Todo el día había estado lloviendo, pero no se comparaba a la lluvia que caía en aquel momento del ocaso, era como si los cielos lloraran una gran pérdida, las calles se encontraban vacías, incluso pocos carros circulaban en ese momento, solo en una fuente de un parque se encontraba un joven, cualquiera que pasara por ahí no notaria sus lagrimas que se confundían con las gruesas gotas de lluvia, permaneció unos momentos ahí inmóvil, levanto el rostro al cielo desconsolado.
-Peor castigo no pudiste darme- bajo la cabeza cabizbajo -¿Qué voy a hacer?- se cubrió el rostro desesperado, sintió que algo cálido lo rodeaba, miro a su lado, ahí transparente se encontraba un rubio de mirada celeste.
-Naruto- su voz se encontraba llena de dolor, su vista se ensombreció al escuchar su nombre -¿Qué voy a hacer?-
-Primero deberías quitarte de la lluvia o te enfermaras-
-No tengo a donde ir- Naruto no supo que decir –Además prefiero estar aquí, donde no hay nadie que me moleste, donde todo es tan tranquilo, donde puedo estar solo con mi dolor- sonrió tristemente, Naruto lo abrazo un poco más fuerte
-Tranquilo, no estás solo, yo siempre estaré contigo-
-¿Eso significa que me estas cambiando dobe?- se escucho una voz áspera, ahí enfrente de ellos se encontraba un azabache, con su blanca piel como la porcelana
-Sasuke-
-Te hice una pregunta-
-Sabes que Naruto te ama, él nunca te dejaría, primero iría al mismo infierno, antes que abandonarte-hablo el moreno, ambos ángeles lo miraron impresionados, el moreno al sentirse observado les sonrió y se alejo de ahí
-Kiba- lo llamó Naruto
-No quiero hace mal tercio-
-Tendrás que acostumbrarte- hablo el azabaches, Kiba lo miro interrogante –Nos ha asignado como tus ángeles-
-¿Ustedes son mis a-ángeles?- ambos asintieron –Gracias- sonrió sin embargo su sonrisa estaba llena de melancolía, ambos se mostraron afligidos
-Debemos encontrar un lugar para que pases la noche-
-Solo un poco más- ninguno de los dos ángeles pudo negarse ante la triste mirada de su amigo
-Kiba- lo llamó el rubio, el aludido asintió y comenzó a caminar, ambos ángeles lo seguían de cerca.
Unas voces se escuchaban a lo lejos, Sasuke se alarmo
-Kiba regresa, no es seguro continuar por ahí- Kiba asintió y se alejo de ahí, sin embargo aquellos hombres lo habían visto
-Oye- Kiba se giro para ver a quien le hablaba –Oh, estas todo empapado, ven mis amigos y yo te haremos entrar en calor-
-…- Kiba retrocedió unos pasos asustado, aquel hombre lo sujeto por la muñeca, Kiba sintió un escalofrío al sentir aquella mano, Sasuke hizo lo necesario para que dejara libre a Kiba, cuando este se vio libre, el rubio le grito a todo pulmón
-CORRE KIBA- el aludido así lo hizo, aquellos hombres intentaron seguirlo, pero una extraña neblina los cubrió impidiéndoles el paso, Kiba continuo corriendo asustado, solo se detuvo hasta que sus piernas ya no pudieron sostenerlo, respiraba agitadamente, su rostro se encontraba completamente sonrojado
-Oh no, Sasuke esto no está bien- Sasuke miraba a Kiba preocupado
-Necesitamos llevarlo hasta ahí, falta poco- Naruto miro hacia donde su koi señalaba, se acerco hasta Kiba y le susurro algunos cantos, Kiba se puso trabajosamente de pie
-Vamos solo un poco más- Kiba lo miró agradecido y camino tambaleante hasta la puerta de una iglesia –Solo un poco- Kiba cruzó la puerta y se desmayo, Naruto lo miraba preocupado
-Sasuke-
-Tranquilo aquí viene- un viejo sacerdote se acercó hasta donde estaban
-Oh, kami-sama- puso de pie a Kiba y lo llevó hasta una habitación, le cambio la ropa, lo arropo y le puso compresas frías para bajar la fiebre
-¿Qué paso?- pregunto el anciano, Naruto miraba preocupado a Kiba y comenzó a llorar desconsoladamente –Tranquilo, no llores, él no dejara que le pase nada malo- Naruto miró al anciano horrorizado
-Tú no-
-Sí, puedo verlos, ¿cómo…?- no pudo continuar pues Sasuke lo interrumpio
-Eso no es lo importante ahora- Sasuke miró al moreno
-Tienes razón, ¿dime porqué ha llegado aquí?-
-Él lo ha enviado-
-Entiendo-
-¿Podrías cuidarlo?-
-Claro eso no deberías ni preguntarlos, en cuanto se recupere, le ayudare a buscar empleo-
-Gracias, te lo encargamos- el viejo asintió, Sasuke tomo a Naruto por la cintura y desaparecieron de ahí, el viejo permaneció con Kiba hasta que la fiebre cedió
Kiba soñó aquella vez que platico con Naruto sobre su relación con Sasuke
-¿Naruto qué se siente estar enamorado?-
-Etooo, bueno, te sientes tan feliz-
-En el paraíso siempre todos estamos felices-
-Bueno si pero también…- Kiba esperaba ansioso la respuesta del rubio
-Bien-
-No sé cómo explicarlo, pero… te sientes… tan lleno… tan completo- Kiba se sorprendió ante lo dicho por su amigo y se tomo el pecho
-Tú, no sientes…eso- lo último lo dijo tan bajo que Naruto no lo escucho
-¿Sentir qué?-
-Jejeje nada, gracias Naruto- se alejo de ahí corriendo, mientras Naruto lo miraba .interrogante
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Kiba despertó tomándose el pecho
-Odio sentir este vacío-
-Me alegra ver que ya estas despierto- Kiba miro de donde provenía la voz
-Gracias por ayudarme-
-No hay de que, dime ¿puedes levantarte?- Kiba hizo el intento pero sus piernas comenzaron a temblarle y no lo soportaron más cayendo así al piso
-Ven, te ayudare-
-Oh, pero debo ser muy pesado-
-Jejeje, no te preocupes, soy viejo, pero soy muy fuerte- Ayudo a Kiba a levantarse y lo llevo a otro cuarto, Kiba pudo comprobar lo que él viejo decía –Toma tienes que comer- Kiba miró el plato extrañado –En tu condición actual es necesario que comas-
-Pero
-No es tan malo una vez que te acostumbras-
-¿Cómo puede estar tan seguro?-
-Porque yo ya pase por eso-
-Tú…- el anciano asintió –Entonces también te castigo- el anciano volvió a asentir, Kiba quería seguir preguntando, pero sabía que sería de mala educación.
-Jejeje no puedo decirte la razón por la cual me mando aquí, pero te diré una cosa, le estoy agradecido por eso- Kiba se sorprendió ante esto –En el paraíso todo es maravilloso, no conocemos lo que es el hambre, la envidia y mucho menos el odio, aquí sentimos eso y mucho más, en un principio nos asusta, pero aprendemos a vivir con ellos-
-¿Podemos? ¿Quieres decir, qué hay más?- el anciano asintió, Kiba abrió los ojos horrorizado
-No es tan malo, una vez que te das cuenta de las cosas… Kiba aquí hay personas malas, si cada vez hay más, sin embargo también hay personas buenas, y cuando las conoces, no puedes dejarlos a un lado-
-¿Por qué no?-
-Porque somos ángeles y protegemos todo lo bueno-
-Pero ya no lo somos, no una vez que nos han cortado nuestras alas-
-Oh Kiba, tus alas no te hacen ser un ángel- Kiba no supo que responder ante lo dicho por el viejo, el anciano lo miro y pudo ver la confusión que reinaba en Kiba
-Por cierto soy Sarutobi- el menor lo miro aun desconcertado -Anda debes comer algo- Kiba miro la fruta desconfiado
-¿Cómo es?, ¿Qué se siente?-
-No te voy a negar que mi primera vez fue muy desagradable, sin embargo con el pasar de los años he encontrado que esto es lo mejor para ser la primera comida.- el moreno tomó una pieza del plato que se encontraba frente a él, dio el mordisco y comió lentamente
-…¿Qué es esto?, nunca antes había probado algo así-
-Jejeje claro que no, siendo ángel no lo necesitabas, eso se llama melón-
-Oh, es delicioso, quiero más-
-También prueba las otras frutas- Kiba asintió y así lo hizo, cada una de ellas le gusto, cuando sintió su estomago pesado se extraño
-¿Por qué mi estomago se siente pesado?-
-Eso es porque tu estomago está lleno-
-…-
-Ven demos un paseo, te diré lo que vamos a hacer- Kiba asintió y lo siguió –Bien ¿cuándo llegaste?-
-No lo sé-
-Bien puedes darme una referencia, era de día o de noche-
-No lo sé, cuando llegue llovía mucho, me sentía perdido, desconcertado y desconsolado-
-Ya veo, entonces no llevas mucho aquí, apenas llegaste ayer-
-Ayer, si claro-
-No tengo mucho tiempo, así que te enseñare lo básico-
-Eh, ¿qué te irás?-
-No, tú serás el que se irá-
-¿Por qué? ¿Acaso no me quieres aquí?-
-No claro que no, pero no puedes permanecer mucho tiempo aquí, sino él se enojara, te ha mandado aquí por una razón y tú solo debes descubrirla-
-Entonces me dejaras solo-
-Vamos no pongas esa cara, tu nunca estarás solo-
-Claro nosotros siempre estaremos contigo-se escucho la voz de Naruto, al voltear el moreno, pudo ver a Sasuke también y esbozo una tímida sonrisa
-¿Ya sabes a dónde enviarlo?- le pregunto el azabache al anciano
-No, primero lo primero, Kiba experimentaras un sinfín de emociones que antes no conocías, cuando sientas alguna de estas no desesperes ni te abandones a ellas- Kiba asintió –Ahora en este mundo necesitas de dinero para sobrevivir, por lo tanto te debemos encontrar un trabajo-
-Aja, trabajo, ¿Y qué clase de trabajo?-
-Bueno eso no lo sé, debemos averiguar en que eres bueno-
-Oh, eso es fácil en el cielo me encargaba de jugar con los bebés ángeles, además ayudaba al cuidado del Edén-
-Oh bueno, peo ahí contabas con ayuda, veremos aquí en que eres bueno-
-¿Dime los demás ángeles dónde trabajan?-
-Algunos como yo son sacerdotes, otros son médicos, secretarias, veterinarios-
-Entonces hay muchos más de los que imagine-
-Si bueno, algunos deciden quedarse hasta que su vida humana termine, otros se van antes-
-Entonces si cumplo mi castigo podre irme antes- el viejo asintió, Kiba por primera vez desde que llegó sonrió con alegría imaginado regresando a casa.