Era un día soleado en la cuidad Konoha, por sus calles se encontraba corriendo un chico castaño el cual seguía a un avión que pasaba por encima suyo. Al llegar a una esquina se detiene por causa de un hombre que portaba traje negro y un maletín, el hombre tenía el cabello largo y negro con sus ojos amarillos y delineados con morado.
-oye-le hablo, a lo que Kiba se detuvo y lo miro.
-¿Quién yo?-pregunto a lo que el hombre se le acerco.
-si usted, ¡salga de la cuidad!- le grito, a lo que chico se espanto, y comenzó a correr, hasta perderse de la vista de este, dejándolo extrañado.
Pero pronto se le acercaron otros ciudadanos, donde aprovechó para promocionar su producto. –Salga de la cuidad y visite el hermoso centro recreacional Costa Alegre. Aquí tiene señor.- seguía repartiendo volantes.
Mientras el castaño corría a la casa de su amigo donde al legar abrió la puerta.
-¡debo salir de la cuidad!-entró asaltado, con las manos en la cabeza, a lo que su amigo rubio le tendió un vaso de limonada. –Gracias Naruto-lo tomo y bebió tan rápido como pudo para seguir hablándole.
-Kiba tu…-pero fue interrumpido por su amigo. El cual ya estaba en un de las ventanas de la planta baja, metió dos de sus dedos a las persianas.
-debo de irme, me dijo que lo hiciera.-lo buscaba con la mirada, a lo que su amigo rubio le cuestiono.
-¿Quién?- dejando pensante al castaño, el cual se llevo su mano a la barbilla mientras desviaba la mirada.
-ehm…. Bueno.-no recordaba quien era exactamente esa persona. –No estoy seguro, pero tenia un maletín-levanto el índice con su cara de espanto y seriedad.
-¡Waaa! ¡Un maletín! Podría sr un asesino absuelto.- y bajo esta teoría ambos de echaron a llorar. Y en medio de la tristeza, Naruto llevo una de sus manos al hombro de su amigo. El cual también se calmo y se dispuso a escucharlo.
-Kiba, no puedes irte, no de este modo. ¿Quien ira conmigo la próxima exposición de casa de mariposas?-y con una de sus manos apunto a pared, donde tenia colgados varias fotos, entre ellas una de ambos con sus redes de caza y sonriendo.
-tendrá que ser uno de tus otros amigos. Porque yo estoy decidido.-dijo serio, para después volver a llorar.
-des decídete, des decídete- le rogaba Naruto, mientras se abrazaban. –waaa, waaa. No puedes irte.- seguía llorando mientras Kiba soltaba el abrazo y se dirigía a cocina.
Una vez allí, con una maleta que saco de quien sabe donde.
-me preparare para irme.- abrió la maleta y del mismo Universo Paralelo saco unos pantalones Naranjas típico de Naruto y los echo a la maleta.-mi ropa.- seguía metiendo los pantalones de Naruto, y este ya se encontraba parado en el marco de su puerta.
-Ki-Kiba, esa es mi ropa.-dijo en un tono serio, pero el nombrado no hizo caso.
-mi mantequilla de maní.-y volvió a sacara unos tarros de mantequilla, los cuales hecho a la maleta.
-esa es mi mantequilla de Maní.- replico Naruto, pero esta vez levanto su mano con el dedo índice en alto, aun así su amigo no hizo caso.
-y mis pepinillos.- y por ultimo los metió a la maleta, una vez con esto dentro, la cerro y se hecho a llorar.
-no puedo creer que te vallas… con todos mis pepinillos-y otra vez empezó a llorar.
-ya no voy a estar mas...- tomó su maleta y camino hacia su amigo, el cual estaba llorando en el marco de la puerta. Y al momento de pasar a un lado de él, dijo. –Aquí.-y bajo la cabeza en signo de tristeza.
-espera- corrió hasta detenerlo, poniéndose delante de él, donde saco una lista de actividades. -¿Qué hay de nuestro planes? 8:00 despertar a Kiba, 9:00 comer cereal con Kiba, 10:00 cepillarme los dientes con Kiba, 1:00 de la tarde mirar a Kiba. ¿Quién va a hacer todo eso conmigo?- le miro con los ojos tristes, haciendo que el castaño pusiera su mano sobre la lista.
-lo siento pero no hay forma de evitar lo inevitable- y la arrojo detrás suyo. –Kiba Inuzuka ya no vivirá jamás, jamás en Konoha- dijo esto alzando su brazo derecho con el índice en alto. Haciendo que Naruto pensara y sonriera.
-pero que tal si no fueras Kiba Inuzuka.- propuso.
-¿ah?- no entendió le mensaje -¿no soy Kiba Inuzuka?- y saco un espejo para verse sus colmillos rojos.
-si eres Kiba Inuzuka, pero no por mucho tiempo.- le contesto con una sonrisa zorruna.
Y a los pocos segundos le coloco unas gafas en línea horizontal que solo cubrían la pipula.
-ay tienes Kiba, nadien sabrá que eres tu.-le mostro un espejo, pero el nombrado se sorprendió hasta llegar al punto de salir corriendo por la puerta hasta la calle.
-¡ah! ¿Kiba estas bien?- se le acerco pues al aparecer había chocado con un poste de energía eléctrica. Y justo en ese momento iba pasando Kisame, el musculoso del pueblo.
-hola chicos- pasó desapercibido ante el disfrazas de Kiba. Pero se regreso –hola Kiba bonitas gafas- haciéndole saber que no era para nada bueno el disfraz.
-bien Kiba, ese disfraz no funciono, tendremos que seguir intentando.- dijo decepcionado, haciendo que Kiba se quitara las gafas.
-gracias por tu ayuda Naruto pero después de tu noble esfuerzo me di cuenta que todo ah sido en vano-se acomodo en una pose de lastima, poniendo una mano en la frente mientras miraba el cielo. –pero es inútil. ¡Debo irme!- salió corriendo con los brazos abierto en dirección de Uzumaki.
El cual también los abrió, esperando un abrazo, pero este no llego ya que Kiba fue detrás para despedirse de la banqueta.
-adiós banqueta. Adiós cactus.- corrió hasta llegar a la casa de los y Yamanaka ya que estos tenia esa especie de planta, la abrazo y se separo debido al dolor de las espinas encajándose en su cuerpo.
-lastima que no se nos ocurrió usar un disfraz mejor- y justo después de esto, miro un puñado de ramas que crecían de un helecho.
-adiós cielo-grito a los cuatro vientos, para cuando acabo, Naruto ya le había puedo algunas hojas de la planta en la cabeza, el castaño extrañado se retiro algunas.
-con esas ramas en tu cabeza podrías ser...- no lo dejo terminar, ya que el Inuzuka se emociono y hablo antes que él.
-podría ser el señor monstro de ramas.- dijo sintiéndose realizado. –Y vivir para siempre en Konoha.- levanto los brazos, feliz ante la idea.
-Kiba haya hay un monstro de ramas-apunto a un señor que llevaba muchas ramas en su ropa, el cual les saludo.
-hum…- se reprimo el castaño.
Esta bien Kiba, no puedes ser un monstro, pero con esa vegetación en tu cabeza, me da una idea de lo que puede ser.-le sonrió.
Unos momentos después…
-ya estas listo, sal Kiba.- le indico, estaba en una probador de ropa, de donde salió Kiba con unos jeans azules de dama, una blusa tipo polo y una peluca en dos coletas bajas sin sus colmillos rojos pero con los labios brillosos marca de un gloss.
Más tarde.
Por las calles se encontraban caminando los dos, pasaron cerca de Shikamaru el cual les saludo.
-hola Naruto… y hola señorita.-le hecho un ojo a ese bombos que caminaba con Naruto, pero este ni en cuenta de lo que pasaba.
-el disfraz funciona Kiba- se detuvieron. –Digo Kiki- le sonrió mientras le picaba las costillas con su codo. Ambos rieron.
Siguieron caminado, hasta volver a encontrar a Kisame.
-Naruto Uzumaki, no me habías dicho que tenias novia.-dijo refiriéndose a lo que era Kiba, Naruto solo sonrió nervioso.
-¡oh no! No soy su novia, soy Ki…-se defendió, pero antes de decir su nombre Naruto interrumpió.
-¡KIKI! ¡Kiki! jajaja- se rio nervoso, haciendo que Kisame se agachara a la altura del odio de Naruto para susurrarle.
-hermano tu novia no es nada, nada fea.-haciendo que el castaño riera.
-Kisame ella no es mi novia, solo es…-
-no, no tienes que explicarme que relación tienes con tu novia.- le dijo asiendo que Kiba sonriera.
-pero no es mi novia.-dijo otra vez Naruto
-no se por que estas hablando aquí conmigo cuando podrías esta hablando con tu novia.-le volvía a mencionar, haciendo que Naruto mirara fastidiado.
Tomando del brazo a Kiba y jalándolo para salir de ahí.
-vámonos Kiki-dijo entre enojado y serio.
-adiós-se despido Kiba de una manera muy femenina, levantando la mano y moviéndola mientras le guiñaba el ojo.
Lo que dejo a Kisame en un estado de idiotez, y cuando reacciono le volvió a mencionar el tema.
-felicitaciones por la novia amigo.-gritó pues ya iban un poco lejos.
Unos segundos les duro la tranquilidad, pues llego el jefe de Naruto, el deño de unos de los mejores restaurantes de comida rápida, Jiraya.
-Naruto Uzumaki, este no es momento de dar un paseo de domingo ve a trabajar- y le coloco su gorro del establecimiento.
-pero Ero-senin, aun faltan dos horas para que habrá el Cangrejo Ermitaño.-trataba de defenderse. Pero a su mano llego su instrumento de trabajo.
-nunca se abre un negocio demasiado temprano- puso su brazo detrás de la nuca del rubio, llevándoselo a trabajar. –Disculpe señorita.- se fue caminando, pero en el camino paro en seco y giro su cabeza para ver a la chica.
Alrededor de Kiba salían chispitas, este solo estaba n estado de “ido”. Esos ojos, y los labios del chico fueron los que cautivaron a Jiraya, el cual sus ojos tomaron forma de corazones. Ante este hecho Kiba se acerco a ambos.
-Naruto, ¿Quién es tu amiga?-
-Ero-senin ella es Kiki.- apunto a su “amiga” haciendo que los ojos de Jiraya volvieran a la normalidad.
-Kiki, el sonido mas hermoso que e escuchado.-empezaba a ver maripositas y ponía corriendo alrededor de Kiki.
-¿necesitamos mas ayudan el Cangrejo Ermitaño?- se apresuro a preguntar, ese bombo no lo podía dejar ir.
-no-contesto en seco.
-si necesitamos ella puede comenzar-se le acerco a Kiba y la abrazo por los hombros.
Más tarde, en el cangrejo Ermitaño.
Por la puerta entre Kiba, llamando la atención del Cajero, Sasuke. El cual deja de leer su revista para ver a la persona que acaba de entrar.
-¿y tu quien eres mi futura belleza?- pregunto mientras se ponía en pose de “don Juan”. Se acerco Jiraya para decirle los datos de la nueva.
-ella es Kiki, la nueva empleada del Cangrejo Ermitaño.- le llevo las manos a la cintura.
-sin duda es muy hermosa.-dijo el Uchiha, mientras Kiba de veía n el espejo y tallaba los dientes.
-mantenga la vista en los clientes, Señor Uchiha-pues se le quedo viendo como Idiotizado por la apariencia de Kiba.
Kiba se encontraba limpiando las mesas con una franela blanca cuando llega Sasuke.
-hola Kiki, te dibuje algo- le tendió una hoja. –El parecido es extraordinario, lo hice yo mismo.- al ver lo que contenía la hoja, se da cuanta que en un autorretrato.
-ah… gracias Sasuke. Bajo el dibujo y lo hizo bolita para después aventarlo.
-orden lista, señorita Kiki- apareció Jiraya con dos bandejas, una hamburguesa y una bebida respectivamente.
-disculpa Sasuke- y se retiro
-esta orden va para la mesa 7 y recuerda tus modales.- se las entrego Jiraya.
Kiba estaba caminando hasta llegar a susodicha mesa, una vez ahí, las dejo sin percatarse que era la mesa de Jiraya.
-Esta es la mesa 7, Kiki-se escucho delante de él. Haciendo que elevara la mirada encontrándose con el viejo.
-Jiraya ¿usted encargo las dos ordenes?- pregunto Kiba, sabiendo a donde se dirigía la charla.
-¿encargue dos ordenes? Pero que tonto soy, no puedo comer dos hamburguesas yo solo- se excuso, y por un segundo que se giro Kiba para ver a su amigo detrás de la ventanilla, Jiraya ya tenia la mesa arreglada para una cita romántica, una vela, mantel blanco, cubiertos, servilletas y una grabadora.
-creo que tendrás que ayudarme a acabar con esta comida-le sonrió, haciendo que un escalofrió recorriera su cuerpo.
-mmm….de acuerdo.- yaqué le quedaba al castaño, así que le tendió su bandeja al viejo y se sentó enfrente de él. Una vez así, Jiraya extendió su mano hasta accionar la grabadora y comenzó a sonar una canción medio romántica.
-Kiki, nos conocemos hace muy poco- empezó a jugar con sus dedos al estilo Hinata mientras veía al chico. –Pero siento que tenemos una conexión my especial.-le menciono Jiraya.
Pero este se detuvo cuando vio los modales de Kiki al comer, ya que mascaba con la boca abierta y dejaba caer gran parte de los que tenía dentro de la hamburguesa.
Lo que dejo sorprendió al viejo, rematando con un súper eructo que salpico la grabadora, en ese momento llego Naruto a limpiarla.
-Kiki tiene un gran apetito, pero es toda una gran mujer.-ahora le limpiaba parte del pecho del pervertido.
En otro momento.
Estaba Kiba en la cocina, mientras salía para llar una nueva orden, detrás suyo se empieza a escuchar un clarinete. Lo que hace que se detenga en seco y girara.
Y no era para menos sino Sasuke le tocaba una melodía un tanto pervertida, de esas de película porno, mientras se le acercaba, una vez a su lado, le levanto la ceja, incomodando a Kiba.
-Sabes Kiki, no me llaman Sasuke labios ardientes por nada- la abrazo por la cintura atrayéndola a él. Pero Kiba se libró del agarre, y tratando de salir de la cocina, se dirigió a ala puerta, ahí Sasuke le volvió a detener.
-podríamos salir ¿este sábado en la noche?- se obstruyo el camino con su brazo en pared. Al mismo tiempo que le miraba seductoramente.
-no esa es la noche en la que Naruto y yo jugamos a mirarnos fijo.-le contestó.
-¡Naruto!- se sorprendió que una dobe como él tuviera a una chica como ella.
-¡vuelve a trabajar holgazán aprovechador!- se escucho detrás de el Uchiha, y no era de menos ya que el jefe y él estaban compitiendo por el amor de la nueva chica. -¡vamos rapidito! ¡Vamos ya, ya! Y no vuelvas hasta que esas burges ¡se hayan convertido en Cangres!- le espanto al Uchiha.
Y una vez que estuvieron solos. –Ahora que estamos solos, ¿te gustaría ir conmigo a cenar el viernes en la noche?- le pregunto mientras s manos la acercaba a la barbilla del chico y suavemente la acariciaba.
-no puedo, Naruto y yo iremos a ver una película esa noche- esto desanimo a Jiraya. –Y si me disculpa tengo que volver a trabajar- y con esto desapareció de la vista del ermitaño.
-cielos, ¿Por qué esos dos serán tan amables conmigo?- se dirigió a un almacén. –nunca habían sido amales con Kiba, que extraño- abrió la puerta derecha solo para encontrarse con Sasuke.
-¿Saldrás conmigo el Sábado en la noche?-le pregunto pero se gano una nariz lastimada, púes Kiba azoto la puerta.
-que persistente.-se dijo mientras se dirigía a un lavamanos, donde lo intercepto Jiraya.
-¿entonces el domingo?- insistía.
-no.-contesto secamente. –gracias de nuevo- cerro la llave para después irse.
Unos minutos después se acerco al tostador, donde se paro Sasuke y volvió a cuestionar.
-hice una reservación el domingo para dos.-
-no- solo le contesto para después marcharse
Y así paso el día, encontrándoselo y negándoles cualquier invitación para salir. Llegando al punto de enfadarle. Por lo que decidió ir con su amigo y hablar del problema. Abrió la puerta de la cocina y entro llamando la atención de Naruto.
-que tengo ahora para que esos dos se porten tan amistosos. Debe de tener algo que ver con este disfraz.- se miro al cuerpo. –No puedo seguir usándolo.- se tapo la cara con sus palmas.
-pero si revelas tu identidad secreta tendrás que irte de konoha.- se le acerco Naruto, dándole un abrazo, pero Kiba se giro, dándole la espalda.
-lo siento Naruto ya no puedo seguir viviendo así, estoy cansado de fingir ser alguien que no soy.- después de esto salió de la cocina, llamando la atención de la clientela.
-hola Kiki-le saludo la misma.
-la hermosa Kiki ha vuelto entre nosotros.- mencionó una persona de la alta sociedad.
-tengo que hacer un anuncio- se fue al centro de la planta. –durante todo el día que e trabajado aquí e querido decir que….- se detuvo al ver que por la puerta principal, entraba aquel hombre de ojos amarillos.
Vio como se adentro en el lugar y tomo posesión de una mesa. Poniéndolo nervioso. Llegando al punto de tener que hacer rulitos con su cabello falso, dedos estilo Hinata, la mirada baja.
-eh querido decir que…. Que eh querido decir…. Que me comeré todas las sobras que dejen en sus platos.-término sonrió nervioso por lo que la gente siguió en lo suyo.
Se giro y dirigía a la cocina cuando le citan en una mesa.
-oyes, mesera. ¿No va a tomar mi orden?-le cuestiono el hombre de cabello negro.
-un segundo señor- contesto nervioso llamando la atención de Naruto.
-¿Qué ocurre Kiba?-
-ese es el sujeto que esta tratando de echarme de la cuidad, es del que te hable- le susurró, haciendo que Naruto también se exaltara
-¡oh! Es el asesino.-se llevo las manos a la cabeza en signo de preocupación. Reuniendo fuerzas se acercaron al señor con la libretita en la mano para tomar la orden del hombre.
-¿Qué puedo traerle señor?- le cuestionó Kiba, haciendo que se pusieran más nerviosos.
-dime, no te conozco de alguna parte ¿?- cuestiono el hombre de ojos amarillos, poniendo mas nerviosos a los chicos.
-no- contestó el castaño, haciendo que el viejo se levantara de su lugar y fuera a verlo detenidamente.
-mmm… ¡eso es!- chasqueo los dedos. –Salga de la cuidad- le menciono haciendo que ambos chicos se abrazaran.
-nos descubrió.-susurro Kiba.
-no dejare que lo haga, tendrá que hacerme algo horrible antes de echar a Kiba de la cuidad.- se puso delante de su amigo, taranteando de protegerlo.
-¡Kiba!-repitieron Sasuke y Jiraya de la impresión.
Pero el hombre sacó de su bolsillo un volante y se lo tendió a los chicos. –Olvidaste tu bolate.-
-salga de la cuidad hacia el hermoso centro vacacional costa soleada.- leyó l volante y sonrió feliz. –este señor no quería expulsarte de la cuidad, solo te quería vender unas vacaciones a un precio considerable.- le explico el rubio, haciendo que Kiba sintiera un alivio.
-bueno, creo que ya no necesitar este disfraz- dijo mientras se quitaba la peluca y retiraba la playera.
-¡ah!- se escucho de la multitud.
-creo que necesitare una ducha- dijo Sasuke mientras se retiraba
- ¿no eres una mujer?-
-no- recalco Kiba
-entonces estas despedido. Estaré en mi oficina los próximos 20 años,-se dijo resignado Jiraya ante tal revelación.
-Amigo, que tal si vamos a casa y empezamos con esta lista-Naruto abrazo por la espalda al castaño, mientras su lista crecía y crecía.
Ambos asintieron y salieron corriendo del establecimiento.