Twist of fate: "memories" por AmudielDerEnslaver

No… no es necesario que  me busquéis que estoy bien, cuanto lamento el haberme ido sin deciros nada papa, Tom, Dan, Andreas, Nathan y todos ustedes.No se por donde empezar a pedir perdón desde ya, pero es que necesitaba despedirme de mi pasado para comenzar un futuro nuevo a vuestro lado, juro que regresare, y que estoy bien.Cuando acabe con lo que necesito hacer…  

Alexander descansaba a su lado en el avión, mientras el le daba clic al botón “enviar” y veía desaparecer aquel corto mensaje de su laptop, esperaba que eso fuera suficiente para no preocupar demasiado a su padre, y sobre todo a Tom, esos últimos días habían sido inseparables, y a pesar de que varias veces se habían dado cuenta que durmieron juntos no le importo seguir buscando el cobijo de la seguridad que le daba estar con su gemelo.

Solo esperaba que lo perdonara por alejarse de el apenas cuando habían comenzado a tratarse, era algo que ni el tenia previsto pero su instinto y las ganas de al fin cerrar un triste episodio de su vida le habían obligado a hacer.

Huir de su casa, como un ladrón al lado de Alexander. Rumbo a Francia.

Fijo su vista por la pequeña ventana del avión observando el paisaje, el sol comenzando a ocultarse, ¿habría hecho bien?, sabia que no pero lo necesitaba tanto que no le importo, una azafata se acerco a preguntar si había algo que necesitara, “a Tom” pensó pero no se lo dijo, ella no podría traerle a su gemelo, así que simplemente espero a que el viaje culminara.

Ese 22 de Junio Francia estaba tan hermosa como la recordaba, a casi ocho días de la muerte de Anne, el aeropuerto de Poitiers-Biard, estaba algo lleno de gente esa mañana, y le trajo tantos recuerdos, el aire, el ambiente, la paz, y a la vez la intranquilidad de estar ahí en territorio enemigo.

   -tranquilo, nadie esta en Francia, y si lo están, estarán mas ocultos que preocupados en reconocerte – le dijo Alexander, en ingles para no dejarse entender.

   -aun así me pone algo nervioso que pudieran reconocerme por casualidad

   -no lo aran, nos moveremos bien, además recuerda que yo aun soy miembro, me mantendrán informado de sus movimientos al igual que yo los mantengo informados del mío, “a medias” – agrego pues el no les había dicho que vivía en Estados Unidos con Bill, si no que se ocultaba en algún lugar de Alemania.

   -ya… la verdad tengo hambre y lo que mas se me antoja ahora es volver a probar el Gougère – Alexander asintió.  

   -lo mejor seria encontrar un buen hotel y luego comer, no quisiera caminar con equipaje encima

   -esta bien 

Tomaron un taxi hasta el Citéa Poitiers Hotel donde se preocuparon de tomar un baño en su habitación doble antes de bajar a comer algo, en el restaurante del hotel no tenían el Gougere, así que salieron a un restaurante a un par de cuadras de ahí, se sentaron a comerlo mientras Alexander planificaba silenciosamente su siguiente paso.

   -escucha – le dijo esta vez en francés, el restaurante estaba vacío a esa hora de la media mañana, solo había una pareja mas aparte de ellos – para sacar lo que ya sabemos de la casa de Dorian necesitaremos mas ayuda Bill… se que no quieres pensarlo pero es simplemente imposible sin más gente – Bill frunció el ceño mientras deshacía con un poco de rabia su pastel.

   -pero Al… - dijo algo molesto - ¿Qué tal si ellos le avisan a Dorian de que estoy en Francia?

   -en primera Bill, Dorian no esta en Francia, y en segunda ellos jamás le avisarían, tu los conociste, aun que sean parte de la mafia como yo no son traidores, sabes bien que al igual que a mi los obligaron a ingresar.

   -lo se, pero es que la verdad tengo miedo, aun así no me iré sin el cofre de mama – declaro

   -no lo aremos Bill – dijo Alexander tomando un sorbo de café - ¿contestaron tu mail?

   -al menos unas 10 veces, pero ya les avise que estaré bien, aun que… Tom no me contesto, seguro esta molesto.

   -ya podrán reconciliarse cuando regresemos, no creo que nos tome mucho estar aquí

   -supongo que no – dijo Bill suspirando – bien si vamos a necesitar su ayuda, será mejor que los contactes cuanto antes, yo… iré a ver a mama – Alexander asintió comprensivo y salio del restaurante.

Al instante le llego un mensaje al celular, y lo abrió sin demasiado interés, por que por el momento se sentía triste, muy triste, pensó.

   -“nos vemos a las 8:00 en la habitación del hotel, espero traer buenas noticias” – leyó, el mensaje de Alexander y suspiro, se acabo su café con extrema lentitud planeando su día hasta que fueran las 8 de la noche y tuviera que encontrarse con Alex de nuevo.

*****

   -pero papa… ¿Cómo puedes contentarte con ese mensaje que incluso es posible que no sea de Bill? ¿Enserio no vamos a ir a buscarlo?

   -ya te dije que no Tom, de alguna manera confió en el, además esta con Alexander y por la cantidad de ropa que se llevo puedo adivinar que no esta en el país

   -pero… enserio – gimoteo molesto, el no confiaba para nada en Alexander – se supone que estaríamos juntos siempre – farfullo bajito y su padre no le entendió.

   -Tom no creas que no me preocupa, pero no quisiera obligar a Bill a estar aquí si decidió irse, además de que dijo que volvería en cuanto arreglara lo que sea que fue a hacer, a pesar de mi preocupación hay muy poco que pueda hacer, ni siquiera sabemos donde pudo haber ido, el mundo es enorme Tom.

   -ya, ya además están las elecciones ¿verdad?, ¿son mas importantes que tu hijo acaso? – le dijo enfurecido

   -¡no tengo opción! ¡Y por supuesto que no prefiero las elecciones ante Bill!

   -¡pues no lo parece papa! – grito Tom sin amilanarse, estaba molesto, con Alexander, con su padre y sobre todo con Bill, y culpándole de todo lo que lo extrañaba - ¡tráelo, trae a Bill de vuelta! – exigió

   -¿Por qué? ¿Por que querría el volver después de toda la mierda que le has estado haciendo el año entero? Mira creo que ya es hora de que me vayas diciendo que paso ESE día – Tom lo miro algo sorprendido pero debió admitir que su padre tenia razón, el había tratado muy mal a Bill, y cuanto se arrepentía.

   -eso es cosa de nosotros, y jamás se lo diremos a nadie – declaro sin alzar la voz, jamás rompería la promesa que se hicieron aquella noche después de la muerte de Anne – bien, si Bill puede irse tan campante yo también – dijo subiendo las escaleras a su habitación tratando de lucir tranquilo, aun que en realidad se moría de los nervios, por que su gemelo estaba en paradero desconocido con ese francés pervertido, y además a su padre parecía no preocuparle, aun que tenia razón en la parte que decía que el no podía hacer mucho por traerlo si ni siquiera sabia donde estaba, pero aun así no podía evitar cabrearse, ¿por que Bill tenia que irse justo cuando era lo que el menos quería?

Además esta el hecho de que Bill quiso… ni siquiera podía pensar en la palabra sin estremecerse, ¿Qué tal si se le pasaban esas peligrosas ideas por la cabeza? Sea el lugar que sea en donde su hermano se encontraba podría subirse a una azotea y lanzarse como si nada y el no estaría esta vez ahí para sujetar su mano, y eso lo hacia sentir tan inútil e impotente, pero al igual que su padre no había nada que pudiera hacer.

   -¿Cómo que tu también? – le pregunto Jorg mientras lo veía sacar una maleta de encima su armario.

   -pues que si Bill puede irse y tu confías tanto en el, también confiaras tanto en mi para que me vaya, somos gemelos, se supone que a los gemelos se les da lo mismo para no causar rivalidades innecesarias – a pesar de la rabia que Jorg estaba sintiendo hacia el inmaduro de Tom, no pudo evitar sonreír un poco al notar que ciertas palabras de Bill se le habían quedado grabadas en su forma de hablar.

   -así que si Bill se va tu también ¿es eso? – Tom asintió secamente sin dejar de guardar todo lo que necesitaría - ¿y entonces si Bill se tira de un puente tú también lo aras? – le pregunto, Tom rodó los ojos la típica frase de los padres cuando te atrevías a remedar algún comportamiento ajeno.

   -claro que lo aria papa – dijo sin la menor duda en su voz – si Bill salta de un puente lo are con el, si se arroja a un pozo me arrojare con el, y todas esas cosas que dicen los padres – Jorg estaba sorprendido con la respuesta de su hijo pues no se la esperaba y jamás podría adivinar que Tom seria capaz de hacer eso, ni tampoco como estuvo muy dispuesto a saltar con el desde ese edificio.

   -¿enserio te iras?

   -si, pero no te preocupes por mi, pues confías en mi ¿verdad? Al igual que confías en Bill, volveré para el retorno al colegio – declaro mientras sacaba otra maleta y comenzaba a llenarla.

   -bueno si quieres comportarte como un niño hazlo – le dijo Jorg, pensado que quizás ese argumento si funcionaria

   -no me quedare aun que me digas niño, inmaduro o lo que sea que Dan te haya enseñado a decirme – declaro Tom cabreado, cuanto odiaba esos apodos el quería ser grande no un niño – claro si yo decido irme soy un niño pero si Bill decide irse y además sin avisar son “cosas que tiene que hacer” – dijo cerrando la segunda maleta con coraje, salio arrastrando las dos enormes maletas haciéndolas rebotar a cada escalón.

   -¿y a donde se supone que iras? Oh señor adulto y responsable – dijo Jorg por sobre el ruido de las ruedas de las maletas al golpear el piso.

   -Bill no dijo a donde iba, ni siquiera se despidió, yo por lómenos tengo la decencia de despedirme y avisarte que me voy, pero tampoco te diré a donde

   -¡eso si que no! – Grito Jorg – mira que no estoy obligando a quedarte, así que por lómenos deberías decirme donde planeas llevar tu trasero actuando de esta manera tan infantil.

   -olvídalo papa, solo te diré que estaré bien y que regresare cuando “arregle los asuntos pendientes” – le pico molesto, Dan estaba en la sala escuchando la pelea

   -¡soy tu padre y exijo que me respondas! – Dan se levanto y se acerco a ellos algo molesto por tanto drama que Tom estaba armando, el joven estaba armando tanto alboroto desde que su gemelo se había ido.

   -¿Qué sucede aquí? – pregunto mirándolos a ambos

   -que el señoriíto dice que imitara a Bill largándose de aquí sin decir a donde, alegando igualdad de gemelos.

   -¿oh entonces si Bill salta de…

   -¡si! Por el amor de dios ¡SI! Si Bill hace lo que sea que haga lo are también – bramo Tom, adelantándose a la pregunta de Dan, y sorprendiéndolo con su respuesta

   -ah entonces quizás debas vestirte como el también – le dijo Dan, callándolo, sabia que Tom jamás se vestiría igual a Bill, pues sus estilos eran muy diferentes.

   -y maquillarte – agrego Jorg

   -bien, lo are en cuanto me largue de aquí – dijo Tom llegando hasta el vestíbulo rápidamente

   -¡no puedes irte solo así!

   -¿no puedo? – Grito Tom ya en el camino hacia las verjas - ¿Por qué yo no puedo y Bill si? – dijo deteniéndose y enfrentando a ambos hombres.

   -deja de comportarte como un crío – le grito Dan exasperado - ¿crees que tu padre no esta preocupado por Bill? ¡Claro que lo esta!, no ganas nada preocupándolo mas con tus berrinches.

   -bien me quedare, pero solo si traen a Bill de regreso – dijo cruzándose de brazos.

   -Tom… - siseo Jorg molesto.

   -¡tráelo de regreso! ¿Y si esta herido? ¿Qué tal si le pasa algo eh?, quiero ver a Bill, ¡entiéndeme!

   -y tu entiéndeme que no puedo hacer nada! – Repitió Jorg - ¡no puedo hacer magia ni milagro alguno!

   -¡claro que puedes! ¡Eres Jorg Kaulitz! ¡Senador de los Estados unidos próximo a ser presidente! No hay nada que no puedas.

   -¡no puedo creer lo que estoy oyendo! – grito Jorg mientras echaba a caminar tras su hijo que había vuelto a andar hacia las verjas, pensó en un momento ordenar que las cerrasen con seguridad desde el panel de control, pero no tenia el intercomunicador a mano.

   -pues bien papa, si no puedes traer a MI gemelo, yo me iré, no soporto mas estar aquí sin saber nada, ¡me voy! – grito empujando una de las verjas que chirrió un poco al abrirse, camino casi corriendo sabiendo que aun le perseguían ambos hombres.

   -Tom esto es pasarse de la línea, te he aguantado demasiado…

   -regresa de una vez Tom – agrego Dan – no seas tan descarado, ¡Tom!

   -¡déjenme tranquilo! – bufo mientras corría a pesar de las maletas, y paraba un taxi, espero a que se detuviera y volteo sin dejar de correr, su padre y Dan también corrían pero aun estaban algo lejos, y arrojo sin nada de consideración las maletas dentro para luego entrar - ¡arranque ahora! – grito frenético. El chofer no pudo más que obedecerle.

   -baya – dijo mientras miraba hacia los hombres que venían persiguiendo a aquel joven correr otro tanto mas – ¿problemas? – pregunto

   -si – contesto Tom secamente

   -pero… ¿ese acaso no es el senador? – pregunto mas anonadado aun el taxista – y también su consejero…

   -si lo son, solo conduzca – pidió fríamente

   -¿no crees que no es buena idea escapar de tu padre? – Dijo reconociéndolo al fin desde el retrovisor – es el senador después de todo.

   -no me interesa, solo conduzca – dijo abrazándose a si mismo, incapaz de creer lo mucho que extrañaba a Bill, su voz su mano entre la suya, su pelo su olor y su manera de decir palabras raras y complicadas que luego tenia que ir a buscar al diccionario para entenderlas, su desesperación cuando le ganaba en algún videojuego y la manera en la que su ceño se marcaba levemente cuando se enojaba, solo habían pasado 8 días, desde que evitara su “accidente” en la azotea de aquel edificio, y ya se sentía adicto a su presencia, y en ese momento solo pudo preguntarse si Bill sentiría lo mismo, esperaba que si.