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No queremos y no podemos evitar herirnos por madamechan

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Notas del capitulo:

Bueno este es el primer capi espero les guste ^^

Después de haber conocido a Kobato; una joven de corazón tan puro como el de Sakura; el llegar a un nuevo mundo les hizo tener algo de nostalgia.

-Kobato-chan, era idéntica a Sakura-chan ¿ne? Me refiero a su forma de ser. –Dijo el rubio  mientras miraba a su alrededor para saber en qué  tipo de mundo habían caído.

-Debo encontrarlos; así Sakura y yo podremos estar juntos.

Mientras aquellos dos seguían pensando. Un moreno reclamante perseguía  a mokona; quien  le molestaba con Iorogi-san.

-¡Vamos Kuropon! ¿Fue divertido ver a Kurorin  más pequeño?

-¡Calla pequeña bola blanca si no quieres que…!

El sitio era un desierto. No había rastro de vida alguna; la arena era espesa y el sol ayudaba a fastidiarla más. Se sacaron las capas y se las dieron a Mokona para que las guardase;  tenían que caminar y si las condiciones eran calurosamente desfavorables, tenían que aligerarse un poco de ropa.

-Mokona detesta el calor.

-Calla y avanza; vamos a buscar algún lugar para refugiarnos.

-Kurorin eres tan frio. Deberías darme sombra.

-¡Tsk!

Quien tampoco toleraba mucho el calor, dado que provenía de países fríos era el rubio; tendió a forjar con magia una pequeña esfera y encerró a la pequeña ahí.

-Arigato; Fay.

-Con esto estarás mejor; Mokona-chan.

-Pero… ¿Fay ese mundo del que tu venias era muy helado no? Debes estar mucho peor que yo.

-Tranquila; además que este hechizo es para objetos pequeños; no podría hacer una tan grande como para Syaoran-kun y yo; y mucho menos para Kuropon.

En eso se acerca una tormenta de arena; un remolino enorme y peligroso que podría dejarles enterrados. Kurogane les señaló que no se separaran; a lo que el rubio se interpone entre ellos y la tormenta creando una especie de barrera.

-Esperemos termine luego esta tormenta; aunque esto podría ayudarnos un rato. –Dijo mientras veía como su conjuro los rodeaba.

-realmente te has vuelto más útil  -Se burló el moreno.

-¿nani? ¿Kuropon eso fue una broma? ¡Kuropon hizo una broma!  -comenzó a dar palmadas en la cabeza del moreno como quien premia a un perro. -¡Buen chico! ¡Buen chico!

-¡Deja de fastidiar!

Al terminar la tormenta siguieron caminando hasta llegar a una especie de campamento. La bienvenida no fue muy cálida; pues se vieron rodeados de extraños tipos con armas. Todos cubiertos con grandes capas y gorros; los tenían rodeados. Kurogane y Syaoran estaban dispuestos a defenderse cuando Fay los detiene.

-¡Disculpen! ¡Acabamos de llegar a este mundo! ¡Solo buscamos donde pasar la noche! –Dijo el rubio

-¡Váyanse de aquí! ¡De seguro vienen a robarnos provisiones!

-¡Mokona no es ninguna ladrona! ¡Fay les dice la verdad!

-¡Vamos fuera de aquí!

-Deténganse.-Se oyó una voz

En eso de una de las tiendas  salen dos tipos.

-Ha pasado mucho tiempo. –Se descubren el rostro y quien hablaba era Kamui

-¡Kamui! ¡Subaru! –Gritó Mokona abalanzándose sobre los gemelos. -¡Mokona  los extrañaba! Llegamos recién a este mundo donde hace mucho calor y ellos trataron a Mokona de ladrona.

-Gome Moko-chan. –Dijo Subaru. –Aquí merodean bandidos a todas horas y es lógico desconfiar.

-Falta uno de ustedes. –Dijo el otro gemelo seriamente. –Aquella chica.

-Sakura está en su mundo. Esperándonos. –Respondió Syaoran.-Es una larga historia.

-Deben tener sed. –Dijo el menor mientras  los invitaba a pasar. –Si bien el día es caluroso; la noches son heladas por lo que deberían pasar la noche aquí.

-Gracias. Respondió el  castaño.

La gente del campamento se preparaba para la noche preparando fogatas  y reacomodando sus tiendas; Luego de eso  sacaban algunos instrumentos y se ponían  a cantar mientras montaban guardia. Eran gente amable que tuvo que armarse para defender lo poco que tenían para sus mujeres y niños. Mokona se ambientó de maravilla en la fiesta y reía con la gente del pueblo.

En otra tienda; los gemelos hablaban sobre este lugar; Syaoran les había contado parte de el desenlace de su aventura anterior y ellos escuchaban atentos.

-Veo que recuperaste el otro ojo. –Dijo Kamui viendo al mago.

-¡Hai! El otro Syaoran-kun me lo devolvió… para volverme a la normalidad.

-¿Y tú? –miró al moreno. –Supongo que te has percatado que eso no te volverá a la normalidad; tu vida será más larga tal cual se acordó.

-Lo sé; pero por lo menos ya no me preocupo de que este idiota coma.

-Ya no necesito beber de Kuropon para vivir. Gracias a que eh recuperado mi magia y la estoy usando lo más que pueda para que esta se incremente.

-Te equivocas. –Dijo sentenciante el más serio.

-¿nani? –dicen tanto el guerrero como el mago.

-Si fuera así de fácil… no estaríamos huyendo de ese tipo.

-Lo que dice Kamui es cierto. –Dice Subaru con tono de disculpas.

-Aunque recuperes toda tu magia y la aumentes. Solo harás que  tu cuerpo resista más la deficiencia. Puedes comer como ellos pero  tu alimento fundamental es y será siempre la sangre de tu presa. Podrán pasar años; siglos gracias a tu magia; pero terminaras necesitándola.

-La sangre de la presa  te ayuda a curarte más rápido también.-Dijo el menor. –Si llegases a quedar muy herido. –La necesitaras y tu cuerpo la va a reclamar, volviendo a su naturaleza vampírica. –Finalmente agachó el rostro. –Lo siento.

-No te preocupes. Yo me metí en esto porque quise. –Dijo mirando al rubio quien ya estaba comido por la culpa.

-Demo… mientras no salga muy herido… podré  seguir sin necesidad de Kuropon ¿ne?

-Eso y tu fuerza de voluntad. –dijo Kamui.

Si bien aquella conversación dejó al rubio algo decepcionado; creyó que ya había dejado libre a su compañero pero no era así. De momento solo le quedaba una cosa por hacer; hacerse más fuerte para salir lo menos herido posible y así no depender de él.

Como habían prevenido los gemelos; la noche era muy helada. Mokona se aferró a Syaoran y se quedaron dormidos. Fay tendió a cubrirlos con su manta y su chaqueta (siempre tan maternal) Para luego quedarse mirando el cielo nocturno. Vio que los aldeanos que hacían la guardia estaban cansados y decidió ayudarlos creando un campo como el que hizo durante la tormenta.

-Descansen. Con esto no entrará ni saldrá nadie.

Le agradecieron y se fueron a dormir a sus tiendas con sus familias.

No tenía sueño después de aquella conversación con los gemelos. Se acercó a Kurogane al ver que este tampoco dormía. Comenzó a sentir el frio ya que le había pasado sus cosas a Syaoran y Mokona.

-Ten.

-¿Y tú?

-No lo necesito.

Fay tomó aquella cobija y ante la sorpresa del moreno; se sentó junto a él y trato de arropar a ambos como pudo.

-Si te resfrías quien va a cuidar de nosotros Kuropon.

El silencio estuvo por unos minutos en el aire; hasta que el moreno habló:

-Se lo que estas pensando. Deja de darle vueltas al asunto.

-Es difícil.

-Solo preocúpate  de no  salir herido y listo. Fin del asunto.

No sabían cuanto tiempo seguirían en aquel mundo ni  que peligros habrían. Y eso lo descubrieron en la mañana cuando se viene un ataque de bandidos.

-¡Bandidos! ¡Bandidos!

Todos tomaron posiciones  mientras veían  aquellas motos rodearlos.

-¡No salgan del circulo! –Gritó Syaoran al ver que estaba la barrera de Fay.

Tanto Kamui como Syaoran decidieron salir y defender mientras Subaru calmaba a las mujeres y niños. El moreno y el rubio no se dejaron estar y también salieron.

Kamui sacó sus garras y el rubio igual; esperando la señal para atacar.

-¿No usarás tu magia? –Preguntó el moreno.

-Kurorin ¿en verdad tan inservible soy sin ella? Descuida;  mi magia está concentrada en aquel círculo.

Syaoran y Kurogane fueron con sus katanas  cortando  y esquivando balas; lo mismo para los dos vampiros quienes ágilmente se desasían de  armas y destruían las motos. La gente del campamento los animaba  con entusiasmo a ver como estaban ganándole a los ladrones. Uno de los bandidos sorprendió a Kurogane  al atacar e intentar herirle el brazo; pero para sorpresa de estos y la sonrisa confiada del ninja, el metal de Pifle era más resistente que cualquier otro.

Aun así la batalla no estaba ganada.

De la nada salió un enorme rallo arrasando con todo en su camino. Kamui divisó que provenía  de otro grupo que esperaba más allá de las colinas de arena y que apuntaba hacia ellos. Aunque el rayo había apuntado al campamento; la barrera de Fay los había salvado.

-Fiu~~ Por poco… aunque no se si resista otro de esos.

Un nuevo  rayo es disparado pero la barrera seguía en pie aunque a punto de desvanecerse. Finalmente  desapareció. Kamui fue de inmediato a proteger a Subaru quien cuidaba de la gente. Para cuando se lanzara un tercer rayo; Fay se interpuso con una especie de escudo mágico…  sabia que ese rayo también poseía algo de magia y quizás más fuerte; sabia que todo hechizo de protección y curación eran su punto débil por lo que no podría durar mucho y que en cuanto viera la oportunidad de poder atacar podría destruir tal cañón; pero le faltaban en este momento mas manos mágicas.

Vio a Syaoran; pero este estaba muy ocupado peleando con 5 bandidos. Solo había una forma; tratando de mantener el escudo con su mano izquierda, usó la derecha para mandar un contraataque directo hacia aquel cañón causando dos grandes explosiones; una en el grupo de enemigos de donde eran los rayos; y la otra donde había llegado el tercer rayo que estaba bloqueado por su escudo, el cual se desvaneció  en un instante hiriéndolo gravemente.

-¡Fay! –Grita Mokona angustiada.

-Estoy… bien… descuida Moko-chan.

La batalla había durado  toda la mañana y parte de la tarde; por lo que ya no quedaban fuerzas. Los bandidos habían escapado pero  habían causado daños al campamento. La gente estaba bien; Subaru revisaba si había heridos; Kamui se había lastimado un brazo, pero basto con tomar la sangre de algún ladrón herido para curarse; Syaoran tenía un par de cortes que Subaru trataba de curar y vendar; Kurogane tenía solo un poco de cansancio y preocupación por el rubio quien había desaparecido.

A la noche se montó la guardia y tanto Kamui como Subaru habían salido; Fay no volvía  y el pendiente de Mokona había comenzado a brillar.

Cruzaron aquella colina y le encontraron  herido; sentado mirando el cielo.

-Tus amigos te están buscando; parece que deben irse. –dijo el mayor.

-Si voy terminaré bebiendo ¿ne?-sonrió. –si me alejo un rato mis heridas van a  curarse solas.

-Pero Fay –san…  -Dijo el menor. –Su herida es grave, hasta nosotros necesitamos sangre para curarnos de ellas.

-Deja de pequeñeces y ve. –Había dicho el mayor… solo bastará con que no le mates.

-Lo sé… Se que hiciste mucho por mí al darme tu sangre; pero quisiera pedirte otra cosa.

En el campamento Mokona estaba preocupada; el aro brillaba  y Fay sin aparecer. Kurogane ya se estaba enfadando y se preparaba para ir a buscarlo. En eso llegan los gemelos. Kamui le entrega una especie de frasco al grandote.

-Llénalo.

-¿Nani?

-Con tu sangre. No es mucho pero le ayudará con sus heridas.

-¿A caso no piensa venir? –Preguntó inquieto.

-No.

El moreno se preparaba a salir a buscarle pero es detenido por Subaru quien dulcemente le indica que el rubio necesita  recuperarse antes de continuar y que ya les alcanzará.

-Pero Fay va a sentirse muy solo. –Lloraba Mokona.

-Nosotros cuidaremos de él. –Respondió con esa dulzura que le caracterizaba. –Cuando se recupere  los contactará y se reunirá con ustedes.

-Ten. –Dijo  el guerrero al entregarle el frasco con sangre a Kamui.

Se agrupó junto a Syaoran y la pequeña emprendiendo un nuevo viaje. Ahora sería distinto sin uno de ellos.

-Bebe.

-Arigato.

-¿estará bien con esto Fay-san? –Dijo el menor mientras el rubio bebería la sangre que Kamui le había dado.

-Va a ser difícil; ya eh estado solo antes… Además que Kamui y Subaru estarán conmigo ^^^

-Lo entiendo.

-Bueno^^ me quedaré un rato mas aquí; déjenme la guardia por esta noche, no creo que vaya a dormir.

-Está bien. Vamos. –Dijo el mayor  de los gemelos  a Subaru y así regresaron al campamento.

Recostado sintiendo como sus heridas sanaban en parte… Lamió cada resto de aquel frasco, deseoso de mas…  -Me haré mas fuerte; para evitar que la gente sufra; para evitar que me hieran y así no herirte…  Si llegase a hacerte daño… enloquecería…

Cerró los ojos y un par de lágrimas corrieron por su pálido rostro.

-Kurogane.

 

 

Notas finales:

Bien espero reviews para saber que opinan


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