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Siénteme por l0veandeath

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Notas del capitulo:

Un lindo shot, y lo siento si no esta bien escrito.. es mi primer mpreg xD.

 

-¿Quieres venir? - preguntó Tom a su hermano.

 

-No quiero.. salir.

 

-Esta bien. Iré a comprar unas cuantas cosas, vuelvo enseguida... - dijo el guitarrista cerrando la puerta tras de sí.

 

El silencio que se formó en la casa fue algo aturdidor y el pelinegro sólo fue a hacer lo que tenía en mente hacia ya algunos días. Rápidamente fue a su habitación y sacó una cajita. Se encerró en el baño e hizo todo lo que debía de hacer. Tenía sus piernas y manos temblando, estaba nervioso y apunto de las lágrimas. “Eres patético” se dijo así mismo sin entender muy sus emociones, jurando entonces que sólo era una cuestión psicológica.

 

Unos minutos después la respuesta se hacía presente frente sus ojos, tragó saliva pesadamente y simplemente no lo pudo creer. Botó aquella caja y todas las pruebas que podrían haber de lo que había hecho recién.

 

Mientras tanto Tom buscaba algo perfecto para identificar el amor de su gemelo y él. Quizás la idea del tatuaje no le gustaba mucho, un anillo demasiado evidente... ¿que podría ser entonces? Una pulsera... una cadena... sólo tenía que ser algo para llevar consigo todo el tiempo, las veinticuatro horas del día.

 

Paseaba por ese centro comercial con ropa algo más ajustada, gorra y lentes para disimular un poco que era famoso y no ver como fans corren hacia el por un autógrafo.

 

Entonces después de pensar un momento se decidió por una pulsera. Fue a comprar una negra y muy sencilla, una que no se notara tanto y que lograra disimularse. Tenía que ser una linda y gran sorpresa para su “pequeño” Sorpresa ya que él no quiso acompañarle.

 

Envolvió ese regalo muy bien en un papel sobrio y se subió a su auto para regresar a casa y lograr sorprender a su hermano.

 

Finalmente llegó a su casa e interrumpió a su gemelo que estaba cavilando profundamente sin saber que hacer de lo que recién había descubierto.

 

-¿Bill? - preguntó, luego de ver que éste no reaccionaba.

 

-Tom... - respondió éste después de unos segundos, en su mano derecha sostenía un vaso de agua medio vacío.

 

-¿estás bien?

 

-Yo, claro.. ¿por qué preguntas?

 

-Porque normalmente estas siempre en tu habitación viendo televisión y no sentado aquí en el comedor. - concluyó el trenzado dudoso.

 

-Bueno y a ti qué te importa. - gruñó éste enojado de la nada, cómo ofendido.

 

-¡Estas de tan mal humor Bill! - Se quejó el mayor yendo a la sala de estar para prender la tele y para luego cambiar los canales con furia. Ya no soportaba su hermano, cada día estaba peor.

 

-¡Cállate! Sólo estoy más sensible que antes. - resopló Bill yendo donde su hermano y se dejó caer a su lado.

 

-¿Por qué? ¿Algo hice mal? - Frunció el ceño éste.

 

-No, tú no has hecho nada mal. - Se acurrucó en el pecho de su hermano mayor y enseguida cerró sus ojos.

 

-¿Te sientes... mal? - preguntó con una voz suave y delicada el mayor de ambos, el aludido negó con la cabeza. - Si es así, solo dímelo. - murmuró Tom pasando una de sus manos sobre los cabellos de Bill de lado a lado con movimientos sutiles. El menor suspiró y buscó la mano libre de su igual para entrelazarlas.

 

-Solo... me siento un poco cansado. - murmuró el cantante.

 

-Si quieres llamo a un... doctor. - siguió acariciando aquellos pelos azabaches y lacios de su hermano.

 

-No... No es necesario. - el cantante seguía con sus ojos cerrados.

 

Se mantuvieron en silencio por unos instantes, el guitarrista seguía con sus caricias y el pelinegro sólo respiraba calmadamente provocándole una sensación muy grata a su hermano mayor.

 

Pero...

 

Bill se paró bruscamente del sofá en el que se hallaban sentados y corrió al baño. Su hermano preocupado fue a verlo, y antes de entrar al baño el menor cerró la puerta en sus narices. De adentro se escuchaba que el cantante estaba vomitando.

 

Luego de haberse comido casi todo lo de la nevera y ahora lo vomita todo. De seguro algo le hizo mal... pensó Tom.

 

Del baño salió un Bill muy pálido, con cara de enfermo y desanimado.

 

-Me voy a acostar. - suspiró.

 

-¿Por qué vomitaste?

 

-¡Que se yo! y no me persigas.

 

El menor iba para su habitación perseguido insistentemente por su gemelo.

 

-¡Estas terriblemente sensible! - se quejó el de trenzas.

 

-Cállate, tu voz me molesta. - gruñó el pelinegro.

 

-¿Por qué? ¡¡Ahora que hice!!

 

-No sé, déjame solo.

 

-¿Por qué?! Ni siquiera se que te pasa.

 

-No te importa. - el pelinegro ni siquiera le miraba.

 

-Bill, ¿que mierda?

 

-No me hables.

 

-¿Por que?

 

-Porque quiero, además sal de aquí.

 

-Aunque sea mírame. - dijo Tom insistente.

 

-¡¡Sale de mi habitación!! - se dirigió todo histérico al frente de Tom para empujarlo fuera de su vista. Dio un portazo de aquellos que te estremecen hasta el alma, y su hermano no supo más que sorprenderse.

 

Algo hizo mal o Bill tenía un muy mal día.

 

Mientras adentro el pelinegro prendía la televisión intentando buscar algo que ver.

 

Se sentía horrible, pésimo y hasta patético. Le dolía el estomago y la cabeza... y sentía unas ganas terribles de comer muchos dulces. Pero no podía, iba a engordar.

 

Si, en realidad ya sabía el por qué. Pero tenía miedo de contarlo, y si Tom... era un cobarde y... ¿le rechazaba? Varios pensamientos así le invadieron su cerebro, mientras sus oídos captaron el sonido de la lluvia caer afuera. Comenzaba a llover fuertemente.

 

Puso una mano en su estomago y lo comenzó a masajear levemente. Sin duda se moría del miedo. Sus ojos se aguaron haciendo que su vista se nublara inevitablemente.

 

Se mareó de pronto y solamente cerró sus ojos como queriendo alejar su mente de allí y poder aunque sea retroceder un poco el tiempo. Y como un pequeño río empezaron a salir gotitas de sus ojos.

 

-No llores, idiota. - se dijo así mismo y se secó rápidamente sus lágrimas.

 

Interrumpiendo ese momento íntimo que estaba teniendo consigo mismo el cantante, entró su gemelo con una mirada preocupada.

 

-¿Por qué llora mi muñequito? - susurró medio apenado. - ¿hice algo mal? - su voz era cada vez más suave.

 

-En cierta parte es tu culpa... - aclaró el pelinegro.

 

-¿Por qué?

 

-No preguntes más... y ven. Acuéstate conmigo a ver tv. - proporcionó pequeñas palmaditas al costado de su cama invitando a su hermano a acostarse con él. El guitarrista fue enseguida a su lado y se acostó abrazándolo cariñosamente.

 

El reloj marcaba las 10 pm de la noche y afuera seguía lloviendo intensamente. Hasta algunos truenos se escuchaban.

 

-¡¡Un trueno!! - gritó el guitarrista espantado.

 

-Ay Tom, no seas cobarde. - rió Bill juguetonamente apretándole las manos al trenzado en un acto divertido.

 

-Les tengo miedo... - abrió sus ojos como platos al tiempo que entrelazaban sus manitos.

 

-Lo sé, y eres un cobarde con letra mayúscula, así; COBARDE. - dijo marcando la última palabra con énfasis, se seguía riendo y burlándose de su igual.

 

-¿Cobarde yo? yo no me llamó Bill y ¡no le tengo fobia a las arañas! - esta vez el que se rió fue Tom.

 

-¿Te burlas de mi fobia? - dijo el pelinegro ofendido en broma.

 

-¡Siii! - contestó el trenzado en un tonto en extremo infantil.

 

-¡Oh!, ¡escucha, truenos! - dijo Bill riéndose por la cara que había puesto Tom.

 

-Joder, esto es una tormenta. - lloriqueó el guitarrista y se abrazó al cuerpo de su hermano fingiendo temor.

 

-Que tierno tú. - se rió Bill al oído de su hermano. - eres un bobo cobarde. - susurró.

 

-Y tu igual. - Tom hizo un puchero y puso su cabeza en el pecho de Bill. Éste como acto inconsciente comenzó a acariciarle las trenzas con cuidado y dulzura.

 

-Eres un bobo al que amo. - murmuró el cantante apagando la televisión.

 

-¿Por qué la apagas? - preguntó el trenzado hundiendo su cabeza esta vez en la almohada.

 

-Esta aburrida...

 

Tom no dijo nada, solo se acomodo más en su posición para agarrar a Bill un poco brusco y acurrucarlo en sus brazos.

 

-Bruto. - se quejó éste rodeando sus brazos alrededor de la cintura del mayor.

 

-Lo siento...

 

La lluvia golpeaba el vidrio de aquella habitación con fuerza haciendo el típico sonido de la lluvia. Hacía frío, ya que a ambos le salía vapor por la boca.

 

Tom acariciaba el pelo lacio y azabache de su pequeño con cuidado, mientras Bill escuchaba el latir del corazón de Tom calmadamente.

 

Parecía que nada les importara a ambos... bueno. Solo parecía.

 

Ya eran las 11 pm y Bill ya tenía un poco de sueño.

 

-Creo que dormiré. - dijo el cantante sentándose en la cama nuevamente.

 

-No sin antes mi beso. - reclamó Tom.

 

-Si eso quieres. - rió Bill.

 

Sus labios se presionaron tiernamente unos escasos segundos para luego separarse.

 

Pero Tom quería algo mayor.

 

-Bill, te amo... - murmuró despacio dándole otro beso a Bill con cuidado. Y así sucesivamente.

 

Bill besaba a Tom, para luego Tom besar a Bill. Se succionaban los labios prácticamente, saboreando su sabor como de costumbre.

 

Ya estaban algo acalorados, rozando sus suaves pieles con una delicadeza única. Comenzaban a amarse con cuidado.

 

Con delirio comenzaron a sumergirse en un profundo beso que no pretendía terminar. Las sábanas eran testigo de lo prohibido, de lo que nunca ellos debieron de hacer. Un beso tras otro, otra caricia tras otra y, el mundo parecía desaparecer a sus pies sin saber lo malo que estaba, o en realidad malo lo veían los demás, menos ellos dos. No querían despertar de lo que parecía mágico, no querían rendirse tras esa locura que empezaba recién. Querían más y más riesgo. Solo querían amarse y ser felices de alguna forma. La droga de ambos era simplemente amarse y sentirse.

 

Crearon una atmósfera como siempre, solo existían ellos dos y nadie más que... ellos.

 

Más besos, más caricias. Nadie se enterará, nadie deberá enterarse. Un río de besos recorría la espalda del cantante de apoco con cortos besos húmedos.

 

La ropa ya comenzaba a sobrar, Bill solo tenía los pantalones puestos y Tom igual. El frío no importaba, solo importaba que ellos estaban allí unidos solo por el amor.

 

-Más, más. - Pidió en un débil jadeo el cantante al sentir que el río de besos iba llegando al final de su espalda.

 

-¿Más besos? - Preguntó su gemelo que estaba encima de su pequeño, para ser exacto sentado atrás de él.

 

Al ver que éste había asentido, obedeció esa orden al pie de la letra y comenzó a besarle de nuevo, esta vez el cuello chupándolo y besándolo con cuidado. Bill gimió de placer.

 

El menor se dio vuelta para que sus miradas se encontraran nuevamente, atraparon sus labios para lograr sumergirse nuevamente en un apasionado beso. Mientras el cantante jugaba con las trenzas de Tom, éste le sostenía de la cintura. De tanta caricia que se proporcionaban mutuamente el pelinegro logró desarmar unas trenzas de su hermano, pero eso era lo que menos importaba.

 

Ya todo parecía esfumarse de sus cuerpos, la cordura y la vergüenza que pudieran tenerse.

 

Bill al darse cuenta de estar abajo envolvió la cintura de Tom con sus piernas. Ambos rieron.

 

-Te quiero... - susurró Tom proporcionándole un leve beso en los labios a Bill.

 

-Yo igual...

 

El cantante gimió al sentir todo el peso de su hermano contra él a la vez presionando sus miembros. Ya estaban algo... duros.

 

Siguieron besándose, sintiendo como los truenos y la lluvia allá afuera aumentaba.

 

-Los truenos siguen. - dijo Tom un poco asustado.

 

-Que importa, están afuera... no aquí adentro - suspiró Bill medio hostigado.

 

Entre más besos y más caricias la ropa se fue esfumando hasta que ambos ya estaban completamente desnudos y sudados.

 

Se miraron atentamente y el cantante no se resistió a besar a su hermano, mientras éste con todo su esfuerzo trataba de no caer sobre su hermano bruscamente.

 

Sus respiraciones agitadas y entrecortadas le golpeaban la cara haciendo que respiraran el mismo aire, por así decirlo. Ya cansados y excitados decidieron parar un momento y Tom se recostó sobre Bill poniendo su cabeza en su pecho.

 

Sobre sus bocas aún salía vapor, solo que ahora las ventanas estaban más empañadas que antes.

 

Bill cogió una mano de Tom y se la beso tiernamente. El guitarrista rió con una risa traviesa y de niño pequeña, esa que tanto le caracterizaba.

 

-Lo hago solo porque amo todo de ti. - susurró el cantante rozándole la palma de la mano con su aliento, respondiéndole la pregunta que se hacía Tom mentalmente.

 

Sus erecciones se tocaban haciendo un roce algo excitante, pero Bill no quería llegar más allá, en realidad no podía.

 

Siguieron besándose por un largo rato, jadeos salían de la boca de ambos... como casi todas las noches.

 

Tom intentó introducir unos de sus dedos en la entrada de Bill para lograr dilatarlo, pero éste se evadió rápidamente.

 

-No. - dijo con su voz entrecortada.

 

-¿No?

 

-No quiero Tom.

 

-¿De nuevo te enojaste? - se quejó Tom con toda la "inspiración" cortada.

 

-Siente, cariño... - tomo una mano del mayor y la guió a su estomago.

 

-¿Te duele la pancita? - pregunto preocupado.

 

-No... - negó éste moviendo su cabeza de lado a lado.

 

-¿Entonces qué?

 

-Siente que allí dentro... hay otra pequeña vida por nacer, Tom. - pronunció con voz aterciopelada y tierna.

 

-¿Estas hablando enserio?

 

-Yo nunca te mentiría con algo así. - dijo Bill apunto de las lágrimas.

 

-No sabes... lo feliz que me haces. - murmuró Tom besando la frente de su amado. - esta es la mejor noticia que me pudiste dar. - tragó saliva con pesadez notoriamente emocionado.

 

-Pensé que reaccionarías mal... - confesó Bill derramando lágrimas.

 

-Contigo nunca, mi vida. - le dio un corto beso en los labios secándole aquellas lágrimas y se sentó al lado de él.

 

-Perdóname por portarme mal contigo... - se disculpó Bill sollozando.

 

-No importa, tontín. Yo solo quiero que estés bien. -dijo tomando al cantante en sus brazos acostándolo sobre su sudado pecho. Aún seguían agitados...

 

Ambos enredaron sus piernas proporcionándose calor mutuamente en esa fría noche y Bill se abrazó más a Tom como si su vida dependiera de él. El guitarrista luego de eso tomo una mano del cantante y entrelazo sus dedos y le beso la frente.

 

-Te amo... - susurró. - los amo, a los dos. - puso su mano libre en la parte baja del estomago de Bill acariciando esa parte suavemente.

 

-Yo igual... - dijo Bill respirando en el pecho de su gemelo y Tom solo sentía ese leve aliento provocándole una sensación muy placentera.

 

-Siénteme... cariño. - repitió Bill entre sueños, luego de ya haberse quedado dormido.

 

-Te estoy sintiendo como nunca antes, mi amor. - murmuró Tom besándole el pelo a su pequeño con cuidado procurando no despertarlo y con menudo esfuerzo intentó subir las sábanas para que no se resfriaran. Tenía que cuidar a su gemelo mucho más que antes.

 

El guitarrista ya contaba los días para ver nacer a su bebé, fruto del amor más puro de todo el mundo... y poder mostrárselo a todos presumiendo con algo de rebeldía que pudo encontrar a su alma gemela... que hasta nació junto con ella.

 

Con ese pensamiento en mente... sonrió dejándose llevar por el sueño y la encantadora y a la vez entristecedor sonido de la lluvia.

 

A la mañana siguiente, Tom despertó lo más temprano posible para prepararle el desayuno a su pequeño. Se vistió con lo que encontró primero y fue a ver lo que había para comer.

 

En la bandeja que sostenía con sus manos traía: tostadas con mantequilla, jugo de naranja y bueno el típico desayuno.

 

-Bill... - le llamó luego de haber llegado a su destino.

 

-Quiero dormir... - susurró éste entre sueños.

 

-Te tengo una sorpresa...

 

-¿Enserio? - dijo entusiasmado el menor despertándose enseguida.

 

-Lo sabía, eres un interesado. - rió Tom al ver la cara de su igual.

 

-Oh, eso es mentira. - ese quejó éste.

 

-Pero mira, un desayuno para ambos...

 

Bill no dijo nada y solo sonrió besando al guitarrista. - gracias. - le murmuró al oído.

 

-Y, eso no es todo. - dijo Tom al separarse de su gemelo.

 

-¿No?

 

-No, mira te traje esto. - sacó de su bolsillo un regalo. - un regalo. - sonrió triunfante pasándole aquella caja a su hermano.

 

-Gracias de nuevo. - se sorprendió el cantante abriéndolo. Al abrir la caja se encontró con una hermosa pulsera negra. - vaya, esta muy linda. - la sacó con sumo cuidado y se la puso.

 

-Ambos traeremos una igual... - dijo el guitarrista mostrando su muñeca con la pulsera.

 

-¿Eso será como un lienzo de nuestro amor?

 

-Exactamente. - asintió el trenzado.

 

Luego se recostó al lado de su gemelo para comer su desayuno, afuera ya no llovía y el sol ya no era tapado por las nubes...

 

Sí, ambos estaban muy ansiosos por ver nacer a su bebé... ahora ya nada importaba. Absolutamente nada.

 

 

Notas finales:

Mi primer Mpreg, en realidad nunca se me había ocurrido escribir uno. Acepto todo tipo de crítica, siempre que sea para mejorar, lo siento si hay faltas ortográficas.. y eso c: Besos a todos y ojala les haya gustado ^^ Comenten

 

Chao!!


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