Basado en Slam Dunk de Inoue takehiko-sama
Rumores
Ru/Hana Sen/Kosh
One shot: Del rumor a la realidad….
Aquella mañana lejos de ser tediosa y aburrida para cierto personaje de ojos intensamente azules resultó ser entretenida, se encontraba sentado frente al computador, con aire meditabundo mientras buscaba entre sus paginas predilectas aquella que habían diseñado 2 meses atrás uno de sus rivales.
Aída Hikoichi, en compañía de su hermana habían tomado la absurda decisión de crear una pagina web dedicada a los mejores equipos de la prefectura de kanagawa, incluyendo entre muchas cosas itinerarios, horarios de clases, fechas de cumpleaños y un extenso recorrido en torno a la personalidad de cada uno de los integrantes de los equipos.
Era sabedor que no contaba con mucho tiempo, que poco a poco el tiempo se iba acortando y sus esperanzas (si es que realmente existian) comenzaban a acortarse lentamente.
Cuando dio finalmente en la pestaña que indicaba todo sobre shohoku, cometió un error, el cursor dio directamente a la seccion amarillista de la pagina, por curiosidad se decidió a seguir en el apartado, no perdia mucho, salvo unos minutos y ese día en especifico no había mucho que hacer, sus padres se habían marchado al distrito de hokaido, según ellos una semana de relax fuera de sus trabajos.
Él se había negado rotundamente, adjudicando sus entrenamientos, tanto personales como en el gimnasio, y ante todo que desgraciadamente había fallado en un par de asignaturas y tenia que ponerse al corriente, mientras viajaba con el mouse llevó una taza de tibio café a sus labios.
El primer reportaje era breve, solo hacia incapie a los torneos que se llevarian a cabo de practica entre las respectivas preparatorias, ni bien había dado un pequeño sorbo que este salio expulsado de su boca al ver un poco mas abajo una imagen que le quito el aliento.
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Cuando logró salir de su casa finalmente, obviando los gritos e improperios de un padre alcoholizado, el nulo trato de su madre y los grititos fuera de lugar de su hermana menor, caminaba por las calles de kanagawa, distraido, con las manos hundida en los bolsillos del pantalon, no tenia la mas minima idea de que hacer o como matar el tiempo hasta que la noche cayera suspiró y alzando el rostro dejó que un tibio rayo de sol se colara entre sus pupilas haciendo parecer que sus ojos se vieran dorados.
Una vez más había dejado crecer su cabello, en ese momento poco le importaba, estaban de vacaciones y la lesión de su espalda comenzaba a causarle ciertos malestares, dada la condición los medicos que le trataron en el centro parecieron no darle muchas esperanzas.
Sus amigos habían salido con sus respectivas familias, yohei había acompañado a haruko junto a su familia a tokio, mientras él se debatia entre el hecho de seguir caminando o perderse en aquel parque donde rukawa entrenaba incansable cada mañana.
Sin tener nada mas que hacer dirigió sus pasos hacia aquel apartado parque, buscaria nuevamente acomodo en aquel viejo roble y escondiendo su rostro entre sus rodillas escucharia el sonido del balon, los dribleos, sumiendolo en un dulce letargo al que últimamente había sido asiduo.
El año pasado hubiera golpeado al que se atreviera siquiera a pensar que él, se dignaria a admitir que rukawa kaede tenia talento, teson y perseverancia, valores de los que él carecia por el momento.
-Sakuragi hanamichi…- pegó un brinco al escuchar tras él una voz seca y despectiva, en ese momento no quería problemas, ni peleas, aun asi se volvió encontrandose con unos ojos negros profundos, cargados de un odio visceral dirigido unicamente a él.
Sabia que lo conocía, pero no podía dar con su nombre, para él era inexistente pues no se había dignado a otorgarle un mote característico a su sombría personalidad, aun asi trato de suavizar la mirada y ganar tiempo para asi recordar cual era su nombre.
Pasaron largos segundos en los que los ojos ambarinos de sakuragi no se separaron un solo instante de los negros de aquel chico, intentó sonreír, ser amable y condescendiente, se había jurado el verano pasado que intentaría cambiar, que trataría no ser tan explosivo, mucho menos pendenciero.
¿te conozco?…- pregunta entonces, ganando solo que el chico apretara fuertemente los puños y avanzara hacia él con una determinación poco propia de alguien que sabe a ciencia cierta que la estatura y el temple de hanamichi es superior a él, su cuerpo, su presencia y su experiencia con los gamberros de la ciudad le dan cierta fama, mientras que él chico no retrocede en su intento por encajar su puño en el vientre plano del pelirrojo.
El golpe no lo vio venir, solo es consciente del dolor que le obliga a caer a sus pies, del acceso de tos y de las gotas de sangre que emanan de sus labios.
-Bakayaro..- gruñe el moreno, mientras se acerca a él, le importa poco lo que el entrenador taoka haga si se entera que se metio en una pelea, él merecia eso y mas.
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Aquel día, por mas extraño que pareciera podia sentir que algo le faltaba, aquello era importante para él, salvo que el entrenamiento era demasiado duro como para poder detenerse y asimilar las cosas, tomó el balón que Hikoichi le lanzaba, mientras corría con él, botandolo un tanto distraido pensó en kosh, su mejor amigo y confidente, trato de buscarlo, de lanzar hacia él el balon y hacer una jugada excelente.
Pero no verlo le hizo comprender que era precisamente esa ausencia injustificada lo que le tenia asi de pensativo, tan fuera de si que dejo por un solo momento el entrenamiento y mientras se dirigia hacia los vestidores no paró un solo instante a pensar cuan extraño era para él ese comportamiento.
Quizás si aquella tarde no la hubiera dedicado a un infructuoso ligue podría haber hecho de su día uno más placentero.
Suspiró y alzando la mirada hacia el techo sonrió suavemente, mientras en su mente revivia un momento que siempre sería inolvidable.
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Cuando salió de casa, en ningun momento esperó dar con él, mucho menos cuando en todos los años de conocerlo y de ser declarados rivales hubiera deseado no toparselo, pero la vida era ruin y misteriosa cuando se lo proponia.
En cualquier otro momento, dada la situación ilogica y ridicula, constatando claro la marcada diferencia de estatura como de masa muscular habría desistido, pero era sorprendente ver la fiereza, el desenfreno y los celos acumulados para dar en un cuerpo frágil la fuerza suficiente para acabar con una mole de músculos como lo era sakuragi.
Fue cuestión de segundos en que actuó, su rapidez habría sido la envidia de ryota y mitsui cuando atajó de la cintura al pequeño demonio que parecía querer saltar en cualquier momento a la yugular del pelirrojo.
Y lo habría permitido, mucho mas cuando bajo aquellos mechones de un oscuro negro se topó con un par de ojos mas oscuros que la noche misma y que reconoció al instante.
-Hiroaki koshino..- susurró, logrando solo que esta vez la atención enfocada a librarse de su agarre fuera minima, sonrió casi calculadoramente y su postura resultó peligrosa cuando sus brazos le rodearon el cuello y su boca quedó a milímetros de la suya.
-ojo por ojo..- murmuró entonces, con un infantil brillo en los ojos que hizo tragar a rukawa en seco, mucho mas al ver tras los bermejos mechones un brillo casi suicida.
Podría hacerlo…
Podría besar a su antojo a hiroaki, para frustración del pelirrojo y para goce de sus recien adquiridos cuernos y de los cuales casi toda la prefectura de kanagawa era espectador.
Pero lo pasó por alto al ver como el pelirrojo permanecia de pie, con la mirada gacha y los puños apretados, tan fuerte que sus nudillos palidecieron.
Para hiroaki no había venganza mas perfecta que la de regresarle la ofensa, sabia de los sentimientos de hanamichi hacia rukawa, los pudo constatar al ver el dolor asomarse por aquellas pupilas doradas, timidamente un sonrojo hizo aparición en sus mejillas, como ligeras motitas de color que chispearon un poco mas entre aquellas pecas encantadoras, sakuragi era precioso, esos años de practica habían logrado suavizar desde su rostro, afirmando sus musculos exquisitamente.
Él de no haber estado perdidamente enamorado de su mejor amigo se habría dado cuenta de lo que ese chico pendenciero podría ofrecer, pero ya era tarde, él jamás se fijaria en alguien que no fuera tan alto y atletico como el mismo pelirrojo, habia que ser ciego para no notar que tras ese carácter fuerte había una innusitada ternura, que en aquellos labios humedos, rojos y deseables existia una insolita timidez, que bajo aquellas pestañas espesas, escondido en medio de aquellos ojos claros había una inocencia no corrompida.
Suspiró entonces derrotado, los golpes no habían hecho nada en el pelirrojo salvo acrecentar el poder de seduccion que poseia, sus cabellos se habían alborotado dandole un desenfadado look a su persona, cayendo sobre aquellos ojos que de pronto parecieron perder la luz que los guiaba.
Para kaede no pasó desapercibida la mirada de hiroaki, le habría golpeado si no hubierha visto tambien asomarse lagrimas por el rabillo de sus ojos.
Había comprendido entonces que habia sido derrotado, trató de encontrar en los puños de hanamichi rastros de un pelea, constató para su sorpresa que no era asi.
Al parecer sus promesas hechas el año pasado fueron cumplidas, aun asi no estaba dispuesto a pasar por alto aquel estupido articulo amarillista donde un puercoespín hentai se encontraba sentado a horcajadas sobre un sonrojado sakuragi.
Él mismo había pasado por una situación similar, había sido cuestion de meses poder aceptar que sus sentimientos habían cambiado, que habían mutado y que de pronto sus hormonas se habían puesto de acuerdo al alabar el bien proporcionado cuerpo del pelirrojo.
Un día se lo topaba desnudo en las regaderas y al siguiente día despertaba con remanentes de un sueño más que grafico, con tintes de xxx.
Fue complicado hacerle comprender que no se trataba de una retorcida venganza en contra de sus infantiles reclamos hacia una estupida chiquilla obsesionada por frivolidades, en parte agradecia aquello, pues de no haber sido por su rechazo o por aquella deliberada Lesión no habría podido acercarse a él de la manera que él queria.
Hubiera querido sacar esa personalidad fria e indiferente, darse la media vuelta y dirigirse hacia la cancha donde solia ir a practicar y asi despotricar en contra de un mono salvaje que no sabe manejar su maldito atractivo.
Pero no pudo, no cuando los ojos de hanamichi se alzaron hacia él, temerosos, titubeantes y ante todo desconcertados, no pudo evitar el acercarse a él y acunarlo en sus brazos, el chico se aferro a él, escondiendo su rostro afectado entre el espacio que había entre su cuello y cabeza.
-¿Qué pasó?..- pregunta entonces con suavidad, no podia evitar ser medianamente condescendiente con él, hanamichi alza timidamente el rostro hacia él, aquel semblante le hace desear fervientemente devorar esa boca que se abre para él temblorosa.
-no lo sé..- admitió finalmente..-en verdad que yo esta vez no eh provocado una pelea..- kaede sabia que era verdad, aquellos ojos preciosos le delatarian al instante, mas no se lo dejaria facil.
Para hanamichi era mas sencillo resolver una ecuación matematica que mentir.
-¿no lo sabes?..- pregunta entonces y haciendose el desentendido saca de entre uno de sus bolsillos una hoja que coloca en las manos del pelirrojo.
Al principio la mirada de hanamichi es desconcertada, mientras desdobla la hoja un furioso rojo inunda su rostro.
-¡¡¡Puedo explicarlo!!!…- dice repentinamente, en cualquier momento kaede pudo haber reido a carcajada batiente pero él no era tan expresivo, asi que se mantuvo impavido esperando una respuesta convincente.
-espero que lo hagas..- rebatió a su vez, mientras le tomaba de la mano y le arrastraba sin rumbo fijo, no era idiota, sabia que koshino queria una explicación pero su torpe pelirrojo no era el que necesitaba escuchar.
En cambio él tenia una y mil maneras de hacer pagar a hanamichi por ese desliz.
Koshino estaba sorprendido, jamás creyó ver una reaccion en el rostro de rukawa, no en vano era el rey del hielo, tanto fue su desconcierto que creyó estar soñando o ya de plano estar en la dimensión desconocida, pero aquella hoja, olvidada en el piso le hizo regresar a aquella dura realidad.
Ahí se encontraba akira, frente a un sonrojado hanamichi a punto de besarse.
No queria imaginarse siquiera lo que pasó en aquel lugar, el dolor era realmente un aliciente para querer olvidarse que el tipo del que estaba profundamente enamorado estaba liado con otro.
-kuso…. Como pude ser tan estupido cuando creí que él tambien me amaba…-
-No creo que seas estupido kosh…- tras él, la voz inconfundiblemente varonil de akira le sobresaltó.
-lo soy… -
-creo que te debo una explicación… pero antes…- murmuró unos segundos antes de acercarse, tomarle delicadamente del mentón para alzar su rostro lo suficiente como para unir sus labios en un tierno beso..-Ai shiteru hiro-kun…-
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-¿crees que con decirme que sendoh esta enamorado de hiroaki es suficiente disculpa?…- pregunta un kaede un poco calmado, mientras hanamichi se encuentra sentado frente a él, retorciendo con nerviosismo un pañuelo.
En aquel momento pensó seriamente el dedicarse a ser un duro detective, pues lograba intimidar a su koibito, mas el basketball seguia siendo una pasión resagada desde el momento mismo en que hanamichi entro a su vida junto a sus locuras..-espero una explicación hanamichi…- aquel tono neutro e indiferente ya no había sido usado, pero la ocasión lo ameritaba.
No era sano para nadie, levantarse un día de relax premeditado, para abrir tu laptop y encontrarte de cara con la fotografía de su koibito siendo acorralado por sendoh.
Mas cuando dicha fotografía estaba acompañada de una noticia desagradable.
“la dupla de oro se separa”
¿Será acaso Rukawa kaede perdonar el desliz de su compañero?
Aun sentia su sangre hervir, al leer los comentarios que había en la pagina, las respuestas para nada apropiadas, las proposiciones indecorosas para hanamichi, la larga lista de pervertidos que le ofrecian consolarle tras la esperada ruptura.
-kaede…. No es lo que tu piensas…- intentó refutar con inseguridad, no pensaba que pudiera haber visto esa nota, mucho mas cuando kaede no era de los que gustaba de ver esa sección tan falsa.
-no es lo que pienso lo que deberia preocuparte, esta clara tu posición…o..¿es necesario que hagamos una reconstrucción de los hechos?..- pregunta entonces con un extraño brillo en sus ojos azules, se acercó entonces a hanamichi, aquella tarde el calor era infernal, por lo que antes de cumplir parte de la penitencia para hanamichi rebuscó entre sus cosas una botella de agua que abrió y roció sobre su cabeza, el agua rapidamente mojó su piel, resbalando por su cuerpo lo suficiente para humedecer la camisa que traia y la cual se quitó, quedando con el torso desnudo.
Cualquier palabra coherente por parte de hanamichi murió al ver el aspecto salvaje y sexy que mostraba kaede, las gotitas de agua traviesas resbalaban por su torso palido, resaltando sus musculos definidos y pectorales, incluso un par de ellas murieron en la boca sonrosada de él.
Un gemido escapó de sus labios, cuando kaede se acercó a él con una retorcida sonrisa figurando en sus labios.
¡¡Si que era sexy cuando se lo proponía!!!
Se sentó a horcajadas sobre él, sus ojos brillaban bajo la cortina que sus negros mechones formaban, aunada a la sonrisa retorcida y jodidamente sensual, hubiera esperado de él cualquier cosa, menos que sus labios se apoderaran de los suyos, demandantes, exigentes y dolorosamente reales.
Enlazó tras su cuello los brazos, jugando con aquellos mechones oscuros, mientras las manos de kaede no se quedaban quietas, recorriendo y palpando terrenos a los que él solo tenia acceso, su mano no paró hasta dar con su incipiente erección la cual presionó contra su puño.
-¿has respondido asi con él?…- pregunta con la respiración rota, acelerada, con el brillo deseoso en sus pupilas.
-No..- responde escuetamente…-No pasó nada..-
No supo si eran sus hormonas desatadas, si se trataba de su amor incondicional o la fe ciega a esa inocencia incorrupta pero le creyó, la fotografía podia asociar un par de imágenes pero él le conocia, no en vano había logrado lo que muchas mujeres y hombres desearon; Su corazon.
-como vuelva a verte en una posición comprometida con cualquiera…- amenazó, mientras daba un largo lametón a ese cuello largo, humedo por el sudor que recorria su piel bronceada.
Seria capaz de cualquier cosa……
Owari