Ya no recuerdo como era mi vida antes de que llegara… sólo aparece el día en que lo conocí y anterior a eso no existe nada, es como si mi existencia se remontara a su aparición en Akatsuki. Formo parte de ésta organización porque quiero cumplir con mi meta, pero ahora temo que hasta eso he olvidado…
Aquel día en que se volvió mi compañero de equipo jamás lo olvidaré, porque orbito en él. Soy una extensa sombra de su pequeña figura, que sueña con fundirse con el inquietante ser de nombre:… Itachi Uchiha.
Tan pequeño y tan frágil… es como si pudiera verlo indefenso entre mis brazos… más es un sueño, Itachi no es para nada un ser indefenso y mucho menos un ser frágil… frágil… ah… me pierdo en la esencia que lo compone, es tan difícil no admirarlo y perderme, es la lujuria hecha hombre, disfrazada de frialdad y con una pizca de rudeza…
- La lluvia no cesará. Al menos no ahora.
- Disculpa Itachi-san.
- Mjf.
Nos hallamos en una pequeña posada, resguardados de la abundante lluvia. He intentado coser mis ropas, pero no soy muy bueno… pierdo la paciencia y termino pinchándome una y otra vez, la aguja se pierde entre mis gruesos dedos, pero en los de él, ella baila, se desliza con suavidad, con total parsimonia…
- No sé mucho, pero al menos quedará mejor que lo que estabas haciendo.
- Gracias.
No puedo dejar de observarle, allí, sentado en la pequeña cama de la que será nuestra habitación durante esa noche, ensimismado en la costura, elevando sus delgados brazos unidos a las ropas únicamente por el hilo ensartado en la diminuta aguja… mojando con su saliva el hilo deshecho que no logra traspasar por la abertura plateada… afilando sus ojos escarlatas en tan insignificante tarea…
- No puedes hacer algo tan simple… ¿Qué harás cuando yo me vaya?
Su pregunta me toma un poco por sorpresa, dado que doy por sentado que no deseo separarme de él, ni mucho menos permitir que él…
- ¿Cuándo te vayas?
- ¿Piensas quedarte en la organización toda la vida?
- No… hay otras cosas que quiero hacer.
Le miro enfatizarse en la costura y me atrevo a preguntar:
- ¿Te quedarías conmigo?
- Puede que no…
Me muestra el hilo unido a las ropas, dándome a entender que quiere que lo corte. Acercó mi boca y con mis dientes desgarro con sumo cuidado. Me hace entrega de mi traje.
- Ha quedado muy bien.
Sonrío de manera que pueda ver que aprecio lo que ha hecho, más él es incapaz de emitir alguna expresión distinta a la indiferencia.
La lluvia no deja de caer, por lo que el frío se intensifica. Observo a Itachi acomodarse su traje, algo húmedo por la llovizna que no pudimos evitar. Me coloco a un lado de él, quizás buscando una especie de rechazo, pero no recibo nada de su parte, permanece quieto, tranquilo… expectante…
- Itachi-san…
Tomo su mentón y lo obligó a encararme, sus delineados ojos me desafían, me instan a ceder ante el deseo…
No logro contenerme, de un sólo movimiento arrojo a Itachi en la cama y me subo sobre él… siento su respiración chocar contra mi cara, su pecho subir y bajar de manera constante, no emite ni una frase. Arriba de su cabeza, tengo sus muñecas atrapadas con una de mis manos… ¡Y es que es tan pequeño!... no se queja, ni se mueve, sólo me ve, me espía con su discernimiento.
- Sólo será una mordida… te lo prometo.
- Jum…
Solamente suspira, cierra los ojos y siento como la poca tensión que permanecía en su cuerpo, va desapareciendo, hasta irse por completo.
- ¿Quieres que duerma contigo en la cama?
- …
- Bien…
Trato de apartarme, tomo como negativa el hecho de que evitara mirarme a los ojos. Pero no puedo alejarme mucho, me toma del cuello de la capa y me atrae de nuevo.
- No puedes detenerte ahora.
- Supongo que no.
Soy adicto a él, a su carne, a su piel… quisiera devorarlo entero hasta los huesos, desearía perderme en su cuerpo, no regresar jamás a la realidad, olvidarme de todo, permanecer con Itachi… en Itachi.
- Vamos Kisame… los demás nos esperan…
Al día siguiente le sigo hasta el lugar donde será la próxima reunión.
Nuestra relación no es bien vista, porque ambos somos hombres y no podemos estar juntos, no me molesta, no me quejo de lo que tenemos, estar a su lado es suficiente para mí. Las relaciones en la organización se tienen terminantemente prohibidas, aunque tanto Itachi como yo sabemos que los demás a escondidas violan esa regla… al igual que nosotros.
Lo peor de todo es que… yo amo a Itachi, muy a pesar de que lo nuestro haya iniciado simplemente por desahogo, yo lo amo con locura, soy capaz de todo… sólo por él…
*Fin