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LA APUESTA por Ayume46

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-Siento el retraso, bellas damiselas!!! Aquí estan sus deliciosas bebidas!
-Gracias cocinero-san! La verdad hoy está haciendo demasiado calor, verdad? No sé como el espadachín puede aguantar tal entrenamiento en un día como hoy.
No pude evitarlo, tube que mirar, y me arrepentí en el instante que lo hice. Su cuerpo lleno de sudor me hacía sentir tan raro.... "Soy idiota, teniendo a estos dos  bellezones delante y me fijo en un estupido que no me soporta. Será mi instinto conquistador jejejeje, siempre quiero lo que no puedo tener. SEGURO!!"
-Ese idiota ni sufre ni padece, es una maquina sin sentimientos...
-Tu crees? No sé todos tenemos sentimientos, o por lo menos deseos...
-Eh?
No sabía que estaba intentando decirme mi pelirroja pero, la verdad nunca había pensado que Zoro pudiera sentir o desear algo...
-Es un hombre al fin y al cabo, seguro que tiene deseos no crees cocinero-san?
En eso tenía razón, y la verdad hacía tiempo que no atracabamos en una isla habitada, incluso yo mismo llevaba tiempo sin tener...
-Todos los tenemos, y más con unas damas como vosotras a bordo.
Tenía que alejar el tema, la verdad empezaba a incomodarme pensar en el marimo en esas situaciones...
-Eres un conquistador e Sanji? Y parece que siempre o casi siempre consigues lo que quieres no?
-Los caballeros no podemos hablar de esas cosas, pero diré que la verdad no puedo quejarme...
No sabía de que iba la cosa, pero mi ego se agrandaba a pasos agigantados.
-Serías capaz de conquistar a cualquiera si te lo propusieras verdad?
La conversación estaba tomando un rumbo bastante inquietante pero mi orgullo de cocinero del amor podía más que mi razón.
-Por algo soy el cocinero del amor, mi bella señorita. Siempre consigo a la persona que deseo....
Me estaban embaucando y llevando a su terreno, pero me dí cuenta demasiado tarde, ya había cavado mi propia tumba.
-Asique cualquiera e? Que tal si apostamos? Si consigues conquistar a quién elijamos, tendras una cita con ambas, que te parece?
No podía pensar, se estaban encargando de usar sus mejores armas para que la razón no tomara el mando de nuevo. La visión de tener una cita con esa pareja de mujeres era demasiado para mí y conteste sin nisiquiera sopesar lo que se me venía encima.
-Por supuesto!!! Cualquier cosa por mis damiselas! Os llevaré a un precioso restaurante, tomaremos unas copas en un...
-Tranquilo cocinero-san, primero debes ganar la apuesta verdad?
En ese instante volví de sopetón a la realidad. Si la cita era con ellas dos lo único que quedaban en el barco eran....HOMBRES!! Como se supone que iba a conquistarlos? Pensé en las opciones y era a cada cual peor.... aunque una sobresalía sobre todas...
-Que te parece si lo ponemos dificil? El premio merece la pena no Robin?
-Desde luego, navegante-san... Y claramente la opción más complicada esta entrenando en estos instantes...
-ESTAÍS LOCAS!!!
Perdí los estribos, todos menos él. Me mataría si tan solo me acercase a menos de un metro de él.
-Tan pocas ganas tienes de una cita con nosotras Sanji? Con las ganas que teniamos de tenerte para nosotras solas...
Sabían perfectamente como tocar mi punto debil, y como siempre mi orgullo actuó por voluntad propia.
-De acuerdo, preparaos porque no pienso perder.
Me fuí de allí, habían conseguido lo que querían de mí, esta caballerosidad mía algun día me iba a pasar factura y parecía que había llegado el momento. Me apoyé en la barandilla, perdiendo mi mirada en el mar, intentando recapacitar sobre el enorme lío en el que acababa de meterme. No solo era conquistar a un hombre cosa que, aunque nunca reconocería, era algo que ya había conseguido, sino que era a Zoro a quien debía conquistar. Y aunque lo consiguiera las repercusiones podian ser desastrosas, si ya le odiaba no quería pensar lo que pasaría si lo lograba. Registre mi bolsillo, buscando un poco de calma con un cigarrillo, pero recorde que había acabado el paquete hacía un rato. Me dirigí al camarote en busca de más, iba tan ensimismado que ni siquiera lo ví venir.
-Estupido cocinero mira por donde andas!
Genial, hablando del rey de Roma. Acababa de chocar con el peliverde por ir pensando precisamente en él. Estaba sobre él, con la pierna apoyada entre sus piernas justo a la altura de....
-Lo siento!
-Quitate de encima maldito pervertido! Dios, no se siquiera como puedo aguantar a un personaje como tú!
Siguió maldiciendome pero no le escuché. Huí todo lo rapido que pude antes de que esa inesperada agua mojara mis mejillas. "Eres un cabrón sin sentimientos!" Asi que era cierto, me odiaba tanto que incluso tenerme cerca le molestaba. La razón por la que mis lágrimas cayeron no lograba entenderla, pero en ese momento mi rabía pedía salir.
-Tu lo has pedido marimo.... Te conquistaré, haré que te pierdas irremediablemente por mí y luego te dejaré tirado como una colilla. Te lo mereces, te mereces la misma crueldad que me das.
Cerré la puerta de mi camarote, necesitaba serenarme y pensar cada uno de los pasos que me llevarían hacía mi premio. Aunque realmente no sabía cual de los dos me gustaba más, si la cita con mis damas o la venganza contra ese malnacido. Ni siquiera recordaba cuando fue la última vez que unas palabras me dolieron tanto, y más aún cuando alguien con unas pocas palabras me había hecho romper a llorar sin poder evitarlo. Me metí en la bañera y me relajé, por fin una sonrisa se dibujo en mis labios recordando las palabras de Robin " Es un hombre al fin y al cabo, seguro que tiene deseos no crees cocinero-san?" Esa sería mi venganza, conseguiría que el gran Roronoa Zoro se rindiera ante sus instintos más básicos. Encendí un cigarro y miré al techo "Ya eres mio, Zoro".

Notas finales:

Tragate el orgullo o te lo haré tragar estupido marimo jejejejje

Bueno espero que les guste y sus opiniones como siempre.


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