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Wolfram in Wonderland por Ciel Phantom

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Notas del fanfic:

Si ya se que estoy loco. y si ya se que deberia terminar primero lo que tengo inconcluso. pero por favor comprendanme. vivo solo para poder escribir. alimentenme con sus comentarios...

eso se escucho muy feo...

 

Notas del capitulo:

Como siempre de una vez aclaro Kkm no me pertenece y este fic,es solo una forma de entretenimiento sin lucro de pormedio.

gracias por leer y dejen un comentario. por cierto en categorias le puse AU. no se que es eso. lo siento.

que mas, que mas, que mas.....

cuando deje el chocolate tuve muchos problemas... mi mundo redujo sus fronteras y......

olviden lo ultimo

Greta se encontraba a su lado, sostenía el libro nuevo que Anissina le había regalado, leía despreocupadamente mientras él estaba atorado en un informe de finanzas y desarrollo regional, que muy seguramente le causaría dolor de cabeza. Se recostó levemente sobre una de sus manos y suspiro, cada día era más difícil conciliar las entradas monetarias del comercio con sus exportaciones.  Y es que si bien podían darse el lujo de consumir productos de otros lugares no podían permitir que las entradas excedieran por mucho sus salidas, las cuales solo sobrepasaban estas últimas por un 20% y eso no era bueno, en realidad era menos de la tercera parte de lo que hubo el mes pasado.

 

 

 

Gwenldal se ocupaba fervientemente de las políticas interiores y exteriores, Conrad de las constantes insatisfacciones y enfrentamientos de los ciudadanos y los externos que habitan su hermoso reino; por eso, como digno sirviente del Maou debía poner su granito de arena. Y fue así como Gunter término delegándole lo más aburrido de todo. La balanza de economía.

 

 

 

—Voy a ir por otro libro. —Dijo ella solo tirando un poco de su manga azul para que pusiera atención

 

 

 

—¡Ah! Sí. —contesto intentando disimular la lagrima de pereza que asomo por su ojo derecho.

 

 

 

—Tal vez deberías salir un rato. —Ya había considerado esa opción. La vio dar la vuelta y caminar hacia la puerta.

 

 

 

—Si tal… —Dio un salto de la impresión. Ahora si sabía que debía tomar un descanso, ¿desde cuándo a su hija le había crecido esa cola de conejo? —Greta espera. —intento alcanzarla

 

 

—Ya es tarde. —ella miro el reloj de pulsera que Yuuri le había regalo hace dos semanas. —¡Que llego tarde! —exclamo apresurando su paso.

 

 

 

—¡Tarde! ¿A dónde, Greta?  —por más que corrió no logro alcanzarla, la vio entrar a su recamara y él la imito —Greta, Greta. —llamaba inútilmente —GGGGRRRRRREEEEEETTTTTTTTTAAAAAAAAAAAAAAA…— el  piso desapareció debajo de sus pies.

 

 

 

Todo estaba oscuro y frio, no podía ver el fondo y para colmar su paciencia parecía que llevaba horas cayendo. Por fin el paisaje cambio y millones de vestidos volaban a su alrededor. Era como estar en un salón de belleza gigante. El príncipe sintió escalofríos cuando una voz conocida por él chillo algo que no fue de su agrado.

 

 

 

—Wolfy si eres tan lindo debes ponerte algo lindo. —era un razonamiento tonto a su parecer. —¿Qué tal este? O ¿este? ¿y si probamos con este?

 

 

 

—Madre. no déjame. —intento sacarse las manos de su progenitora, cosa de verdad inútil considerando que sin saber cómo los vestidos iban pasando por su cuerpo de uno en uno sin que él pudiera hacer nada para impedirlo.

 

 

 

—Wolfy este es perfecto, en definitiva el azul es tu color. —En su voz podía notar su felicidad

 

 

Con los brazos cruzados, el seño fruncido y la cara roja de vergüenza se miro en uno de los espejos que parecían estar cayendo con él. ¡Oh! Sí, porque aun estaba cayendo.

 

 

 

Por fin toco fondo, un millón y medio de peluches de formas no bien definidas lo recibió arrojándolo contra el suelo. Sobo su trasero, el cual termino recibiendo todo el impacto.

 

 

 

Se levanto, no solo a disgusto, sino maldiciendo a su suerte. La habitación estaba hecha de puros espejos. Su reflejo lo molesto más que cualquier otra cosa. Con un enorme moño azul cielo en el cabello, un vestido ampón del mismo color y un delantalito blanco en el frente, se sintió como niña, claro no había que menos preciar el calzón largo que le llegaba a casi a las rodillas y la medias blancas para rematar con los bonitos zapatos negros de charol.

 

 

 

Era oficial, en cuanto pudiera salir de ahí mataría a su madre.

 

 

 

Se aliso la falda del vestido en busca de tapar un poco más, lo sentía corto a pesar de que no era así.

 

 

 

Miro en su entorno, encontraría una salida.

 

 

 

—Tarde, tarde, se me hacer tarde. —Greta paso corriendo sin quitar en ningún momento su vista del contador de tiempo, saco de la bolsa de su pantalón una llave y abrió una diminuta puerta. —Si llego tarde se enojara. —Apenas y logro pasar por esa angosta portezuela, que se encontraba al frente de la habitación y que Wolfram ni siquiera había notado

 

 

 

—Greta espera. —volvió a intentar detenerla, pero ella se había marchado, él era demasiado grande para poder pasar, si tan solo pudiera hacerse más pequeño.

 

 

 

—Si quieres pasar. ¿por qué no comes eso que está en la mesa? —se levanto de golpe del suelo en donde se había sentado un momento.

 

 

 

—¿Quién eres? Muéstrate. —ordeno

 

 

 

—Asómate y podrás verme. —esa voz sonaba bastante picara

 

 

 

—¿Asomarme? ¿A dónde? —intentaba ubicar la voz dentro de la habitación.

 

 

 

—¿Pues a donde más? aquí en el jardín. —contesto socarro

 

 

 

—¿Cuál jardín? —estaba revisando toda la habitación sin dejar un solo rincón

 

 

 

—El que está pasando la puerta. Enclenque. —dijo la voz como si fuera lo más natural del mundo

 

 

 

Se incoó delante de la puertita y con una clara mueca de disgusto miro por la ranura, ahí había una oruga bastante bien alimentada.

 

 

—¿Su santidad? —dijo con desconfianza al agudizar la mirada y ver la cara de Murata Ken, el llamado gran sabio.

 

 

 

—Oh!! Vamos Wolfy no es tan difícil; solo tienes que comer eso que está en la mesa. —señalo hacia adentro de la habitación

 

 

 

—Aquí no hay ninguna mesa. —reclamo con molestia olvidándose de tomar en cuenta el seudo cariñoso que ese insecto, perdón, sabio utilizo.

 

 

 

—Que poco observador puedes llegar a ser Wolfy. —su sonrisa fue aun más amplia. —ahí dentro entre los peluches hay un oso de arena; el oso de arena sostiene un coala de infierno, y este sostiene a su vez un dragón rojo, el dragón esconde entre sus alas un osito abeja que con sus manitas agarra un tarro de miel, y dentro esta la mesa con lo que debes comer. —dio media vuelta y se fue adentrando en el jardín. —pero como veo que te tomara un rato dar con la mesa, pues luego me alcanzas porque ya es tarde, la fiesta está por comenzar no vaya a ser que llegue tarde y su majestad se moleste, es muy temperamental ¿sabes? Espero que logres salir y puedas bailar conmigo esta tarde.

 

 

 

—¡No espera! no te vayas. —pidió el rubio pero no consiguió que la oruga regordeta se quedara. —¡Maldición! —exclamo dando un bufido. —ahora tengo que ponerme a buscar ese dragón o era un oso abeja, doble ¡maldición! Debí ponerle atención a esa oruga mofletuda. 

 

 

 

Y soltando improperios contra medio mundo comenzó a buscar, sus ojos se llenaron de lágrimas, los muñecos están tan mal hechos que aunque recordara con exactitud la combinación de animales no daría con ellos.

 

 

 

—¿Quién demonios tejió estos peluches? ¡Están horribles! —en algún lugar alguien estornudaba tres veces.

 

 

 

Continuara…

 

 

 

 

 

por cierto si quieren ver de donde saque la idea solo busquen imagenes de kkm. intente ponerla pero no se como. ni modo

 

 

 

owari

Notas finales:

gracias por leer mis locuras y pues ya algun dia les diere de cual me fumo....

jajajajjajajaja

si dejan coment se los agradecere inmensamente.


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