Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un día de nieve por sakura_de_matt189

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, ni death note. 

 

Hay lemón gente! Sé que le gusta pervertidos(?

Notas del capitulo:

Espero les guste, no tengo mucho que decir xD Lo hice con todo mi amor y pasciencia! Espero que no me haya quedado algun error ortográfico y si lo hay les pido disculpas!

 

-Definitivamente odio salir.

 

El pelirrojo, que acostumbraba estar encerrado en las cuatro paredes de su apartamento, decidió salir un poco.

 

¿Razones? Nevaba y era su cumpleaños.

 

-Agh.. Este lugar esta lleno de gente – se quejaba, mientras metía las manos en su abrigo.

 

La calle principal, ante tal evento climático, estaba abaratado de gente que  salio a jugar con ese blancuzco pilón de nieve. Niños corriendo, familias unidas haciendo muñecos. Todo le parecía patético a Matt. A ese solitario chico no le gustaba la gente. Le parecía innecesaria.

 

Siguió caminando sin destino alguno, comenzando a  tener mucho frío; razón por la cual, se adentro a unos de esos bares nocturnos modernos. No era la mejor opción para su cumpleaños, pero no quería hacer lo mismo que todos los años: Jugar con su consola de videojuegos toda la noche. 

 

Se saco la nieve de su cabello y luego aposento sus goggles sobre los mismos, para ver mejor aquel lugar donde había entrado. Encontrándose con música a todo volumen personas bailando borrachos tratándose de mantenerse en pie, entre otras cosas, que sin lugar a dudas, le hacían pensar que se había metido en el lugar equivocado. Pero, ya estaba dentro y no quedaba bien salirse por solo la primera impresión.

 

Se sentó en una de las sillas de la barra y  pidió una cerveza mientras buscaba los cigarros en sus bolsillos. Una vez tomados saco uno solo y lo encendió, observando como el humo salía lentamente del cigarro

 

-Me encanta esta mierda.-susurro mirando como idiota el humo.

 

Se quedo allí unas cuantas horas fumando y bebiendo con moderación, dándose cuenta que entre eso y estar en su casa jugando, no había diferencia.

 

Un sujeto alto de golpe se sentó a su lado pidiendo whisky.

 

Matt lo miro de mala gana ya que estaba totalmente tranquilo y habían interrumpido con ésta. Pero se le nublaron sus pensamientos de odio cuando el tipo lo miro directo a los ojos.

 

Esos ojos zafiros, si, perfectamente azules, lo miraron al pobre Matt de una manera tan amenazante que  se le habían ido hasta las ganas de respirar. No era precisamente miedo, era una mezcla de sentimientos. Sentía que si decía algo ese chico lo iba a golpear, matar, torturar o algo por el estilo.

 

El pelirrojo miro hacia otro lado, buscando algo más interesante que ver, para dejar de sentirse así de...Extraño.

 

A partir de allí los minutos realmente parecían eternos. No había pasado ni media hora desde que ese rubio de ojos cielo estaba sentado a su lado, bebiendo y maldiciendo otro poco al barman del lugar diciendo que sus tragos eran un fiasco mientras el otro sujeto solo se limitaba a decir que “Si” a todo lo decía.

 

Matt pensó que todo el mundo parecía tenerle algo de miedo o respeto a ese chico. Trato de mirarlo disimuladamente.

 

Éste además de ser rubio, alto y de ojos azules. Era muy delgado, pero con un cuerpo bastante pronunciado. Al menos eso parecía por la ropa de cuero que llevaba. Exactamente unos pantalones de cuero ajustado y un chaleco del mismo material que dejaba ver su ombligo y abdominales levemente marcados. Si se lo juzgaba por su figura parecía una niña plana. Pero al contrario de todo eso su voz era gruesa y potente. Hacia estremecerte.

 

El ojos esmeralda, detuvo sus pensamientos. Estaba analizando a un extraño demasiado, hasta se sentía pervertido por todo lo que su cerebro estaba maquinando. Se rió por lo bajo al darse cuenta de eso.

 

Fue tal vez un error haberse reído.

 

-Disculpa ¿Qué te parece tan gracioso? –soltó el rubio de manera bastante amenazante.

 

A Matt se le puso la piel de gallina y empezó a sudar de los nervios.

 

-Yo... Bueno... Pensaba en cosas.

 

-Hace nada me estabas mirando, que te parece tan chistoso ¿Eh? –El extraño tomo a Matt del cuello de su abrigo, mientras que éste ultimo intentaba safarse y además tratando de responderle

 

-Es... Estaba... Ahgg.. Estaba mirando tu cuerpo – dijo entre jadeos, ya que se estaba quedando sin aire.

 

El rubio lo soltó de golpe con los ojos casi en blanco.

 

-¿Eres un pervertido o que? –sus mejillas se habían tornado rosadas.

 

-No me malinterpretes por favor – se disculpó tratando de tranquilizar su respiración.- Yo solo intentaba saber porque todos parecieran tenerte miedo y por eso te miré nada mas, no te confundas. No me gustan los hombres y...

 

El rubio se acerco lentamente al rostro de Matt, quien se le quedo la mente en blanco y no pudo seguir su oración.

 

-¿Y...? –Sonrió el de ojos zafiro de manera tan sádica que otra vez Matt se sentía en aprietos.

 

-Y bueno... –Matt estaba tan rojo como su cabello por tal intromisión a su espacio privado.

-No pareciese que tu me tuvieras miedo, al contrario, yo creo que estas tratando de conquistarme. ¿Pero sabes que pedazo de tomate? NO TENGO PECHOS IDIOTA. – Le toma las manos con fuerza y hace que las pase por ese pecho plano que antes Matt se había detenido a mirar.

 

El temerario sujeto estaba que ardía en llamas de rabia por culpa de un pervertido ojiverde.

 

Matt no sabia si echarse a correr o ver en que seguía esto que hasta le parecía algo entretenido.

 

Era un masoquista.

 

-Me... M... Me estas malinter... Pretando –Sus mejillas seguían ardiendo ahora por el contacto de sus manos contra el cuerpo de él.

 

El desconocido se sentó de nuevo en la silla, pidiendo un tekila, mientras refunfuñaba por lo bajo.

 

-He... Bueno me llamo Matt –intento ser amigable, sonriéndole como idiota. No sabia porque lo hacia ni porque el daba curiosidad ese chico.

 

-Mello. –se toma de una lo que había pedido.

 

-Bueno... Y... ¿Por que estas aquí?

 

-Eres un sujeto extraño.

 

-¿He?

 

- A penas me conoces, casi te mato y aun así eres amigable conmigo. Pareces un perro abandonado en busca de cariño. Dijo Mello con total frialdad.

 

-Que grosero –Matt se limito a hacer un puchero.

 

-Lo dice un pervertido. – Miró quedamente a su acompañante nocturno.

 

-¡Que no lo soy! Ya te explique Mello, por favor ya perdona por eso. El pelirrojo saco un cigarro y lo prendió para luego darle una calada.-¿Quieres? –le ofreció.

 

-Aleja esa mierda de mi cara. No tengo vicios raros –Dicho esto saco una tabla de chocolates, le saco un poco la envoltura y le dio un mordisco fuerte.

 

-¿Raro no? Adicto al cacao.-Lo dijo de manera acusadora.

 

-No hago daño a mis pulmones al menos y vamonos de aquí... – Sugirió el rubio, aunque fue mas una orden.

 

-Pero no pagué aun...

 

-Me vale mierda. ¡Vamos! –sujeto de un brazo al pelirrojo y echo a correr sin soltarlo.

 

Luego de unos minutos corriendo, saliendo victoriosos del lugar. se tiraron en una plaza que como era de esperarse estaba llena de nieve, pero no importaba mucho, habían corrido muy rápido y querían descansar.

 

-Estas... Demente. –Soltó El pelirrojo.

 

-Tu me seguiste.

 

-Tu me tomaste del brazo.

 

-Te pudiste haber soltado...

 

-Por una extraña razón... Tenia ganas de saber que sucedería si te seguía.

 

-Estas demente –El rubio por primera vez rió en toda la noche.

 

Se tranquilizaron sus respiraciones por completo entre las risas que mutuamente salieron por sus bocas, por aquella huida.

 

-Sabes... –El ojos esmeralda se sentó mirando el cielo estrellado.- Hoy es mi cumpleaños, es la primera vez que no la paso solo. Aunque seas para mi un extraño que acabo de conocer...

 

El rubio se sorprendió un poco y se sentó a su lado, mirando a la nada con frialdad.

 

-Feliz cumpleaños Matt. Aunque tal vez no estés muy feliz por pasártela con un extraño como yo. Que intento acabar con tu vida, por decirlo de alguna manera...

 

Matt sin pensarlo le beso en la mejilla en forma de agradecimiento. Nunca le habían dicho “feliz cumpleaños”, así que hizo lo que pensó que normalmente se hacia.

 

-¡¿Que diablos haces?! –grito el rubio, totalmente rojo.

 

-¡Lo siento! ¿No es eso lo que la gente hace para agradecer? Es que no lo sé... Nunca me lo habían dicho, perdona por mi poca...Sabiduría.- Se disculpo el ojiverde mirándole a los ojos.

 

-Esta bien, esta bien. Pero no pasa por tu poca “sabiduría” –recalco la última palabra haciendo las comillas con dos dedos de cada mano.- Es solo un poco de sentido común. Pero al parecer si eres un cachorrito que abandonaron en la calle y no le enseñaron nada de la vida...

 

-Doy pena ¿Verdad?

 

-No en absoluto

 

-Claro que si.

 

-¡Que no idiota! –grito de nuevo el ojos de zafiro, estampándolo contra el suelo nevado.

 

A Matt se le acelero el corazón. Era esa invasión al espacio personal de nuevo, que lo hacia viajar a un mundo desconocido. Más aun cuando Mello se acerco suavemente a sus labios, apenas rozándolos, sabiendo que el pobre cachorro era un inexperto. 

 

-¿No es buena idea desnudarnos aquí verdad? ¿Tu casa esta cerca?

 

Matt solo atino a decir que “Si”. No entendía nada, pero otra vez sentía esa necesidad de hacerle caso a ese sujeto de caderas perfectas.

 

Se levantaron y al poco rato, entre caricias insinuantes departe de Mello, estaban los dos dentro del apartamento del cumpleañero.

 

El lugar estaba desastrosamente acomodado.

 

-Dios...Disculpa este desorden –Se apeno el pelirrojo cuando vio todo así de desacomodado.

 

-Te disculpo por esta vez, no es lo que mas me importa en este momento... –El pelirubio lo estampo contra la pared y aprisiono sus labios con los de él.

 

Matt intentaba responderle de alguna manera, aferrándose a su cintura.

 

Las caricias pronto comenzaron a ser mas descontroladas y sus bocas comenzaban a ser uno con tanta lujuria que no se sabia donde empezaba y termina una o la otra.

 

Entre respiraciones entrecortadas, Mello comenzó a acariciarle el trasero al cumpleañero, ahora recorriendo con su lengua todo el blanco cuello del otro.

Esto causó espasmos de placer a Matt que era al primera vez que sentía como su entrepierna, sentía deseos de más y por sobre todo, salir de aquel jean azul.

 

El experto en el tema empezó a desvestir al ojos esmeralda, con tanta desesperación, que rompió parte de la ropa.

 

-Mello yo... Yo soy... –intento explicar el gamer entre jadeos.

 

-Ya lo sé, solo sígueme la corriente o te mato – soltó el mayor de los dos, lamiendo ahora su ombligo.

 

El cuerpo de Matt que respondía prácticamente solo, pedía que ese rubio bajara mas, sentía hormigueos por todo su cuerpo. 

 

Mello entendió esas acciones pero solo para hacerlo sufrir un poco, volvió a subir  y se acerco a sus labios de vuelta, besándolo con frenesí.

Apegó su cuerpo al de él, acariciando todo su blanco cuerpo desnudo, mientras que el pelirrojo  le baja el cierre del chaleco y acariciaba ahora sus hombros y pecho.

 

La entrepierna de Mello también ya estaba pidiendo algo de atención, así que se desabrocho el pantalón y le ordeno al cachorro que lo lamiera. Éste hizo caso sin vacilar, sacándole su miembro erecto, mientras le terminaba de sacar el pantalón. Lo comenzó a lamer de arriba hacia abajo lentamente, después se centro mas en lamer la punta y luego a metérselo en la boca, logrando que gemidos salieran de la boca del ojos de zafiro.

 

Luego de un buen rato, Matt se levanto y volvió a besar a su acompañante, recorriendo su cuerpo desnudo ahora con las manos y detuviéndose en sus glúteos, para apretarlos con fuerza mientras hacia rozar sus entrepiernas entre cada beso.

 

Cada beso, hacia arder a cada uno tanto que gemían mientras sus lenguas acariciaban el interior de la boca del otro.

 

-Vamos a la cama, Matt. –Ordeno Mello, conduciéndolo a la habitación sin dejar de acariciarse y besarse con desesperación. Empujó al menor hacia la cama, poniéndose sobre él de manera brusca, mientras empezó a recorrer con su lengua uno de sus pezones; haciendo que el pelirrojo comenzara a jadear de nuevo.

 

Mello quería que Matt arda lo suficiente como para que se dejase penetrar, así que comenzó a bajar con su lengua hasta llegar a su miembro. Lo lamió con mucha rapidez, lubricándolo con su saliva y luego, mientras el pelirrojo luchaba con mezcla de sensaciones nuevas, le metió un dedo dentro de su entrada virgen, provocando que éste jadeara un poco del dolor.

 

-Calma perro, que estas estrecho.. –dicho esto se metió el miembro de él en la boca tratando de que se olvide del dolor, metiendo otro dedo mas y después de un rato otro mas.

 

Entre gemidos de dolor y placer. Poco a poco el ojiverde sentía cada vez mas seguridad en todo. Totalmente desnudo, ante un recién conocido, con un poco de alcohol en las venas.... El día de su cumpleaños. No estaba nada mal. Estaba disfrutando. Estaba con un hombre en la cama y no le importaba. Que importaba, si ese hombre estuvo junto a el en su cumpleaños. Alguien se quedo junto a él por primera vez. Quien sabe por que un demente como el rubio le presto atención. No le importaba, quería que Mello siguiera estando siempre en esa cama, quería hacerlo con el siempre que puedan. Eso quería Matt.

 

-Entraré. –Dijo el rubio, introduciendo su miembro dentro del ano de Matt ya lo suficientemente dilatado.

 

Primero se introdujo lento y se quedo un rato allí, para que el virgen chico se acostumbrara, masturbándolo un poco.

 

-Ahhhggg....Mello... –El ojos esmeralda estaba sonrojado y muy agitado.

 

-Relájate, ahora viene lo mejor –Se acerco a besarlo apasionadamente mientras comenzó a moverse dentro de él.

 

Las embestidas que al principio solo causaban algo de dolor, pronto dejo de sentirse así. Se convertía rápidamente en placer, que hacia salir por ambas bocas gemidos incontrolables. Mello sabia lo que hacia. Sabía como hacer gritar a el pelirrojo.

Sus movimientos eran con tanta fuerza y rapidez que sus cuerpos chocaran de manera constante. Matt movía las caderas, pidiendo de esa manera más y más. No quería que se detuviera

 

El rubio se detuvo un poco y lo puso al fumador en cuatro, comenzando a penetrarlo de esa manera mientras apego lentamente el  pecho a su espalda, mientras lamía la nuca blanca de su compañero. Luego bajo las manos pro su vientre y seguido a su miembro para masturbarlo a la vez que lo penetraba.

 

De pronto Mello le dio lo mas rápido y profundo que pudo, llegando al Punto débil del pelirrojo, quien empezó a gritar demasiado fuerte de placer.

 

-Ahí... Ah....ahí es donde te gusta... ¿Verdad perro?... Ahhg. –Mello sentía que iba a acabar de un momento a otro, así que masturbo con mas fuerza el miembro erecto del otro.

 

El ojos esmeralda no aguantaba mas y tan pronto como lo pensó acabo en la mano del mayor, mientras éste acaba en su interior, dando un largo y fuerte gemido.

 

 

Los movimientos fueron haciéndose mas pausados hasta que finalmente el rubio colapso arriba de Matt, agotado.

 

-Es....Estas bien.. ¿No? –pregunto un agitado Matt.

 

-Cansado, duraste bastante para ser un chico virgen... –suspiro Mello, recostándose a un lado del pelirrojo.

 

-¿Es normal que mi cuerpo aún este ardiendo?

 

-Deberías apagarte cabeza de fósforo... Eso es lo normal, pero yo también estoy caliente aún. –sonrió de esa manera tan peculiar el rubio.

 

Matt mira la ventana desde la posición que se encuentra- Aun esta nevando.

 

-Aun es tu cumpleaños, cachorro.

 

-¿Entonces?

 

-¿Segunda ronda? –el ojos zafiro se apego al cuerpo de Matt nuevamente, comenzándolo a besar con la misma pasión e intensidad que hace dos horas.

 

Matt entre sonrisas y risas le siguió al corriente. Como hizo durante toda la noche desde que entro a ese extraño bar. Y como hizo todo el resto de sus días.

 

Siguió al rubio a cualquier lugar. Nevara o no nevara.

 

Que importaba el frío si tenia el calor de ese demente llamado Mello.

 

 

Notas finales:

Les gusto? Dejenme un review, criticas constructivas o un simple me gusta es de mucha ayuda!

 

Graicas por leer :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).