En la preparatoria Domino se llevaba a cabo una discusión que para muchos era un cuento de nunca acabar y otros simplemente se quedaban con la boca abierta.
-¡Ya cállate perro!-
-No me voy a callar, maldito gato petulante!, no tengo la culpa que seas un maldito Frígido-(Joey trato de jugarle una broma a Seto donde le gritaba al oído mientras le hacía cosquillas pero para mala suerte de Joey el castaño ni se inmuto solo lo ájelo de un manotazo)
Varios chicos del salón salieron corriendo era lógico que en cualquier momento un castaño iba a tratar de asesinar a Joey.
-¡RETRACTATE WHELLER!!- dijo Kaiba con la mandíbula trabada del coraje.
-Ja!!! La verdad no peca, pero si incomoda no Kaiba!- respondió Joey esperando a recibir la peor paliza de su vida.
Porqué jamás óiganlo bien JAMAS Joey Wheller se retracta ante ese presuntuoso presumido.
Pero dicha paliza jamás llego, en cambio solo vio la mano de Kaiba tomarlo del brazo para sacarlo del salón.
-“Oh por Dios ahora si ya me llego la hora”- se decía en su interior creyó que Kaiba lo sacaría del salón más bien de la escuela para poder golpearlo a gusto.
Y no estaba muy lejos de la realidad, cuando menos lo vio venir, estaba siendo aventado bruscamente dentro de la limusina del ricachón.
-¡AUCH! ¡Pero qué demonios pretendes Kaiba, golpearme hasta hartarte y tirarme a un rio?!-se quejo al dar de lleno con la ventana del otro lado de la limusina.
-Algo parecido Wheller- agrego Kaiba mientras se tornaba más serio de lo normal.
“Oh no nadie pero nadie se burlaba de sus capacidades, y le demostraría bien demostrado a ese perro pulgoso que él no era ningún frígido”.
-Roland al motel más cercano- se escucho decir al castaño, Joey aun seguía con sus pensamientos suicidadas donde recordaba que había visto en la televisión que los asesinos seriales llevaban a sus víctimas a moteles donde los mataban y los escondían debajo de los colchones.
Seguía tan metido en sus divagaciones que no se dio cuenta cuando el castaño le dijo a su chofer que pararan en una farmacia.
Después de 5 minutos más llegaron a un motel, no era muy lujoso pero de todos modos el lujo era lo que menos importaba al castaño en ese momento.
Joey despertó de sus pensamientos y su despedida mental hacia sus amigos y familiares, cuando Seto lo jalo del brazo para sacarlo del carro y seguidamente lo metió a un cuarto.
-¡Quítate la ropa!- dijo Seto sin rodeos, siempre directo al grano.
Ahí es donde Joey se dio una idea de por dónde iba la cosa.
-¡¡¡QQQUUUEEEEE!!!!- fue lo único que pudo articular.
-¡Sabes que no me gusta repetir las cosas así que solo hazlo!-
-¡Pero qué demonios Kaiba ¿aparte de volverte loco te volviste un homosexual?!- Dijo Joey viendo a Seto muy asustado.
-¡Eh dado una orden perro, así que como buena mascota obedece a tu Amo!- Decía mientras se desabotonaba los botones de las muñecas para seguido desatar el nudo de su corbata.
Joey miraba en cámara lenta al castaño, esto no le podía estar pasando, pero de un momento al otro se encontró con un Seto que lo tomaba de las muñecas y las ataba a su espalda con la corbata.
-¡Kaiba!!¿Que crees que estás haciendo?- pregunto mientras lo miraba furioso.
-Le enseño a un perro escandaloso a tragarse sus palabras- siseo peligrosamente mientras ahora pasaba a desabotonar su camisa y quitarse el cinturón.
-¡está bien ya entendí cerrare mi bocota!, ya para la broma Kaiba que no es gracioso, no creo que en verdad seas gay ¿o sí?- trago saliva ante esta interrogante.
-¡Claro que no perro! Pero al parecer que solo así aprenderás a callarte y hablar solo cuando tú Amo te lo ordena- Se acerco a Joey para tomarlo del mentón y arrojarlo contra la cama donde empezó a bajarle el pantalón.
-¡Kaiba detente!- decía aterrorizado Joey mientras veía como seto colocaba una bolsa en el buro de la de la cama y luego proseguía dejándolo completamente desnudo de la cintura para abajo.
-¡Ahora veraz como el “FRIGIDO” te hace gritar!- dijo haciendo énfasis en las palabras que había dicho Joey en la escuela.
-¡¡¡¡COMO MIERDAS CREES QUE ME VOY A DEJAR QUE ME LA METAS!!!!- grito el ojimiel para soltar todo ese estrés acumulado.
-¡Fácil! Solo tendrás que abrirte de piernas para mí- decía esto mientras en verdad le abría las piernas al rubio, y con la otra mano se bajaba el cierre mientras sacaba su miembro.
Joey se puso de todos los colores al ver como Kaiba iba en serio con eso y más al ver el tamaño de su “gran” amigo y cuando digo gran es en toda la santa extensión de la palabra.
Seto estiro la mano hacia la bolsita del taburete y saco dos cosas una fue una caja de condones y el segundo un frasquito que contenía un liquido…lubricante para ser exactos.
-¡Kaiba por favor no hagas esto!, m...mira te prometo que si me dejas ir no... No te vuelvo a molestar lo que queda del año...p... ¡Por favor!- suplicaba el rubio al ver como Seto se ponía el condón y untaba liquido en su miembro y parte de la entrada del rubio Joey se tenso al sentir la mano de Kaiba en esa zona tan intima.
-¡Claro perro!, pero después de que aprendas a no morder la mano de tu Amo- dijo el castaño mientras rosaba la entrada de Joey con la cabeza de su miembro, haciendo un poco de presión y con ayuda del condón y el lubricante entro en el Rubio de una sola estocada.
-¡ah!- se escucho un quejido sofocado Joey había recibido a Seto en su interior, no había sido tan doloroso, en sí, no le había dolido nada, solo estaba esa extraña sensación, que no pudo contenerse y hacer un poco de presión por la intromisión.
-¡Ahh!, no hagas eso perro-Decía Kaiba tratando de sonar lo más calmado posible, la sola idea de hacerlo con un hombre le causaba nauseas, pero y como en todo momento y en cada quien siempre hay un jodido pero, tenía que limpiar su orgullo, oh! si, no había otra cosa que amara mas aparte de su hermano, que su queridísimo orgullo.
Así que su orgullo prácticamente estaba violando a Joey, y…. se sentía…. bien, …demasiado bien a su pesar.
-Kaiba termina de una vez por favor- decía el rubio con los ojos cerrados, no quería ver a los ojos al castaño, no quería toparse con esa mirada de burla que le mandaba siempre, pero la curiosidad fue más grande, abrió sus ojos lentamente y se topo con una imagen un poco… sensual?...
Kaiba con los ojos cerrados y el seño fruncido, quizás por la presión que ejerció Joey en su miembro, El rubio se tenso ante este pensamiento y volvió a ejercer un poco mas de presión y vio como seto hacia una mueca que más de dolor parecía de tener una lucha interna de no dejarse llevar lo sensación.
Joey se sintió poderoso al saber que por sus actos Kaiba sufría, si ceder o no ante el instinto animal, y eso que él era el que estaba siendo prácticamente violado.
-Vamos Kaiba, ¿Qué pasa? ¿No está saliendo como te lo imaginaste?- decía Joey un poco sonrojado pero estaba saboreando la victoria. –ah!, que demo….!- no termino de decir porque Seto le dio una embestida.
-¡Cállate Wheller!- mientras volvía a embestirlo.
Así empezó a embestirlo suavemente pues el placer que estaba sintiendo en ese momento jamás lo había experimentado y quería disfrutar un poco más de él y en cuanto al perro simplemente quería sufriera un poco antes de hacerlo gritar su nombre en cada arremetida.
-ah, ah- gemía Joey quedamente mientras seguidamente tragaba saliva para no gritar, realmente nunca se imagino hacerlo con un hombre y mucho menos ser el que se habría de piernas y lo peor del caso es que en ese momento no era cualquier hombre si no Kaiba y de verdad que la estaba pasando bien, primero se tenso por la intromisión después su miembro empezó a despertar con cada arremetida contra su cuerpo y creía que no aguantaría mas conteniendo los gemidos.
-¡Jodido Cabrón! ¿La…. Estas… pasando... b.bien?- decía entre gemidos –Nada mas quiero que me sueltes y veras quien soy.. ¡Ah! Mierda- Seto lo volteo bruscamente dejándolo en cuatro, ahora Joey quería que se lo tragara, podía sentir la penetrante mirada se Seto hacia su trasero y no podía hacer nada por cubrirse un poco.
-Claro que no Wheller, ¿Crees que me está gustando metértela por el culo?- obvio que si le gustaba y por eso lo estaba volviendo a penetrar, pero esta vez mas profundo, o si, sí que lo estaba pasando genial con el perro de Wheller, Seto decidió darle un poco de libertada a su perro y le desato las manos, Joey solo atino a apoyarse en la cama, mientras Seto lo penetraba una y otra vez.
-¡ Entonces sácala de una puñetera vez antes de que…!- se cayó repentinamente antes de decir mas idioteces,
-Antes de que Wheller? Antes de que te corras?, antes de que te guste?, antes de ponerte a gritar como una zorra?-
-¡Cállate bastardo y termina de una vez!- Joey sentía que si seguía así se perdería en la sensación, y si que se perdió en la sensación y comenzó a moverse en busca de mas contacto, empujaba su cuerpo para recibir más dentro…… más profundo al castaño, Seto lo noto y sintió una gran satisfacción, Termino por desnudar al rubio salvajemente mientras él también se arrancaba prácticamente los pantalones.
Tenía su cabeza recargada en la espalda del rubio, mientras sus manos masajeaban inconsciente mente el trasero de Joey pasando sus manos suave mente hacia sus muslos recorriendo la ingle, abdomen y volvía a pasar por sus glúteos, repitiendo los movimientos una y otra vez.
-¡aa!-un gemido que despertó a Seto-¡aa!- otro gemido qué demonios estaba pasando se separo del rubio un poco para poder saber qué demonios estaba haciendo el rubio, pues desde hace un rato que se movía de mas y no era precisamente para dar le placer a él.
Seto se topo con un rubio que descaradamente masajeaba su miembro, y gimiendo por sus actos.
-¡Qué demonios crees que haces Wheller!- dijo jalándole la mano de su miembro, acaso el perro se estaba burlando de él, no lo hacía sentir placer, quien sabe pero eso hizo que el castaño se molestara.
Embistió más duro, mas fuerte, más profundo al rubio, sus movimientos eran rápidos certeros.
-ah, ah, ah K…Kaiba por Dios- decía el rubio entre gemidos, sentía que tocaban algo en su interior que no lo hacía razonar bien-Si te detienes ¡TE MATO!- dijo mientras se enderezaba y envolvía sus brazos al cuello de Seto.
Seto solo atino a aferrarse al cuerpo del ojimiel y morder su cuello, lo lamia, lo saboreaba, pasando a su oreja. Se detuvo bruscamente.
Pero qué demonios le estaba sucediendo??? Dejarse llevar por la sensación y con el perro al grado de manosearlo y morderlo y casi besarlo.
Debía salir de ahí y cuando digo de ahí no es nada mas a la situación si no también al trasero del rubio.