo Naruto como la cosa más sencilla del mundo.

-Si fuera tan fácil saber lo que a él le gusta…

-Pues pregúntale- lo miró de reojo.

-Muy inteligente, ya lo hice- replicó con sarcasmo.

-Bueno, ¿y qué te dijo?

-Que no quiere ni necesita nada- volvió a suspirar.

-Pues no le des nada- extendió los brazos, como remarcando algo obvio.

-¡Imbécil, no puedo hacer eso!

-¿Por qué no? Ya te dijo que no quiere nada.

-No puedo no obsequiarle nada, no sería… cortés.

-¡Es tu hermano! No tienes que ser cortés con él.

La cara de Sasuke se puso roja, quizás por una mezcla de furia y vergüenza. ¡No eran sólo hermanos, eran mucho más que eso! Pero no podía decírselo a Naruto.

-Bah, ya sabía que no me serías útil en esto…-comenzó a caminar en dirección a la casa.

-Espera, Sasuke- lo siguió, Sasuke se apresuró, Naruto se apresuró más.

-¡¿Qué quieres ahora?!- se frenó, encarándolo.

- Creo que sé lo que podría gustarle a alguien como tu hermano- afirmó, haciendo que una ola de esperanza empapara a su amigo, súbita, pero fugaz.

-¿De verdad?- cuestionó Sasuke, aun desconfiado.

-Sí- respondió el rubio, añadiendo algo más inseguro- Creo…

 

De ese modo, los dos amigos se encontraban ahora en la tienda de armas del distrito Uchiha.

-No creo que a Itachi le ponga muy feliz que le compre un arma nueva, ¿no tiene suficientes ya?

-¡No seas tonto, un ninja súper top como él nunca tiene suficientes armas! ¡Además, siempre puedes comprarle una mucho más cool con la que hará mear encima a sus enemigos’ ttebayo!

-Mmh- murmuró Sasuke, evidentemente no contagiado por el entusiasmo de su amigo.

El dueño terminó de atender a su último cliente, despidiéndolo con una cortés reverencia, tras lo cual reparó en el muchacho de cabello negro y cara de “Odio mi vida” y en el muchacho de cabello rubio y cara de “Feliz cumpleaños” que estaban esperando al otro lado del mostrador.

-Pero si son Sasuke-kun y un amigo, bienvenidos a mi tienda, ¿en qué puedo servirlos?- inquirió con una sonrisa.

-Estamos buscando un arma nueva, pero no cualquier arma, sino un arma súper cool y original que cualquiera que la vea se quede con la boca abierta, ¿entiende? Tiene que ser así de cool, tanto que pueda impresionar a los ninjas más cool con las armas más cool, porque será aun más cool que eso.

-¿Quieres dejar de decir cool?- masculló Sasuke con fastidio.

-Lo siento, pero tu hermano es cool, tenemos que comprarle algo que pegue con él.

-Ya- resopló.

-Mmh- el vendedor se sujetó el mentón, pensativo- Déjenme ver…

El hombre se retiró hacia el interior de la tienda y regresó portando una especie de daga muy extraña; no tenía filo pero sí una aguda punta, con dos largas protecciones laterales llamadas tsuba también puntiagudas, unidas a la empuñadura.

-Esto es un sai, se usa como arma defensiva y de ataque; se pueden bloquear golpes y atacar de forma punzante usando la aguda punta central o golpeando de forma contundente con la parte lateral de la punta central o con la empuñadura. También puede usarse como arma arrojadiza, teniendo un radio de acción mortal de alrededor de cinco metros.

-Mmh…- Naruto examinó el arma, no muy convencido- ¿No tiene algo más cool?

-Pues…- al rato regresó con un jitte, una especie de bastón de cuarenta y cinco centímetros de largo, sin bordes cortantes y con un saliente de cinco centímetros que empezaba en la protección de la empuñadura- ¿Qué te parece éste? Se sujeta con una mano y su saliente se puede usar para trabar la hoja de una espada pero su uso más habitual es enganchar la ropa del agresor para dominarlo.

-¡No, hombre, creo que no me entiendes, tiene que ser un arma impresionante!- demandó Naruto.

El vendedor se eclipsó para traer esta vez una kusarigama, una hoz con cadena compuesta por una hoz o kama unida a una cadena o kusari con una longitud de tres metros y un peso de hierro u omori en su extremo de forma puntiaguda de cinco centímetros de diámetro.

-¿Qué te parece ésta?- preguntó depositando con esfuerzo el arma sobre el mostrador. A Naruto casi se le salen los ojos de las órbitas.

-¡Esto es excelente’ ttebayo!- determinó, excitado- Estoy seguro que le encantará a tu hermano- se volvió hacia Sasuke- ¿Verdad’ ttebayo?

-Mmh…- murmuró el Uchiha con apatía.

Los dos amigos regresaban a la mansión Uchiha, cargando entre ambos la enorme y pesada kusarigama que el dueño de la tienda había envuelto amablemente con un moño de regalo.

-Oye, Sasuke- le llamó la atención el rubio, notando su cara amargada.

-¿Qué quieres?- inquirió el azabache de mala gana.

-Ya resolvimos la cuestión del obsequio, y no te ves muy feliz.

-Mmh…

-¡Anda, dime que te pasa’ ttebayo!- reclamó Naruto, desesperándose por su apatía.

-No creo que este regalo sea el más apropiado para Itachi.

-¡¿Pero qué dices?! ¡Es la mejor arma que un ninja podría tener, y él es un ninja de alto nivel, de seguro le gustará poder impresionar a sus compañeros!

-Itachi no es esa clase de ninja, bah, ni siquiera estoy seguro de que se encuentre a gusto siendo un ninja.

-¡¿Cómo podría no estarlo?!-saltó Naruto como si su amigo hubiese pronunciado una blasfemia- No digas locuras, Sasuke, si a tu hermano no le gustara esta vida, no sería tan bueno en lo que hace.

-No tiene nada que ver, dobe. Él nunca… Como sea, no es ésta la clase de regalo que le complacería más, de eso estoy seguro.

Llegaron a la casa de Sasuke, dejando la kusarigama en un lugar poco visible para sorprender a Itachi, no obstante, el Uchiha seguía escéptico respecto a la efectividad del regalo, y Naruto ya no pudo seguir soportando su mala cara.

-¡Aaaaaah, está bien, le compraremos otra cosa, pero cambia esa cara’ ttebayoooo!!!

Sasuke suspiró.

-¿Qué cosa? No es que se te ocurran muy buenas ideas, dobe.

-¡Cállate, teme! Le pediremos consejo a Sakura-chan, ella es muy lista y de seguro se le ocurrirá algo muy bueno.

-Mmh…

 

Sakura los recibió en la puerta de su casa con cara de sorpresa.

-¿Qué hacen los dos aquí?- preguntó.

-¡Tenemos una emergencia y necesitamos tu consejo, Sakura-chan!- respondió Naruto vivamente.

-¿Emergencia?- cerró la puerta tras ella, saliendo- ¿Qué sucede?

-Sasuke-teme tiene que darle un obsequio de cumpleaños a su hermano pero no sabe qué podría gustarle, así que pensamos que quizás tú podrías darnos una mano.

-Hn- secundó el azabache.

-Oh, ya veo- puso cara pensativa, llevándose el dedo índice a los labios- ¿Ya pensaron en un ramo de flores?

-¿Flores?- inquirieron los dos chicos a la vez.

-Sí, a todo el mundo le gustan las flores, son especiales y sirven para cualquier ocasión.

-Mmh, podría funcionar- admitió Naruto- ¿Y qué tipo de flores?

-Síganme, conozco el mejor lugar para eso- los instó la chica, echándose a andar decidida.

 

Ino acomodaba las flores de su tienda mientras tarareaba una canción de amor cuando vio llegar a los tres miembros del equipo siete.

-Vaya, vaya, ¿qué tenemos por aquí?-sonrió- ¿En qué puedo servirlos?

-Necesitamos un ramo de flores que sea apropiado para obsequiar de un hermano a otro-anunció Sakura con determinación.

-Mmh, un ramo que exprese amor fraternal…- murmuró la rubia, frunciendo el ceño pensativa mientras su mirada se paseaba por la variedad floral de la tienda- Déjenme ver… -fue señalando las flores que escogía y recogiendo una de cada tipo- La acedera significa paciencia, necesitas mucha paciencia para soportar a tus hermanos…

-Aja- acordó Naruto- En especial a Sasuke.

-Bah…- resopló el Uchiha.

-El amaranto- prosiguió Ino- simboliza el amor platónico, entre hermanos toda manifestación de amor permanece en el plano espiritual-Sasuke desvió la mirada, rogando que ese calor en sus mejillas no se tradujera en un sonrojo- La azucena- recogió una flor blanca-representa un corazón y espíritu inocente, el pudor y la delicadeza. La begonia,  la cordialidad. Obsequiar un crisantemo rojo es como decir “Te quiero”. La diamela simboliza la ternura. La flor de azahar la castidad- la ceja izquierda del azabache tembló- El geranio, el cariño y la armonía. La gipsofila, la ternura de la infancia, la transparencia del alma. El girasol, la alegría infantil, la espontaneidad, la inmadurez…

-Esa es perfecta para Sasuke, ¿no?- acotó Naruto, ganándose una mirada sombría de parte de su amigo.

-La madreselva-continuó Ino- simboliza lazos de amor fraternal. La margarita, la infancia e inocencia. El mirto, nuevamente, el amor fraternal. La capuchina significa obediencia, debes obedecer a tu hermano mayor, ¿no?-Sasuke rodó los ojos- La violeta azul es un símbolo de confianza. La rosa amarilla… Pese a su belleza no es recomendable regalarlas-apuntó- porque se relacionan con la envidia y los celos cuando existen relaciones amorosas. Pero si lo que se tiene es una amistad o relación fraternal son las más recomendadas, sirven también para felicitar-sonrió, recogiendo una.

Sasuke había ido cambiando la cara a medida que la rubia iba enumerando cada flor y su significado, y la última acotación terminó por colmar su paciencia. Nada de ello representaba lo que él sentía hacia Itachi, ¡quizás en su más tierna infancia, pero no ahora! ¿Castidad? ¿Amor platónico? ¿Inocencia? ¡¿Qué demonios?! Aun así, no podía revelar la naturaleza de su relación con su hermano a los demás, por lo que simplemente escogió de todas las nombradas las flores que menos entorpecían el significado de sus verdaderos sentimientos por Itachi.

-Sólo dame begonias, crisantemos rojos y violetas azules- murmuró.

-¿Sólo quieres ésas?- se sorprendió Ino.

-¡Pero Sasuke-kun!- objetó Sakura- Lo que deseamos es hacerle un buen regalo, será un ramo demasiado pobre si no incluyes algo más de variedad.

-Da igual, de todos modos no creo que sea el regalo apropiado.

-¡Aaaah, Sasuke, ¿por qué tienes que ser tan difícil’ ttebayo?!- protestó Naruto.

-¡Yo no soy el difícil, es Itachi!

Ino suspiró, mientras preparaba el ramo intentando que luciera lo más vistoso posible con sólo esos tres tipos de flores.

-Aquí tienes- se lo entregó al Uchiha, que extrajo su billetera para pagar.

 

La mala cara de Sasuke era ahora más que insoportable para sus dos amigos y compañeros de equipo que se habían quedado con él a acompañarlo en su infortunio-aunque según ellos, a ayudarle a conseguir un mejor obsequio, pero en verdad no hacían más que permanecer a su lado guardando silencio, de vez en cuando interrumpido por un “¡Aaaaaaargh, dattebayo!!!” desesperado de Naruto.

-¿Y bien?- inquirió la pelirrosa, mirando de reojo a su amigo rubio.

-Mmh…- murmuró Naruto, poniendo a trabajar su cerebro.

Sasuke suspiró.

-Si no van a servir de ayuda, ¿por qué no me dejan solo?- cuestionó, irritado.

-¡Cállate, teme!- saltó Naruto, más irritado aun- ¡Somos un equipo, por eso no podemos dejarte solo y…! Un equipo, el equipo siete… -bajó el tono de voz, pensativo, para exclamar luego con entusiasmo- ¡Claro, Kakashi-sensei, a él sí se le ocurrirá una buena idea para el regalo de tu hermano!

Sasuke fue arrastrado por la fuerza hasta el departamento de su maestro.

-¿Y por qué tengo que creer que Kakashi sí podría ser capaz de pensar en un obsequio apropiado para Itachi?

-¡Porque él conoce a tu hermano mejor que nosotros, recuerda que fue su superior antes que tu hermano fuera ascendido como capitán de ANBU!

-¿Cómo sabes eso?

-¡Tú me lo contaste, teme!

Los tres arribaron ante la casa del jounin y Naruto golpeó la puerta con energía.

-¡Kakashi-sensei!- llamó.

Debieron esperar por lo menos quince minutos para ser atendidos, pero las tardanzas eran algo habitual en el ninja copia. Cuando finalmente la puerta se abrió, Kakashi los recibió con rostro adormilado y sin su uniforme de jounin puesto, asomando los ojos del Icha Icha Paradise que traía casi pegado a la cara.

-¿Mmh? ¿Qué hacen los tres aquí? Es mi día libre de ustedes.

-¡Kakashi-sensei, necesitamos tu ayuda’ ttebayooo!!!- exclamo Naruto ardorosamente.

-Mmh, está bien, pero deja de gritar- regresó al interior de su casa, dejando la puerta entreabierta, y tras ponerse su traje habitual volvió a reunirse con ellos en la entrada- Díganme que necesitan.

-Es el cumpleaños de Itachi-san, el hermano de Sasuke-teme, y el muy baka no sabe qué regalarle- Sasuke lo miró de reojo- Así que pensamos que tú tendrías una mejor idea ya que las nuestras no lo dejaron conforme- ahora Naruto fue el que miró de reojo a su amigo, remarcando sus palabras.

-Mmh, ya veo… -miró su Icha Icha, falto de ideas, hasta que de su mismo libro llegó la inspiración- ¿Qué tal pornografía? ¿Cuántos cumple, dieciocho, diecinueve? Ya tiene edad suficiente.

-¡¿Queeee?!- chilló Sakura colorada.

-Mmh- lo meditó Naruto.

Sasuke hizo una mueca de disgusto.

-A mi hermano no le gusta la pornografía.

-Jaja- rió Kakashi- A todos los hombres les gusta el porno, prueba con eso.

-No a mi hermano.

-¿Y cómo estás tan seguro?

-Sólo lo sé y punto.

-Jajaja, ¿es porque nunca lo has visto leyendo porno? No es que quiera llamarte ingenuo, pero eres ingenuo- Sasuke le clavó una mirada sombría- Verás, cuando un hombre quiere disfrutar en paz de su amada porno se encargará de hacerlo a escondidas de testigos inoportunos, como los hermanitos pequeños-le revolvió el cabello, cabreándolo.

-Kakashi-sensei- murmuró Sakura, entrecerrando los ojos con suspicacia- Usted lo hace a la vista de todo el mundo.

-Yo soy yo, pero Itachi es un joven reservado, estoy seguro de que cuando Sasuke no está cerca es cuando aprovecha para sacar su colección privada de porno, después de todo, es deber de un hermano mayor proteger la inocencia de sus tiernos hermanitos, jajaja.

Sasuke lo escuchó con irritacion. La imagen evocada por Kakashi no era una a la que quisiera dar cabida por mucho tiempo en su mente. ¿Itachi leyendo porno a escondidas, con cara de pervertido, mejillas sonrojadas y risa libidinosa a lo Kakashi? ¡No, de ninguna manera, su hermano era mejor que eso!

-No creo que esto sirva…- suspiró, derrotado, echándose a andar de vuelta a su casa.

-Bueno, ¿entonces qué piensas regalarle?- cuestionó Naruto.

Detrás de él, sus dos compañeros de equipo más su maestro caminaban pensativos. Sasuke se volvió hacia ellos irritado.

-¡¿Y por qué demonios me siguen todos ustedes?!

-Mmh- se encogió de hombros el jounin- No tengo nada que hacer, y ustedes son tan divertidos como desesperantes, pasaré una tarde entretenida si me les uno.

-Geez…- continuó su camino hasta llegar nuevamente hasta la mansión Uchiha.

Mientras los tres hombres se sentaban en los zabutones, Sakura se dedicó a preparar té para todos, tras lo cual distribuyó los pocillos en la mesilla baja, tomando asiento junto a ellos.

-Mmh, ¿Sasuke-kun?

-¿Qué?- preguntó Sasuke de mala manera.

-¿Ya has pensado en cocinarle su plato favorito?

Los demás la miraron como si hubiera tenido una idea genial.

-¡Ey, eso sí podría funcionar’ ttebayo!- exclamó Naruto, mirando a Sasuke con gran entusiasmo en un intento por contagiárselo.

-Podría ser…- hubo de admitir Sasuke.

-Aunque nos estamos olvidando de algo- repuso Naruto, algo menos animado- El teme apenas sabe hacer una bola de arroz…

-No te preocupes, yo me encargaré de todo- aseguró Sakura, poniéndose de pie y vistiéndose el viejo delantal de Mikoto- Muy bien, ¿cuál es el plato favorito de Itachi-kun?

-Omusubi y repollo- respondió el Uchiha con seguridad.

-¡De acuerdo, prepararemos omusubi y una exquisita receta de repollo rehogado agridulce!

-¿A tu hermano no le gustan los dulces?- interrogó Naruto.

-Oh sí- intervino Kakashi, volteando la página de su libro- Lo he visto con frecuencia en la tienda de dango.

-¡Perfecto!- exclamó Sakura, feliz de sentirse a cargo- ¡Kakashi-sensei, Naruto, vayan a la tienda de dulces y compren una buena provisión! ¡Sasuke, pon a hervir agua con sal, ¿dónde está el arroz?!

Los tres hombres se pusieron de pie casi de un salto, obedeciendo al demandante llamado de la pelirrosa.

Dos horas después, la mesa de la cocina estaba llena a rebosar de pintorescos omusubis con guarnición de verduras fileteadas y en el centro un apetitoso repollo cortado en tiras y cocinado al wok con salsa agridulce y guindillas.

-¡Tadán!- exclamó la cocinera, satisfecha con su desempeño.

-Vaya, Sakura-chan, eso luce muy bien- se maravilló Naruto, controlando sus babas.

Los otros dos asintieron, observando toda la presentación en detalle. El rubio le entregó las cajas de wagashi que habían comprado en la tienda y Sakura dispuso los bocadillos  artísticamente sobre la mesa.

-         Perfecto, con este obsequio Itachi-kun quedará encantado de tener un hermano menor tan atento, ¿qué puede ser más tierno que regresar exhausto de una difícil misión y ser recibido por el aroma de tus comidas favoritas? Aaah, me siento realizada- se deslizó el dorso de la mano por la frente, cansada.

-Bueno, Sasuke, no digas que no te sirvió nuestra ayuda- lo punzó Naruto, codeándolo.

-         Mmh…

-Vamos, ¿qué se dice, qué se dice?- siguió codeándolo con una sonrisa zorruna.

-         Muchas gracias- masculló el azabache, desviando la mirada, sonrojado.

Kakashi bostezó, mirando la hora en el reloj de la pared.

-Bueno, yo tengo que retirarme, ustedes me arrancaron de la cama.

-Nadie te obligó a venir hasta aquí- replicó Naruto, mirándolo de reojo.

-Como sea, ahí se ven- saludó con la mano, desvaneciéndose en una voluta de humo.

-Creo que yo también tengo que irme- anunció la pelirrosa, encarando hacia la puerta.

-Pero, Sakura-chan, ¿no te quedarás a ver la reacción de Itachi-san?

-Tú también tienes que marcharte, Naruto- masculló la chica, llevándoselo a rastras de un brazo.

-¡Nos vemos, Sasuke! ¡Mucha suerte!- dio la vuelta a la puerta, arrastrado por Sakura- ¡Mañana nos cuentas como te fue! ¡Puedo caminar solo, Sakura-chaaaan!

Sasuke suspiró, alzando los ojos hacia el reloj. Eran poco más de las siete, Itachi no debería tardar mucho más en regresar, si es que no posponían la conclusión de la misión hasta el día siguiente, pero hasta donde sabía, no se trataba de una misión de alto riesgo.

Se sentó a la mesa a esperar, contemplando distraídamente los alimentos tan delicadamente dispuestos por su compañera.

Había transcurrido media hora cuando finalmente Itachi se hizo presente en la casa. Sasuke se puso de pie alerta al percibir el chakra familiar y fue a esperarlo a la entrada de la mansión.

El mayor de los Uchiha regresaba con su uniforme ANBU casi intacto, apenas rociado por algunas casi imperceptibles manchitas de sangre, muestra de lo prolijo que era el joven para realizar su trabajo. Aun así, en su rostro se veían las inocultables señales del cansancio, en especial en sus ojeras, que eran uno de sus rasgos distintivos y tendían a alargarse cuando se encontraba exhausto.

-Tadaima, Sasuke- saludó con voz ligeramente ronca, señal de que no había dejado de correr de aquí para allá en todo el día.

-Okaerinasai, niisan- caminó hacia él, abrazándolo- Otanjobi omedetto.

-Domo sumimasen, Sasuke- lo rodeó con sus brazos, besando su cabeza.

Sasuke alzó la mirada hacia él, un adorable sonrojo formándose en sus mejillas.

-Tengo algo para ti- lo tomó de la mano, e Itachi se dejó conducir hacia dentro de la casa por su hermano menor.

Los ojos de Itachi se abrieron ligeramente, sin poder ocultar la sorpresa, cuando Sasuke le mostró la llamativa kusarigama. El sonrojo del menor se hizo más evidente al haber provocado una expresión de ese calibre en su hermano.

-¡El idiota de Naruto creyó que te sentirías más a gusto en tus misiones con un arma impresionante como ésta, bah, como si tú necesitaras de un arma para verte impresionante!- se excusó, gritando adorablemente.

-Muchas gracias, Sasuke- sonrió tiernamente- Pensaré en ti cada vez que la use- la alzó del suelo, pero el menor se la arrebató.

-No tienes que usarla, sólo… Olvídalo- desapareció unos segundos para retornar con un ramo de flores en la mano- Sakura piensa que las flores son el regalo más conveniente en cualquier ocasión, pero yo no comparto su opinión, ¿sabes?

Itachi volvió a sonreír.

-Muchas gracias, Sasuke. Son muy bonitas- alzó la mirada, olfateando el aire- ¿Qué es ese aroma?

-Oh, otra idea de esos dos usuratonkachis… -lo condujo a la cocina, donde el mayor quedó impresionado al ver la exquisita presentación de todos sus platillos favoritos sobre la mesa.

-Sasuke, ¿hiciste todo esto sólo porque es mi cumpleaños?

-Bueno, Sakura fue quien se encargó de hacer la comida, sabes que yo no sé cocinar y…

Un efusivo abrazo lo interrumpió, sofocando su rostro en su pecho. Una inmensa sensación de calidez invadió su corazón mientras su cuerpo era estrechado con amorosa fuerza por su hermano mayor.

-Gracias, Sasuke, gracias- susurró, conmovido, cerrando los ojos y disfrutando de su cuerpo tibio entre sus brazos.

-Niisan…

Se desprendieron después de un rato.

-No sabía qué obsequio darte, tú me dijiste que no deseabas nada y me devané los sesos pensando y pensando, y al final tuve que pedirle ayuda a esos dos e incluso Kakashi…

Los labios de Itachi presionando sobre los suyos sellaron su protesta. Un apasionado beso de suaves labios y húmedas lenguas confluyendo en la unión de sus bocas siguió a las palabras de Sasuke, acallándolo durante varios minutos.

-Todo lo que deseo…- confesó Itachi, acariciando las mejillas encendidas de Sasuke, entremezclando su aliento agitado con el de su amado- Ya lo tengo conmigo, todos los días del año. Eres tú, Sasuke. Cada mañana despierto a tu lado y cada noche me duermo sintiéndote entre mis brazos, y no necesito nada más.

-Niisan…

-Aun así, perdóname por haberte causado problemas.

-Ya no importa- sonrió- Al menos pude obsequiarte algo que te hace feliz.

 

 

Happy B-day, Itachi-niisan.

Fin.

 

 

Notas finales:

Zabuton: Los almohadones en que se sientan los japoneses en torno a esas mesitas bajas que usan para comer.

Otanjobi omedetto: Feliz cumpleaños

Domo sumimasen: Es un modo de dar las gracias en japones que tambien significa algo como "Disculpa por las molestias", como una mezcla entre dar las gracias y pedir perdon porque el otro se molesto en hacerte un favor. Me parecio que seria un modo apropiado de agradecer para alguien como Itachi.

 

Espero que les haya gustado^^

Reviews? Y no olviden desear un muy feliz cumpleaños a Itachi!!

ItaSasu forever!

Kisses!!!


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