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Bandoleros por Sohma Umiko

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Notas del fanfic:

Bueno, en vista de que se me vino a la mente esta alocada idea y que ya nadie me deja un triste review en "rock and roll en pheonix" decidi entrar en huelgo y escribir esta historia..Espero les guste, ademas, quiero hacerles estas dos preguntas a todas las lectoras:

1¿merezco un review?

2¿Como escribo?

Ja ne

La historia que les voy a contar, es de cuando yo era pequeña mi nombre es Luna Wheller, soy la hermana menor junto de la familia. Mis padres, Joseph y Serenity Wheller, mis hermanos mayores, Joey, Malick, Ryou y Yugi, él y yo somos hermanos gemelos. Mi familia era pobre pero éramos fuertes y felices, no poseíamos más que nuestra pequeña granja. Por supuesto, éramos los hermanos más unidos de todo Texas.


       Era la era de vaqueros y asaltantes de bancos.


POV Joey


Esa mañana, nos levantamos al amanecer, mi madre nos preparaba el desayuno, mi hermana le daba de comer a las gallinas, mis hermanos y yo ayudábamos a papá con las tareas de la granja, éramos felices con esta vida de paz pero sobretodo de cariño.


Malick y yo bajamos al pueblo por algunas cosas, en el camino vimos a Ryou intentando escapar de una bola de chicas que lo acosaban, a Yugi ayudando al abuelo (en realidad era el padre adoptivo de Serenity) en la tienda y a Luna corriendo a caballo. Como adoraba hacer eso, todos de hecho, bueno el caso es que, en la casa solo quedaron mis padres, pasamos por el tablón de anuncios y ahí estaban el precio por las cabezas de los bandoleros más buscados, eran  conocidos como los dragones blancos ojiazules, eran cinco en total y los buscaban por todas partes, luego de eso pasamos frente al banco donde estaban Gozaburo y sus hombres.


       Veran, las cosas son así desde hace unos meses, este Gozaburo llego y se empezó a adueñar de las propiedades a base de la hipoteca, y tiene la mirada puesta en nuestra propiedad.  Como era nuestra costumbre, salimos los cinco a pasear por el pueblo después de acabar nuestras tareas, ya era tarde cuando volvíamos estaba por anochecer cuando vimos humo salir de nuestra casa, nos volteamos a ver y espoleamos a nuestros caballos para ir a todo galope directo a nuestra casa, la visión que vimos ahí no se nos pudo olvidar nunca:


       Mis padres tirados en el suelo sangrando, la casa en llamas y el maldito de Gozaburo y su pandilla de abusadores en un tiroteo con unos tipos que no logramos identificar iban con sombreros y un pañuelo tapándoles la cara, iban armados con rifles, revolver y no se cuantas más armas, mi hermanita, quien apenas tenía diecisiete grito al igual que Yugi, Malick, Ryou y yo estábamos demasiado estupefactos para hacer algo, Ojala lo hubiera hecho, en un acto de imprudencia, mis dos hermanos menores fueron corriendo hacía los cuerpos de nuestros padres, que estaban justamente atrás de los bandoleros, los mayores salimos tras ellos.


             -¡¿QUÉ CREEN QUE ESTAN HACIENDO?! ¡VAYANSE!-Nos grito uno de los seguidores de Gozaburo


Pero estábamos tan cegados por la tristeza y la rabia que no lo escuchábamos. Papá tenía bajo la mano que estaba en el pecho, una notificación de que las tierras pasarían a ser del banco nacional de Nueva York. Y lo que vino después, sigo sin entenderlo.


 


POV Bakura.


Después de un rato de estar en esta balacera llegaron cinco chicos, dos de ellos estaban llorando y gritando parecía ser que eran los menores, los otros tres simplemente no salían del shock, luego los menores corrieron hacía nosotros para luego desviarse a un lado nuestro, voltee a ver, los cinco estaban con los cuerpos de los dueños de la casa, al parecer eran los hijos de esas personas.


             -¡¿QUÉ CREEN QUE ESTAN HACIENDO?! ¡VAYANSE!-Les grito un tipo de los que nos disparaban.


Atemu, que era el más cercano dio una sugerencia, luego todos nos volteamos a ver, se nos acababan las balas y de seguro vendrían refuerzos por lo que aprovechamos la oportunidad. Nos lanzamos sobre los recién llegados tomandolos por sorpresa, nos levantamos mientras que con un brazo los sosteníamos con el otro les apuntábamos con nuestras armas.


             -¡HEY, bajen sus armas! ¡Dejenos ir, tenemos a estos chicos como rehenes! ¡Si no quieren que mueran nos dejaran ir!


       -Malditos.-Nos dijo uno, Atemu y Seto se encargaron de inmovilizar a nuestros rehenes mientras Kohaku, Marick y yo atábamos a los policías a un cactus, todos tomados de las manos y en una rueda mientras se espinaban con el cactus  y con los pantalones y ropa interior abajo mientras estaban de frente al cactus (auch) luego, agarramos a nuestros rehenes, amarrados y amordazados, nos montamos en nuestros caballos, nos llevamos los de ellos y salimos hacía algún lugar donde escondernos.


 


 


 


 


Continuara…………………


 

Notas finales:

¿Merezco un review? ¿Tengo futuro como escritora?


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