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¿Como mides el amor? por aussy-chan

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Notas del capitulo:

Lamento un monton si tiene alguna falta ortográfica u omisión de un signo, el word para blackberry es algo cutre pero al menos ahora si tengo donde tipear mis cosas ^^

Esto fue un momento raro de inpiración ojalá les guste, y también ojalá me lo valgan para cierto concurso porque me dio flojera subirlo al mf XD disfruten!

¿Como mides el amor?

A veces, cuando estoy solo en mi habitación me lo pregunto.

Aquel día había sido raramente caluroso, el sol brillaba intensamente desde la mas inalcanzable cima del cielo, hasta el punto de llegar a cegarnos, al salir de la escuela Daisuke me arrastro a una cancha para practicar juntos, el dice que estando conmigo le llega un impulso loco que le grita "debes ser mejor" "¡debes darlo todo cuando estas con Ken!", cuando el dice eso me siento tan... Feliz, aquella barrera que bloquea mi impulso de sentir felicidad se derrumba y quedo completamente deslumbrado.

Así que esta tarde decidí plantearle mis inquietudes.

Como el sol era demasiado intenso le recomendé que descansáramos un rato en las gradas, el accedió y compramos un helado para ambos (el no tenia ni donde caer muerto) luego después de comerlo, se lo dije:

- ¿Sabes Daisuke? Hay algo... Algo que he querido preguntarte.

- ¿Que es?-dijo con voz emocionada de ser yo, esta vez, el curioso.

- ¿Tú crees que el cariño puede medirse?-hable antes de arrepentirme.

- ¿Eh?-me dijo con aquella dulce taciturnidad tan habitual en el -¿medir el cariño?

- Si... -dije cohibiéndome un poco -ya sabes, para saber cuanto quieres a alguien

- Em ese es un tema complicado -colocó una mirada extraña y me sonrió -pero creo saber que hacer, inténtalo conmigo, dame tu mano.

Yo lo dude un instante ¿mi mano? ¿que iba a lograr con eso?, pero luego de ver su cálida sonrisa todo miedo desapareció y extendí mi brazo, el tomo mi mano con suavidad y la puso en su pecho, en ese momento sentí como un extraño calor se apoderaba de mis mejillas, era una sensación diferente... Pero linda.

- ¿Sientes como late Ken? -dijo tratando de explicarme.

- S... Si -no fui capaz de decir más.

- Pues el solo late así cuando estoy con alguien a quien quiero mucho -dijo viéndome a los ojos -el es el único que actúa como el medidor del amor, así que cuando quieras saber cuanto quieres a alguien simplemente toca tu pecho y escucha lo que tiene para decirte.

Era la primera vez que oía de el algo tan sabio, no es que el sea tonto, pero simplemente no creí que aquellas palabras salieran de sus labios. Retire mi mano de su pecho y le demostré la mas cálida sonrisa que fui capaz de esbozar, el colocó una cara intrigada pero la cambio casi inmediatamente por una de esas sonrisas suyas que podría eliminar un camino entero de noche, aprovechando de creer haberle entendido hice algo un poco mas impulsivo de mi parte, tome su mano y la puse en mi pecho.

- Escúchalo Daisuke -hable cerrando mis ojos -el solo late así de rápido cuando estamos juntos, cuando me sonríes, cuando haces todas esas tonterías divertidas, cuando te ayudo en las cosas de la escuela que no te importan en lo mas mínimo, cuando me dices que valgo mucho para ti... No, cuando dices eso late aun más rápido... Eso... ¿Eso quiere decir que te amo?

El se quedo pensativo, como si le hubiese dicho algo confuso o difícil de entender, yo no hable, de hecho pensé que hable de mas, pero aun así espere por su respuesta, el finalmente subió el rostro y me dedico una dulce mirada.

- Si, es amor, creo -dijo con seguridad pero aun así pensativo -yo siento lo mismo cuando me reganas por ser distraído, lo haces porque de verdad te preocupas por mi y mi corazón lo siente, también lo siento cuando muestras una de esas sonrisas que pocas veces te veo, esa que es sincera y bellísima, pero permíteme decirte, que yo sabia que te amaba desde hace aun mas tiempo que tu.

Aquello me sorprendió No rechazaba mis sentimientos y además aceptaba los suyos? Sentí que toque el cielo con los dedos

- ¿A si? ¿Desde cuando?

- Desde que aceptaste ser parte de nosotros, desde que mi corazón se fundió con el tuyo para que nuestros amigos digievolucionaran juntos, así como wormmon abrazo a v-mon yo quería abrazarte a ti -admitió sonriendo

- Ya veo, yo en ese entonces no lo entendía, pero ahora si, lo siento - dije tocando mi pecho y apretándolo como si pudiera tocar mi corazón -Podría decirlo mil veces, te amo Daisuke.

- Y yo quiero oírlo esas mil veces, es música para mis oídos -dijo mostrando un rosa intenso en sus mejillas, le sentaba adorablemente -Ahora ya que ambos lo sabemos...

No dijo nada mas, pero entendí que pasaría, encerró mis manos con las suyas y cerré los ojos, aquel primer y delicioso beso encerraba mas amor del que nunca habría podido imaginar sentir en mi vida, al principio fue solo la unión de nuestros labios, pero sentí como quería mas y no se lo impedí, porque yo también quería, si lengua era una suave caricia en mi boca, que desesperadamente pidió mas, nuestros cuerpos se fundieron en un abrazo que me parecía eterno, podía sentir ahora su pecho contra el mío, nuestros corazones desbocados al mismo ritmo, su espalda entre mis brazos, sus de mi espalda a mi cabello, y por ultimo un pequeño suspiro seguido por una inocente mordida en mis labios.

En ese momento lo supe, que no solo lo amaba, sino que estaba enfrente de mi alma gemela en carne y hueso, alguien hecho a mi medida, y al ver su sonrisa supe que el sintió lo mismo.

- Vamos a mi casa ¡Quédate esta noche! Le diré a mama que haga unas tostadas picantes -dijo entrelazando su mano con la mía.

- Suena tentador -sostuve su mano con gusto

- Entonces a la carga.

Caminamos de la mano sin que nos importase un soberano rábano si alguien nos observaba, ambos simplemente rebosábamos alegría ¡Y que si queríamos demostrarlo!

El cielo mostraba una colorida puesta de sol, yo me recosté mas en mi acompañante para recargar mi cabeza sobre su hombro y cerrar mis ojos ¿Así se sentía la felicidad? ¿Por que la había reprimido tanto? El al ver mi gesto solo puso sus labios sobre los míos en un beso más suave, pero no menos sentido, y allí supe otra cosa; No necesitaba mas que a aquel dulce y despistado futbolista para ser feliz.

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