Prefacio
-Jake, ¿A dónde vas?-
-¡vete Seth!-
-¡No!, Jake…por favor, ¡No te vayas!-
-¡Lárgate!, Vuelve con Sam-
-¡No me iré sin ti!-
-¡Porqué tanta maldita insistencia!-
-Porque…-
-¡Porqué Seth!, ¡PORQUÉ! si vas a hablar, por una vez en tu vida, ¡di algo importante!-
-¡PORQUE TE AMO!, MALDITA SEA!-
-Me voy…-
-Jacob Black, ¡vuelve aquí en este instante!, ¡Jake!, ¡Jake!, no me hagas esto, por favor…-
Un nuevo día
Desperté, como todas las mañanas, sin ganas de nada, y con mucho esfuerzo, me dispuse a salir de mi cama. Tengo que seguir la misma aburrida rutina: desayunar, hacer un poco de calentamiento, ir con la manada toda la tarde, patrullar las horas debidas alrededor de La Push y nuevamente, dormir.
-Voy en decadencia- dije
Sin embargo, había algo, o mas bien, alguien que hacia que las horas que tenia que soportar a los odiosos de Quil y Embry, acatar las ordenes de Sam y aguantar las letanías de Leah. Era él… Jacob Black.
Si bien, yo tenía algo en claro, amaba perdida, profunda y desesperadamente a Jacob Black. Agradezco que el esta perdidamente enamorado de Bella y no nota las veces que busco una excusa para estar cerca de el o acompañarlo, a veces creo que si se da cuenta ya que llega a hastiarse cuando son demasiadas las ocasiones en las que me toca patrullar con el, y siempre me reclama el que hablo demasiado, pero siempre hacia caso omiso a sus malos pero de alguna forma bien intencionados comentarios, ya que siempre me encontraba observándole. Cada gesto que hacia o cada movimiento me parecía maravilloso, hasta que me daba cuenta que mi sonrisa y mi cara de tonto iban aumentando cada vez mas, desviaba mi mirada…
-¡Dios!- exclame entre pensamientos-¡Este chico esta volviéndome loco!-
Pero, esos pensamientos hermosos, se veían quebrados cuando terminábamos nuestra ronda de patrullaje alrededor de La Push, ya que, todos los días, cerca de las 3 a.m… siempre decía:
-Iré a ver que tal esta Bella-
Y cuando el se disponía a marcharse, yo me limitaba a dar media vuelta y dirigirme a mi casa y dormir un poco. Esa era la razón por la cual siempre me levantaba con un ánimo totalmente mínimo.
-¡Genial!- exclamé -¡es viernes!
-Si, que pretendes hacer eh… Seth- dijo Jake haciendo una mueca de intriga –sabes que no me gusta cuando pones esa cara-
-Pues, nada… malo al menos- dije con un poco de picardía
–¿Qué te parece si me propones algo para hacer juntos?- dije tratando de disimular la verdadera intención de la pregunta.
-Bueno, que te parece, si hacemos una pequeña tarde de…-
-¡Chicos!, ¡Chicos!- entro gritando Quil
-¿¡Que pasa Quil!?- dije con un poco de ira, por que Quil interrumpió la propuesta de Jake
-Vengo…a…decirles…-tomo aire- que estamos preparando una fiesta en casa de Embry, así que están invitados, ¿esta bien?-
En ese momento quería matarlo, ¿Por qué demonios tenia que llegar y arruinarlo todo?, cuando todo mi plan para estar con Jake iba tan bien… ¡Tenia que llegar Quil a arruinarlo todo!
-Claro…esta bien- dijo Jake
Yo me limite a asentir con la cabeza aquella, inadecuada propuesta, ya que de una forma u otra ese viernes con Jake nadie me lo quitaría.
Al llegar a aquella fiesta, estaba el lugar estaba atiborrado de personas, no encontraba la explicación del por qué tanta gente en aquella cabaña, si bien sabia que Quil y Embry eran muy sociables, pero nunca creí que sus niveles llegaran al extremo. No supe en que momento me perdí entre todas las personas de ahí, buscaba desesperadamente a Jake, ya que no lo veía por ninguna parte.
Pasaron varias horas, y la gente iba disminuyendo, gracias a eso, pude divisar a Jake, y fui corriendo hacia él, y cuando estuve lo suficientemente cerca, pude sentir como una ola de aroma a alcohol invadía mi nariz. Así que me acerque sigilosamente y le dije:
-Jake… ¿te sientes bien?-
-Sí- contestó- estoy bien-
-Jake- le dije- estas ahogado en alcohol-
-¡Ya déjame en paz Seth!- me gritó mientras que con la fuerza de su mano derecha, me aventó al suelo.
Por inercia yo salí corriendo del lugar, la verdad, es que no me preocupaba en lo más mínimo si los invitados habían visto la escena, pero
Si me partió el corazón el saber que la persona que me hizo esto fue Jake, la persona que mas amo en esta vida. De pronto sentí que tomaban del brazo, yo no hice el intento de juntar la mirada con la persona que me sujetaba el brazo, pues ya sabia quién era.
—Seth— dijo en un fino hilo de voz —lo siento.
Hice un esfuerzo por no mostrar el dolor que me quemaba por dentro, pero el velo de tristeza que cubría mi rostro era, mas que evidente.
—No te preocupes Jake, se que estás triste, y que por eso actúas así—
Fue todo lo que pude, y lo que pudo decir Jake, ya que después el me tomo de la mano y me llevó a su casa. Yo había olvidado totalmente el estado en el que se encontraba, así que posiblemente mañana no recordaría absolutamente nada de lo que me dijo, ni de lo que hizo. Cuando llegamos a su casa, yo me dirigí a su recamara, y el hizo lo mismo. Se recostó en la cama y me invito a hacer lo mismo. Me recosté a su lado y de un momento a otro el se quedó dormido. No quería quedarme ahí, tenia miedo de perder el autocontrol y hacer algo de lo cual después me podría arrepentir.
Quise levantarme, pero al parecer Jake estuvo fingiendo todo este tiempo, ¿o no?.
—Seth— dijo —quédate… por favor, quédate Seth Clearwater—
No pude replicar, puesto que Jake puso su brazo encima de mí, impidiéndome realizar cualquier movimiento. Sabía que quizá Jake no recordaría nada al siguiente dia, puesto que todo el alcohol que se cargaba encima, acabaría con el efecto. Pero decidí no pensar en eso y me dejé llevar, ya sabía de antemano que para mí, al menos para mí, mañana seria…. Un nuevo día.
Un extraño olor hizo que lentamente abriera los ojos, a pesar de ser extraño, no era desagradable, era todo lo contrario. Era un olor mezclado a olas del mar y a la frescura de los pinos, cuando me percate que tenía mi rostro apoyado en el pecho de Jake. Me asusté al pensar que cuando Jake se despertara, malinterpretaría la situación, pero mi imaginación se disperso en cuanto pude sentir su mano acariciando mi pelo.
—Buenos días dormilón— me dijo esbozando una amplia sonrisa
—¿¡Jake!?—dije mientras mi rostro mostraba una mezcla de felicidad y duda —¿Qué haces aquí?-—.
—Pues…hasta donde yo sé, esta es mi casa—
—Entonces... ¿Qué hago yo aquí?—
—¿No lo recuerdas?—dijo haciendo una mueca de sorpresa —te pedí que te quedaras anoche conmigo—
—Vaya... lo que si me sorprende es que tú lo recuerdes, ya que con todo el alcohol que traías encima, pensé que no recordarías nada hoy—
—Escucha... Seth soy un lobo, ¿lo recuerdas?, no reacciono igual que un humano normal— dijo con un tono de voz que parecía que le estuviera explicando a un niño de preescolar
—¡Esta bien!, lo olvide, eres un lobo... el mas tonto de todos los Quileutes—
—¡Ya verás!— se abalanzó sobre mi y comenzó a hacerme cosquillas
—¡No!, ¡Jake!, ¡Por favor!, ¡Me rindo!— dije entre risas, mientras que, por la fuerza con la que me incline hacia atrás, caí de la cama-.
—¡Seth! ¿Estás bien?—grito mientras se asomaba por un costado de la cama y me ayudaba a subir de nuevo
—Sí... Solo me he caído de la cama no es nada grave— dije con
Tono irónico y un gesto de enojo-.
—Oh... vamos Seth, no te enojes— dijo haciendo una mueca bastante graciosa, como la de un cachorro cuando es regañado por su amo.
De inmediato cambie mi gesto de enfado, por uno con una gran sonrisa y entonces, lo abracé lo mas fuerte que pude.
—Sabes que no podría enojarme contigo—.