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Te Odio.. Pero No Puedo Vivir Sin Ti. por MichaelKiskeSammet

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Notas del fanfic:

Todos los personajes pertenecen a JK Rowling.

*Spoilers 5to Libro*

 

Notas del capitulo:

 

 

 

Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a la grandiosa JK Rowling. Espero que les guste este fic. 

En especial quisiera agradecer a "Kurume Quejicus Black" por su apoyo, les sugiero pasar por su cuenta, sus fics son muy buenos. Sin más que decir, disfruten... 

 

 

 

 

I. El comienzo...

Una habitación en penumbras escasamente iluminada por una vela a punto de consumirse, un viejo periódico sobre la mesa, una jaula dorada sin ningún indicio de una lechuza dentro. A la orilla de la ventana se podía apreciar un viejo y oxidado chivatoscopio y sobre la cama, a un exhausto mago de 15 años con cabello negro azabache, unos ojos verdes profundos al igual que su madre, una cicatriz en la frente que enmarcaba una tragedia y en la mano derecha un espejo roto al cuál se aferraba roncando estrepitosamente.

Harry Potter había tenido un día muy complicado, hacía menos de 2 días que había perdido a alguien muy importante en su vida... su padrino. Un gran mago y animago, el mejor amigo de su padre... pero sobre todo, un gran apoyo para Harry en los momentos difíciles. Había muerto a manos de una mortífaga, que al mismo tiempo era su misma prima, Bellatrix Lestrange, en el Departamento de Misterios. Harry había ido ahí con engaños porque Voldemort lo confundió haciéndolo creer que Sirius estaba siendo torturado por el mismo Voldemort. Así que Harry había ido con la intención de ayudar a Sirius pero luego de encontrarse con una emboscada y en el intento de Sirius por ayudarlo, Sirius cayó detrás de un velo muriendo al instante y nunca pudieron recuperar su cuerpo.

-Harry... es demasiado tarde, se ha ido para siempre. -Remus jalaba el brazo de Harry para que se incorporara.

-No Remus, ¡Él sigue aquí! Solo es cuestión de sacarlo del velo. - gritaba Harry en su intento por zafarse del licántropo.

- Muchacho... no hagas esto más difícil, es mejor irnos. No sabemos si es seguro continuar aquí. - dijo Dumbledore en un tono serio aunque conteniendo las lágrimas al observar al muchacho, al cual le tenía tanto aprecio arrodillado llorando por la muerte de su padrino. Solía recordar a Sirius como un alumno muy bromista, siempre metido en problemas, inseparable de sus amigos Remus y James incluyendo al traidor de Peter Pettigrew. Tantos años en Azkabán hasta que logró escapar con el firme propósito de aniquilar a la rata de Peter y vengar la muerte de su mejor amigo y de su esposa, James y Lily. Siempre había sido un amigo leal, casi un hermano para James, un Black que no se dejaba llevar por los deseos del señor Tenebroso ni tenía deseos de casarse con una sangre limpia simplemente por obligación. El único Black que no fue a Slytherin, pero ante todo un hombre con una rectitud y lealtad enorme, capaz de morir antes de traicionar a sus amigos.

Harry se levantó con mucha dificultad, tuvo que sostenerse del brazo de Remus antes de volver a perder el equilibrio y caer al suelo como un trapo viejo. Hermione y Ron lo observaban sin poder decir ni una palabra, ambos se encontraban estupefactos sin poder procesar el hecho de que nunca más volverían a ver a Sirius, ni poder hablar con él. Pero más les dolía el ver a Harry llorando desconsoladamente y gritando desgarrado el nombre de su padrino.

-¡SIRIUS! ¡SIRIUS! ¡VUELVE! Yo... te necesito.- Harry pronunció esas últimas dos palabras con la voz quebrada, con un sentimiento de desconsuelo tan grande como el amor que le profesaba. Bajó la mirada y se incorporó lentamente como un muerto viviente. Rápidamente Hermione lo estrecho entre sus brazos mientras Harry rompió a llorar nuevamente, Ron se limitaba a darle unas palmadas en la espalda, Remus lloraba en silencio mientras las lágrimas escurrían de su rostro, nunca olvidaría a su gran amigo, a su confidente, pero sobre todo a alguien que había sido como un hermano para él.

Dumbledore convocó un traslador que los llevaría al despacho del director. Ron tomó del brazo a Hermione indicándole que debían acercarse al traslador, Harry seguía con la mirada pérdida, absorto en sus pensamientos, orando por el alma de Sirius para que por fin tuviera paz y se reuniera con uno de sus mejores amigos. Remus estaba más pálido que de costumbre, como si fuera a ser Luna Llena y se sentía sin energías, sin ganas de seguir viviendo, le habían arrancado una parte de su vida, un gran futuro y ahora solamente tendría recuerdos. Dumbledore también se sentía triste, pero al mismo tiempo tenía una rabia inmensa por los juegos mentales que Voldemort había usado para engañar a Harry y llevar a la muerte a Sirius.

Se trasladaron al despacho de Dumbledore, ahí se encontraban Minerva McGonagall con una mirada de preocupación al ver el semblante de Harry y de Remus,

-Dumbledore...- empezó a decir Minerva - ¿Qué ha pasado? ¿Porqué todos tienen esa cara?-              

-Acabamos de presenciar la muerte de una persona muy querida por todos nosotros, acaba de morir una gran persona...- comentó Dumbledore con una voz temblorosa. -

¿De quién se trata Albus?- dijo atemorizada Minerva.

  - Se trata de Sirius.- dijo Ron en voz baja, era el único que aún conservaba un semblante tranquilo, aunque en el fondo también lloraba la muerte de Sirius.

-¿CÓMO?- gritó Minerva antes de derrumbarse en la silla más cercana.

 Se llevó ambas manos a la cara intentando ocultar el llanto aunque el sonido de sus sollozos retumbaba en la habitación. En el fondo se podía ver una sombra que había permanecido callada solo mirando a los cinco presentes llorar, derramando sus lágrimas. Severus pronunció unas palabras e hizo aparecer unas cuantas pociones para dormir sin soñar.

-Profesor, creo que lo más conveniente en estos momentos es que todos vayan a descansar, definitivamente tienen un aspecto horrible, y aunque no es para menos, a ninguno de ustedes le hace bien continuar en este estado.- comento Severus mientras destapaba las botellas y se las daba a cada uno de los presentes, Todos tomaron la poción excepto Harry que la aventó al suelo.

 -No quiero tomar nada, quiero a Sirius de vuelta conmigo, a donde pertenece.-

-Potter...- comenzó Snape - no quieras hacerte el niño rebelde ahora, simplemente bébelo a menos que quieras que te hechice para que no puedas hacer nada y te obligare a beberlo.

Harry simplemente miró fijamente a su profesor de pociones con una mirada asesina, luego tomó a regañadientes la pócima que estaba encima de la mesa y la bebió de un solo golpe.

-Harry, creo que por el momento no es conveniente que regreses a tu habitación en la torre de Gryffindor, todos querrán asediarte con preguntas acerca de lo que sucedió esta noche, y no es seguro contar todo lo que ha pasado. - mencionó McGonagall mientras abría un pasadizo secreto detrás del recuadro con el escudo de Hogwarts.

-Severus... ¿te importaría llevar a Harry hacia la habitación de invitados especiales?-

Severus volteó la mirada hacia donde estaba la subdirectora conteniendo un impulso de decirle groseramente que no era niñero de ningún niño rebelde. Pero tuvo el suficiente auto-control  como para contener lo que estaba pensando.

-Profesora, no creo que sea necesario que el profesor Snape me acompañe, no creo perderme, y si me pierdo será mejor. Así moriría y podría irle a hacer compañía a Sirius. -

-¡Harry deja de pensar así! - gritó enojado Lupin mientras empujaba a Harry contra la pared. Harry sacó su varita "Expelliarmus!", la fuerza del hechizo hizo que Lupin saliera disparado contra una de las esculturas del despacho haciendo que esta se rompiera en muchos fragmentos.

-Harry Potter, te exijo que dejes de hacer destrozos en mi despacho. - dijo Dumbledore tranquilamente mientras le tendía la mano a Remus para que se levantara. Se levantó con dificultad por el dolo que le produjo el hechizo.

-Yo... lo siento profesor.- contestó Harry apenado.

-Creo que es hora de que todos vayamos a dormir. - dijo Ron mientras bostezaba.

-Ronald es conveniente que te lleves a la señorita Granger a su dormitorio.- dijo McGonagall mientras abría la puerta principal del despacho.

Ron y Hermione se dirigieron a la salida y se perdieron en la oscuridad del pasillo.

-Severus, lleva a Harry a la habitación por favor.-

-Si Minerva. Potter, muévete.-

Harry lentamente se movió sin dejar de apuntar con su varita a Lupin.

-Potter guarde su varita, este no es el momento para una de sus demostraciones.-

- Si, profesor.- dijo Harry amargamente mientras guardaba su varita dentro de su túnica. Luego comenzaron a bajar unos escalones de piedra que conducían hacia la habitación. Harry iba detrás de Snape, el cual se encontraba absorto en sus pensamientos.

"Estúpido Potter, siempre creyéndose mejor que los demás y queriendo demostrar que es lo más importante en esta vida... Quisiera que se enfrentara a sus temores como un hombre, no simplemente como un niño asustado a punto de ser descubierto con alguna travesura. "

Llegaron a la habitación. Era una habitación oscura, de color café chocolate con grabados de oro en las paredes, el piso crujía al momento de ser pisado, Harry suponía que debía ser de madera. Al fondo se encontraba una cama suave de color blanco con un juego de muebles en color negro que hacía contraste. Pero lo más extraño es que habían dos puertas más. Una al abrirse era un baño color plata, con unos grandes acabados en color blanco, y la otra puerta era otra habitación.

-¿Porqué hay 2 habitaciones en esta habitación?- preguntó Harry extrañado.

-¿Creías que Dumbledore te iba a permitir dormir solo sin vigilancia después de lo que ha pasado hoy? - respondió Snape con una sonrisa malévola y sarcástica en su cara.

-¡Yo no necesito ninguna niñera! Se defenderme solo. - dijo Harry exasperado

-¿Y crees que a mí me hace gracia? No eres más que un niño mimado y protegido por Dumbledore.-

-¡Váyase!-

-Tengo que acatar las órdenes de Dumbledore, así que es mejor que hagas caso y te vayas a dormir. Es una orden. -

Harry se metió a la cama sin siquiera cambiarse dado que no tenía nada que ponerse. Se tapó con las cobijas hasta el pecho y se quedó profundamente dormido sin darse cuenta de que el profesor lo miraba fijamente.

"Potter es menos molesto cuando está dormido, al menos no tendré que mantener una plática con él durante la noche. Ahora... no creo que sea adecuado que siga con la ropa que ha usado durante más de un día."

Severus conjuró ropa del baúl de Harry, luego hizo un hechizo para cambiarle la ropa sin despertarlo. Al momento de quitarle la playera se dio cuenta de que ya no era el mismo niño que conoció en el Gran Comedor sino ya todo un muchacho. Los entrenamientos de Quidditch le habían concedido un cuerpo envidiable, lo que antes era un esqueleto ahora estaba conformado por varios músculos muy bien proporcionados.

Severus terminó de vestir al muchacho y se dirigió a su propia habitación donde iba a pasar la noche. "Creo que por esta noche lo mejor será que lo vigile de cerca." Severus se apoyó en la pared que daba a la habitación donde Harry estaba acostado. "Se parece en todo al arrogante de James pero tiene algo en el que no logro descifrar..." "¿Qué es esto que me sucede?"

Snape se fue a su recámara, se quitó la túnica quedando únicamente en sus bóxers. Se acostó y cerró los ojos, para poderse encontrar en sus sueños con esos ojos verdes que le quitaban el aliento, los mismos ojos de Harry, pero que igualmente pertenecían al gran amor de su vida... Lily Evans."

 

Notas finales:

Comenten, sus reviews son muy importantes para mejorar mi fic. Otra vez, muchas gracias por leer. 


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