disclamair: naruto no me pertenece, pertenecen a nuestro amado sensei masashi kishimoto sama. yo soy solo un mero admirador de su trabajo y uso sus creados personajes con fines de ocio.
lo unico mio son las historias y personajes originales de la misma.
si deseas publicarla, comunicate conmigo... ahora renombrado black phenix.
este es mi correo de la pagina... blackestphenix@hotmail.com
nota: este fic continene chan y shota... ¿que es chan? chan es como se considera el que un adulto, amntenga relaciones (dentro de los fic) relaciones con un menor. y el shota, son las simples escenas de erotismo que (al igual que el chan) se utilizan para los menores en el fanfic.
epilogo...
Sasuke, conocido mejor como el visionario hijo menor de la familia Uchiha, y también como el sucesor de todos los negocios, nacidos desde tiempos inmemoriales, de su familia, era alto, moreno y de ojos ónix. Lo regular en su familia genes trascendidos generación en generación. Sus padres, Fugaku e Mikoto Uchiha, eran padres ejemplares. El primero, era un empresario especializado en el comercio internacional, exportaciones, importaciones, ventas, compras de pequeñas y medianas empresas etc. Y su madre, claro estaba, era una de las más importantes diseñadoras del país, por no decir la número uno.
Sasuke, a sus merecidos 32 años de edad, no tenía planeado tener familia alguna. Sus tiempos de diversión y ocio entre bares de mala muerte y cabarets donde era conocido por todos los empleados y, uno que otro visitante habían culminado cuando su padre le puso a cargo de las empresas familiares. Solo observaba con parsimonia como su vida pasaba por delante de sus ojos, inclusive el idiota de su hermano, Itachi, que no hacía mucho se había casado con un rubio de ojos azules, el cual trabajaba como artista y tenia cupo, en una de las galerías más importantes del país e incluso en Francia, se estaba tomando sus merecidas vacaciones.
Unos cuantos meses dando escalas en el Caribe, y unos viajecitos de reconocimiento por algunos lares de Europa, y claro, dejándolo a él, excluido de todo. Pero era de esperarse. Tenía que encargarse de las empresas… bueno, tampoco tenía el tiempo requerido para desperdiciar en actividades tan mundanas como lo eran aquellas-suspiro- como quería que fuese diferente.
En esos momentos, se encontraba en su suite privada. La había comprado por que necesitaba alejarse de su caótica vida en la mansión, y era que tener a Itachi, su hermano mayor, encima de él, molestándole cada dos por tres; no era bueno. Estaba repasando por decimo tercer vez, en esas horas, unos cuantos archivos que ponían en evidencia a algunos ladrones en trajes de chándal que estaban sacando información y sustrayendo algunos beneplácitos de la empresa. El timbre sonó distrayéndolo de su labor… se levanto desganado para dirigirse al hall, no tenía ganas de inoportunas visitas, y menos de su auto nombrada novia. Y si se trataba de algún vendedor, estaba seguro de que podría hacer que se desvaneciera con una de sus arrolladoras miradas fulminantes marca Uchiha.
Al abrir la puerta, esperando encontrarse con un sujeto temblando de unos veintitantos o treinta y tantos años, su imaginación voló impresionada, al encontrarse parado en la puerta, con una pequeña mochila y una hermosa sonrisa a un pequeño angelito que no podía pasar de los 12 años. Venia vestido con unos pantalones jeans desgastados y una polera de color negro. Sus cabellos eran rubios y, en sus mejillas habían unas, casi imperceptibles, marcas en forma de bigotitos que lo asemejaban a un zorrito. Sasuke se reincorporo y miro ceñudo al chico, le había interrumpido en su hora de trabajo.
-¿Qué deseas, niño?-dijo, sin el mayor ápice de emoción. No es que no le pareciera lindo el pequeño, pero necesitaba terminar su trabajo y no perder el tiempo con un…
-¿es usted, Uchiha Sasuke?-pregunto, con un brillo de emoción que el mayor no supo como catalogar… daba, algo de miedo. Pero, eso no quitaba lo melodioso que era su tono de voz.
-sí-respondió sin mudar su expresión-. ¿Qué quieres?
-sí, bueno yo… yo quiero- no podía articular bien lo que quería decir, ¿cómo decir aquello sin que el mayor lo mirara como una broma de mal gusto o, echarlo a patadas alegando acoso?
-sí, ¿quieres que…?-ya se estaba impacientando, necesitaba terminar de sacar a los ladrones encorvatados de su empresa y no perder el tiempo con un niño que parecía admirarlo.
-bueno, yo… -permaneció en silencio, Sasuke se hastió.
-adiós… -dijo mientras cerraba la puerta. La cual por obvias razones de un pie atravesado no cerraba. Sasuke suspiro y dirigió una mirada al chico nuevamente-. Estoy ocupado y no tengo tiempo que perder contigo, dobe.
El rubito lo miro indignado y le dio un puntapié en la pierna derecha, Sasuke se sostuvo por un momento aminorando el dolor con el suave tacto de su mano y dirigió una furibunda mirada al rubio que lo miraba con igual expresión. ¿A quién se parecía ese niño haciendo aquello?- ¿a quién le llamas dobe? teme.
-por obvias razones, a la única persona frente a mi-dijo incorporándose para volver a azotar la puerta en el rostro de aquel insolente renacuajo-. Y si no sabes que hacer, mejor lárgate-se disponía de nuevo a cerrar, y como la vez anterior, el mismo pie lo detuvo. Suspiro desganado.
-por favor… -contuvo un poco la respiración por el dolor del pie, había dolido tratar de detener una puerta que iba con un deje de malicia a cerrarse en su cara-, es importante lo que tengo que decir.
-no quiero escuchar los problemas de un boy scout y mucho menor comprar su galletitas-dijo, teniendo en mente lo que podría decir aquel joven, aunque no trajera el traje que utilizaban. Le daba lo mismo, posiblemente quería lo mismo, sacarle unos cuantos billetes.
-¡no soy boy scout!-dijo, alzando un poco su voz. No le gustaba que no lo tomaran enserio, casi siempre era igual, al menos, ahora no podía permitirse perder la oportunidad, había tenido mucho tiempo alejado de él, tiempo que necesitaba recuperar a como diera lugar. Y ese amargado ego no se lo impediría.
-ah no, y que eres, ¿niña exploradora?-dijo con malicia poniendo una sonrisa de medio lado al ver como el rostro del chico enrojecía un poco. Tenía lagrimas contenidas y un hermoso puchero mientras se mordía el labio inferior tratando de, según lo que Sasuke veía, contener un improperio dirigido a su persona. Sinceramente era precioso, la vista desde su perspectiva, era hermosa… el chico tenia la suerte de tener una belleza natural del tipo angelical. ¿Cómo será cuando crezca un poco más? Bueno, eso a él, ni venia ni le iba. Ya estaba arto, planeaba apartar al chico y cerrarle la puerta para cuando este decidió susurrar la palabra que pondría de cabeza su pequeño mundo…
-soy tu hijo…