Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

MÍO por Orseth

[Reviews - 448]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

CAPITULO 2

 

 

 

 

 

            -No voy a quitarme la túnica y pasar como un muggle Potter,  te lo advierto –dijo Draco antes de pasar por la puerta del Caldero Chorreante.

 

            -De acuerdo –respondió Harry negando con la cabeza.

 

            A pesar de la cara de “fuchi” que Draco se cargaba, no poda evitar mirar todo con curiosidad; y más cuando entraron a una tienda de autoservicio enorme, pues el departamento de electrónica lo dejó alucinado con los estantes llenos de televisores, y muggles pululando aquí y allá soltando rollos incomprensibles acerca de “resolución” “alta definición” y sabrá Dios que más cosas sin sentido.

 

            -Espérame aquí, no tardo.

 

            -Ajá –respondió Draco sin siquiera voltear a verlo.

 

            Quince minutos después Harry regresó encontrando a Draco escuchando muuuy atento la explicación de un vendedor con cuerpo de modelo, rubio y ojos azules, quien amablemente… “quizá demasiado”, explicaba las ventajas de un ultramoderno extractor de jugos como si Draco en verdad levantara siquiera un dedo para partir un limón por la mitad.

 

            -¡Vaya, que interesante! –exclamó Draco sin haber entendido ni jota de lo que había dicho el chico.

 

            -Listo, ya vámonos –dijo Harry llegando en ese momento con una bolsa de plástico negra.

 

            -¿Entonces no te lo llevarás? –dijo el vendedor a Draco con una sonrisa danzando en sus labios.

 

            -Por ahora no, pero quizá después regrese para llevarme algo mas –respondió Draco mordiéndose la pequeña boca- adiós.

 

            -Adiós.

 

            Metiéndose las manos en los bolsillos de la túnica, Draco caminó tras Harry, quien sin decir absolutamente nada echo a andar por las calles londinenses hasta que el moreno le indicó que se metiera primero a una angosta calle.

 

            -¿Qué es esto, Potter?... ¿ya no conoces ni tus propios rumbos? –exclamó Draco encontrándose con un callejón.

 

            Harry no respondió, solo le hizo la seña de que siguiera caminando.

 

            -Ah, vamos a desaparecernos –dijo Draco entendiendo.

 

            Pero al llegar al final del callejón, Harry no lo tomó del brazo para desaparecerse; lo que hizo fue comenzar a sacar algo de la bolsa de plástico que llevaba; intrigado, Draco lo observó sacar un empaque de celofán transparente, el cual rompió para sacar… ¿medias de seda?

 

            -Por todos los cielos, Potter… -exclamó Draco riendo- no esperarás que me las ponga ¿verdad?

 

            -No, aunque si yo quisiera bailarías en tutú por toda la New Bond Street con un florero en la cabeza –respondió Harry muy tranquilo pasando por entre sus dedos las suaves y sedosas medias- extiende las manos.

 

            -¿Cómo?

 

            -Que extiendas las manos.

 

            -¿Vas a atármelas? –preguntó Draco sonriendo incrédulo.

 

            -Así es, extiéndelas.

 

            -Mira Potter, no entiendo como una simple copa hizo surgir en ti esta extraña parafília, y siendo sinceros no me importa, pero si lo que quieres es una sesión de sexo, solo aparécenos en tu casa, deja estas ocurrencias raras y cógeme como siempre lo haces.

 

            -Definitivamente estas muy respondón, creo que te he dado muchas libertades, tal parece que necesitas educarte.

 

            Draco cambio de semblante sintiendo como bofetada las palabras de Harry, pues eso le recordó la posición de poder a la que estaba sometido.

 

            -No necesito educación, para eso tuve un padre –respondió duramente.

 

            -El cual hizo un trabajo de mierda contigo por lo que podemos darnos cuenta –dijo Harry adoptando ese tono de autoridad que tanto “repateaba” a Draco- así que como ves, debo hacer algo al respecto.

 

            -Tú no…

 

            -¡Extiende la malditas manos! –Exclamó Harry haciendo que Draco apretara los labios de coraje- buen chico… -dijo el joven auror al verlo alzar ambos brazos hacia adelante, por lo que procedió a atarle las muñecas.

 

            -¿Y ahora qué?... ¿vas a atarme una correa al cuello y a pasearme como a un perro? –preguntó Draco sarcástico mientras lo veía rebuscar algo entre unas bolsas de basura que había en un rincón.

 

            -Esto servirá –dijo Harry para sí mismo sacando una caja de madera comprobando que pudiese soportar su peso- bien… -añadió sentándose en ella y mirando a Draco- ven aquí.

 

            -Un momento… -respondió Draco frunciendo el ceño- ¿no vamos a aparecernos en tu casa?

 

            -Draco… -dijo Harry llamándolo por su nombre, algo que sabia detestaba el rubio- es la última vez que te repito una orden ¿estamos?

 

            -Vete a la mierda, Potter –respondió Draco cada vez mas indignado- no sé qué idiotez tengas en mente, solo te advierto que aquí no haré nada.

 

            -Draco, Draco… -dijo Harry negando con la  cabeza- en verdad necesitas un buen correctivo.

 

            -¡Ya te dije que yo no…!

 

            Pero antes de que pudiese decir más, Harry lo jaló de las manos atadas tumbándolo sobre sus rodillas.

 

            -¿¡Qué diablos te pasa, Potter?!

 

            Sin dignarse en responder, Harry le levantó la túnica por detrás para después luchar con el zipper y el botón del pantalón del rubio, quien entendiendo lo que Harry pretendía hacer, comenzó a revolverse como babosa con sal.

 

            -¡Déjame, suéltame! –Gritó sintiendo como su pantalón cedía a los habilidosos dedos del ex Griffindor- ¡no te atrevas, hijo de puta!

 

            -¿Te das cuenta de donde estamos, Malfoy?... tus gritos están atrayendo la atención –dijo Harry tranquilamente comenzando a bajarle el pantalón.

 

            Horrorizado, Draco miró hacia la derecha dándose cuenta para su completo espanto, que dos jovencitos muggles como de unos quince años miraban azorados la escena desde la entrada del callejón.

 

            -¡Maldito idiota, desaparécenos de aquí! -Exclamó  Draco intentando soltarse inútilmente.

 

            -¿Qué no te gustaba que te miraran? –Dijo Harry deslizándole el pantalón hasta los muslos dejando ver  su blanco y carnoso trasero- pues alégrate, te voy a dar gusto.

 

            -¡Potter maldito, no te atrevas! –bufó Draco sin dejar de forcejear ni un momento.

 

            -Te falta mucho por conocerme, Draco… -dijo Harry pasando su mano por las tersas y firmes nalgas- te falta conocer mi lado Slytherin.

 

            -¡Desaparécenos de aquí, Potter!

 

            -Silencio muchachito, tu castigo va a empezar –dijo Harry alzando su mano.

 

            -¡No te, Ay…! –saltó Draco al sentir la palma de Harry estrellarse con fuerza en su trasero.

 

            Inmediatamente un hormigueo le recorrió la zona en la que Harry había estampado su mano, solo que no tuvo tiempo de pensar en nada más, pues la misma mano procedió a estrellarse una y otra vez con rapidez y con fuerza.

 

            -¡Ah!... ¡no lo…! ¡Ay…! ¡Auch!... ¡Potter, no…! ¡Ay… ya no! ¡Ay…! ¡Ya…!

 

            Durante media hora que a Draco le pareció una eternidad y media, Harry lo nalgueó sin que su brazo mostrara señales de cansarse, es más, para su desdicha, Harry había sacado un cepillo de madera de su bolsa negra y lo había tundido con él; para ese entonces el antes blanco culo se encontraba ahora rojo y caliente como un par de manzanas.

 

            Por más que pataleaba y se revolviera en las rodillas de Harry, Draco no lograba escapar de ese maldito cepillo que parecía de acero y que azotaba sin piedad su ya bastante dolorido trasero.

 

            -¡Basta Potter, basta! –gritó sintiendo que los ojos comenzaban  a lagrimearle.

 

            Para ese entonces ya eran seis personas las que miraban aquello desde la entrada del callejón, solo así Harry detuvo su tanda de nalgadas diciendo a Draco que volteara.

 

            -Mira Draco, tu audiencia crece.

 

            Sintiendo enrojecer hasta la raíz del pelo, Draco vio que las personas miraban aquello muy atentos.

 

            -¡De acuerdo, ya entendí! –Masculló entre dientes- ¡no volveré a mirar a nadie!.. Ahora vámonos de aquí.

 

            -Pero si esto apenas comienza –respondió Harry quitándole por completo el pantalón ante el azoro de Draco.

 

            -¿¡Piensas cogerme aquí mismo, tarado?! –gritó Draco quedando desnudo de la cintura para abajo.

 

            Harry no dijo nada, solo lo levanto haciendo que para su alivio su túnica se bajara ocultando su desnudez.

 

            -¡Ya vámonos! –mascullo al verse prácticamente arrastrado hasta la pared.

 

            -No puedes defraudar a tus fans, Draco –respondió Harry atorándole las manos por encima de la cabeza en un fierro retorcido que asomaba de la pared.

 

            -Entendí el punto, te repito que no miraré a nadie más –dijo Draco comenzando a apanicarse al verlo sacar unas tijeras de la bolsa negra y comenzar a cortarle la túnica.

 

            -Como comprenderás no puedo usar magia para desnudarte, pues estamos en el Londres muggle –dijo Harry cortando la ropa de Draco hasta dejarlo completamente desnudo a excepción de los calcetines.

 

            Sintiendo un calor abrumador en la cara, Draco quedó expuesto totalmente sin que pudiese ocultar sus genitales frente a los muggles que ya no se podían contar.

 

            -Potter, por favor… -musitó sintiendo morir de vergüenza- tu ganas.

 

            -No, porque esto nunca fue un juego… al menos no para mi Malfoy; por el contrario, tú olvidaste quien es el que manda y el porqué estás conmigo.

 

            -Esta bien, está bien, lo tendré muy presente de ahora en adelante –respondió Draco sin importarle lo mas mínimo el frio de la pared en su espalda.

 

            -Me temo que no es tan fácil –dijo Harry acercándose a él para colocarle algo en el pene que Draco no había notado que llevaba en la mano- me he portado muy bien contigo… demasiado amable diría yo haciéndote olvidar tu condición de reo con sentencia dictada.

 

            Draco bajó la vista para ver un anillo que Harry había colocado alrededor de sus testículos y pene notando inmediatamente una molesta presión.

 

            -¿Vas a exponerte tu también?... ¿estás demente? –preguntó dudando ya seriamente en que tono dirigirse a Harry.

 

            -Si Draco, por si no lo habías notado estoy demente ¿de qué otro modo explicas que te haya sacado de Azkaban para alojarte en mi propia casa?... no lo sé, tal vez sea consecuencia de enfrentar a tu querido señor Tenebroso… como sea, es mi culpa que no hayas notado que ya no soy el mismo pelele que insultabas en Hogwarts.

 

            -Potter, basta ya… -susurró Draco comenzado  a sentir verdadero miedo del nuevo Harry Potter que ahora se presentaba ante sus ojos- tal vez me excedí este día, pero tranquilo, que eso no volverá a pasar.

 

            -Claro que no volverá a pasar –dijo Harry comenzando a besarle el cuello- me encargare de que no olvides tu lugar.

 

 

 

 

 

_________________________________________________________________________________________

Notas finales:

BESOS!!!!!!!!!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).