Doy un bostezo, de esos que hacen que quieras romperte en dos, veo que ya es hora de levantarse, y como siempre, amanecí en mi otra cama, el suelo, gracias a los cálidos ‘’buenos días’’ de wólfram.
Me pregunto, porque no se irá a su habitación a ver si consigo dormir como Dios manda de una vez, la verdad es que todos los días me levanto con un pequeño dolor de espalda gracias a el ...
Lo miro y dejo salir un suspiro con pesadez, como quisiera que me dejara de seguir un rato, a ver si consigo ligar con alguna de tantas chicas guapas en Shin Makoku, con ojos de colores de los que es imposible encontrar en Japón y pelo de colores también muy inusuales en Japón.
La verdad no me sentaría nada mal estar con una de todas esas chicas hermosas que hay por aquí como: flyn-san, Gisela (muy simpática e inteligente, por cierto), o algunas de todas esas chicas que se pelean por mí en las fiestas (hay que ver qué sentido de la belleza más distorsionado tienen los mazokus) pero creo que eso es mucho pedir, bien hecho dios darle pan al que muere de sed, miro hacia el techo esperando respuesta divina, algo como: ''a chuparla'' , o alguna respuesta de sabiduría parecida.
Yuuri perezosamente se levanta de su lecho intentando no despertar a su amigo, se dirige al lavabo para asearse e ir a correr con Conrad, saltando el relato descriptivo de un atleta definido de 19 años restregando jabón y agua por todo su cuerpo, llegamos al Jardín del castillo Pacto de Sangre.
- Buenos días, su majestad -me saludó Conrad amablemente (como siempre) al cual yo me le acercaba con una gran sonrisa, al fin y al cabo, era la única persona normal de todo el palacio.
- ¡Buenos días Conrad! - le intento saludar igual de amable, dejando pasar la forma de referirse a mí, y es que tenía tanto sueño que hasta haciendo eso sentía a mi espíritu abandonar su cuerpo.
- ¿Listo? - me pregunta un poco preocupado viendo mi cara demacrada por la calidad de sueño.
- ¡Sí, vamos! - creo que me servirá para despertar.
Corrimos hasta el cansancio, ciertamente corrimos más que nunca y aunque estaba hiperventilando de la forma menos elegante sobre el sucio suelo, irónicamente tengo las energías que necesitaba para sobrevivir al día solo falta ducharme e ir a desayunar, en días como hoy recuerdo preguntarle a mi entrenador, el porqué de salir a correr a primera hora en la mañana, quien diría.
Andaba demasiado ensimismado en mis pensamientos para escucharla la primera vez.
- ¡YUURI! –
por Dios aquí viene la niña de papi (creo que me acabo de restar 20 años de vida)
- ¡GRETA!, ¿ya estas despierta? ¿qué estás haciendo? –
- Estoy ayudando a Sangríah y a las demás a hacer el desayuno jeje- dice Greta desbordante de energía
- Que bien ahora me cambio y voy en seguida, ¿sí?
- ¡Mmh!, ¡trae a wólfram! – Grita mientras corre por el camino del cual había salido
- ¿Todavía está durmiendo? - bien wólfram no es de estos madrugadores, pero tampoco se pasaría tanto tiempo en cama, ¿será que está muerto? - se preguntó muy inteligentemente Yuuri.
¡Ah! ya tengo hambre, quiero ver que me ha preparado Greta, ¡un momento! eso quiere decir que ya está pensando en hacer cosas por su cuenta, por lo que pretende independizarse, ¡No! ¡Es demasiado rápido! ¡No lo permitiré! (N/A: quizás alguien se atreve a pensar que Yuuri no es tan tonto/simple, yo discrepo, tenemos a un adolescente en plena pubertad que duerme ‘’todos los días’’, con lo que puede ser potencialmente el ser más atractivo en Shin Ma, en su mundo y en el Nuestro, y no vimos anormalidades en el caminar de wólfram (sabéis a que me refiero)).
me dirijo a la habitación con la intención de asomarme y decirle que Greta nos estaba cocinando algo para desayunar, seguro que saltaría de emoción, y salto ante el pensamiento. Me asomo entreabriendo la puerta sabía lo que me iba a encontrar seguro que estaba en alguna posición no muy propia de un príncipe demonio, durmiendo muy sonoramente, seguro que esta. ¿Murata sentado en la cama, mientras que wólfram estaba frente a él con la cara apta para participar en un concurso de tomates y completamente desnudo?
- Muchos me envidiarían por el simple hecho de tener el don de la vista ahora mismo, encantadora imagen - Decía el sabio, con una sonrisa arrogante en su rostro.
- ¡Su alteza! – Decía abochornado Wólfram, mientras envolvía la toalla su cintura y salía corriendo hacia el baño.
Mejor no preguntar ni intervenir, wólfram ya bajara a comer por su cuenta, (halo la puerta hacia mi sin terminar de cerrarla)
aunque creo que el trauma que me quedo al ver la perturbadora cara de Murata no se ira con solo una sesión en el psicólogo. De repente una voz muy familiar interrumpe mis pensamientos.
- Su majestad…- Decía ¿con miedo guísela?, ¿Cuándo llego aquí? ¿Que habrá pasado ahora? - Uhm... la princesa... solicita su presencia.... junto a la de su excelencia…en el comedor...-no entiendo a qué se debe el titubeo y el nerviosismo, ¿será se enamoró de mí?, ¡¿Se va a confesar?!, ¡¿Aquí?!
- ¿Que pasa Gísela? - le pregunto lo más atractiva y cinematográficamente posible.
-es que... vera... usted est... ha roto el manillar de... de la puerta y está sangrando por la otra mano...- ¿Ah?, ¡¿EH?!, ¡¿Qué demonios ha pasado aquí?!
Ya veo parece que he roto el manillar de la puerta el cual ahora tengo en mi mano debido a que lo acabo de despegar ¿y el sangrado? pues se ve que tengo que cortarme estas uñas o más acertadamente creo que me estoy haciendo más fuerte jeje.
- No es nada Gisela, puedes decirles a los demás que voy enseguida – Por alguna razón, esta vez no pude darle la sonrisa de cortesía, será mejor que termine con esa escena antes de que alguien los vea y empiecen a circular los rumores.
- ¡S-si! - Me sonríe nerviosa y se va con prisa en dirección al jardín.
Tomo todo el aire que mis pulmones me permiten y a dirijo hacia la habitación y sin pensarlo dos veces, entro, viendo a wólfram acomodarse su chaqueta azul y a Murata en la mesa ¿leyendo un libro? ¡Pft!, Que cínicos! se creen que no se nada, Me lo podéis contar, no me opondré ni nada por el estilo, a ver si así wólfram termina con este compromiso estúpido, ¡¿Qué ha sido eso?! Justo ahora…, sentí una punzada en el pecho.
- Buenos días Shibuya, te estaba esperando. -me sonreía inocentemente, vaya amigos me gasto.
- Buenos días Murata, ¿enserio me estabas esperando? – Le respondo insinuante, inevitablemente.
wólfram nos daba la espalda a los dos el rubor en sus orejas lo delataban, ¡esto es asqueroso sois dos hombres! y por mucho que te cubras no vas a hacer que la luz intermitente de tu cara no llame mi atención.
- Buenos días Wólfram- Le sonrío con hipocresía.
- Buenos días Yuuri- Me contesta nerviosos y sin mirarme a la cara
- ¡WOLFRAM! -Me callo, por alguna razón toda esta escena me enfermaba, me enojaba, me…, no lo sé.
Murata me miraba incrédulo, Wólfram giro rápidamente su rostro hacia mí confirme que parecía verdaderamente la sirena de una patrulla policial, aparto la mirada, no quiero que vea lo que estoy pensando, porque yo mismo no lo sé bien.
- ¿Yuuri? -Me pregunto en un punto medio entre sorprendido y nervioso, me doy cuenta de que verlo así me pone nervioso a mí también, ¡¿pero, por qué?!, ¡Yo no he hecho nada!
-Na-nada…Greta nos ha preparado el desayuno y nos está esperando – Justifico Patéticamente, girando la cabeza hacia donde se encontraba Murata mirándolo incrédulo, ¿Qué le había hecho para ponerlo así?, el cual solo siguió sonriendo, Wólfram por otro lado pudo salir rápidamente de aquella situación tan incómoda.
- ¡Woo! Comida hecha por Greta, ¡date prisa si enclenque! – Que hábil, ¿habrá recibido entrenamiento para esto? Yo aún no encontraba la fuerza para apartar la vista de Murata ni para quejarme sobre lo de ''enclenque'' a lo que Murata atinó a decir:
- ¿Que pasa Shibuya?, ¿pretendes asesinarme con la mirada? - Me decía divertido el payaso de Shin Makoku.
- No, ¿debería? - Le sonrío hipócritamente, más tarde intentaría analizar mi antipatía.
- Por ahora no – Sonríe de nuevo, ya está alcanzando a Conrad en el nivel de irritación que me provoca su sonrisa, de todas formas ¡¿Qué coño quiso dejar dicho?!
- jaja – Rio nervioso intentando restarle importancia al asunto - Y ¿para qué me buscabas? - Digo impaciente la verdad es que me estaban esperando y Murata no sale del templo de Shinou a no ser que sea algo importante
- Como empiezo...- Decía mientras tomaba asiento en la cama del mismo lado desde donde estaba observando a wólfram, yo lo imité con miedo, anticipando una catástrofe.
Me miro directamente a los ojos