UN MATRIMONIO FORZADO
EL BARBARO
Un hombre entraba al salón alzando una sabana.
-Bárbaros-
Se escuchaba decir a los indignados invitados en aquel reino distante, mientras los locales alababan con gritos al sujeto, alzando sus bebidas lo mas alto posible sobre sus cabezas, exigiéndole ver con mayor claridad la prueba de pureza de su actual consorte.
Este sin ningún recato extiende la sabana mostrando el lugar preciso y aunque es poca, es clara la mancha de sangre.
-¡Bárbaro!- dice indignada una hermosa mujer oculta en una esquina, esta asqueada por aquella escena, se arrepiente desde el fondo de su corazón por haber dado su apoyo, no habría día en el cual no se culpara de aquella unión.
Lo que presenciaba no era de su agrado, mas no tuvo alternativa, la paz del reino siempre estaría primero, su hermano lo sabia bien, nacer en cuna noble significaba estar conciente de eso, no había sacrificios que no valieran por este, mas no podía evitar sentir un nudo en el estomago por la humillación que viviera.
Quiso llevárselo lejos de aquella locura, las ganas no le faltaron, pero él se negó, su palabra estaba dada y la única persona que lograría hacerle cambiar de opinión no tenia el mas mínimo interés en dirigirle la palabra desde que terminaran un largo y doloroso compromiso. El escucharle dar el si fue el momento mas doloroso que viviera hasta ese momento, sabia que no le amaba, debía estar destrozado por su cruel destino, un nudo se alojo en su garganta desde ese momento para no marcharse hasta el termino de la velada.
Estaba sorprendido por tan burda acción por parte de aquel rey, no podía imaginarse la reacción de quien fulera su prometido alguna vez, al enterarse de aquello. Siempre supo que aquel compromiso fue forzado por su hermano mayor, también que no deseaba casarse, le habría agradado ayudarle, anular el compromiso, llamarle la atención a su general pero no pudo, no se atrevió, esa era la verdad, temía que el mas mínimo intento de ayuda le hiciera creer al demonio otra cosa que no fuera amistad y eso le aterraba, ya que habían avanzado mucho desde la ruptura de un compromiso que nunca debió ser como para echar todo por la borda a esas alturas, pero en ese momento sintió como todo el mundo se le caía, no le había visto desde que entraran al salón en donde se efectuara la fiesta de matrimonio, ahora aquel hombre mostraba con descaro una blanca sabana teñida con sangre, solo una imagen se le paso por la mente, un rubio luchando sin éxito en contra de aquel energúmeno que sin reparo le forzaba a cumplir con sus obligaciones de consorte. Un bárbaro que al ver como se negaba de seguro no le tendría paciencia alguna, no le esperaría, lo golpearía, lo violaría con violencia sin importarle sus suplicas o lagrimas. ¿Qué había hecho?, no lo amaba, lo tenia claro, pero era su amigo, siempre lo considero así, siempre estuvo para él, en las buenas y en las malas, entonces porque no pudo hacer lo mismo por él. Culpa, eso era lo único que le quedaría de recuerdo aquel día.
Continuara...............................