Capítulo 1
El Comienzo
Era una fiesta como todas a las que tenia que ir, siempre las mismas personas, todas sangre puras que se creen de la realeza; con una cuenta basta en Gringots el banco de los magos, hablando siempre de las mismas cosas sobre el nuevo régimen que quiere imponer lord Voldemort o como también lo llaman el señor oscuro o tenebroso de que todos los sangre puras tomen el control y dejar a los traidores de la sangre y sangre sucia como personas de segunda clase y los mugles como la clase mas inferior.
Ahora mismo le gustaría estar con sus amigos James Potter, Reumus Lupim y Piter Pittegrat, para él ellos eran su verdadera familia, no estas personas que ha pesar de que compartía la misma sangre y amistades de su mismo estatus con las que tenia que pasar cada verano.
Esos eran los pensamientos de un niño mago de 12 años, no parecía de su edad, era alto de ojos grises azulado con un brillo de travesura, su cabello negro azulado caía elegantemente por su rostro.
- Sirius -le llamo la atención un hombre alto y musculoso, de imponente mirada.
- Si, padre -dijo con desgano el niño levantando su mirada hacia su progenitor.
- Se puede saber que estas haciendo –dijo el padre del niño agorándolo fuertemente del brazo.
- Au –se quejo su hijo ante el fuerte agarre- nada padre -dijo el pequeño tratando de soltarse de las garras de su padre.
- Si como no –dijo con sarcasmo el adulto- si estas acá solo sentado es por que estas planeando algo –le dijo mienstra apretaba mas el brazo- mas te vale Sirius Orión Black Graunt que ni se te ocurra hacer algo para avergonzar a la familia Black –amenazo el patriarca de los Black.
- Te dije que no quería venir -dijo con molestia y un gesto de dolor, el brazo le estaba doliendo.
- Tienes una obligación como uno de los herederos a la familia Black, es un honor...
- Si claro -dijo con sarcasmo el muchacho interrumpiendo a su padre.
- Como te atreves mocoso insolentes – dijo Orión Black levantando la mano para corregir a su hijo descarriado- ya vas a...
- Señor Black que gusto verlo -saludo un hombre de cabellos y barba blanca, penetrante ojos azules y una sonrisa, vestido con su típica túnica con estrellas, había visto desde hace rato al pequeño le había llamada la atención ese aura de magia tan grande para alguien de su edad ( en el colegio vio que tenia un gran potencial, pero no se notaba tal aura, por tantos pequeños magos alrededor) después vio como su padre lo reprendió y luego le agaraba el brazo y luego un rato después parecía dispuesto a pegarle así que decidió intervenir.
- Dumblodore -contesto con una sonrisa hipócrita, luego se dirigió hacia su primogénito- ve al jardín con los demás niños -ordeno el señor Black a su hijo.
- Si padre -dijo el niño con una inclinación, agradecido de que el director del colegio Hagwarts de magia y hechicería lo salvara de la ira de su padre, luego se dirigió hacia su director- permiso señor director -se despidió el pequeño.
- Hasta luego -respondio cordialmente con una sonrisa el director.
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La verdad no querría ir al jardín en este momento, sabia que ahora la mayoría de los menores que asisten a esta fiesta con sus padres o guardianes compartía el mismo ideal de que son superiores a todos y alabando la causa del señor oscuro.
Lo que mas quería era poder subir a su habitación, pero sabia que eso le atraería un gran castigo como la de hace cuatro días, se estremeció al recordar que hace solo dos días ya no sentía los dolores del correctivo y no quería repetir esa experiencia.
- Que mas se le va a hacer –se dijo así mismo con pesar el niño mientras se acercaba hacia uno de los jardines de la mansión.
- Así que Black, no tienes preparado nada para hoy -dijo un joven de unos 17 años cabellera rubia y ojos grices, de porte altiva como si de pavo real se tratara.
- Eso si es una novedad -comento una joven bruja también de unos 17 años, cabellera negra y ojos negros, luego se giro hacia la rubia que estaba a su lado- ¿no lo crees Narcisa? -pregunto a su hermana menor de unos 15 años.
- Por tu culpa apestamos a sangre y huevos podridos, durante tres días, y todo por esa maldita mugle -acuso un niño de su misma edad, de cabellos negros y grasosos y ojos tan oscuro como una noche sin estrellas.
- Si olió fuerte –afirmo Sirius haciendo un gesto de asco -aparte con esa nariz mas no Snivilles -dijo con arrogancia el niño sin inmutarse y apuntando la nariz del que lo acuso.
- Como te atreves a ponerte a lado de una mugle -pregunto agudamente su hermano Régulus, se parecía un poco a Sirius pero no era tan agraciado como su hermano mayor y eso lo hacia envidiarlo y distanciaba un brecha mas entre los hermanos Black -si vuelves a hacerlo le diré a padre.
- Huy se ve que eres un mediocre, si tras que aparece un problema le dices a papá -se burlo Sirius- aparte no se lo dijiste por ayudarme, ninguno lo hizo por eso -dijo mientras levantaba un poco mas la vista sonriendo y los miraba a todos- les daba vergüenza admitir que yo hice un hechizo que ninguno de ustedes pudo deshacer –dijo ahora riendo mas libremente al recordar como todos ellos intentaron por todo los medios deshacer de su hechizo, los cinco magos se ruborizaron, también al recordar ese momento, pero lo que mas lo sentía eran Lucius, Bella, Narcisa; ya que ellos eran mayores que ese mocoso.
- Seguro que ese hechizo es un invento tuyo y de tus leones amigos –dijo Régulus a su hermano que ahora mostraba una sonrisa de superioridad–seguro que es…
- Sigue riendo querido Sirius -dijo Lucius interrumpiendo al menor de los Black, acercándose un poco al niño de cabello azulado (Lucius no podía negar que ese niño lo había superado y lo dejo en ridículo) una ofrenta que pronto se cobraría- ¿sabes por que es esta reunión? –pregunto ahora riendo el mas mayor de los jóvenes magos.
- Que quieres decir -pregunto Sirius.
- Nuestros padres quieren que la familia Black y Malfoy se una –informo el rubio inclinándose para estar al mismo nivel del mayo de los Black -así que no sabe si por ahí tu eres el feliz afortunado -dijo acariciándole la mejilla.
Bay…