Invierno del año 2007, supongo que la fecha exacta no la recuerdo, pero lo cierto es que el tiempo cuando se trata de ella: pocas veces le doy importancia al período. A veces me pregunto si fue el destino quien nos unió, pero lamentablemente no sabría explicar más bien quien nos separó; ¿Fue culpa mía? ¿Fue de ella? O tal vez…el destino celaba nuestros corazones palpitando sólo y exclusivamente para el otro. En fin…
Yo tenía trece años en ese entonces, era una niña promedio, a pesar de que mis calificaciones no eran excelentes ni sobresalientes al resto, podía jactarme fácilmente por ellas; tenía ese sueño del príncipe azul y la princesa, creí que podía enamórame de un hombre por siempre, casarnos, tener hijos, y vivir felices, envejeciendo; era retraída, muy tímida, mi burbuja de cristal se trisó cuando conocí a mi mejor amiga, ¿Quién sabe por qué?, tal vez porque ella era quien me bajaba de un tirón del arcoíris en que me subía, o por el simple hecho de estar ahí sentada, sin hacer algo en especial, o más bien porque nunca demostró algún ápice de interés en ser mi amiga, sinceramente fue muy difícil ganarme su confianza… y cuando la obtuve, fue monumental: sabía todo acerca de todo lo que hacía…ella sabía todo acerca de todo sobre mi; mi apariencia física nunca salió de lo normal: cabello negro ondulado, tez morena, ojos cafés tan oscuros como el chocolate amargo, estatura baja…jamás quise aspirar a más de lo que físicamente podía obtener . Esa era yo en ese entonces…
Ese día, como muchos otros viajaba en el trasporte público con mi inseparable amiga, y ya mencionada, “Yuki”, al menos así le gustaba que le dijesen, cuando el autobús se detuvo en una parada, Yuki me tomó del brazo y apuntó a una chica de cabellos castaños claro liso hasta los hombros…ah sí…aún recuerdo eso, Yuki apuntó su bolso.
-Mira Usagi-chan (ese era mi Nick :D)…esa chica tiene parches y chapitas de anime en su bolso- no distinguí bien pero ahí estaban, a Yuki y a mí siempre nos gustó el anime y la cultura oriental asique no era raro que nos emocionáramos si veíamos a alguien más con nuestros mismos gustos.
Antes de que al auto bus partiera, la misteriosa chica miró hacia nuestra posición, y sus penetrantes ojos verdes me miraron con indiferencia, retiré mi mirada con vergüenza al ser descubierta mirándola.
En ese momento algo muy minúsculo, casi…imperceptible comenzó a apoderarse de mí, la maldita voz de la conciencia me susurraba que algún día…en un tiempo no muy lejano…la volvería a ver…pero…en ese momento no la quise escuchar, estaba pendiente de si esos ojos verdosos me habían mirado realmente o no…
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Febrero del año 2008, verano.
Para ese entonces ya me había olvidado completamente de aquel suceso, claro, tenía cosas más “importantes” de las que ocuparme… ¿Cómo cuales? Pues…que el idiota de mi pretendiente no me había siquiera llamado para el día de San Valentín. No soy materialista ni nada de eso…de hecho odio el día de San Valentín porque era una época llena de regalos, las parejas que en todo el año no se regalaban ni siquiera una mísera flor… se regalaban cosas justo ese día, ¿por qué? Porque todo el mundo lo hacía. A pesar de ello, me hubiera gustado que él me llamara para decirme “Feliz día de San Valentín”…por muy cliché que sonase ello.
Con mi prima un año mayor que yo, con la cual compartí mi infancia casi en su totalidad, caminábamos por una feria libre…de esas en donde la gente vende cosas cotidianas y variadas, “desde ropa usada o nueva…hasta computadores viejos”, yo estaba por algo de anime…específicamente por Loveless, Papa to kiss in the Dark, etc.…mi lista de series no era muy extensa…pero yo quería tenerla en mis manos y mostrárselas a mi prima, que si bien es cierto también fue una amante del anime, llegó incluso a ver Gravitation, pero todo eso fue pasajero, y yo quería que viera Loveless y se enamorara de Soubi al igual que yo.
Llegamos a un puesto exclusivo de series de anime y me instalé a mirar, le pregunté a la chica de cabello negro que atendía el precio de Loveless, que era bastante barato, luego pregunté por Papa to kiss un the Dark…a lo que ella preguntó:
-¿La has visto ya?- me acercó el CD con su respectiva caja.
-S-si – recuerdo que no miraba mucho a los ojos de la gente, no mucho menos a desconocidos, me sentía cohibida, porque lo que solo tartamudeé y le miré de reojo.
-¿completa?- volvió a preguntar
- Si-respondí un poco más segura, pero aún no del todo. En eso tanto me fijé en una chapita de Miyavi prendada en tu manga derecha, y sabía de sobra de que mi prima amaba con su alma al mencionado cantante japonés- d-disculpa... ¿Te gusta Miyavi?- ella me miró directamente a los ojos, me cohibí y presté atención a los demás títulos de anime que estaban en aquel puesto.
-Si –contestó al cabo de unos segundos- pero me agrada mucho más Gackt… ¿Lo has escuchado?- ¡por supuesto que lo he escuchado! Miles de veces… suspiraba cada vez que escuchaba una de sus canciones.
-¡Si! –sonreí contenta
No recuerdo bien pero en un momento mi prima y ella conversaron acerca de Miyavi, y yo inesperadamente le pedí su correo electrónico (N/A: MSN :D) y ella aceptó en dármelo. Lo escribió en un pequeño papelito y luego me lo entregó. Mi prima me recordó de que no podíamos llegar tarde a casa, asique nos despedimos y nos fuimos. Seguimos caminando y cuando ella vio su reloj, varios minutos después, me dijo que solo producto de un milagro llegaríamos antes de las 8 pm a casa. Corrimos a través de la gente, corrimos todo el camino ya caminado anteriormente, y , como producto de el destino, miré hacia el puesto en que la chica de cabello negro atendía y me despedí con la mano sonriendo a más no poder, ella respondió con la mano, con una pequeña sonrisa en sus labios.
En ese momento supe que ese no era un adiós…si no un simple “Hasta luego”…
Continuará…