Yo sé que las palabras se las lleva el viento
Que por las veces que he mentido
Es muy difícil que creas en mí
Quién no se ha equivocado y por error
Ha herido un corazón
Pues que tire la primera piedra
Esta noche me arrodillo por tu amor
- Byakuya… pásame a Inuyasha, se que esta contigo… dios… no quiero perderlo *sollozando*
- Eso debiste pensarlo mejor, antes de revolcarte con esa mujer… Naraku, cuantas veces no te dije que te detuvieras?... que podrías perder a tu esposo y sin embargo no quisiste escucharme. Ya es tarde hermano, no hagas las cosas más difíciles, no solo tú estas sufriendo, Inuyasha también lo hace.
- Byakuya… convéncelo, dile que hable conmigo, no quiero perderlo, ni a el, ni a mi hija.
- Lo intentare Naraku, pero no puedes culparlo sino quiere.
Conto los minutos de su tardanza, aquella agonía embargaba su ser completamente; jamás pensó sentirse así, desesperado, desolado, con su orgullo rastrillado por el suelo, pero eso y mucho mas seria, si su esposo lo abandonaba.
Era un estúpido, cuantas veces no se lo habría dicho su hermano… pero hasta ahora lo corroboraba, y, por estúpido perdería a Inuyasha y a su hija.
Perdón te fallé y no fue esa mi intención
Por unas noches de aventura
Hay un dilema entre tú y yo
Fui infiel, lentamente me consumo en el dolor
Que me parta un rayo si te miento
Arrepentido en mi interior.
- Que quieres?
- Inuyasha… mi vida… perdóname, por lo que mas quieras… no me dejes
- Perdonarte?... Naraku… crees que pueda perdonarte?... llevas seis años engañándome… los tres años que llevamos de casados y los tres años de nuestra hija y… * llorando* … eres tan sínico que vienes a pedirme perdón?
No soy aquella niña la que ayer robaste un beso,
El arcoíris que alumbraba mis mañanas
Ha perdido su color.
Cuando se pierde la confianza de quien amas
Ya no hay nada no hay razón
Por continuar esa novela
Si el guión se trata de traición.
¿Perdón?, ¿de qué? no me vas a convencer
Por tantas noches de amargura, la soledad en mi habitación
Me fuiste infiel, no te hagas el loco la víctima soy yo
Que me parta un rayo
Si te perdono adolorida en mi interior.
- Inuyasha… por favor
- Naraku… olvídalo… Izayoi y yo nos mudaremos a otra ciudad y deja de estar rogándole a Byakuya que sea tu mediador, no lo hará mas… esto es lo mejor para ambos.
- Inuyasha… no… no… por favor
- Adiós Naraku *colgando la llamada*
No, te alejes de mí.
No, no, no. Mi Corazoncito no palpita sin ti
Para el peli-plata era demasiado doloroso, su esposo le había sido infiel durante seis años, y el por tonto o tal vez distraído, no se había percatado de ello. Siempre pensaba ¿que había hecho mal?... ¿era tan poca cosa para que su marido buscase otra compañía?
Recordaba que el día de su sexto aniversario, había comprobado con sus propios ojos la infidelidad de su esposo. Había dejado a su hija a cargo de su hermano Miroku y Byakuya, y a este segundo le pido prestadas las llaves de la oficina de su conyugue.
Pensaba darle una sorpresa a su azabache, pero la sorpresa se la llevo él; porque, al entrar a la oficina, lo vio teniendo relaciones con su secretaria… Aun recordaba la cara que había puesto su esposo cuando lo vio ahí parado… noto asombro, tristeza, culpa… tantas emociones perfilaban aquel fino rostro, y el, con lagrimas en sus finos ámbar tan solo pudo decir “Gracias por este regalo de aniversario”.
Después de eso, llamo a su hermano y le pido que cuidara a su hija toda la noche, no quería que su pequeña lo viese en ese estado deplorable. Luego de unas horas de caminata, dio con un pequeño bar… en el cual, jamás imagino, conocer la persona que sellaría sus heridas.
Demasiado sin sabores,
Voy en busca de amores lejos de ti.
FLASH BACK
Al llegar al bar, pidió en la barra lo mas fuerte en alcohol que hubiese, no le importo llorar en aquel lugar, ni tampoco las miradas furtivas que recibía; el solo quería sumirse en el alcohol y olvidar sus penas.
El tiempo fue efímero en ese momento, no era consciente de cuantos tragos llevaba, se sentía ebrio, sin ánimos y motivación de seguir; estaba recostado en la barra, con sus sentidos fundidos… solo podía percibir un hilillo de voz que susurraba a su oído.
- Señor… señor… estamos por cerrar
- No puedo moverme… estoy… demasiado ebrio
Aquello fue lo único que recordó, sin saber como, despertó en una mullida cama, recorrió la habitación con su mirada y se percato que estaba en casa de su hermano Miroku y su esposo Byakuya.
Su hermano le comento que un joven de cabellos grises lo había traído hasta la casa en un taxi, sin pedir nada a cambio, tan solo menciono que lo había hecho por un acto de caridad.
En la tarde, visitó de nuevo el bar, quería agradecer aquel sujeto su bondadosa ayuda; así lo habían educado sus fallecidos padres y era algo que les agradecería toda la vida.
Llego a la barra y le pregunto a un peli castaño si allí trabaja el personaje descrito por su hermano.
- Sesshoumaru, te solicitan en la barra
- Voy Kouga
Aquel timbre de voz se le hizo familiar, después de divagar en sus recuerdos, logro recordar donde la había escuchado; era la misma voz del hombre que intento despertarlo cuando yacía borracho en ese lugar.
Cuando estuvo frente a él, noto su cabello gris-albino y ojos color miel, piel nívea y ese extraño tatuaje en mitad de su frente… sin dudas, esta era la persona que su hermano le había relatado.
- Disculpa… te llamas Sesshoumaru... cierto?
- Si… tu eres?… mmm… ya lo recuerdo, el joven de esta mañana. Te encuentras mejor?
- Ehh… si, yo… venia agradecerte… en verdad fuiste muy amable en llevarme a mi casa. Usualmente no bebo mucho y creo que me pase *sonriendo nerviosamente*
- No fue molestia, pensé que sino te ayudaba, podría pasarte algo malo.
- Gracias por tu preocupación… también, venia a pagarte el favor, soy de las personas que saldan cuentas… tu entiendes… por orgullo *sonrojado*
- Me encantaría, pero ahora mismo estaba alistando mis cosas, tengo que salir de la ciudad por negocios.
- Ohh, entiendo
- Si volvemos a encontrarnos, prometo dejarte saldar cuentas
- Y yo no espero que sea de otra forma *sonriendo*
Necesito un nuevo amor y compasión
Que me cure la herida y el dolor
Salió de aquel lugar con una idea en su cabeza, al igual que el albino, se iría a otra ciudad, no de viaje; se marcharía para iniciar una nueva vida al lado de su hija… sin remordimientos… sin lamentos…sin sufrimiento… sin Naraku.
Al llegar a casa, le dio la noticia a Miroku, este se entristeció ante el hecho, pero sabia que era lo mejor para su hermanito; con el dolor en su alma, ayudo al peli-plata menor a empacar sus cosas y las de su sobrina… cuando extrañaría a la pequeña Izayoi.
Inuyasha aparto dos boletos para la ciudad de Kioto, allí la familia Taisho tenia una propiedad, la cual solo era conocida por su hermano y por él…Naraku jamás los encontraría. Pensaba viajar esa misma noche, sabia que esperar mas tiempo era darle oportunidad a su esposo para tratar de arreglar las cosas y la verdad… no lo quería… temía que aquel hombre que tanto amor le prometió, lo defraudara de nuevo.
FIN DE FLASH BACK
Era consciente de todo lo que dejaba atrás, su hermano, sus amigos, sus recuerdos, su amada ciudad; pero era un sacrificio que debía tomar si quería volver hacer feliz.
Pensó muchas veces en perdonar a su esposo, una cosa seria haberlo engañado durante su matrimonio, pero traicionarlo sabiendo que tenían una hija, era imperdonable… no quería que su niña creciera frustrada al pensar que su padre no la quería...que su padre prefería a otras personas antes que a ella; definitivamente… no lo permitiría.
- Byakuya, muchas gracias por todo, te encargo mucho a mi hermano, cuídalo por mi
- No lo dudes… Inuyasha, en verdad crees que esto es lo correcto?... crees que es lo mejor para Izayoi?
- Créeme Byakuya, jamás en la vida había estado mas seguro… mm Byakuya, aunque Naraku te amenace, no le dirás ni una sola palabra donde estoy.
- Soy una tumba… cuídate Inu
- Inuyasha, muévete, ya llego el taxi
- Ya voy hermano… nos vemos Byaku
- Adiós
El azabache, acompaño a su hermano y sobrina al aeropuerto, su despedida fue triste, pero ambos pactaron en volver a versen prontamente.
Subió al avión con su hija a cuestas, haciéndosele dificultoso mirar el asiento asignado; su asiento quedaba al rincón, por lo cual pido permiso a la persona que yacía sentado, pero fue su sorpresa al ver a cierto albino.
- Sesshoumaru?