No creo en nada
Ni en el fin ni en el principio
No creo en nada
Ni en la tierra ni en las estrellas
No creo en nada
Ni en el día ni en la oscuridad
No creo en nada
Más que en el latido de nuestros corazones
No creo en nada
Cien soles hasta que partamos
No creo en nada
Ni en Satanás ni en dios
No creo en nada
Ni en la paz ni en la guerra
No creo en nada
Más que en lo que somos en verdad
100 suns- 30 stm
♥
Caían las frías gotas de lluvia en el marco de la ventana. Con timidez acariciaban la madera, se podría pensar que la besaban; pero bien sabía que ello conllevaba un precio. Un precio que con el tiempo pudría su amor.
No quería llegar a eso, sólo no podía imaginar el tenerlo a mi alcance para luego perderlo; no podía permitir tal catástrofe. Por tal pensamiento, me limitaba a mirarlo a lo lejos y sonreír soñando en momentos que nunca llegarían a suceder. Salvo tal vez en mi imaginación…
-Buen día a todos- saludo como de costumbre el profesor Lupin, que como cada día con cara de regocijo nos presentaba una nueva criatura. Desearía poder decir que era un pésimo profesor, que era un bueno para nada y Licántropo por demás. Claro esta podría decir lo último, pero sería echarme la soga al cuello sobretodo con todos lamiéndole los pies (literalmente). Digo, no que no sea apuesto, pero era el profesor y yo no era un escuincle calenturiento buscando acostarse con él.
Perdido en mis reflexiones no me di cuenta que el profesor llevaba tiempo llamándome. Con cara de pánico sólo pude atinar a balbucear lo último de mis pensamientos, gritando a medio pulmón…
-acostarme con usted…-
Demás está decir las caras socarronas de Blaise y Draco, y las de sorpresa de los gatitos. Estaba claro que muchos no dudaban en hacerlo si se los pedía. Pero eso de confesarlo estaba lejos de suceder; aunque bueno ni tanto…
-Disculpe señor Nott, ¿Qué ha dicho?- pregunto sonrojado Lupin
-Yo… profesor… amm… me perdí un momento en cavilaciones vanas. No volverá a suceder- murmuré avergonzado aunque manteniendo la compostura
-Eso espero, eso espero…- suspiro derrotado Lupin, que como buen león sabía lo que sucedería conmigo –Señor Zabini, señor Malfoy por favor dejen de atormentar a su compañero. Ahora bien retomando el asunto, espero estudien para el próximo examen, recuerden que es de maldiciones. Y ahora pueden irse, es todo por hoy.- dijo con menos alegría Lupin mientras el alumnado se retiraba, estaba por atravesar el marco de la puerta cuando me llamo. Airado y derrotado no tuve opción más que quedarme a escucharlo, sin saber lo que esto significaría a unos dolidos ojos azules.
-Señor Nott- empezó Lupin ganándose mi atención –no sé qué es lo que le sucede, desde hace unos días está en otro planeta. No atiende en clase y por si fuera poco dice cosas que no vienen al caso- dijo refiriéndose a lo que acababa de suceder –no pretendo que confié en mí, espero que se dé cuenta con el tiempo que si necesita a alguien con quien platicar, este despacho siempre está abierto; con ello no quiero decir que venga a altas horas de la noche.- bromeo sonriendo más confiado –Ahora bien, no se preocupe por lo sucedido, simple hechizo ata lenguas, no podrán decir nada de lo sucedido en clase. No le quito más su tiempo señor Nott, vaya a cenar.
Dicho esto señalo la puerta para que siguiera con mi camino. Más no sé qué fue lo que sucedió (está bien si lo sé, aunque no lo quiera admitir) lo abracé reconfortado por su gesto y agradeciéndolo, desaparecí de ahí con un fuerte sonrojo y los nervios a flor de piel. Tan sumido iba en mi penosa reacción, que no atine a ver las lágrimas caer de esos ojos azules. Esos que me hipnotizaban y por los que todas las noches suspiraba.
Sólo… no podía apartar sus ojos de él…
♦
Sangraba profusamente tras el golpe de la quaffle. Y no quería quedarse quieto para que lo sanaran. Sólo a él le pasaban accidentes a diario. Comenzaba a pensar si estaba sadalo… o era salado?
En fin eso me pasaba por mi repentino interés en las cosas muggles, digo si quería acercarme a Harry, era un inicio saber de dónde provenía. Aunque eso me llevara horas investigando y vigilando zonas muggles. Asquerosos muggles, sentía pena por ellos y sus estúpidas acciones.
Acercándome con cautela logré entrar hasta al lado de su cama. Cubierto por la cortina sabía sería poco probable me encontrarán. Vislumbré su silueta, recorriéndola con deseo y decepción. Al fin las comadrejas y Granger se iban, Weasley más a la fuerza, pero prometiendo regresar con comida.
Con alivió al ver cerrarse la puerta tras su salida, respiré con tranquilidad. Harry estaba dormido, la suave luz que entraba por la ventana reposaba sobre sus pómulos y sus labios delineándolos, haciéndolo parecer un ángel…
-Un ángel…- murmuré saboreando el sonido de las palabras en mi paladar
Lentamente me arrimé, cual serpiente, a su lecho. Quería tocar su cara, su cabello y sentir la textura de su piel. Más tuve miedo; miedo de que todo fuera un sueño, de que fuese de cristal y ante un toque se rompiera. Miedo a no poder parar y ser el objeto de sus burlas.
No podía permitir que supiese mi secreto, no podía saber lo que sentía por él. Y yo, yo sólo podría idealizarlo. Sólo podría imaginar nuestro amor en sueños, por eso no podía dejar de mirarlo, para poder trazar en ese mapa de sueños su silueta perfecta, donde cada facción estuviese grabada en mi memoria, y así nunca poderlo olvidar.
Escuche ruidos en la puerta, corrí trastabillándome en camino a mi refugio, apenas había logrado llegar cuando vi a Blaise acercarse a Harry, despertándolo. Sin saber que esperar me dedique a no hacer ruido y escuchar su conversación.
-Pensé que no irías a la sala, que habías tenido miedo- dijo burlón Blaise
-Miedo Blaise? Creo que tu lo conoces mejor que yo- dijo arrastrando las palabras Harry –mierda, aunque no puedo negar que lo sentí el día de hoy. No sé qué le pasa a Ron. Pero de verdad creí que me mataría-
-Bromeas Potter, ¿Por qué querría dañarte Ron?- pregunto Blaise no queriendo saber la respuesta
-Nos vio Blaise, nos vio salir de la sala donde estábamos. Y la verdad no se qué loca idea trae en la cabeza de que tenemos tu y yo algo- contestó Harry con dolor
-¿Acaso nos vio besándonos?- dijo sarcástico
-Como si eso fuera a pasar Zabini, el punto es que es Ron-
-¿Y que quieres decir con eso?-
-Que de Ron se puede esperar esto y más. Así que de ahora en adelante otra manera de seguir el plan, ya no tengo fuerza para otra paliza-
-Y por qué no dijiste lo que había sucedido Harry-
-De que hubiera servido, es mi amigo; creo que de cierta manera lo entiendo-
-¿A sí?- preguntó confundido Blaise
-Si- respondió quedamente y agotado por el esfuerzo –si yo lo viera a él con mi dragón me dolería mucho y le haría esto y…-
-Espera, ¿estás diciendo que le gustó?-
-No lo dije y aun si lo hubiese hecho es algo de lo que tú tienes que darte cuenta-
-No entiendo tu afán de hablar con acertijos, sería más fácil si dijeras “si le gustas a Ron” te complicas la existencia- enfadado Blaise se marchó rumiando cosas para sus adentros.
Un buen momento por cierto, ya que segundos más tarde entraba Ron. Que furioso había comenzado una buena pelea y todo por celos.
Mientras ellos resolvían las cosas, mi cabeza estaba en otra parte pensando quién sería su dragón y grabando con fuego su expresión de dolor al decir aquello. Está de más decir que más que nada en el mundo, desearía serlo yo, y así no nunca apartar mis ojos de él.
♣
Cabizbajo y enojado caminaba sin rumbo fijo por los pasillos. No podía creer que Ron fuese así de impulsivo, que se peleara con su mejor amigo por mí. Porque estaba seguro había sido mi culpa, y aunque me sentía mal por Harry, no podía ignorar ese cálido sentimiento instalándose en mi pecho. El saberme querido por alguien era algo que iba más allá de toda mi lógica; porque era imposible que alguien me amara.
Y entonces recordé, como si hubiese sido ayer la promesa hecha con Draco, Pansy y Theo…
Hasta que te estrelles
Hasta que te quemes
Hasta que mientas
Hasta que aprendas
Hasta que veas
Hasta que creas
Hasta que pelees
Hasta que te caigas
Hasta el fin del todo
Hasta que mueras
Hasta que estés vivo
Hasta que des
Hasta que uses
Hasta que te pierdas
Hasta que pierdas
Hasta que veas cómo puedes creer
Hasta que hayas mentido miles de veces
Hasta que hayas visto el otro lado
Hasta que la verdad se convierta en mentira
Hasta que cambies, hasta que niegues
Hasta que creas
Estaremos en el inicio
Sintiendo los latidos de nuestros corazones
Y estando solitarios
Los sentimientos serán intensos
Las palabras serán triviales
Placeres y dolor descubiertos
Palabras sin sentido, olvidables
Haremos cualquier cosa
Haremos locuras que no podremos explicar
Dispararemos a la luna
Apagaremos el sol
Daremos todo sin pensarlo dos veces
Lo arriesgaremos todo
Sin importar qué pueda venir
Amaremos a alguien
Nuestras intenciones se volverán puras
Los segundos se volverán horas
Los minutos, años.
Entre el futuro y el pasado
Entre la tristeza y la sonrisa
Dos corazones y una voz
Nuestros amores serán para siempre
Y si morimos, moriremos juntos
Viendo su rostro
Sabiendo que finalmente somos suyos
Encontrando todo lo que antes creímos perdido
Pronunciando nuestros nombres
Iremos a ellos en pedazos
De modo que puedan reconstruirnos
No los dejaremos volar
ni escapar de nosotros,
Porque los amaremos y ellos nos amaran
por la eternidad…
Y Merlín si para mí, no había sucedido ya. Sólo faltaba saber si él me amaba como yo creía que hacía. ¿Por qué me amaba, no?
Tan sumido iba en mis pensamientos que no me di cuenta de que iba directo contra la pared, hasta que un repentino jalón me trajo de vuelta a la realidad. Ahí estaba él, frío, lejano. Preguntando algo que no entendía, no sé si fueron horas o minutos los que me tarde en responder, pero no podía apartar la mirada de esos zafiros que me mataban.
-Gracias- atine a decir entre murmullos
-No hay de que, para la próxima fíjate por dónde vas. Zabini, ¿estás bien?- preguntó dudoso Ron
-Claro, porque estaría mal, digo tú estás bien, Draco está bien, es más, Harry está bien; porque no estaría bien…- termine de decir ya sin aliento
-Ah! Cierto- comenzó con un tono de tristeza –Zabini, ¿te gusta Harry?- pregunto curioso
-¿QUÉ?- grité, al borde de un colapso nervioso –estás loco, Noo!!. Merlín, de donde sacaste eso- dije ya más calmado –digo es guapo, pero…-
-Entonces lo consideras atractivo- pregunto con algo de tensión en su voz
-Bueno, es algo que no se puede evitar no ver, pero…-
-Olvídalo, sólo era curiosidad.- respondió cansado –Ahora entiendo porque dicen que la curiosidad mato al gato- dijo riéndose
-Oye, ¿estás bien?- pregunte con preocupación mirando esos zafiros que contenían un tormenta en su interior
-No podría estar mejor- dijo con enojo –sabes, creí por un momento que yo te…-
Comenzó a decir, pero por la maldita Circe que en ese momento Draco caminaba hacia nosotros. Con desesperación, agarre del brazo a mi león, y lo arrastre al aula que se encontraba tras él; más el maldito (o tal vez bendito) destino, no me hizo darme cuenta que era un armario de escobas.
Cerré cuidadosamente la puerta para que Draco no nos encontrara, hasta que paso de largo me sentí confiado, cuando me percate que tras de mí, muy cerca de mí se encontraba Ron…
-Yo, yo…- dioses no supe que decir, fue tan vergonzoso –Perdón era Draco y yo…-
Si en el momento que voltee vi la felicidad alegrar su rostro, ahora sólo podía ver decepción reflejada en sus ojos.
-Claro, impensable que te vean cerca de mi; dime en realidad soy tan poca cosa- dijo enfurecido –sabes que, olvida que esto paso, que una vez fui amable contigo. Y por favor no me jodas más- terminó de decir, empujándome salió del armario con un aura amenazante.
No supe que hacer, estuve a punto de decirle lo que sentía, porque me tuve que esconder…
-¿Por qué siempre la cago?- me repetía constantemente, hasta que una voz me distrajo de mis pensamientos
-Tal vez porque seas Blaise Zabini, no crees.-
Y volteando hacia arriba, Theo me miraba apenado y con tristeza a los ojos; que le había pasado a mi amigo, él nunca lloraba.
-Fue Neville- dijo respondiendo a mi pregunta no formulada –está con Cedric, al parecer no soy suficiente para él- dijo sin importancia
-Theo, no entiendo- murmuré sin ganas
-Piensa que tengo algo con Lupin, cuando se fueron todos y me ofreció ayuda, no pude evitar abrazarlo- contesto melancólico –yo no vi que Nev estaba ahí, y pues imagino ya sabes que sucedió…-
-Bueno Theo no hay peor ciego que el que no quiere ver la realidad, al final el único que se estará engañando va a ser él. Yo nunca podría estar con alguien que no amara sólo para olvidar a ese que amo- conteste filosóficamente
-¿Quién eres tú, y qué has hecho con mi amigo Blaise?- pregunto intentando parecer sorprendido
-Idiota, soy yo. Nada más que con un plus- sonreí con suficiencia, para terminar –estoy enamorado-
-Ah!!, claro como fui a olvidarlo, esos leones nos traen de un ala, sino ve a Draco…- contestó y ambos reímos por lo dicho, y es que era realmente perturbante ver a un Malfoy suspirando por su amado en todos los rincones del castillo
-Vamos, creo que tengo Whisky de fuego en mi habitación, desahoguemos nuestras penas en el alcohol-
Y caminando juntos recordaron cada uno esos ojos que los volvían locos y con los que soñaban constantemente, se fueron a la sala común, sin saber que Hermione se encontraba en el otro corredor, y que había escuchado todo.