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Wolfram yo y mi otro yo por Wolfram Von Bielefeld

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Notas del fanfic:

nada de nada, me estan correteando y esto es lo mas inteligente que se me ocurrio.

Notas del capitulo:

creo que esta de mas decir que esto es un intento de comedia.

A Prue... si algo hay que arreglar me avisas.



 
 
 Introducción.
 
 
“Cuando comencé a mirarlo detenidamente, me dije, algo está mal en mí, sin embargo, nunca creí que llegara a esto, al extremo de pelear contra mí mismo por un poco de su atención”.
 
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Capitulo 1. Wolfram, yo, y mi otro yo.
 
Ese día se suponía que tendría que ser como cualquier otro, y lo era, porque las explosiones en el laboratorio de Anissina, en definitiva pasan como comunes para los habitantes del Pacto de Sangre.
 
Una vez que la gran nube de humo y el olor a quemado, anunciaron de forma escandalosa que otro experimento había fracasado, medio castillo ya se encontraba dispuesto para ayudar al infeliz, “ayudante”, en turno. Lo único trascendente de lo acontecido fue, Yuuri era el desafortunado conejillo de indias.
 
El General trago grueso al ver una mata de cabello negro que se movía de forma desequilibrada por la habitación. Sin pensarlo detenidamente se encamino hasta su amiga de la infancia, dispuesto a reñirle un buen rato.
 
Conrad, abrió la boca con la intención de dejar salir una palabra malsonante en contra de aquella mujer, que de forma atrevida atentó contra el  imberbe rey, la mandíbula se devolvió a su lugar, sus manos y piernas se lanzaron en busca de hacer algo más provechoso, como era el sostener a su ahijado antes de que este impactara contra el suelo, con cuidado lo sujeto por los hombros, el chico solo le regalo una mirada agradecida.
 
Yuuri, se recargo contra el muro, deslizándose hasta llegar al suelo, ya estando un tanto lejos de la conmoción pudo notar, las fumarolas un salían en grandes bocanadas, su padrino lo revisaba superficialmente mientras llegaba Gisela.
 
Wolfram, corría por el pasillo, los pasos fuertes y los bucles blondos moviéndose de forma vertiginosa pusieron contento al pelinegro, como siempre su prometido acudía en su ayuda. 
 
Yuuri, sonrió casi con burla al ver al rubio soldado entrar con cara terrada en el laboratorio, o lo que había quedado del lugar, Conard, asintió al tiempo en que se ponía de pie para comunicar a su pequeño hermano que el rey se encontraba bien y a salvo; en un segundo la sonrisa de ambos se borro, una mueca entre el asombro y la molestia se instalo en el rostro de Gwenldal, mientras que Anissina, solo podía abrir y cerrar la boca como si tuviera que comprobar la elasticidad de su quijada.
 
—¡¿Pero qué están haciendo?! ¡Dejen de mirarme y ayúdenme! —. Reclamo el tercer hijo de la reina sexy mientras cargaba con el cuerpo inconsciente de un pelinegro.
 
—¡Esto no puede ser! —la exclamación, casi suspiro, salió de la boca de Yuuri, que sin ver del todo al sujeto lo reconocido de inmediato, como no hacerlo si era parte de sí mismo.
 
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—¡¿Y qué diantres se supone que vamos a hacer ahora?! — los ojos de todos se posaron en el rubio quejumbroso y luego brincaron hacia los dos durmientes. La habitación del Maou de forma casi mágica en ese momento lucia tan pequeña, tantas personas paradas en la puerta, solo Wolfram, caminaba en círculos por la habitación real cual león enjaulado, y no era para menos, la gran cama de rey estaba ocupada por dos pelinegros, un que más bien era uno, bueno, uno partido en dos… Y ahí iba de nuevo con la divagación, su pregunta era, ¿Cómo demonios había hecho Anissina para lograr tal hazaña?
 
—Wolfram. — Uno de los dos pelinegros estaba haciendo morritos mientras intentaba salir del estupor, la cabeza le daba vueltas y parecía estar seriamente desubicado.
 
—Aquí estoy —. Fue lo único que logro decir, no sabía con quien hablaba. O tal vez si, la diferencia entre ambos era notoria.  No solo en el cabello, eran distintos hasta en el tono de la piel, sin dejar atrás las afiladas facciones del rey Maou.
 
—Tuve un seño aterrador, en el, Anissina me arrastraba hasta el rincón más oscuro de su laboratorio para probar su nueva arma de tortura, el “Lo que hay dentro de ti-kun” y luego todo se volvía negro, la explosión y por ultimo te vi a ti, y estabas cargando con mi cuerpo… ¡Dios! Pensé que estaba muerto y estaba teniendo una de esas experiencias extra corporales… —Decía todo a la carrera y recalcaba algunas palabras con movimientos de sus manos.
 
—Podrías dejar de parlotear siquiera una vez en tu vida —. Wolfram, abrió los ojos al ver al otro chico levantar medio torso y pasar su mano por entre los cabellos negros de forma sugestiva. —De verdad compadezco al pobre de Wolf, por tener que soportarte —. Las mejillas del rubio se tiñeron ante el diminutivo tan cariñoso. —Deja de fastidiarlo, ¿no sé cómo te aguanta? — Como demostrando su frustración, chasqueo la lengua, para después entrecerrar los ojos.
 
—Su majestad… yo… —El príncipe bajo sus ojitos verdes. No podía compara para nada a Yuuri, con su otra mitad, el Maou, el rey, ese ser que era todo poder, también era mil veces mas guapo, mas refinado, serio, confiable y… y… JUSTICIERO.
 
—¿Me escuchaste decir eso? —. El Maou estaba sorprendido, luego miro a Yuuri, justo a su lado, contuvo la respiración antes de decir: —Soy libre —. En un susurro alegre.
 
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—Al fin tendremos lo que queremos —. El Maou estaba parado frente al gran escritorio mirando por el amplio ventanal hacia los jardines. — Ya no mas idas y venidas de un mundo a otro, serás un chico normal, iras a la preparatoria, encontraras una novia, te casaras, tendrás hijos y un empleo. —Su felicidad desbordaba y el no hacia nada por ocultarla.
 
—¿Y tú? —Yuuri, no podía creerse del todo esa situación.
 
Continuara…
Notas finales:

Bien termino de editar este fic, el cual pretendo por fin tenga una continuacion y un final, mil gracias por la espera y por no abandonarlo.

Atte: Ciel Phantomhive.

si, por si alguien lo pregunta, esta es tambien mi cuenta.

no me miren feo, cualpen al servidor, quien de buenas a primera saben que cancelo mi primera cuenta.

 


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