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Anhelos de Esperanza por Hali

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Notas del fanfic:

SK no es mi propiedad n.n

Notas del capitulo:

Originalmente este iba a ser el único capítulo pero debido a que me pidieron un final feliz solamente modifique un poco la historia para el "segundo capítulo".

-Ren tengo que informarte que tu compromiso será anunciado en una semana-


-Padre, solo tengo 17 años, como puedo estar comprometido-


-Eres el heredero de la familia Tao, hemos elegido a la chica perfecta-


-Pero padre yo…-


-No quiero escuchar lloriqueos, tu eres el futuro líder, debes comportante a la altura- Ren reprimió sus emociones, tenía ganas de gritar de hacer una escena, de llorar y renegar de la autoridad de su padre pero no dijo nada.


-¿Puedo saber quién es?-


-Te hemos comprometido con la hija de Marco- hablo con satisfacción su madre


-Pero solo la he visto una vez, y ni siquiera recuerdo su nombre- alego Ren


-Ren estas colmando mi paciencia, y ella se llama Jeanne- Ren se sobresalto asintió sumisamente y guardo silencio mientras terminaba con su cena.


Nadie más dijo nada durante la cena, sin embargo Ren se sentía desesperado y en un callejón sin salida, sus padres siempre habían sido muy estrictos con él, en todo lo que hacía debía ser el mejor, siempre el número uno, cuando tenía algún problema siempre le decían que el buscara la solución y lo enfrentara solo, cuando algo malo pasaba y tenía ganas de llorar no había nadie que le brindara su apoyo. O que buscara comprenderlo, y cuando comenzaba a llorar su padre siempre lo reprendía y le recordaba que él era un hombre y más importante era el heredero de la familia Tao, por lo tanto no podía mostrar nunca su debilidad y mucho menos llorar.


Su madre siempre estaba muy ocupada para encargarse de él sus nanas eran las que asistían al colegio por él cuando lloraba su madre llamaba a las nanas para que lo callaran y después lo durmieran.


En cuanto la cena termino Ren se apresuro a llegar a su cuarto y tumbarse a llorar, “no es justo, porque la vida es tan injusta, yo no quiero casarme menos con alguien que no conozco, ni siquiera sé lo que es querer a alguien, mis padres nunca me quisieron” pensaba tristemente no se dio cuenta cuando se quedo dormido, cuando despertó al día siguiente se sentía cansado, sus ojos le dolían y se encontraban hinchados, no deseaba ir a desayunar con sus padres, aunque después de pensarlo un poco, sabía que sus padres ni siquiera se darían cuenta de que había llorado toda la noche y de que sus ojos se encontraban hinchados, cuando llegó al comedor sus padres no se encontraban, una sirvienta lo estaba esperando.


-Sus padres han salido por un viaje de negocios- le informo y procedió a servirle el desayuno, Ren no supo porque pero saber que sus padres nuevamente lo habían dejado lo lastimo, creía que ya estaba acostumbrado pero parecía que no era así.


Su día fue tan monótono que ya no sabía para que vivía, cuando regreso a casa continuo pensando en su compromiso con Jeanne, no sabía nada de ella, tenía miedo debía admitirlo, pero ¿qué podía hacer?, entonces una idea cruzo por su mente “debo huir… yo no les intereso a mis padres, nunca se han preocupado por mi felicidad, solo ven por sus intereses, así que que importa que escape, estoy seguro que no me buscaran, ni siquiera se darán cuenta de mi ausencia” pensó, la sola idea lo hizo entrar en furor pero ¿a dónde ir? “¿América? No estoy seguro que sería el primer lugar donde pensarían en dado caso de que piensen buscarme, Europa, no tampoco es una buena opción, que país será… Japón, pensó animado, mi padre odia Japón dice que hay demasiada gente y que solamente es una isla que ni siquiera debería ser considerado un país, si ahí iré” pensó entusiasmado.


Comenzó a meter algunas de sus pertenencias a una valija no demasiado grande o la servidumbre sospecharía “mañana me toca educación física, no sospecharan que lleve la valija, mañana debo irme” pensaba decidido y con nerviosismo el chino, durante la noche no pudo conciliar el sueño pues se encontraba preocupado, pensando en todas las posibilidades, y si lo descubrían, por la mañana no se sintió menos tranquilo, trato de mostrarse normal y al parecer lo consiguió pues nada paso durante el desayuno y en transcurso a la escuela, cuando estuvo en ésta y se aseguro que su chofer se había ido se sintió tranquilo, sin dudarlo tomo su valija y corrió hasta la avenida, tomo un taxi y pidió que lo llevara al aeropuerto.


Cuando llegó ahí se sintió nervioso, sus piernas temblaban pero no miro atrás, hasta que el avión despego se sintió realmente tranquilo, se encontraba en tal euforia que no podía dejar de pensar “LO LOGRE NO PUEDO CREER QUE LO HAYA LOGRADO, EH ESCAPADO, SOY LIBRE… AL FIN SOY LIBRE” se encontraba tan cansado por todas las emociones sentidas durante la mañana y porque la noche anterior no había dormido que se quedo dormido, hasta que alguien lo sacudió fue como despertó, se sobresalto al pensar que tal vez lo habían descubierto.


-Lamento haberlo despertado pero hemos llegado- le anuncio la azafata. Ren simplemente asintió, se puso de pie y salió de aquel avión que había sido su vehículo hacía la libertad, cuando por fin salió del aeropuerto respiro el aire de Japón por primera vez.


Sin lugar a dudas se sentía bien, miro a su alrededor, no conocía aquel país sin embargo se sentía animado, no tenía idea de donde iba a pasar la noche ni lo que iba a suceder de ahora en adelante pero eso no le importaba, lo único que podía pensar, es que era libre, al fin podía hacer lo que quisiera, después de 17 años podría comportarse como realmente era, no más mascaras de frialdad e indiferencia, de no mostrar sus sentimiento, los cuales durante todo este tiempo tenía que guardarse para él, camino confiado y seguro, llegó a un hotel de inmediato se registro pero solo pago por una noche, no podía negarlo, estaba feliz pero también estaba cansado, en cuanto puso la cabeza en la almohada se quedo dormido.


Cuando Ren despertó las estrellas ya se encontraban en el firmamento, se puso de pie para tomar agua y regreso a la cama para continuar durmiendo, cuando despertó nuevamente el sol ya se encontraba en lo alto, se estiro y froto sus ojos, tomo sus cosas y salió de la habitación, deseaba explorar aquel país del cual había escuchado tantas cosas, caminaba por las calles de abarrotadas de Japón cuando encontró un parque, en cuanto la vio pensó “se parece a Central Park” de inmediato camino para adentrarse en aquel lugar, allí era tan relajante, el sonido de la naturaleza lo relajaba, se sintió emocionado cuando encontró un lago, se acerco hasta la orilla para tomar asiento, se encontraba tan relajado que hasta escucho una voz cerca de él, recordó donde estaba, miró a la persona que se encontraba cerca de él, se quedo maravillado al ver a un joven de cabellos azules y tez blanca jugando como un niño con varios perros.


-Jajajaja vamos tráiganla- tomaba una pelota y la lanzaba, para que todos los perros salieran corriendo tras ella, solo un perro pequeño se dirigió al lado contrario, de hecho se dirigía hasta donde él se encontraba, Ren siempre había querido una mascota pero sus padres nunca se lo habían permitido, así que cuando el cachorro estaba cerca de él, no pudo evitar acariciarlo. Aquel joven se dio cuenta que uno de sus perros se había alejado de la manada.


-Ohh lo lamento, ¿te está molestando?-


-Eh… no… ¿todos son tuyos?- pregunto con un acento extraño


-Jejejeje no, solo los saco a pasear-


-Ah, creí que eran tuyos, como vi que te divertías mucho-


-Me gustan mucho los animales, pero no puedo tener en mi departamento, la casera no los permite- hablo un tanto cabizbajo


-Lo siento-


-Jejejeje no tienes porque sentirte mal, al menos puedo salir todos los días con ellos… dime no eres de aquí verdad tu acento es extraño-


-Ah si… acabo de llegar- se mostro nervioso el de china


-En serio, ¿entonces no conoces la ciudad?-


-Bueno no-


-Genial, yo puedo ser tu guía de turista- se ofreció el peliazul mostrándole una gran sonrisa al otro, Ren no sabía porque pero ver que un extraño le sonreía lo hacía sentir bien, por lo regular las personas lo evitaban, el peliazul interpreto el silencio del otro como preocupación y se apresuro a agregar –Ah mi nombre es Horokeau Usui, soy originario de Hokkaido pero llevo años viviendo en Tokio y no te preocupes no soy ningún pervertido ni delincuente- le sonrió para tranquilizarlo, Ren dudo pero quería confiar en aquella persona, necesitaba hacerlo para convencerse que no se había equivocado al huir de casa.


-Mi nombre es Ren T…- se detuvo antes de mencionar su apellido


-Jejeje si no quieres decirme tu nombre completo no hay ningún problema, pero no eres ningún sociópata verdad- trato de bromear


-No lo soy solo soy un joven de 17 años descubriendo el mundo- le dedico una tímida sonrisa


-Jejejeje bien, entonces Ren, me acompañarías a entregar a estos pequeños para mostrarte la ciudad- le dijo mientras acariciaba a uno de los perros que se habían acercado a él


Horo le platicaba sobre los perros y como eran sus dueños, durante todo el camino, después de entregar al último, Horo dirigió a Ren a un restaurante.


-Es uno de mis favoritos, pues estoy seguro que tienes hambre-


-Sí, gracias- Ren sintió algo extraño en su interior, pues nunca antes alguien se había preocupado por él y sintió como sus mejillas se sonrojaban


-¿Dime Ren no tienes un lugar donde quedarte?-


-Eh ¿por qué lo dices?-


-Bueno aun llevas tu maleta- señalo el pequeño bolso que llevaba


-No he encontrado un lugar que me guste-


-Espero no tomes esto a mal, y más porque nos acabamos de conocer… ¿te gustaría quedarte en mi departamento?-


-¿Por qué?-


-No lo tomes a mal si- le dijo mientras se rascaba la cabeza avergonzado


-¿Qué?-


-Yo envié a Princesa a tu lado-


-¿Qué? ¿Por qué?-


-Te veías tan triste, tan solitario, me recordaste a una mascota que tuve-


-¿Me estas comparando con un perro?-


-De hecho con un gato, te veías como un pequeño gatito abandonado, ¿dime estas bien?- Ren no supo porque pero sus ojos se llenaron de lagrimas, cómo podía ser que aquella persona que acababa de conocer pudiera leerlo tan fácilmente, Horo se alarmo al ver que Ren estaba por comenzar a llorar –Oh lo siento por favor discúlpame, no era mi intención…- Ren lo interrumpió


-Estas en lo cierto- hablo bajito


-¿Perdón?-


-Estas en lo cierto, yo hui de mi casa- no se atrevía a mirarlo. Horo se sintió mal pues había hecho recordar cosas que lastimaban al menor.


-Por favor discúlpame no era mi intención hacerte recordar cosas que te lastiman- el peliazul se atrevió a acariciar un poco los cabellos violáceos de su acompañante. Ren se estremeció ante esto alzó la vista y miro sorprendido a Horokeau, al ver la preocupación en su rostro, no soporto más y se lanzó a su pecho y abrazarlo, mientras las lagrimas no dejaban de salir de sus ojos, Horo se sorprendió ante la acción del otro, pero no dudo al corresponder el abrazo, cuando Ren se encontraba más tranquilo, Horo se atrevió a hablar.


-¿Te encuentras mejor?-


-Lo siento he manchado tu camiseta-


-Jajajaja no te preocupes por eso, vamos te mostrare mi departamento- le ofreció su mano, el chino la tomo tímidamente y fue jalado por el peliazul provocando que se pusiera de pie. En todo el trayecto Horo no soltó en ningún momento la mano de Ren, aquello hizo sentir especial al chino.


-Aquí estamos, no es muy grande pero es acogedor-


-Es lindo-


-No tienes que ser amable, yo se…-


-Pero es verdad, tu departamento es muy lindo-


-Ohhh gracias- hablo un tanto avergonzado mientras se rascaba la cabeza


-Te mostrare tu habitación, debes estar cansado-


-Es verdad pero Horokeau-


-Llámame Horo-


-¿Horo?-


-Así me llaman mis amigos-


-¿Puedo llamarte así?-


-Claro ahora somos amigos no-


-Si- hablo contento Ren mientras que por primera vez mostraba una sonrisa sincera en su rostro


-Me decías-


-Ah… me gustaría platicar más contigo-


-Claro será genial-


Los días pasaron y la relación entre ambos iba mejorando, Ren se mostraba más expresivo y confiaba completamente en Horo, por su parte el peliazul sabía que el cariño que sentía por Ren se había convertido en algo más, temía en lo que podría pasar, Ren era menor de edad, él tenía 21 años era obvio que si algo más pasaba las cosas se pondrían feas.


-Horo ¿hoy saldremos a cenar o pediremos algo?- pregunto animado Ren, el peliazul se mostro distraído y distante


-Eh… ah… en ese caso pediré algo para cenar- se mostro cabizbajo, Horo se sintió mal por hacer sentir mal a Ren


-Por favor discúlpame yo…-


-¿Te molesta mi presencia?- hablo encogiéndose


-No no claro que no, amo tu presencia-


-¿Eh? Pero últimamente te has mostrado tan distante conmigo-


-Ay Ren… -


-¿Ya no me quieres aquí?-


-No te quedaras tranquilo hasta saber la verdad-


-¿Cuál verdad?-


-Ven- alargo una de sus manos, Ren de inmediato la tomo y se sujeto a ella como si su vida dependiera de ello, Horo lo jalo a su lado para que se sentara a su lado y lo abrazo fuertemente –Ren… se que el tiempo que hemos estado juntos ha sido poco pero me has mostrado tanto de ti, siento que te conociera de hace años, me he encariñado de ti, al principio supe que era cariño lo que sentía por ti, pero después esto se convirtió en amor-


-¿Amor?- lo interrumpió Ren asombrado


-Sí, sé que esto no está bien, ambos somos hombres pero aun más preocupante eres menor de edad-


-¿Y eso qué tiene de malo? Yo también te amo- confeso sujetándose al pecho del mayor y mirándolo implorante.


-Ren, no es tan fácil como piensas, huiste de tu casa yo tengo 21 años, todos pensaran que te secuestre y te viole-


-Pero eso no es verdad, yo sé que no es verdad, nosotros sabemos que no es así-


-¿Ren qué es lo que deseas? ¿Por qué me dices todo esto?-


-Tú eres la única persona que se ha mostrado comprensivo conmigo además solo tú me has mostrado afecto, yo te amo quiero… yo deseo- se sonrojo violentamente, Horo entendió de inmediato y sonrió al ver tan nervioso al menor, no lo pensó más y beso aquellos labios que comenzaban a enloquecerlo, cuando se separaron Ren se mostro sorprendido pero se alegro al notar que Horo sabía lo que quería decirle. -¿Lo harás?- pregunto con miedo


-Solo si tú quieres-


-Quiero sentirme amado- hablo cerca del oído del otro, el aliento de Ren provoco un temblor en el cuerpo del mayor, Horo no necesito de más y beso con más pasión al menor, esta vez cuando se separaron ninguno dijo nada, pues no necesitaban palabras, ambos se miraban a los ojos, sonriendo, ahora fue el turno de Ren de comenzar con el beso, Horo sonrió no quería asustar al menor y quería hacerlo sentir la persona más especial y amada del mundo así que con mucho cuidado lo tomo en brazos y se dirigieron a la habitación del menor entre besos y palabras bellas. En cuanto llegaron Horo lo deposito con mucho cuidado y se situó sobre él.


Comenzó a besar todo su rostro depositando suaves besos, para después pasar a su cuello, Ren nunca había sentido antes algo así, no sabía cómo llamarlo, sin embargo estaba seguro que le gustaba, Ren no sabía qué hacer con sus manos, pues se encontraba muy nervioso, Horo noto esto así que tomo una de ellas e hizo que lo abrazara y comenzó a acariciar su abdomen para tranquilizarlo, en cuanto la mano de Horo entro en contacto con su piel se estremeció y un gemido salió de sus labios.


-Oh Ren- Horo deseaba tocar todo el cuerpo del menor, sentir aquella tersa piel y más aun marcarla para saberla suya, con mucho cuidado de no asustar a su koi comenzó a subir la camiseta que llevaba lentamente, cuando se percato de que se encontraba cómodo con esto lo despojo de esta, y comenzó a acariciar todo su pecho y besarlo lentamente, poniendo especial atención en sus pezones-


-WWWAAAAAHHHHH- Horo sonrió saberse que él provocaba aquellas reacciones en el menor lo hacía sentir bien. –Mmmm… Horo… quiero… tocarte- hablo con la pasión en su voz, el de hokkaido no podía negarle nada a aquel joven. Así que se alejo un poco de él para él también despojarse de su camiseta, los ojos de Ren brillaron al ver por primera vez el blanco y fuerte pecho del mayor, con manos temblorosas lo toco suavemente, provocando un estremecimiento en el mayor, tomó la mano de Ren apretándola un poco y colocándola completamente sobre su pecho, específicamente donde se encontraba su corazón, Ren se sorprendió al notar que éste latía muy rápido.


-Es lo que provocas en mi- Ren le sonrió tiernamente, el mayor le correspondió y regreso a su tarea anterior besando el pecho del menor y provocando nuevos gemidos a este, Horo decidió ir más allá y con mucho cuidado bajo su mano hasta la entrepierna del otro, provocando que se sobresaltara, Horo lo notó y de inmediato hablo –Tranquilo nunca hare nada que tu no quieras-


-Te preocupas por mí- hablo con las emociones a flor de piel


-Desde que te vi- Ren se aferro a Horo y al mover sus caderas provoco una fricción de su miembro con la mano del otro, provocando una agradable sensación y un nuevo gemido


-Hazlo- hablo bajito Horo asintió y acaricio con delicadeza el miembro del otro, el cual ya se encontraba completamente despierto. –AAAAHHHHH HORO-, el peliazul al igual que con la primera prenda se deshizo de esta con mucho cuidado. Cuando Ren se encontraba desnudo, se sintió avergonzado, Horo evito que el menor se cubriera tomando sus manos y poniéndolas sobre su cabeza


-No tienes nada de qué avergonzarte eres hermoso-


-Pero-


-¿No me dejaras mirarte?-


-…Y-Yo también quiero verte- Horo sonrió para separarse de Ren y despojarse de la ropa que aún le quedaba, Ren se mostraba avergonzado pero no dejo de mirar al otro, se sonrojo violentamente al ver que el miembro de Horo se encontraba completamente erguido. Horo noto la mirada del otro y se rasco la cabeza apenado.


-Ni cuando sueño tenerte se pone así-


-¿Has soñado con esto antes?-


-Si- admitió apenado –Pero la realidad es mucho mejor-


-Yo también había soñado con esto-Horo se coloco nuevamente sobre Ren y cuando ambos miembros entraron en contacto una sensación de placer los lleno a los dos, haciéndolos gemir.


-Ha- Hazlo… otra vez- hablo con la voz ahogada el menor, Horo comenzó a fotar ambos miembros moviendo sus caderas, Ren se sentía tan bien que no tardo mucho en venirse, con un largo y sensual gemido. –Ah… lo siento-


-Amor necesito que te relajes, lo que vendrá te dolerá un poco pero prometo que te gustara- Ren confiaba completamente en Horo así que asintió decidido, el peliazul sabía que no soportaría mucho, quería hacer suyo aquel cuerpo pero no solo eso quería sentirse uno con Ren, con mucho cuidado separo las piernas de Ren, trago saliva para tranquilizarse y no venirse en ese instante pues la imagen que tenía frente a sus ojos era tan erótica, el rostro sonrojado de Ren con una expresión de vergüenza sin embargo el deseo brillaba en sus ojos sus manos se encontraban cerradas en pecho y sus piernas completamente abiertas, entregándose completamente a su koi, Horo aprovecho el previo orgasmo del otro para lubricar su entrada.


Ren se estremeció pues nunca antes alguien lo había tocado, ni siquiera él lo había hecho sin embargo le agradaba tanto el cálido tacto del otro que comenzó a mover sus caderas y gemir con más fuerza. Horo preparo lo mejor que pudo a su koi, pero sabía que no aguantaría mucho, tenía que entrar en Ren lo antes posible.


-Amor relájate, si te duele dímelo y me detendré- Ren asintió y sintió como Horo abría más sus piernas y se colocaba en su entrada, respiro profundamente para calmarse, al principio sintió una pequeña presión pero cuando el miembro de Horo comenzó a entrar sintió un gran dolor, Horo estaba atento a cada reacción de su koi, y en cuanto vio que se tensaba y cerraba sus ojos y los puños fuertemente sabía que lo estaba lastimando así que retrocedió, Ren sintió el calor de Horo alejarse y abrió los ojos violentamente, al ver que su pareja se alejaba se abrazo a él rápidamente y fuertemente dañándose


-No-


-Ren te estoy lastimando, lo último que quiero es eso-


-No, por favor, te quiero- se aferro al otro


-Pero-


-Por favor- imploro, Horo suspiro pesadamente


-Espera-


-No-


-Tranquilo no me iré, solo voy por algo para hacerlo más fácil- lo tranquilizo, Ren miro el rostro del mayor y al ver que sonreía se soltó y miro como salía de la habitación, no supo porque pero se sintió vació, las lagrimas aparecieron en sus ojos y se abrazo a sí mismo, el tiempo que estuvo solo se le hizo eterno a pesar de que Horo no había tardado mucho


-Ren- se acerco a él corriendo y lo abrazo protegiéndolo


-Creí que me dejarías-


-Nunca, nunca te dejaría eres mi vida- lo tomo por las mejillas y lo besó apasionadamente, Ren le sonrió y se abrazo a él colocándose sobre él la fricción de sus miembros era tan agradable que Ren comenzó a moverse –Tranquilo- lo detuvo Horo y lo recostó nuevamente, tomo algo del pequeño frasco que tenía y lo unto en la entrada de Ren y en su miembro.


-¿Qué es?-


-Vaselina, tenía un poco, esto ayudara- Ren lo miro agradecido y abrió sus piernas para recibir a su koi, esta vez Horo pudo entrar completamente sin mucha dificultad. Ren sentía tanto placer que no podía hablar lo único que salía de su garganta eran gemidos. -¿Estás bien? Voy a moverme- sin embargo el menor fue más rápido y movió sus caderas, provocando gran placer en los dos, Horo aprovecho para él también moverse y comenzar a embestir al menor con cada nueva estocada, ambos se acercaban al climax, Horo notó que Ren tenía deseos de tocarse pero por alguna extraña razón no lo hacía, así que decidido tomo una de las manos de Ren y la dirigió hasta el miembro de este, Ren se sobresalto por un segundo pero al sentir el miembro de Horo entrar nuevamente en él y como lo guiaba para masturbarse el placer lo invadió nuevamente y se vino en las manos de ambos. Horo dio unas embestidas más y derramo su cálida semilla en el interior de Ren, el menor se sintió lleno ya no sentía aquel vacío en su pecho.


Horo salió de su interior y se recostó a su lado, mientras no dejaba de acariciarlo y besarlo, Ren se sentía tan bien, algo que nunca antes había sentido, por primera vez en su vida se sentía completamente feliz.


-Te amo- se acerco a Horo para acomodarse en su pecho, el peliazul lo recibió gustoso y lo acuno en sus brazos.


-Yo también te amo… gatito- susurro, Ren sonrió y cerró sus ojos para quedarse dormido.


Los días pasaban y su relación se volvía más solida, ambos confiaban en el otro, los días con el ser amado se les hacían tan cortos, pero estaban felices de encontrarse juntos.


-Horo tengamos una cita-


-Ayer tuvimos una, no te gustaría quedarte y hacer otras cosas- hablo sugestivamente mientras lo abrazaba por la cintura posesivamente


-Jijijiji, eso podemos hacerlo después de nuestra cita-


-Entonces por qué no nos apuramos- hablo entusiasmado el mayor dirigiéndose a la entrada sin soltar al otro.


-Jejejeje, te amo- lo beso apasionadamente


-Eso no me ayuda para continuar con nuestra cita sabes-


-Jijiji lo siento-


-Vamos, ¿a dónde quieres ir?-


-Vayamos a la plaza comercial y compremos cosas-


-Muy bien señorito, vayamos-


-No me llames así- hablo  molesto


-Lo siento, olvide que no te gusta que te llame así, me perdonas gatito-


-Solo porque eres tú- admitió Horo le agradeció besándolo en los labios


Durante toda la mañana estuvieron entrando a las distintas tiendas y mirando todo lo que había en ellas, por la tarde comieron dentro de la plaza en uno de los tantos locales.


-Voy al baño, ¿me esperas?- hablo Horo


-Sí, no es necesario que vayamos a todos lados juntos-


-Bueno yo decía por si querías que hubiera un adelanto de lo que pasara esta noche-


-Tonto, estamos en un lugar público-


-Eso solo lo vuelve más excitante-


-Ve de una vez-


-No tardo- lo besó rápidamente en los labios, Ren sonrió al corroborar que a su koi no le daba pena mostrarle su afecto frente a otras personas.


Cuando Horo regreso se preocupo al no ver a Ren donde lo había dejado “tranquilo tal vez fue a ver algo” pensaba sin embargo se encontraba muy inquieto busco a su alrededor pero no lo vio, sin embargo algo llamo su atención la gente miraba a un solo lado y hablaba preocupada


-Viste como se llevaban al chico-


-Deberíamos llamar a seguridad, es obvio que no quería ir con ellos-


-¿Qué tal si lo estaban raptando?- Horo de inmediato corrió a la dirección que miraban, no le importaba lo que la gente estaba diciendo, lo único que quería era encontrar a Ren, al fin pudo verlos ahí casi a la entrada de la plaza había dos hombres sometiendo a Ren, el cual lloraba y miraba a todos lados desesperado buscando a alguien, Horo no lo pensó dos veces y con todas sus fuerzas se acerco corriendo y tacleo a uno de los hombres logrando que soltara a Ren el otro hombre reacciono y golpeo a Horo en el rostro provocando que se tambaleara, pero la furia de Horo era tanta que se recupero y le regreso el golpe, logrando tumbarlo y soltara a su koi, en cuanto se vio libre Ren corrió a los brazos de Horo, el peliazul no le permitió abrazarlo, lo tomo por la mano y comenzó a correr con todas sus fuerzas, después de asegurarse que no los seguían se detuvo y se dejo caer exhausto en un callejón, Ren se acerco y se sentó a su lado escondiendo su rostro en el pecho del mayor para comenzar a llorar, Horo sintió romperse su corazón al oír llorar a su koi inconsolablemente, lo único que pudo hacer en ese momento fue acercar la cabeza de su koi a su pecho y acariciar su cabello. Cuando se sintió mejor le susurro a Ren.


-Vayamos a casa- el menor asintió y se dejo guiar por el mayor, cuando llegaron al departamento la pregunta más temida por Ren se hizo escuchar.


-¿Amor qué fue lo que paso, quienes eran esas personas? ¿Por qué te querían llevar?- Ren comenzó a llorar nuevamente y abrazo posesivamente a su koi, sin dejar de llorar y entre largas pausas le explico todo a su koi, le conto su pasado y lo que había vivido en la mansión y sobre todo porque huyo de casa, Horo se sintió abrumado por toda la información, enterarse en un solo día del pasado de su koi, de lo que había tenido que soportar y sufrir y sobre todo de que se trataba de un Tao, aquello es lo que más lo inquieta, era sabido por todo el mundo que los Tao eran una familia muy poderosa, Horo sabía que ahora que habían encontrado a Ren no se detendrían hasta regresarlo a su hogar.


Ren temía la reacción de su koi, y al ver que no contestaba después de contarle todo su pasado se sintió perdido, pero el abrazo protector de koi lo consoló.


-Me enamore de ti por quien eres tú, no por tu apellido, te amo, estoy seguro de eso, y no dejare que nadie te haga daño ni te lleve a un lugar en donde solo has sufrido, si es necesario moriré defendiéndote-


-Horo- hablo conmovido 


-Lo importante es que seas feliz-


 -Pero ellos no se detendrán, ahora que saben dónde estoy-


-No te preocupes, déjame pensar y veremos que haremos- Ren asintió y se acomodo en el pecho del otro, las horas pasaban y Horo no podía dormir, hacía tiempo que el menor se había dormido, pero él se encontraba tan preocupado que no podía conciliar el sueño.


Por la mañana cuando Ren despertó se alarmo al ver que su koi no se encontraba a su lado.


-¿Horo?- lo llamó pero no obtuvo respuesta, preocupado se puso de pie y lo busco por el departamento pero no lo encontró, esto lo hundió en la desesperación, caminaba nervioso por toda la sala “qué tal que lo han encontrado y se lo han llevado… no eso no es posible me hubieran llevado a mi no a él, Horo ¿dónde estás? Se preguntaba inquieto” cuando escucho el ruido de la puerta al abrirse y ver ahí a su koi corrió para arrojarse a abrazarlo


-¿Dónde estabas? Desperté y no te vi, pensé lo pero- hablo sollozando


-Lo siento, no era mi intención, te veías tan cansado que no me atreví a despertarte, pero ¿a caso no viste mi nota?-


-¿Nota?-


-Te deje una nota en el cojín en caso de que despertaras-


-Oh, no la vi-


-No hay problema desayunemos- hablo tranquilamente, Ren temía por que fuera a cambiar su actitud con él después de lo ocurrido pero sonrió al ver que no era así.


Los días pasaron y parecía que las cosas volvían a la normalidad, pero no fue así, una tarde mientras paseaban por el parque se vieron perseguidos por los mismos tipos de antes, Horo sabía que había sido un error confiarse pero ahora no dudaría, tomo a Ren de la mano y comenzaron a correr con todas sus fuerzas hasta llegar al departamento.


-Mete lo necesario en la mochila nos vamos-


-¿Horo?- Ren tenía miedo, no podía dejar de temblar


-No dejare que te lleven, nos iremos a Hokkaido, estoy seguro que no nos encontraran- hablaba mientras metía lo necesario a una mochila y se la entregaba a Ren, el menor pudo notar como Horo sacaba algo del escritorio del estudio y lo guardaba en su espalda, sin embargo no pudo ver de qué se trataba.


-Vamos- lo tomó de la mano y salieron de ahí lo más rápido que pudieron, corrían por las calles cuando escucharon un grito.


-Ahí esta- pudieron escuchar los pasos que se acercaban a ellos.


-Vamos Ren- lo apremió el mayor, el chino evito mirar a sus perseguidores y se concentro en la espalda de su amor, Horo temía tanto lo que pasaría si los alcanzaban que no se dio cuenta que sus perseguidores los dirigieron hasta un callejón, era demasiado tarde cuando se dio cuenta de su error, quiso dar la vuelta y correr, pero ahí se encontraban cinco hombres tapando el paso hacía la única salida, Horo cerro los puños molesto e impotente, lo que siguió fue tan rápido los guardias comenzaron a disparar hiriendo en una pierna al peliazul, sin embargo no se rindió cubrió a Ren con su cuerpo y corrió hasta el final del callejón un nuevo disparo llegó a su cuerpo, con dolor se dejo caer pesadamente sentándose y  recargando su peso en la pared, mientras jalaba a Ren hacia su cuerpo pues éste no dejaba de  lloraba inconsolablemente, el peliazul lo abrazó con todas sus fuerzas. Sabía que era su fin, pero aun así le inspiro confianza a su koi.


-Ren… te amo, nunca lo olvides-


-No hables, es como si te estuvieras despidiendo-


-Siempre estaré a tu lado, mientras pienses en mi- Ren negó violentamente


-No te atrevas, crees que después de conocerte, después de conocer el amor, puedo vivir sin ti-


-…- Horo no se atrevió a hablar, él también sabía que ahora que conocía a Ren no podría vivir sin él, así que simplemente se abrazo más a él y coloco su cabeza en uno de sus hombros.


-Te amo- repitió el mayor


-Yo también te amo- correspondió Ren, Horo se percato que se acercaban a ellos, decidido tomo el arma que llevaba en la espalda y disparo 5 veces hiriendo a 3 de sus perseguidores, con cada disparo Ren se sobresaltaba y se aferraba más a Horo, siendo correspondido por el mayor, después de la ráfaga de Horo un solo disparo se hizo escuchar, el llanto de Ren se hizo más fuerte, el brazo de Horo que lo estaba abrazando cayo inerte a su lado, mientras un cálido líquido cubría le hombro del mayor.


-No, no, no, no, no- no dejaba de repetir, con desesperación busco la mano de Horo sin alejar su rostro del pecho de éste, cuando la encontró la sujeto fuertemente, noto con pesar que el calor abandonaba el cuerpo de su koi, al escuchar que unos pasos se acercaban a él, desesperado busco la otra mano de Horo al encontrarla pudo sentir el arma con la que lo había protegido, aquel sujeto se acerco a Ren para separarlo del cuerpo inerte de Horo, cuando escucho un disparo, de inmediato se puso a resguardo de inmediato, pero al notar que no había más disparos se acerco rápidamente a Ren, noto que ya no lloraba, de hecho ya no se movía, asustado se acerco a él y al separarlo se dio cuenta que estaba muerto, acongojado miro la escena y marco un numero, cuando le contestaron solo dijo dos palabras.


-Está muerto-

Notas finales:

Gracias por leerlo espero les haya gustado n.n

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