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Según lo Planeado... por Zafira

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Notas del fanfic:

** Los personajes pertenecen a Tomo Takabayashi

Notas del capitulo:

Con esto me quedo con un fic menos... mate mi aburrimiento, y me salio mas largo de lo que esperaba... jeje aunque debo decir que me gusto el resultado.

Capítulo único: Según lo Planeado


Sin importar que aquellas palabras las estuviera escuchando de boca de su propio prometido, no podía dar crédito a ellas, pero no le cabía duda de que en definitiva, aquella mirada firme quería decir que no mentía. No dijo absolutamente nada al tiempo de darle la espalda y marcharse de ahí.


No entendía si debía estar feliz, o si quería odiarlo… de pronto todo lo que lo rodeaba le parecía falso, desde la simpatía de parte de la servidumbre hasta la supuesta lealtad de sus asesores. Había cumplido hace a penas dos días los dieciocho años, durante la fiesta había bailado con cuanta mujer le se le había insinuado… se sentía extasiado al ver tanta belleza, entendía que en parte todo era producto del cargo que ostentaba… vio de reojo un par de veces a quien desde su llegada se había convertido en su prometido accidental, era realmente extraño que aún no le estuviera haciendo ningún tipo de escena… pero hacía ya unos días que este se estaba comportando un poco más sereno.


Cuando estaba comentado, algunas hazañas del equipo nacional de Shin Makoku, se volvió a fijar en él… se sorprendió al verlo reír en compañía de su hermano mayor, había otra persona a su lado, era evidentemente otro noble, quien parecía susurrarle cosas al oído. Cuando sus ojos se encontraron el rubio levantó su copa en dirección a su prometido sonriendo de manera tranquila… eso a Yuuri le pareció extraño, pero no quiso pensar mucho en eso…


Esa noche Wolfram había estado largo rato contemplando la estrellada noche desde la ventana… su semblante estaba tranquilo, pocas veces le había visto así… le llamó para dormir, y así lo hizo el rubio… antes de quedarse dormido susurró, y Yuuri simplemente había sonreído, al pensar que su amigo realmente le tenía en alta estima…


¡Se un buen rey Yuuri!


Pero ahora podía entender el por qué de esas palabras... cuando entro esa mañana en la oficina y se encontró con todos sus asesores reunidos, supo casi al instante que algo andaba mal… él nuevamente miraba por la ventana, cuando Gwendal le dijo que debían hablar de algo serio, fue que Wolfram se volteó para mirarlo… sus esmeraldas estaban chispeantes… y no estaba entendiendo por qué… sin embargo un extraño miedo lo embargó.


Ahora que la verdad había sido dicha, se sentía herido y traicionado… no deseó ver a nadie, por lo que se encerró en su habitación… las horas pasaban tan lentamente que sentía que estaba enloqueciendo… su mente se volvió un lugar sombrío y una extraña sed de venganza lo recorrió…


“¡Todos me han tomado por estúpido… y él… ¿cómo pudo mentir así, como pudo fingir así?…


¡Yuuri, es tiempo de que este compromiso termine…!


¿Qué…?... pero tú…


¡Tranquilo… yo estaré bien, mi misión ya está cumplida!


¿Misión?


¡Así es Heika… a Wolfram le asignamos protegerle hasta que usted sea lo suficientemente fuerte como para defenderse y este lo más familiarizado posible con las costumbre de este mundo!


¿Qué dices Gunter?


¡Sin embargo, usted ya esta lo suficientemente cualificado para realizar esas tareas sin la necesidad de tener supervisión alguna!


¡Gwendal…!


¡Hei... Yuuri… todo este tiempo Wolfram ha tenido la misión de estar a su lado… se decidió que la mejor forma era permaneciendo como su prometido… sin embargo, ya no es necesario… y como todos creemos, usted ya tiene la suficiente madurez para tomar sus propias decisiones… y conocer nuevas personas!


¡Conrad, tu también…!


¡Wolfram debe ser oficial!


¡Con un beso en mi mejilla derecha, rompiste el compromiso… tú que siempre profesabas amarme… tú, que caerías conmigo…!”…


¡Nunca me amaste! – Yuuri se puso inmediatamente de pie… - ¡Nadie confió en mí,  y te nombraron mi niñero…! – su poder comenzaba a rodearlo - ¡Eras el encargado de alejar a timadoras y gente que pudiera aprovecharse de mi ingenuidad! – murmuró con rabia… “¡Pero eras tú el único que se aprovechaba de ella!”…


--*--


El sueño difícilmente llegó a él aquella noche… sentía tan amplia esa cama, y en pesadillas veía a Gwendal mirando aquello que sucedía entre él y su hermano, de manera fría… sonrió con ironía al aceptar que Wolfram había actuado muy bien su papel… todos actuaron muy bien su papel…


En la mañana se levantó sin que nadie fuera a despertarlo… miró con frialdad al peli plateado que comenzaba a exagerar atributos como siempre… al ver su mirada este se había callado y lo miraba sorprendido. Conrad era otro que no se había mostrado muy demostrativo al ver la manera en que era observado… todos habían notado en aura casi maléfica que lo rodeaba, era muy semejante a la de Gwendal, pero cien veces más terrorífica…


¡Buenos días, Yuuri! – para sorpresa de todos, una sonrisa cálida se dibujó en su rostro e incluso su mirada parecía ingenua, toda su aura negativa había desaparecido al tiempo en que la voz de Wolfram se hacía oía cordial…


¡Buenos días, Wolfram…! – por un instante los presentes se sintieron más tranquilos, al ver a aquel joven con mirada cálida y confiada… más, en el momento justo en que el rubio bajaba la mirada hacia el que sería su desayuno, una mirada fría e intimidante se había dirigido a ellos… la misma  volvió a cambiar  cuando las orbes esmeraldas se dirigían hacia él.


El rubio se quedó mirando unos instantes a quien fuera su prometido… notó que casi todos en la mesa estaban muy serios, cosa que le parecía extraño considerando que Yuuri se mostraba tan amable como siempre, pero entonces recordó…


¡Yuuri… ahora que ya no existen vicios entre nosotros, espero podamos ser los amigos que siempre quisiste que fuéramos! -  Wolfram había susurrado mirando fijamente a los oscuros ojos, los cuales le miraban fijamente… una sonrisa se dibujó en los labios del rey al acotar…


¿Quiere decir que ya no habrá más “Infieles y enclenques”? – comentó con tono de broma… el rubio sonrió y tomándole la mano respondió…


¡No tienes de qué temer… seré tu compañero de aventuras, nada más…! – Yuuri apretó el agarre de aquella mano…


¡Gracias…! – susurró el peli oscuro, después continuó comiendo… sin embargo, cuando el rubio no lo estaba observando… de a ratos, sus ojos se volvían fríos y su expresión, amarga.


--*--


Observaba atento cómo se movía ahora que ya no debía fingir amarlo… sus sonrisas a quienes le sonreían, sus platicas amenas con sus subalternos, los coqueteos que recibía… notó los evidentes celos de sus hermanos… pero no era como antes… el carácter irascible de Wolfram se había apaciguado, se mostraba más cordial y accesible… en tres ocasiones decidió probarlo, se mostró ante él coqueteando la primera y segunda vez en compañía de damas, y en la tercera, con un caballero…


Grande fue su sorpresa al recibir una sonrisa cómplice… seguidas luego por palabras de aliento, sentía que odiaba aquello…no había explosiones, ni amenazas, ni gritos… el rubio casi se quería comportar como su confidente y consejero… y eso era algo, que él… odiaba.


Durante una reunión con otros nobles, le susurró al oído que esa noche pediría la mano de una de las damas… su mirada no había perdido ni un solo detalle de sus reacciones… sin embargo, no podía evitar sentirse frustrado tras escuchar…


¡Estaré cerca de mi hermano, para que no se meta… recuerda la bofetada! – apretó el puño con fuerzas… bofetada era la que deseaba darle al rubio…


Miró a sus asesores… sentía que los odiaba y ellos lo sabían, pues se mostraban sigilosos en su presencia, en la soledad de sus estudios le había gastado muy desagradables bromas a Gunter, así como también había hecho de las suyas con Gwendal… su sonrisa  fue de total complacencia al ver a Conrad sorprendido por la manera en que le atacó con la espada y con su maryoku… incluso la ex reina era su víctima, pues no disimulaba sus intentos de seducirla, solo para hacer rabiar a sus hijos mayores, y para ver si de esa manera encendía la ira de su ex prometido… No se había equivocado en la reacción de los hijos mayores… más las palabras de Wolfram sólo fueron… “¡Yuuri en realidad ella es demasiado grande, y ya se casó tres veces!”… no había acotado nada más…


Cuando se suponía que debía realizar la petición de malo de la supuesta joven que sería su prometida, decidió sólo levantar la copa, y mirando a Wolfram, decir…


¡Por nuestra amistad…! – el rubio levantó la copa sonriendo…


¿Qué te pasa?… ¡debías pedir su mano!  - susurró el oji esmeralda pasando a su lado…


¡Es muy rápido… no la conozco tan bien!


¡Entiendo…! – Wolfram sujetó su mano en forma de apoyo…


La llegada de alguien ocasionó que el rubio lo soltara… hubo una sonrisa luminosa en su rostro… el peli oscuro dirigió su mirada ante el aludido… Wolfram se había acercado a él, y lo había mirado entre tímido y ansioso… lo sujetó de su mano y lo arrastró hacia donde el moreno estaba parado…


¡Yuuri… quiero presentarte a alguien! – la mirada del rubio destellaba luz… cosa que no le gusto al rey… - ¡Es una persona especial…! – las mejillas se le habían coloreado - ¡Mi persona especial… Yuuri él es Augusto von Voltaire! – el oji oscuro levantó la ceja en señal de confusión…


¿Un primo de…? – preguntó el rey con una extraña sensación en el pecho…


¡Si, primo de Gwendal… y... él también! – Wolfram parecía estar buscando las palabras indicadas - ¡También es mi prometido!


--*--


La sorpresa no lo había dejado reaccionar… observó al sujeto, se parecía mucho a Gwendal, era igual de imponente aunque mucho más joven que el general, se le notaba como mínimo de la misma edad de Conrad. Su cabellera era castaña al igual que sus ojos, parecía reservado, mas observaba a Wolfram de manera cálida y protectora… se inclinó frente a él en señal de reverencia, y luego, por invitación suya, se sentó a su lado…


Al final fue la propia madre del rubio quien comentó que Augusto era prometido de Wolfram mucho antes de que Yuuri llegara a Shin Makoku… y que este, había aceptado la misión de su amado… pero que ahora que todo había acabado, deseaba al fin unirse en matrimonio con el rubio…


El oji oscuro se mostró atento durante todo el relato, y no permitió que el recién llegado note sus enormes deseos de expulsarlo del castillo… de a ratos observaba al oji esmeralda, parecía tan feliz, relajado…


Ya en su habitación, no podía evitar maldecir… quería vengarse, hacerle pagar a todos el doloroso vacío que sentía en el alma… pero debía pensar bien sus acciones… sonrió malignamente cuando aquella idea le cruzó por la mente…


Se sorprendía de lo sencillo que podía resultar manejar algunas situaciones… comenzó a dejar de pedir el asesoramiento de Gwendal, y busco el de otros nobles ansiosos de poder, Stoffel resultó ser una persona tan fácil de manejar, pero era cobarde… sin embargo le dio los contactos necesarios… utilizando su poder pudo viajar de un lugar a otro por medio del agua…


Por el día Wolfram le contaba sus planes de boda, y desde luego él le ofrecía su consejo y apoyo… fue justamente durante la fiesta de compromiso, cuando apartó al mazoku del fuego de la multitud y se lo llevó al jardín… le comenzó a hablar de que deseaba hacerle un regalo digno, cuando un sonido les hizo guardar silencio… sigilosamente espiaron a una pareja que apasionada se besaban en las sombras…


Esa noche, Wolfram la pasó entre sus brazos llorando amargo en la habitación que antes compartían, el golpe de ver a su amado besando a otra persona le había hecho añicos el corazón. Se quedó dormido debido más al cansancio por tanto llanto que a otra cosa… al día siguiente el rubio simplemente rompió el compromiso. No deseó escuchar al hombre, y su hermano ordenó a su primo que se marchase inmediatamente.


Miró fijamente como el menor de los hermanos se refugiaba entre los brazos del mayor… nuevamente aquella sensación fría lo inundaba… lo siguiente fue la cárcel...


El escándalo de malos manejos administrativos por parte del primer hijo de la 26º maou había llegado hasta los últimos rincones de Shin Makoku, el bondadoso rey demonio le había perdonado la vida, más tuvo que darle de baja del ejercito y enviarlo a prisión, por recomendación de los otros nobles… sus hermanos más jóvenes y su madre no podían creer aquello.


Ese día, en que dictó sentencia, fue el primer día  en que Yuuri había notado la mirada de Wolfram en él… esa noche el rubio le había pedido que perdonase a su hermano por aquello, que él estaba seguro de su inocencia, que aquello debía ser un error o una trampa…


¡Wolf… tranquilo, yo creo en Gwendal… encontraremos al culpable y él podrá limpiar su nombre! – la sonrisa que le regalo era de alivio… esa noche se quedó dormido nuevamente en aquel cuarto…


No había pasado ni un mes del encierro de Gwendal para que otra tragedia se cerniera sobre la familia de la 26º maou… Conrad había sido acusado de matar a un hombre desarmado, el motivo, ofender a su hermano mayor… Wolfram se había lanzado a los brazos de su hermano rogándole que le dijera que era mentira, pero el castaño no recordaba nada… nuevamente había sido la bondad del rey maou la que hizo, que en lugar de la pena de muerte, callera sobre el soldado, la prisión perpetua.


¡Conrad no fue… estoy seguro…! – susurraba el rubio mirando como su hermano era llevado a su nueva celda… Cheri-sama no podía con el dolor… su siempre perfecta sonrisa había desaparecido.


Gunter buscaba por todos los medios hallar la manera de demostrar la inocencia de los soldados, él creía tanto en Gwendal como el Conrad, los conocía bien… recibió la novedad de que los verdaderos culpables se encontrarían en una zona abandonada cerca del puerto… llegó a la hora en que se suponía debían encontrarse… notó dos sombras que se reunían…  sin pensarlo se acercó a ellas… y cuando se reunió en el centro con un confundido Yozak y un hombre al que no conocían…


Justo en ese momento la guardia real aparecía a su alrededor, eran guiados por Yuuri, quien miró con impotencia y dolor a los que estaban ahí… Wolfram estaba también a su lado, negó con la cabeza al notar que el oji azul se encontraba con ellos…


¡Yuuri esto no puede ser! – susurró y Raven por orden de su tío, le había agarrado de los hombros y se lo había llevado del lugar…


¡Serán juzgados por el delito de alta traición y conspiración contra la corona! – habló Stoffel, y los hombres fueron encarcelados… en poder del hombre fueron descubiertos piedras houseki, que según confesó fueron solicitados por el espía y el otro noble para acabar con la vida del actual rey, debido a que deseaban conseguir la libertad de sus aliados. Entre los nombres que el hombre confesó se hablo del patrocinio de la ex reina maou que deseaba la libertad de sus hijos…


Yuuri estaba muerto de dolor… todo el reino lloró con él cuando con todo el sufrimiento de su alma, mando al exilio a la ex reina, y dispuso a los otros traidores la sentencia de cadena perpetua en uno de los calabozos más profundos de Pacto de Sangre.


Tanto Gisela como Wolfram tenían expresiones indescifrables en el rostro… el más joven de los hijos de la 26º maou se descompensó y perdió el conocimiento viendo como su madre se alejaba para ya no poder desembarcar jamás en aquel puerto… la peli verde lo atendió.


--*--


Al ingresar a la habitación que ocupaba, notó sus mejillas pálidas, sus ojos hinchados daban fe de que había llorado… al verlo simplemente bajo la mirada…


¡Wolfram, lo siento… no tuve otra opción! – Yuuri se había sentado a su lado, lo miraba fijamente…


¡Yuuri, creo que lo mejor es que me vaya con mi tío…! – lo había pensado detenidamente, y considerando todo lo que había pasado con su familia, lo mejor era irse… Esa noche se durmió entre los brazos del joven rey… el moreno sonrió al tiempo en que acariciaba sus suaves cabellos…


No había pasado una semana cuando los nobles de las diez familias llegaban al castillo, Waltorana estrechó a su sobrino entre sus brazos, era evidente que iba a llevárselo, no permitiría que lo señalasen por los pecados de sus hermanos y su madre. El líder de los nobles se sorprendió al recibir una nota del maou pidiendo audiencia solo entre ellos dos.


¡Entiendo que quiera llevarse a Wolfram, Lord Waltorana… pero creo que eso sería visto como una señal de complicidad! – comentó con expresión preocupada el peli negro… observó como el rubio parecía preocupado por aquella posibilidad.


¡Supongo que eso no lo puedo evitar, por lo menos mi sobrino estará mejor bajo mi protección, en nuestras tierras! – agregó el mayor… - ¡No hay nada más que pueda hacerse!


¡Quizás si haya algo…!


Observó complacido como el tío conversaba con su sobrino… notó el desconcierto, y después sus ojos volvieron a toparse en la distancia… dejó de mirar para voltearse a observar a quien fuera su cómplice…


¡Adalberto… haz sido de mucha ayuda! – el aludido cerraba la puerta y se sentaba frente suyo, él había llegado como representante de sus tierras.


¿Y qué sigue? – preguntó el hombre…


¡Mandaré a Stoffel a casa… y haré una propuesta que Wolfram no podrá rechazar! – comentó Yuuri contento…


¡Haz pensado que él podría descubrir todo!


¡Estoy contando con eso…!


--*--


¿Puedo pasar? – Wolfram ingresó tímidamente en la habitación…


¡Desde luego… te esperaba! – Yuuri se pudo de pie… invitó al rubio a sentarse a su lado…


¡Mi tío me dijo de tu propuesta… casarnos para que indultes a mis hermanos y a mi madre! – habló con serenidad el oji esmeralda, Yuuri podía notar que estaba débil, probablemente producto de tantas tensiones…


¡Así es… sería algo lógico que perdone a los familiares de mi consorte! – acotó el moreno, sin apartar la mirada del semblante del mazoku…


¡Yuuri… no puedo estar de acuerdo con eso! – murmuró el rubio - ¡No es justo para ti… creo que lo mejor que puedo hacer es buscar yo mismo a los culpables!


¡Wolfram… entiendo cómo te sientes, pero piensa… Greta esta por volver, no sé si pueda manejar el tener que explicarle la situación… no sé cuánto tiempo podre mantener seguros a tus hermanos… especialmente a Conrad… él está acusado de asesinato! – Yuuri hablaba sentida y preocupadamente…


¡Eso no va a cambiar con un indulto… sino con encontrar a los culpables! – cuestionó el rubio.


¡No quería tener que decirte esto, pero estoy siendo presionado por los diez nobles para aplicar la sentencia que realmente les correspondería! – la expresión del moreno se mostró apesadumbrada - ¡Si no me manifiesto, ellos me han informado que tomaran la justicia en sus manos… ya que con mi actitud, estoy demostrando la debilidad de mi gobierno!


¡Yuuri…! – el mazoku de sangre pura no pudo disimular la tristeza de someter a aquella presión a su amigo… - ¡Debe haber otra forma…!


¡Si la hubiera, ¿crees que no la usaría?! – el 27° maou murmuró sentidamente…


El rubio bajó la mirada, por sus mejillas fue cayendo silenciosas lágrimas de tristeza…


El de tez morena se puso de pie y le rodeó con sus brazos, estrechándolo en un fuerte abrazo… cuando se separaron, acarició la mejilla limpiando el rastro humedecido por  las  lágrimas, esta vez la bofetada fue menos violenta que el que le diera la primera vez.


Anunciaron el compromiso ante los líderes de las diez familias, vio que como representante de las tierras Voltaire, estaba Augusto. El joven pareció disgustado más no hizo comentario alguno. Wolfram se mostraba distante, sonrió al verlo tan indefenso… aquello era una novedad, esa tarde lo llevó para que pudiera visitar a sus hermanos… era una imagen muy conmovedora, habría sentido su corazón despedazarse, de no ser por la satisfacción que le daba ver a quienes le traicionaron, pasando por tantas penurias.


--*--


¡No tengo nada que hablar contigo, será mejor que regreses a cuidar de los bienes de mi hermano! – un rubio de ojos color esmeralda le daba la espalda al castaño, que lo había estado esperando en el centro del jardín de la ex reina.


¡Me vas a escuchar… todo lo que pasó aquella noche fue una trampa, Wolfram, yo no conocía a esa mujer! – dijo con firmeza el hombre sosteniendo al menor por el brazo.


¿Y quieres que te crea? – soltó con ironía el tercer hijo de la ex maou.


¡Lo harás, por que no es justo que no lo hagas… yo te fui fiel todos esos años en los que compartiste compromiso con el maou… soportando los rumores de que te habías enamorado, muriendo de ganas por venir a verte… pero lo acepte y esperé, por que creía en que me amabas solo a mí! – el oji marrón hablo sin apartar la mirada de las del mazoku de fuego - ¡Yo te amo, y sé que me amas… aquello fue una trampa… y deberías imaginar de quien!


Wolfram se puso serio, casi inmediatamente había bajado la mirada… sus ojos se sentían cargados, pues era verdad, había amado a Augusto desde hacía mucho tiempo, y no era justo desconfiar de él, después de todo lo que él había confiado.


¡Augusto…! – susurró el más joven al tiempo de refugiarse entre los brazos de su amor


¡Huyamos de aquí… encontraré la manera de ayudar a tus hermanos, hablaré con los otros nobles… desenmascaré al verdadero responsable! – el mayor rozó los labios del príncipe… aún esperando la respuesta del menor…


¡Si Wolfram… huye con él y termina de serle infiel a tu prometido! – Yuuri salía de entre las sombras, iba acompañado de un grupo de soldados, casi de inmediato Augusto colocó el cuerpo más menudo tras su cuerpo… - ¡¿Cómo te atreves a ponerle tus sucias manos encima?, ¡GUARDIAS!!


¡Nooo…! – Wolfram salía de detrás del hombre y se colocaba en frente extendiendo sus brazos a cada lado para evitar que lastimaran a su amado… su mirada se dirigió a la de su rey, notó entonces aquella aura oscura y por primera vez, supo que esa situación, el moreno la estaba disfrutando mucho.


¡En algunos países de mi mundo, a las parejas infieles se les tira piedras hasta matarlas… y hasta donde me dijeron, aquí al que sea infiel a un rey no le va mucho mejor! – habló con frialdad notando la expresión de pánico en la mirada del hombre más adulto.


¡No, su majestad… Sir von Bielefeld no tiene responsabilidad en este hecho, yo era quien intentaba convencerlo para que huyera conmigo… pero él… no planeó encontrarse aquí conmigo! – Augusto habló mirando con sumo desprecio al moreno rey… por primera vez le pareció entender todo lo que sucedía… y él había caído en la trampa…


¡Augusto, no…! – Wolfram volteó su rostro para detener al mazoku de que se echara toda la responsabilidad.


¡Mi intensión era llevármelo por la fuerza…! -  Continuo diciendo el noble…


¡Cállate…! – rogaba el rubio… y la expresión que en ese justo instante mostraba la cara del maou, helaría el corazón de cualquiera…


¡Guardias… escolten a ese sujeto fuera de Pacto de Sangre…! – su deseo real  era acabar con su existencia… pero sabía que al rubio le dolería más saberlo desterrado…


¡Yuuri basta, no por favor… si haz de castigar a alguien, soy el único culpable! – el oji esmeralda se lanzó hacia el peli oscuro, colocó ambas manos sobre el pecho de quien lo miraba fríamente… - ¡Soy el único culpable…! – susurraba el rubio apoyando su frente sobre el hombro de quien ya era mucho más alto que él…


¡Espero no volverlo a ver en Pacto de Sangre… y menos cerca de mi futuro esposo Von Voltaire! – Yuuri sujetó por los brazos al de cabellera dorada, y sin permitir ni una sola mirada hacia atrás, se lo llevó hacia el castillo.


--*--


Sus mejillas habían perdido el color justo al momento de leer la tarjeta… sonrió para sus adentros al percibir los intentos sobre humanos de contener las lágrimas… después de enviar a Augusto a las tierras de su familia, él mismo concertó un compromiso para el mazoku, para así olvidar por completo el incidente… al ver como sin poder evitar una lágrima se escapaba de sus ojos, fue que supo al fin que tenía, a ese poderoso y orgulloso mazoku de fuego, en sus manos…


Desde aquella noche, mandó colocar todas las pertenecías en la habitación real… ordenó que se iniciaran los preparativos para su boda… por las noches él le daba la espalda… ya sea por vergüenza o por que había descubierto sus intensiones, desde ese incidente, Wolfram casi no le dirigía la palabra e intentaba no mirarle… y mientras más le evitaba, más disfrutaba el rey el conseguir someterlo.


Pudo notar como sus pensamientos estaban distantes el día en que se celebrarían las bodas de Augusto… jamás lo había visto tan melancólico. Desde el día del incidente ya no le permitía ver a sus hermanos, era su castigo… no permitió que el rumor de lo que había sucedido saliera de las paredes del castillo, de hecho ordenó a los soldados que lo acompañaron, guardar silencio.


No podía evitar sentirse frustrado, todo había salido de acuerdo a su plan, pero verlo de manera tan dulce… cariñoso… y dispuesto a asumir toda la responsabilidad con tal de que no lo lastimen, lo hirió en su mancillado orgullo. Y más a ver al otro con las mismas intensiones… por un instante deseó matarlos a ambos, pero eso sólo los haría estar juntos en la eternidad. Por otra parte, había algo más… una extraña sensación de malestar al ver como se besaban, no lo podía tolerar… necesitaba alejar a Wolfram de ese sujeto.


¿Pensé que no llegarías hasta este punto, Shibuya? – el sabio se sentaba frente a su amigo… este parecía retraído mirando en dirección al jardín – ¡Me parece que es tiempo que te detengas, amigo… creo que ya has destruido todos sus pilares!


¡Necesito un padrino para la boda! – murmuró el moreno, y quien lo escuchaba consideró que ya tenía la respuesta que esperaba - ¡Aun… no me siento satisfecho Murata!


¿Y qué te falta? – pregunto el de piel color crema.


El rey maou no respondió parecía estar  analizando qué era exactamente lo que en realidad quería, a su mente volvieron las imágenes de su prometido con Augusto, eso lo ponía furioso, esa era la verdad, detestaba aquella calidez y ternura que le brindara a otra persona que no fuera él.


¡Lo que yo quiera… él va a tener que dármelo… pero esta vez… no permitiré que finja! – Yuuri se puso de pie y se marcho en dirección a su cuarto… esa sensación en su pecho la había sentido desde aquel día… era algo que lo atormentaba… algo que debía acabar.


--*--


Sentado en uno de los rincones de la habitación, se encontraba Wolfram… hacía un buen rato que estaba esperando a Yuuri, al verlo entrar esperó a que el moreno se percatara de su presencia. Cuando al fin sus ojos se encontraron, una sonrisa en el rostro de mirada oscura hizo que el rubio se sintiera un tanto intimidado.


¡Ya falta poco…! – murmuró el oji oscuro, recostándose por la pared.


¡Dime una cosa Yuuri… por qué simplemente no me desterraste… estabas en tu derecho, incluso de mandarme encerrar! – Wolfram mantenía la vista fija en la del moreno…


¡Por que tú seguías las disposiciones de Gwendal… todos fueron cómplices y me hicieron caer en el engaño como un idiota! – comenzó a decir tranquilamente el maou - ¡Conrad fingió ser mi protector padrino…justificando tus actitudes celosas, cuando que sabía a la perfección que eran todas una farsa… y Gunter… tu madre, todos fingieron… entonces desde dónde yo lo veo, tú amabas a otra persona y cumpliste con tu deber sacrificando ese afecto, simplemente para acatar lo que te habían ordenado! 


¡Entonces Yuuri… ya te vengaste, ¿qué más quieres…?! – soltó el rubio con ironía, se sentía mal, al final todo el esfuerzo suyo y de sus hermanos por que Yuuri sea un buen rey, había sido en vano, y lo único que habían logrado era hacer que se resienta contra ellos y los odie.


¡Liberaré a tus hermanos, a Yozak y a Gunter después de la boda… y permitiré a tu madre volver a Shin Makoku… y después de que consumemos nuestra unión… tú desaparecerás para siempre de este país… te olvidarás de quien eres y no volverás a cruzarte en mi camino… para todos estarás muerto… eso es lo que quiero! – Yuuri habló con rabia, sorprendiendo al mazoku por la sentencia, más si esa era la voluntad del maou, él la aceptaría…


¡Así será entonces… Heika!


--*--


Como lo había dicho, el día de la boda, todos los que habían sido encerrados en prisión fueron liberados y su madre fue admitida en el país. La ceremonia pasó solemnemente, sus hermanos se habían percatado de su semblante, más no se le permitía hablar con ellos. Sin embargo, sabía que no hacía falta, ellos seguramente ya intuían lo que pasaba.


Augusto estaba entre los invitados, su flamante esposa estaba a su lado, grande fue su sorpresa al ver que se trataba de Elizabeth, los tres se miraron de reojo… ella también sabía la verdad… ahora ya jamás podría estar con su amado…


La fiesta que siguió a la ceremonia fue suntuosa, digna de la boda del maou. Era la primera vez que se podía observa a la ex maou comportarse tan recatada, su expresión mostraba preocupación, y la causa era su hijo menor. Intentó darle un narcótico que haría que esa noche pasara más rápidamente y no le haría consciente de lo que pudiera suceder entre ambos… el rubio lo había aceptado, más su ahora esposo interceptó el paquetito, y con una mirada gélida a su suegra se llevó al menor de sus hijos.


No podía evitar sentirse un tanto asustado, aunque tenía  a su favor el hecho de que Yuuri jamás había consentido una relación con alguien del mismo sexo, sin embargo, no pudo evitar que varios escalofríos recorrieran su cuerpo al ver como lentamente su esposo se iba despojando de sus ropas…


¡Quítate la ropa…! – ordenó el moreno, logrando que el rubio perdiera el poco color que aun le quedaba - ¡No… mejor te la quitaré yo…!


No se resistió, aunque al verlo retroceder pensó que lo haría… sin embargo se dejó hacer por la voluntad del peli oscuro… este desgarró sin delicadeza las ropas y recorrió con avidez cada parte del cuerpo que estaba debajo suyo. Notó la brillantez de sus mejillas sonrosadas, pero su mirada estaba algo opaca… y eso le disgustó… “¡Lo extraña a él… está pensando en él…!”… pensó con rabia.


¡Mírame cuando te beso… nómbrame cuando te haga mío!


--*--


Cuando despertó se encontró solo en la habitación, eso le pareció extraño… había una nota sobre la almohada… con unas simples palabras escritas con excelente caligrafía…


¡Lo siento… se un buen rey, Yuuri!


Habían pasado dos semanas de aquella mañana… en la que su furia casi destruye parte de Pacto de Sangre, estaba realmente furioso, lo mandó a buscar… pero al final el rumor de secuestro y asesinato se había terminado de extender por el reino.


¡Todo salió como lo pediste… por qué no sales y disfrutas de tu reino, Shibuya! – Murata observaba a su amigo y compañero, desde que el mazoku de fuego había huido ya no era el mismo… andaba irritado, casi no era ni la sombra del ser bondadoso que una vez fue, trataba con frialdad a sus asesores… terminó diciendo que el mismo grupo que concretara el asesinato de su esposo, había sido el responsable de incriminar a Gwendal, Conrad, Yozak y Gunter… no fue difícil de convencer de ello a los diez nobles, incluso Waltorana no tenía dudas al respecto.


Por su parte, Gwendal le había ordenado a Yozak una misión especial, la misma debía mantenerse en secreto, por lo que el oji azul simplemente se desapareció… ya que ninguno de los hermanos podía hacerlo por sí mismos, ellos necesitaban tener la certeza de que su pequeño hermano estaba bien.


Pasaron días, semanas e incluso meses sin novedad alguna… Yuuri ya estaba al tanto, aunque los hermanos no sabían de eso, de las actividades del espía… así como a Gwendal, Yozak le remitía una copia de sus informes al maou… una cosa que había aprendido el espía era a respetar a su rey y a considerarlo como tal, y lejos de la lealtad que lo unía a su capitán y amigo, y al general… le debía la vida a su rey.


Leyó el último informe que le enviara el espía… sonrió al leer la ubicación… después de tanto, al fin lo había encontrado…


¡Te tengo…!


--*--*--


Como le había ordenado, se desapareció, una vez que Yuuri se quedó dormido, con sumo cuidado se alejó de él, se sentía demasiado cansado y adolorido, pero no le importó. Se vistió con unas ropas que había preparado la noche anterior, utilizó uno de los pasajes secretos que conocía para salir del castillo, y aunque el peli negro le había ordenado olvidar y dejar todo lo que le recordara quien era, no pudo evitar llevar su caballo consigo. Aunque sólo fue hasta parte del camino… después la dejó ir.


Abandonó las tierras que lo vieron nacer y que él consideraba su hogar, y embarcado en un barco, emprendió camino sin rumbo fijo. Habían sido casi dos semanas de viaje en barco, al pisar tierra agradeció a Shinou que su tortura hubiera terminado… juraba y perjuraba que jamás volvería  a subir a un barco. Fueron tres días de viaje a caballo, hasta que llegó a las zonas frías de esas tierras humanas.


“¡El único lugar en donde no buscarían a un demonio de fuego… es rodeado de hielo!”… pensó y siguió su rumbo.  Llegó a una pequeña localidad en dónde se instaló… había llevado un poco de dinero con él, pero este no le duraría por mucho tiempo, por lo que debía encontrar algún trabajo. Su apariencia llamaba demasiado la atención, por lo que alquiló una cabaña más allá del puerto, en una zona un poco boscosa. Estuvo sin moverse de enfrente de la chimenea por varios días… le hubiera gustado morir, su mente casi siempre lo llevaba a revivir su noche de bodas.


Aún en esos días, durante las noches, podía recordarlo… quizás incluso más que antes, pues al parecer el destino se había empeñado en hacer que él no lograse olvidar a Yuuri.


¿Cómo está el pequeño? – un hombre de cabellera castaña ingresaba por la puerta, traía algo en las manos - ¡Te traje esto para que comas… según parece esta noche va  a hacer mucho frío… deberías aceptar ir a pasar estas últimas semanas en mi casa!


¡Yalell, gracias… pero no gracias… no te preocupes, sé cuidarme bastante bien sólo! – Wolfram respondió con cortesía… miró al oji miel con simpatía…


¡Se que puedes defenderte solo… pero me refiero a tu estado… necesitas cuidados especiales, yo… para mí sería un verdadero honor que tú me permitieras ser parte de tu familia! – el hombre se había arrodillado a sus pies… esta escena él ya la conocía, casi siempre se le presentaba…


¡Ya te he dicho, que no puedo… yo estoy casado! – el oji esmeralda mostro una mirada dolida, e inmediatamente el hombre se avergonzó de su insistencia…


¡Perdóname… entiendo… volveré mañana temprano… por favor ten cuidado! – besó la frente del joven con delicadeza y después se marcho.


El oji esmeralda sonrió, Yarell se había convertido en su apoyo… era el dueño de la cantina del lugar, y fue el primero en tenderle la mano cuando lo necesitaba y darle trabajo… era medio mazoku, pero al parecer no tenía ningún tipo de relación con Shin Makoku, cosa que a él le convenía. Le llamaba pequeño, y aunque le había dicho su nombre no solía llamarlo por este. Cuando los síntomas comenzaron a presentarse, fue que descubrió que él era un mazoku, pero de todas maneras lo apoyó. Hace cuestión de tres meses se le había declarado y se había ofrecido a hacerse cargo no sólo de él sino también de su hijo.


Evidentemente lo rechazó, aunque en ocasiones, especialmente con el intenso frío de las noches, pensaba que quizás podía aceptarlo, al fin y al cabo, él estaba muerto. Salió fuera de la cabaña para meter unos cuantos pedazos de leña. Hacía un frío infernal… además del hecho de estar en tierras humanas, sumadas al frío y a su estado, habían hecho de su vida ahí, una verdadera prueba. Los primeros días pensó que no lo lograría, pero ahora ya no podía dejarse vencer nada más… ahora no sólo era él… también era su….


¿Me pregunto si serás una Cecilia o un Shouma? – murmuró para sí, acariciando su vientre. Dirigió su mirada en dirección al bosque que se alzaba a sus espaldas, después tomó en sus brazos lo que había ido a buscar y se metió nuevamente a su casa.


--*--


La noche estaba siendo especialmente fría, afuera una tormenta como pocas azotaba con verdadera fuerza.  Se acurrucó más en el sillón que tenía frente a la chimenea… acababa de comer lo que Yarell le había llevado, pero por más que intentó dormir después de eso, no podía… estaba inquieto y por más que intentaba tranquilizarse no lograba conseguirlo. Además estaba comenzando a sentir unas cuantas molestias en el bajo vientre.  Pensó que podría ser producto del frío, después de todo, jamás terminaría de gustarle aquello.


Cerró sus ojos intentando dejarse vencer por el cansancio, pero estaba incómodo… su cintura le dolía bastante… comenzó a arrepentirse de no haber aceptado la propuesta de Yarell.


¡Duele…! – se puso de pie con cuidado… a pesar del frío lo mejor era estar en la cama… le pareció escuchar un ruido en el exterior, pero no tenía las fuerzas suficientes como para ir a ver que era… - ¡Uhmm… ayyy… ¿acaso…?!


Comenzó a respirar un tanto irregular, eso no le estaba gustando… la presión bajo su vientre se hacía más dolorosa… no le cupo mas dudas… debía ir al pueblo… hizo acopio de todas sus fuerzas, se cubrió con un abrigo, y rogándole a Shinou que lo protegiera a él y a su hijo, salió del resguardo de su cabaña.


Al contemplar el exterior sintió temor, mordió con fuerzas sus labios, comenzó a caminar lentamente… pero un sonido que nada tenía que ver con el viento lo detuvo, y casi por instinto invocó a su elemento para desviar un ataque que le era enviado. A penas podía distinguir con el viento y la nieve…


¿Quién es? – exigió saber intentando mantenerse despierto, en su estado era una tontería invocar su maryoku.


¡Su excelencia… ha sido bastante difícil dar con usted! – esa voz Wolfram la conocía…


¡Yo.. Yozak! – intentó retroceder pero una serpiente de hielo lo rodeó… - ¡No… no puede…! – cuando sus ojos pudieron distinguir la figura oscura de un hombre cerca de dónde provenía la voz del espía - ¡Ahhyy…! – una punzada le hizo perder el equilibrio, se arrodilló en el suelo sujetando su vientre… “¿Por qué ahora… por qué ahora?”… y sin poderlo evitar fue perdiendo la consciencia debido al dolor, al frío y por sobre todo, al cansancio.


--*--


La voz de Gisela llegó a sus oídos… ella estaba a su lado, y cómo él se temía ya estaba en trabajo de parto… al abrir sus ojos un poco, notó a Yuuri a la distancia, y un terrible miedo lo embargo… no deseaba que su hijo naciera, no con él ahí…


¡Gisela no… no dejes que nazca! – murmuró mordiéndose nuevamente el labio para acallar un gemido de dolor debido a otra contracción… se sentía muy asustado, desde que se percató de su estado temió que eso pudiera suceder, que Yuuri lo encontrara y que le quitara a su hijo para terminar de vengarse de él…


¡Alteza… por favor… tranquilo, ya es tiempo… nada malo va a pasar! – la peli verde lo miró con ternura… sus ojos se dirigieron a su gobernante quien no se apartaba de la puerta y miraba la escena fríamente…


¡Ahhhh…! – al final Gisela le había rogado que saliera de la habitación, y sólo lo hizo por que al parecer su presencia inquietaba bastante al rubio… en la pequeña sala, Yozak, Conrad y Gwendal lo miraban preocupados… ellos habían ido por su hermano menor y él los había descubierto… les había dicho que su presencia se debía al hecho de que llevaría al rubio para condenarlo por traición e infidelidad… cosa que había destrozado los nervios de ambos soldados… Yozak era el único que sabía que él fue en busca de su esposo con otras intensiones, aunque notó que su furia al ver a ese mestizo salir de la cabaña, era muy real.


El llanto de un niño hizo el ambiente más tenso… Conrad se puso de pie y lo miró asustado, podía leer que él también pensaba como Wolfram, que su intensión era seguir con su venganza. Gisela salió de la habitación, parecía muy cansada… más sonrió con alivio…


¡Ambos están bien… es un varón, Heika!


--*--


Observaba en silencio como ambas joyas descansaban sobre la humilde cama… toda la cabaña le parecía demasiado pequeña y fría, no tenía ni una sola comodidad, por lo que podía imaginarse las penurias que pudo haber tenido que pasar el noble mazoku, más en ese estado.


Yozak le había comentado lo que averiguó del sujeto que saliera de la cabaña cuando ellos llegaron… no le gustó para nada saber que estaba enamorado de Wolfram, aunque no podía culparlo. Notó como la pequeña mano se abría y se cerraba buscaba el calor de su progenitor. Sonrió para sus adentros, se veía especialmente indefenso…


Se acercó a los durmientes, quería cargar el pequeño que estaba despertando… más cuando estuvo por tocarlo, la sensación de un frío filo en su cuello lo detuvo…


¡No lo intentes… no creas que permitiré que te lo lleves! – Wolfram se levantaba con esfuerza del lecho, respiraba con dificultad… su mirada era fría, sujetaba con cuidado el bulto en su brazo mientras le amenazaba con la espada.


¡No podrás salir de aquí! – habló el moreno y por primera vez en meses se sentía poderoso y extasiado… en lugar de menguar la belleza del mazoku frente a él, había aumentado…  - ¡No tientes mi paciencia Wolfram… baja esa arma, y muéstrale tus respetos a tu esposo!


La mirada del rubio se posó en su pequeño, el mechón de cabello negro se dejaba ver, su piel blanca… frunció el seño volviendo los ojos hacia el moreno… estaba retándolo con ella…


¡Su esposo murió Heika… me sorprende, pero creo que yo simplemente me parezco, pero no soy él! – la frialdad en la voz del rubio mostraba desprecio, había renunciado a todo lo que amaba, pero ya estaba cansado… él había desaparecido como Yuuri le había solicitado… no entendía que hacía ahí el moreno.


¡Harás de tu hijo un bastardo, entonces! – la voz del peli negro heló la sangre del rubio… - ¡O me lo entregarás para que viva en la grandeza que por ser mi hijo, le corresponde!


Era como si su corazón hubiera dejado de latir por unos minutos… su cuerpo entero comenzó a temblar, pero no permitiría que sus ojos derramen lagrima alguna, ya habían sido demasiadas. Miró a su hijo con agonía… él era un mazoku, que quizás herede su fuego o el agua de su padre… no deseaba que viviera como él, como un exiliado… pero tampoco deseaba alejarse de él. Su mente pareció detenerse, una extraña opresión en su pecho le hizo difícil respirar…


¡Perdóname…! – susurró y el peli negro pensó que el rubio intentaría huir, por lo que estaba listo para impedírselo… - ¡Tú ganas… Heika…! – Yuuri no daba crédito a lo que veía… Wolfram bajó su arma, besó con ternura la frente de su pequeño y le entregó el niño… más en ningún momento le dirigió a él la mirada - ¡Si algunas vez permites que algo malo le pase… voy a matarte! – habló el oji esmeralda dándole la espalda - ¡Ahora vete…!


Yuuri miró al bebé en sus brazos… sonrió pues era muy parecido a él… Gisela ingresó a la habitación Yuuri le entregó al niño y le ordenó que disponga todo para su partida… la joven miró renuente a su amigo, más bajando la cabeza asintió, saliendo con el niño.


¡Hasta nunca entonces… Wolfram!


--*--


El viaje había sido muy largo, el pequeño tenía unos pulmones dignos de su padre… no había dejado de llorar en todo el viaje. Gisela le dijo que podrían ser debido a la influencia de las piedras houseki, aunque durmió tranquilamente durante el viaje en el barco. Notó las miradas asesinas de Gwendal y Conrad, sonrió por eso…


En Shin Makoku los recibieron con una gran algarabía… los rumores que había hecho correr habían llegado hasta las fronteras, les mostró a sus súbditos a su heredero… todo noble o plebeyo, soldado o campesino, le deseó lo mejor.


Abrió las puertas de la habitación con cuidado… los guardias que las resguardaban lo reverenciaron… al entrar, volvió a cerrar con llave, sonrió al ver sobre el lecho a quien aún estaba tan débil… acomodó a su pequeño en la cuna, luego subió con cuidado sobre el lecho… acarició las delicadas facciones. Utilizó la más grande debilidad de su esposo para conseguir que se desmayara en aquella  precaria habitación, lo cubrió con un abrigo y lo sacó de ahí… durante todo el viaje estuvo sedado… de hecho, aún lo estaba.


Para todos, había recibido información del paradero de su esposo… hizo conocer que había tenido contacto con los secuestradores durante todos esos meses, pero que no llegaron a un acuerdo, incluso lo habían amenazado con dañar a su esposo… pero gracias a sus informante logró ubicar la guarida y atacó el lugar.


No faltaron las malas lenguas que hablaban que era probable que el consorte real hubiera sido sometido a cualquier barbarie… más el propio Shinou se hizo oír a través de su sabio que su poder había mantenido a salvo a sus descendientes.


¡Me la dejaste bastante difícil! – susurró el peli negro… no había mentido en eso de que lo habían hallado justo la noche en que diera a luz a su hijo… ahora todos esperaban ver a su consorte totalmente restablecido…


¡Uhmm…! – sonrió al notar como lentamente abría sus ojos, al verlo su expresión cambió e intentó incorporarse, pero se lo impidió…


¡Shhh… estás en casa! – murmuró acariciando con delicadeza su mentón… - ¡No permitiré que vuelvas a escapar!


La semana pasó sin que el rubio le dirigiese una sola palabra al moreno, solía refugiarse en los brazos de sus hermanos cada vez que podía estar con ellos, para quienes observaban la escena, aquello ratificaba el trauma sufrido por el rubio a monos de sus captores. Lo único que le quitaba más de una sonrisa al príncipe era su pequeño.


¡Parece que Wolfram no va a perdonarme nunca! – murmuró el peli negro…


¡Shibuya… tienes todo a tu favor para ganarte su cariño… él está mas que consciente de su posición contigo! – Murata hablaba tranquilamente… él había sido designado por su amigo como padrino de su hijo, honor que él había aceptado gustoso.


¡Él intentará huir verdad… por que me odia! – Yuuri sintió pena después de decir aquellas palabras, antes por lo menos tenía la certeza de que Wolfram lo estimaba como amigo… ahora tenía la certeza de que lo odiaba.


¡Tienen un hijo Yuuri… eso es algo que ni él puede olvidar!


Sin otra palabra el sabio lo dejó solo… el moreno sonrió ante la imagen de su compañero junto a sus dos hijos… Greta lo había extrañado tanto, ella jamás sabría la verdad…


--*--


Casi podía decir que tenía guardias hasta en el baño… detestaba esa situación, prefirió no comentar nada sobre los rumores que Yuuri había hecho correr… intentaba pasar el menor tiempo posible con él… aunque en las noches no pudiera evitarlo, si se acostaba temprano, podía fingir que dormía para no tener que hablarle.


Su hijo era adorable… y como se temía heredó el elemento agua de su otro padre… a Greta le había dicho que prefería olvidar lo que había vivido, y la pequeña pareció comprender, así que solamente se sentaba a lado suyo para jugar con Christel, como Yuuri lo había nombrado.


Se acostó nuevamente en la cama… cerró sus ojos fingiendo dormir cuando sintió la puerta abrirse… un escalofrío le recorrió por completo cuando una mano acarició su hombro…


¡Esta noche no podrás fingir… no estoy dispuesto a consentir eso! – sentir que sus labios fueron tomados le obligaron a abrir los ojos para intentar apartarse, pero no pudo… pues lentamente… deseó que ese beso se intensificara, lo añoraba… lo añoró cada día que había pasado alejado de él desde aquella noche…


Sonrió al ser correspondido… si se había contenido desde su llegada era simplemente porque acababa de dar a luz y Gisela había sido muy clara con la advertencia… pero el tiempo de abstinencia había pasado… de haber despertado antes que él jamás hubiera permitido que se marche… lo necesitaba demasiado, lo amaba demasiado…


¡Uhmm… Yuuri…! – lentamente sus ropas abandonaron sus cuerpos… con una de sus manos acarició las largas piernas, mientras sus labios marcaban el cuello de quien gemía sumisamente bajo él…


Lo penetró con sumo cuidado… y el vaivén comenzó calentando el ambiente, pudo observar su frente empapada en sudor… sus ojos totalmente cargados, lo agitado de su respiración… y sus gemidos…


¡Wolfram… sólo ámame a mí… sólo mírame a mí!


--*--*--


Amaneció fuertemente aprisionado en unos varoniles brazos… levantó la vista y se encontró con unos ojos color ónix, estos lo observaban cálidamente, sonrió al recibir un beso en los labios…


¡No podrás dejar Pacto de Sangre, sin escolta… me acompañarás a todos los lugares en dónde tenga que ir… si intentas huir una sola vez, te encerraré en la torre y ahí solo podrás lidiar conmigo, pues ni a Greta le permitiré verte… si alguna vez intentas engañarme… mataré al idiota, y juro que parecerá un accidente…! – dijo tranquilamente el moreno - ¿Alguna duda?


¡Esa es tu forma de decir… ¿que me amas?! – el rubio sonrió con picardía, a lo que el moreno respondió de la misma manera…


¡Te amo…! – dijo entonces el rey…


¡Yuuri…! – Wolfram no se esperó aquellas palabras, aunque una extraña calidez en su corazón le hicieron sonreír… - ¡También te amo Yuuri…! – susurró refugiándose una vez mas en esos brazos… El llanto de un bebé los obligó a ponerse de pie…  


¡Criss… ya despertaste hijo mío… quieres venir con papá! – el moreno cargó a su hijo, mientras el rubio lo observaba desde el lecho…


¡Me daré un baño… tengo mucha hambre! – Wolfram fue rápidamente hacia el baño… Yuuri simplemente sonrió viendo en esa dirección… luego mirando a su pequeño, susurró…


¡Qué dices, Criss… ¿quieres un nuevo hermanito…?! - El pequeño rió y el agua en una jarra cercana comenzó a moverse… - ¡Tomaré eso como un si…!


--*--


El parto había sido mucho menos difícil que la primera vez… ahora entre sus brazos dormía una criatura saludable y hermosa… Criss de ya dos años miraba con gran curiosidad a su nuevo hermanito… mientras Yuuri parecía no caber en si de la felicidad.


¡Es idéntico a ti, Wolf…! – murmuró el moreno mostrándoles a sus cuñados la hermosa criatura…


¡Vaya Shibuya… muchas felicidades! – habló el sabio cargando al nuevo miembro de la familia real…


¡Gracias Murata…!


Wolfram lentamente se dejó vencer por el cansancio… mientras Yuuri velaba por sus sueños…


“¡Ahora si estoy seguro de que me amas… vaya que me costó conseguir que me amaras, mi demonio de fuego…!”…


¡Yuuri…! – susurró el rubio y el aludido sonrió…


“¡Pero aún no me descuidaré… hasta que expires tu último aliento, o sea yo el que lo haga… hasta entonces, no habrá paso que des, que yo no supervise!”


¡Papá… ¿cómo se llamará el bebé?! – su hijo se sentó a su lado para mirar a su nuevo hermano…


¡Gabrielle… ese será su nombre!... “¡Ahora tengo todo lo que deseo… y es totalmente mío… tú amor, a nuestros hijos…!”… ¡ahora soy feliz… y seguiré esforzándome por que tú también lo seas!


¡Yo soy feliz papá…! – Yuuri miró a su hijo, no se había dado cuenta que eso último lo había dicho en una voz audible…


¡Yo también lo soy, amor…! – la voz de Wolfram le hizo apartar los ojos de su primogénito… sonrió al ver la sonrisa en el lozano rostro de su consorte…


¡Tengo a todos mis tesoros conmigo… y soy egoísta… ¿me perdonas por eso Wolfram?…!


¡Enclenque…!


Una sonrisa se dibujo en ambos rostros… la tormenta ya había pasado… ahora sólo quedaba la felicidad, y la certeza de que los sentimientos eran reales… desde la puerta, la imagen e un fantasma observaba todo con gran diversión…


¿Estás satisfecho?


¡Desde luego, mi sabio… todo salió según yo lo planee… Jajajajaja… absolutamente todo!


 


 

Notas finales:

Ojala les haya gustado... ahora a trabajar con los otros fics jejeje


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