Y aun cuando tu fe se vea destrozada por los golpes de la vida, aquí estaré yo para recordarte que esa llama aun no se extinguirá...
Notas de Fe, Dolor y Júbilo
Capitulo I
Be there
-¡FRED! ¿Puedes callarte un momento, hay gente que aun intenta dormir?- grito una voz exasperada de entre las sabanas rayadas blanco y verde mientras una fuerte música se escuchaba en esa misma habitación.
Un chico alto, delgado y con el cabello rojizo alborotado dando a todas direcciones se vestía con unos jeans desgastados y una camiseta blanca que se ajustaba perfectamente a su trabajado cuerpo, una sonrisa gatuna surco su rostro y como un león hambriento delineo el cuerpo de su presa hasta tomar uno de los bordes de la sabana.
- Vamos hermanito, ya es hora de levantarse dormilón- y de un tirón del manto que cubría al chico durmiente este automáticamente escondió la cabeza en la almohada mientras se hacia un ovillo- el rock es bueno para dar la bienvenida al sol por las mañanas- continuo Fred, el alto pelirrojo, aun con esa sonrisa gatuna plasmada en el rostro.
- ¡Por todos los cielos, son las cinco de la mañana pedazo de bestia, déjame dormir!
Luego de un repentino golpe la puerta se abrió y dio paso rápidamente a una copia exacta del chico pelirrojo que se abalanzó a la cama del bello durmiente y de otro tirón, igual o mas salvaje, arranco la almohada de sus brazos dejando que los rayos del sol pegaran de lleno en su cara.
- Hijo de p…
- Calla Ron Weasley, que somos de la misma madre- dijo el pelirrojo gemelo que le arrebato la almohada y aun estaba encima de el.
- Y tienes suerte que no estemos en casa, por que con ese oído tan sensible la señora Molly de Weasley te deja desheredado y confinado a los quehaceres de por vida en el establo de las vacas del Rancho de la abuela- dijo Fred mientras apagaba el modular y se colocaba una chamarra tipo aviador- Por cierto hermanito, aquí es New York no Londres acostúmbrate al sol por las mañanas, vamos George- llamo y salió de la habitación.
- Y muy mañanas, ya que el sol pega más rápido en esta parte del edificio – le secundo George con burla después de tirarle la almohada a la cara al pobre Ron.
El chico, sin ninguna muestra de emoción en su rostro, automáticamente tomo la almohada, la abrazo y sollozó:
- Hermione, ayúdame.
Y como un milagro el sonido de su celular sonó y escucho la voz de su querida castaña decir: “Querido, Harry te mandó un mensaje”. Era el timbre personalizado que a duras penas la señorita Granger grabo a petición de su introvertido novio. Ron se deshizo de la almohada y con el sol dándole en la cara y una mueca de molestia leyó el dichoso mensaje.
“Ron, te espero a las 10 en el café Lake Poets,
se puntual esta vez, bienvenido a New York”
Ron fijo su vista en el reloj despertador que estaba sobre el buro de la cama. Seis cuarenta de la mañana. Tiro el teléfono sobre la alfombra y de un solo movimiento se envolvió entre las sabanas rayadas, tenia dos horas extras para dormir.
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A paso acelerado, con la sangre a mil por hora recorriendo todo su cuerpo y con una sonrisa radiante surcando su rostro, Harry se acercaba a un edificio alto y de un color mármol que presumía de un bello jardín a sus costados llenos de arboles y arbustos floreados además de contar con una envidiable fuente, al paso que subía emocionado las escaleras, los lentes que descansaban sobre el puente de su nariz saltaban de igual desacomodándolos un poco, se detuvo en seco una vez estuvo en la cima de esos escalones, aireo un poco su camisa a cuadros rojos y con la adrenalina reflejándose en la pupila de sus ojos verdes leyó el grabado en letras doradas que se alzaba sobre la puerta principal al tiempo que su puño se cerraba firmemente sobre el maletín que llevaba en mano.
Conservatorio de Artes Escénicas
The Juilliard School
-¡Harry Potter!- llamó una chica que se abalanzo a el en un abrazo
- Cho Chang, que agradable verte por aquí- dijo con notable alegría el chico de los ojos verdes.
- Harry hace mucho que no te veía, esto es tan, tan… ¡estoy feliz Harry!
Cho se notaba muy entusiasmada, hace mucho que no habían cruzado palabras desde que cada quien termino la secundaria, Cho Chang era un año mayor que Harry, ella iba en onceavo grado en la Secundaria BRIT cuando Harry ingreso a su escuela, lo vio crecer por dos años, ya no era el chicuelo que se dejaba atormentar por Ron Weasley, se ganó el respeto de quien hoy es su mejor amigo y gano el corazón de muchas personas con las magnificas interpretaciones que ejecutaba en su inigualable violín de madera blanca.
Harry en cambio siempre encontró en su “amiga de caracteres asiáticos”, como decían Fred y George que siempre la confundían de japonesa cuando era ascendiente de una familia china, una persona en quien confiar. Harry sonrió nuevamente a Cho y le dio un amistoso abrazo que duro segundos, minutos quizás, hasta que perdieron contacto para reanudar su charla otra vez, pero nadie decía nada, tal vez no sabían que decir o solo era el agradable silencio que disfrutaban cuando se juntaban en sus días de fuga por los pasillos del BRIT.
Yo también estoy muy feliz, Cho- fijó su vista al suelo, a un lado de su querida amiga, dentro de su bolso de marca salía el color negro del estuche de un clarinete.- Si la pregunta no te ofende ¿Estudias aquí?- lo dijo en un tono de profunda admiración.
- Lo estaría en este momento si no me hubiera ido un año de vacaciones a la casa de mis abuelos en Beijing- suspiro y sonrió algo nerviosa mientras volteaba a ver la gran estructura del edificio que se alzaba detrás de ellos- yo también vine a hacer las pruebas, fui la primera y no puedo esperar por los resultados, espero quedar. Veo que tú también vienes a por las pruebas. Los dejaras atónitos Harry, lo se, confió en ti.
- Gracias Cho, si tu lo dices me ira más que bien- rieron en unisonó.
- Bueno Harry, me tengo que ir que hoy tengo momentáneamente un empleo de medio tiempo en el Lake Poets y me toca cubrir los dos turnos el día de hoy.
- ¿En serio? Entonces prepárate en la tarde que hoy iré con Ron al café.
- ¿Ron Weasley en New York? Eso tengo que verlo- rió alto la chica seguida de Harry- Nos vemos.
Y con eso se despidió la chica con la esperanza segura de volverla a ver.
Harry tomo dentro del bolso de su pantalón gris un boleto que tenia el sello de la escuela y en letras negras grababa
“Aspirantes a Violín clásico y moderno,
salón de música número dos,
ficha 0406 Harry Potter”
- Aquí voy- posó su vista al montón de gente que buscaba lo que el quería, un lugar en esa escuela, dibujo una sonrisa de seguridad y con paso firme se dirigió a ellos.
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Se sentía mareado, algo perturbado y sobre todo molesto. Sí, molesto por tener que realizar esa estúpida prueba nuevamente, sus amigos e incluso algunos familiares le habían dicho que cambiara de parecer con lo que quería o peor aun desertara de lo que quería hacer. Ja, ¿y ellos eran su apoyo? Vaya que apoyo, pensó con sarcasmo y algo de remordimiento. Su familia le había abandonado en su sueño cuando ellos mismos lo encaminaron desde niño y lo dejaron con su tio. En un momento sus pensamientos fueron rotos cuando escucho en alto mencionar su nombre.
- Malfoy, Draco Malfoy al salón numero dos de música- una mujer un tanto joven de cabello castaño corto con un mechón de cabello color magenta, dirigió al chico rubio a la zona de su prueba.
- Segundo año sino mal recuerdo- la mujer con una sonrisa un poco confianzuda le hablo y el no contesto, y no era culpa de ella, claro que no, era la culpa de el por forzarse a ensayar casi toda una semana para que el día de la prueba su humor se fuera al carajo al igual que su tío Sirius Black al no despertarle a tiempo.
- Maldito borracho fiestero- fanfarroneo por lo bajo llamando la atención de la joven mujer
- ¿Dijo algo señor Malfoy?
- No, para nada señorita Tonks, disculpe mi mal humor, las pruebas aun son difíciles que me llevara otro año adaptarme a ella- suspiro y como pago a su anterior des-caballerosidad, le regalo la mejor de sus sonrisas, era sincero- y por favor dejemos un poco la cordialidad, me siento viejo.
- Aquí estamos, bueno Malfoy, suerte en los exámenes, regálales confianza a los chicos y diga a su tío que se deje de las fiestas nocturnas que a ese paso no le caerán nada bien- y con suavidad cerro la puerta que dejaba a Draco, sus partituras, los demás profesores a cargo de las pruebas y una lista de chicos aspirantes.
Malfoy saludo los tres profesores al entrar, en esa misma sala se encontraban el profesor de Afinación Vocal y Sonora, Remus Lupin, a un costado Bellatrix Lestrange profesora de Música Contemporánea y para finalizar Severus Snape profesor de Violín Clásico.
- ¿Listo para los acompañamientos, Malfoy?- amablemente pregunto Lupin, que revisaba la primera lista.
- Eso creo, espero no tardemos demasiado como la ultima vez- acomodó las partituras que habían sido elegidas para las pruebas en el atril del piano, se acomodó y tocó suavemente cada tecla para comprobar su afinación, perfecto- Buen trabajo Señor Lupin, tan magnifico como siempre.
- Gracias Malfoy- respondió el profesor Lupin.
- Comencemos de una vez, tengo un diablillo que recoger a las dos de la tarde y no pienso vivir dramas después de esa hora, Bellatrix ¿Podrías llamar al primero?- dijo Snape revisando otra lista.
Inmediatamente se puso de pie la nombrada y desde la puerta dio instrucciones a Tonks que ayudaba con la organización.
- Ya viene el primero al matadero- dijo con cierta burla, a ella le encantaba encontrar talentos pero también despedazar a los inútiles, que así es como llamaba, a los que fallaban con la prueba.
- ¿Y quien es el primero Lestrange?- pregunto Lupin.
- Ficha 0101… Neville Longbottom, sin acompañamiento- suspiro Bellatrix mientras una sonrisa se marco en su rostro- Grand Caprice on Der Erlkönig- menciono viendo a Snape.
- Una pieza algo complicada, pero si eso le ha tocado al muchacho tiene que cumplir con una buena interpretación, sin objeciones- dijo Snape ahora viendo a Lupin que era el más blando de los tres- y joven Malfoy, usted también tomara partido esta vez, siendo ahora un profesor esperamos su veredicto.
Dos, tres golpes a la puerta y seguido de un adelante por parte de Bellatrix el chico Longbottom entró.