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Time over love. por shudyeer

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Notas del capitulo:

Hola!! lo sé dije que ya pero no puedo!! no cuando quede tan mal con "El club de los divorciados" y en cuanto tuve esta idea dije: es genial! quiero escribirla. Y como ya está más avanzada la iré subiendo poco a poco, para no presionarme ésta vez.

Yu Gi Oh no me pertenece, solo uso los personajes con fines de entretenimiento. 

 

 

Capítulo 1

 

Preparatoria Domino. Lunes 7:50 am. Salón 2-D.

En unos cuantos minutos la primera clase del segundo semestre dará inicio y para variar un par de problemáticos están dándose los buenos días después de haberse extrañado todas las vacaciones.

— ¿Te puedes callar ya?

 Espetó malhumorado el oji-azul desde su asiento. Hace solo cinco minutos que Joey, gracias a Dios, había llegado puntualmente y ya estaba poniéndolo de mal humor.

— ¿Y a ti que, estúpido ricachón? No te metas en donde no te llaman.

Reclamó Joey de mal modo. Había empezado su día muy mal y no solo por los inconvenientes resultantes de no cambiar su reloj conforme al cambio de horario, también sus problemas familiares le “endulzaron” la mañana. Joey había estado comportándose normal frente a sus amigos, sin embargo solo necesitaba un pretexto para explotar, lo que menos deseaba esa mañana era saber que estaría otro año soportando los insultos de Kaiba.

— Pero si  tus gritos se escuchan hasta el salón contiguo y todos en el patio se enteran de que película viste anoche. — exclamó Kaiba con una sonrisa ladina.

Joey notó que había perdido la pelea y apretando los puños evitó hacer un puchero que lo hiciera parecer infantil y se dirigió hasta el asiento de Kaiba para encáralo.

— Si no te gusta te puedes largar.

— ¡Ja! ¿El perro me corre a mí? Deberías reconsiderar a quién le estás hablando así, perro.

Seto hizo énfasis en su apodo favorito para Joey logrando  que por fin el rubio perdiera los estribos y  se le lanzará  con el puño cerrado directo a la cara, tirándolo de su asiento al asestar tremendo puñetazo.

 Confuso, Seto se levantó del suelo y atrapó a Joey por el cuello de la camisa, estampándolo con todas sus fuerzas en la pared más cercana, como un animal poseso, sin dar crédito a que por fin el perro se le haya rebelado de ese modo tan violento. Lo miró directamente y le propinó un golpe justo en la boca, abriéndole el labio inferior.

Por su cuenta Joey forcejeaba por zafarse del agarre del ricachón, lanzando patadas al aire logró alejarlo mientras se recuperaba por el puñetazo. Sintió algo caliente resbalar por su labio y en seguida imagino la gravedad de la pelea, Kaiba iba en serio. Se limpió la sangre con el dorso de la mano y sonrió juguetón, listo para llevar la pelea al siguiente nivel. Se lanzó de nuevo contra Kaiba intentando conectarle un golpe directo en el estómago pero fue evadido por el castaño que logró inmovilizarlo con un efectivo agarre en la muñeca.

Ambos se miraron desafiantes, pero también incrédulos, ni ellos se imaginaban capaces de golpearse, sin embargo hasta parecía que lo disfrutaban. 

— ¡Deténganse!

Ordenó el  pequeño Yugi, abrazándose al cuerpo al de Kaiba en un fútil intento por detenerlo. Mientras tanto Joey ya era sujetado por su amigo Tristán que trataba de separarlos.

— ¿Qué se supone está pasando aquí? — Exclamó furioso el profesor desde la puerta, fulminando con la mirada a los responsables. —¡Kaiba, Wheeler! A la dirección.

El maestro tomó a Joey del brazo invitándolo a salir. Joey hizo un mohín deshaciendo el agarre del profesor caminó delante del instructor con las manos en los bolsillos. Seto hizo un gesto de desagrado y les siguió. Mientras caminaba no pudo evitar tocar su frente, justo al nivel de la ceja pudo detectar sangre, sí odiaba mucho a ese desgraciado perro.

 

En la hora de receso los amigos del rubio lo esperaron en su lugar favorito para almorzar y enterarse en que había terminado su conflicto con Kaiba

— Y entonces cambió de opinión y aceptó. — Finalizó Joey su relato dando un sorbo a su juguito con desdén, dejando en sus piernas el resto de su almuerzo.

— ¿Cómo fue que todo acabo así? — preguntó  Tea. — siempre te peleas con Kaiba pero jamás lo golpeas.

— Pues valla que estabas de mal humor,  hiciste sangrar al ricachón… ¡Así se hace amigo! — Felicitó el castaño a su amigo recibiendo miradas acusadoras por parte de los otros dos amigos— digo… ¡ejem!  No Joey, eso estuvo mal, eso no se hace, estas siendo más impulsivo que de costumbre. — corrigió Tristán dándole unos golpecitos en la espalda a su amigo rubio. — ¿Oye te vas a comer tus papas fritas?

Joey ofreció la charola con papas a su amigo sin mucho interés, dejando a todos boquiabiertos. Joey Wheeler cediendo su comida como si nada, debía de estar realmente mal.

— ¿L-le diste tus papas a Tristán? ¡Pero si apenas si mordisqueaste tu onigiri!

— ¿Eh? ¿Qué hice qué?

— Nos estas asustando Joey… pero, volviendo al tema, en eso tiene razón Tristán, no sueles ser tan impulsivo, bueno sí, lo acepto haces cosas muy apresuradas pero regularmente sabes comportarte, sin embargo ésta vez es más serio. — Dijo Yugi con preocupación. — ¿Seguro que no pasa nada más? Sabes que somos tus amigos y cuentas con nosotros para todo.

— Perdona Yugi,  es solo que hoy… tuve un mal día — Confesó Joey dejando que su ánimo decayera por unos minutos al recordar los problemas con su padre. — A veces desearía — Continuó diciendo Joey en tono melancólico. — poder regresar el tiempo o por lo menos poder viajar en él. De esa forma no cometería errores… o podría repararlos.

— Sabes viejo — Interrumpió Tristán alegre. — yo he pensado exactamente lo mismo que tú y he decidido que yo construiré un aparato para viajar en el tiempo.

— ¡Ajá!— Espetó Tea con burla— Y luego tú, ni sabes cómo funciona tu celular, ya parece que harás algo así de importante.

— ¿Qué? No es necesario usar algo electrónico…

— ¿Entonces como harás que funcione?

— Bueno… podría ser cualquier cosa.

— ¿Cómo qué?

— ¡Como una papa frita! — Dijo Tristán triunfante levantando la papa en alto.

— Pues comparte tu papa milagrosa que yo sí quiero regresar el tiempo.

Joey arrebató la papa frita de las manos de su amigo y la comió sonriendo, tratando de alegrar el momento, todos rieron por tal ocurrencia y antes de que Joey pudiera decir la siguiente tontería un mareo paralizó su cuerpo y comenzó a alucinar lucecitas de colores psicodélicos.  Su mente parecía  abandonarlo, era una sensación muy extraña y desagradable. Los mareos fueron tan abrumadores que Joey se abandonó  a si mismo esperando despertar y saber que pasaba con él.

Su cuerpo se estrelló contra el piso frio. Joey se alegró de volver a sentir, aunque fuera ese golpe. Abrió sus ojos pausadamente tratando de reconocer en donde estaba y qué estaba pasando.

— ¡Te dije que no estuvieras jugando!

Joey escuchó una voz familiar gritonearle, pero estaba aún aturdido como para pensar. Las imágenes estaban tan difusas en su mente que apenas si podía saber que estaba en una habitación.

— Y le tiraste comida… ¡¿Cómo supones que se va a quitar eso?! — El propietario de la voz se paró frente a Joey. — Mira viejo, si sigues jugando nunca tendré…progresos… ¿Joey?

— ¡Tristán! — El rubio por fin enfocó correctamente y se alegró de reconocer a su amigo a pesar de que lucía un poco extraño. — ¿Oye que rayos pasó? Me sentí bastante mal, incluso tengo nauseas. Se me hace que esa jodida papa frita tenía unos alucinógenos bien poderosos.

— Ese uniforme… es de la preparatoria ¿Cierto?

— No, es el de mi trabajo. — Dijo sarcástico Joey levantándose del suelo acomodándose las ropas. — ¡Pues obvio que sí! ¿Por qué haces esas preguntas tan tontas?

— ¡Funciona!

— ¿Qué funciona? — Espetó el ojimiel sin comprender nada de lo que su loco amigo decía saltando  por todo el lugar. — ¡Oye espera! Ya que hablamos de atuendos… ¿Por qué traes esa bata puesta? Si hoy no tenemos laboratorio — el rubio continuó inspeccionando a su amigo dándose cuenta de algunas diferencias. — ¿Desde cuándo usas lentes?

— ¿No entiendes? — Tristán detuvo su celebración por un segundo para explícale jubiloso la situación a su lento amigo— ¡Estás en el futuro! ¡Soy un genio!

— ¡La papa mágica me trajo hasta aquí! — Joey abrió sus ojos como platos para luego hincarse a los pies de su amigo con lágrimas en los ojos. — ¡No vuelvo a dudar de ti, compadre!

 — ¡No fue la papa! Fue mi máquina del tiempo.

Dándole un pequeño golpe en la nuca, Tristán mostró al rubio su asombroso invento, la máquina del tiempo. Era un artefacto muy sofisticado, parecía un espejo con un borde de luces azules y a la derecha tenía un controlador, que consistía en una pantalla de cristal con muchos números. Tristán explicó para que servía cada detalle de la máquina, por supuesto Joey ni entendió para que servía cada uno, solo podía observar con tristeza que su desayuno ahora estaba embarrado en toda la máquina. Por supuesto, Tristán también le explicó cómo era que había llegado allí. Según Tristán y sus teorías su Joey futuro debería de estar justo ahora en donde Joey del pasado había estado por última vez, además le dijo las consecuencias que probablemente esto traería a sus respectivas vidas, abriendo mundos paralelos.

— Entonces, suponiendo que todo es cierto ¿Esto me afectará?

— De alguna forma, pero le dije a tu Joey futuro que tuviera cuidado con lo que hacía,  mientras otros no se vean realmente afectados por esta visita todo estaría en orden.

— No acabo de entender. — Dijo Joey rascándose la cabeza confundido.

— Bueno, ni falta hace. Ahora solo sé que necesito limpiar toda la comida que dejaste embarrada en mi bello experimento. Tengo que hacer ajustes y discutir los resultados contigo.

— Me das miedo… suenas inteligente ¡Quién lo diría!

— Oh sí, yo también me vi afectado por  una revelación,  algún día te contaré. Ahora ve y escribe en una hoja todas tus impresiones, sensaciones, lo que quieras, todo es información.

Joey miró incrédulo a Tristán moverse alrededor del aparato para reparar y hacer cálculos en las impresionantes computadoras que poseía.

— En el futuro eres aburrido. ¡Oh sí! Casi lo olvidaba ¿En qué año estoy?

— Programe esto para enviarte siete años en el pasado. — Explicó Tristán deslizando sus dedos por una pequeña pantalla transparente que guardaba en su bolsillo. — ¿Qué edad tienes?

— Diecisiete.

— ¡Oh! es completamente correcto, Tú Joey actual tiene 24 años.

— Y así es el futuro ¿Eh? — Se dijo Joey a sí mismo sonriente alzando una ceja, incrédulo — nada mal…

 

~~e2;~~

— ¡Que demo…

Los tres chicos se llevaron una gran sorpresa al ver como el cuerpo de su amigo era absorbido por  una luz cegadora que les impidió ayudarlo, lo único que pudieron hacer fue cubrir sus ojos. La luz brillante desapareció permitiéndoles por fin acercase hacia donde su amigo.

— ¡Joey! ¿Estás bien?

— ¡Auch! Eso… no me dolió, extrañamente… pensé que iba a ser un fuerte golpe— Dijo Joey extrañado revisando su cuerpo y luego mirando a su alrededor.

— ¿Cuándo te cambiaste de ropa? — Preguntó Tea mirando que su rubio amigo ya no portaba el uniforme escolar, ahora portaba un pantalón de mezclilla negro y una camisa roja con un estampado de letras extrañas en color negro.

— ¿Qué cuando qué? — Joey enfocó a sus tres amigos y deduciendo lo que había pasado sonrió  emocionando. — ¡Lo lograste Tristán!

— ¿Qué yo qué? Oye Joey en serio estás raro… ¿Qué pasó?

— ¡La máquina funciona! soy Joey del futuro.

— No me digas que la papa frita te trajo hasta aquí.

Comentó Yugi sin dar crédito al joven rubio. Examinándolo detenidamente era Joey pero era cierto que se veía más maduro, su cabello estaba más largo  además de que tenía algunas perforaciones en su lóbulo derecho.

— ¡Joder! Tristán me dijo que no dijera nada… oh rayos…¿Ahora qué hago? 

— ¿Qué tanto murmuras?

— No, nada jeje — Joey sonrió nervioso y se levantó de asiento— Creo que iré al baño…

Los tres observaron a su amigo retirarse  por detrás de los edificios.

— ¿Qué rayos está pasando? Por allí ni están los baños. — Dijo Tristán mirando extrañado a sus amigos.

Sin saber si creer o no en ese Joey que tenían frente suyo, el trío de amigos comenzó a discutir sus opiniones.

~~Ø~~

— Oye… Tristán, amigo...

— ¿Qué quieres? No vez que estoy ocupado.

— Si, ya sé pero es que estoy aburrido. ¿No tienes videojuegos o algo así en estas computadoras?

— Ya casi termino, no te desesperes. Necesito mandarte lo antes posible al pasado.

— ¿Por qué?

—  Para que tu yo futuro no haga ningún desastre dimensional.

— Pero ya es de noche. — Insistió Joey haciendo pucheros y manoseando las computadoras. — Estoy MUY aburrido.

Una luz roja parpadeo al mismo tiempo que un sonido muy similar al de un típico timbre inundo el laboratorio. Tristán presiono un botón y en la pantalla apareció un castaño de ojos azules.

— Kaiba… ¿Qué ocurre? — Preguntó Tristán a la pantalla sin abandonar su trabajo.

— Ya sabes que ocurre — Respondió de mal modo Kaiba— ¿Esta Joey allí sí o no?

El nombre Kaiba le crispó los nervios a Joey, haciéndolo recordar el incidente de hace unas horas, probablemente el idiota del ricachón venía a buscar pelea de nuevo y Joey Wheeler estaba más que dispuesto a romperle la cara, sin importarle en que tiempo estuvieran.

Continuará>>>>

 

 

Notas finales:

Y ésto es solo el comienzo, jojojo ya verán q descubrieron nuestros Joey en su viajecisto. 

Nos leemos.


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