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Sentimientos Egoístas por Zafira

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Notas del fanfic:

** Los personajes pertenecen a Tomo Takabayashi

Notas del capitulo:

Hola, aquí les traigo un nuevo fic... es uno corto... un pasatiempo mientras acabo los retoques de la continuación de Fuego y Lo que es mío... Espero les guste.


Ahhh cierto... y es de mi parejita rara... aunque el final, esta en debate mental...

Capítulo 1º: Comenzando de Nuevo


 


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Sin importar el dolor que sentía, la realidad era demasiado evidente como para hacer la vista gorda al respecto. Notó que su comportamiento dejó boqui abiertos hasta a sus hermanos, y no era para menos, él también estaba sorprendido… y quizás la verdad, era que estaba cansado…


No buscó su mirada cuando saludó con cortesía a aquella joven que él escogiera, simplemente la reverenció y después salió del lugar… esa noche se quedó en silencio en su habitación… escuchó que llamaban a la puerta, no sentía fuerzas para preguntar de quien se trataba… y al saber que era él, no tenía ganas de hacer esfuerzo para ir a abrirle.


Cerró los ojos con cansancio… sintió que su puerta era abierta, pero no quiso abrir los ojos para ver quien era, aunque cuando lo cargó en sus brazos y lo clocó sobre el lecho, no tuvo la necesidad de hacerlo… aquel suave toque y ese olor, era sin lugar a dudas de su hermano…


¡Gwendal…! – susurró y una nueva caricia en sus cabellos se hizo presente…


¡Estoy contigo… no lo olvides! – la vos del mayor sonó una tanto preocupada… quiso decirle que no tenía por qué estarlo, pero se sentía demasiado cansado como para hacerlo.


El nuevo día le trajo una nueva perspectiva que debía cumplir… miró tras el cristal, pensando en cual podía ser su camino a seguir…  miró en su placar la ropa que vestiría… sonrió al escoger la prenda…


Miró con sorpresa cuando una de las mucamas tropezó con unas escobas al verlo… se acercó a ella y la ayudó a levantarse. Notó las mejillas sonrojadas de la mujer al mirarlo, no le prestó mucha atención a este hecho… aunque ese mismo acontecimiento se repitió con unos soldados, la cocinera, hasta con su madre…


¡Madre… ¿estas bien?! – le preguntó ayudándola a ponerse de pie… la hermosa mujer lo miró de pies a cabeza…


¡Wolf… Wolfy… ¿y tú uniforme?! – preguntó confusa la mujer, justo en el momento en que por la puerta ingresaban Yuuri y su nueva prometida… ambos se le quedaron mirando también… Gwendal, Conrad y Gunter también se le quedaron mirando en la puerta.


¡Ah… es por eso… no quise ponérmelo hoy… me tomaré unos días libres… he pensado en ir a visitar a mi tío a Bielefeld…! – comenzó a decir sin mucho entusiasmo, aunque no pudo terminar con su oración…


¿Ir a Bielefeld? – dijo sumamente molesto el peli negro - ¿Dónde está tu uniforme Wolfram?


El rubio miró tranquilamente hacia el moreno, saludo con una reverencia a la mujer, notó las miradas de sus hermanos, estaban serias… levantó la ceja en confusión… suspiró recordando que aún no le había contestado al maou…


¡Así es Heika… iré a las tierras de mi tío,  y para hacerlo no necesito llevar puesto mi uniforme… lo visitaré no como soldado, sino como sobrino! – respondió con calma el demonio tomando un pastelito de la mesa.


¡No recuerdo haber autorizado eso! – soltó Yuuri sorprendiendo a la mayoría de los presentes - ¿Lo has hecho tú, Gwendal? – aquella pregunta descolocó al general, quien miró en dirección a su hermanito…


¡No Heika! – respondió el oji azul sin apartar la vista de su hermano.


¡Como soldado que eres Wolfram, no puedes salir sin la autorización de tu rey o de tu comandante… así que no irás a ninguna parte! – la voz del peli negro sonó muy casual al tiempo de acercarse al rubio, sonreírle, para luego sentarse en su lugar de la mesa…


¡Tiene razón, Heika…! – incluso el peli negro se sorprendió por lo pasivo que estaba comportándose el demonio de fuego, por lo que le dirigió la mirada alarmado… pero no tanto como lo estaban quienes lo conocían desde hacía mayor tiempo…


¡Me alegra que lo pienses así, Wolfram… ahora, por favor… deja de decirme Heika… y llámame Yuuri! – el moreno atendía cada una de las expresiones en el rostro del rubio al momento de hablar…


¡Es por eso, que presente mi renuncia al cargo de oficial el día de ayer… como ya no soy un soldado, puedo irme cuando mejor me parezca! – aquellas palabras hicieron que un ambiente muy tenso reinara en el comedor… Yuuri se había puesto de pie con la expresión furibunda… Conrad se había colocado justo en frente de su hermano menor para evitar un enfrentamiento, Gwendal estaba sorprendido por aquellas palabras… no podía creer que su hermano menor renunciara a algo que había añorado desde pequeño…


---*---


¡No puedes estar hablando enserio! – Gwendal se había llevado a Wolfram a su despacho, Yuuri intentó seguirlo, pero Conrad se lo impidió… - ¡Se que estas molesto con el maou, pero esta es una actitud muy inmadura de tu parte!


¡Esto no tiene nada que ver con el maou, lord von Voltaire! – Wolfram se había sentado en uno de los sillones, masajeó su frente mientras respondía al mayor, quien al escuchar como se había referido a él, se quedó momentáneamente de piedra…


¡Dices que no es por el maou, pero justo renuncias a la milicia y decides irte, después de que este haya roto su compromiso contigo! – el peli oscuro tenía los puños cerrados, no estaba acostumbrado a lidiar con un Wolfram tan sereno, preferiría mil veces sus arranques explosivos que esa pasividad nada propia de él…


¡A decir verdad, era algo que ya estaba considerando… la situación actual es una mera coincidencia… estoy cansado de nadar contra la corriente, Gwendal… la milicia no es para mí, y como ese era el motivo que me ataba a Pacto de Sangre, así como el compromiso… al no existir ya ninguno de los dos, es tiempo de que regrese con mi tío a ocupar mi lugar a su lado! – nuevamente el mayor de los hijos de la ex maou se quedaba sin palabras… no solo lo había llamado en primer lugar por su posición en la nobleza, ahora lo había llamado por su nombre, como si fuera una persona cualquiera en lugar de  su hermano…


¡Wolfram, se que te sientes herido…!  - comenzó a decir el mayor, que estaba sintiendo una especie de nudo en su garganta…


¡A decir verdad, me siento muy bien… aunque estoy muy cansado… si me disculpa… iré a preparar todas mis cosas, quiero irme con el alba, ya le avise a mi tío de la decisión que tome, por lo que ya ha de estar esperándome! – el de cabellera dorada se puso de pie y se dirigió a la puerta, al abrirla se topó con Conrad y con Yuuri, hizo una reverencia ante ambos y se marcho…


¿Dejarás que se marche? – pregunto con la expresión sentida el de vestimenta marrón…


¡NO IRÁ A NINGUNA PARTE! – Yuuri estaba realmente furioso… siguió el mismo camino que tomara hacía unos momentos el rubio… justo se cruzó con Murata cuando iba a buscarlo, por lo que el sabio, un tanto sorprendido por la actitud de su compañero, decidió seguirlo…


El sonido de la puerta ser aporreada le hizo levantar la mirada de lo que estaba haciendo… escuchó exigir a Yuuri el que abriera la puerta, considerando los alaridos que daba, simplemente bufó desechando toda idea de abrirla…  cuando al fin se canso de escucharle exigir que le abriera, respiró profundo y destrancó la puerta para abrirla…


¿Se le perdió algo Heika? – pregunto mirándole seriamente, aunque Yuuri no le respondió simplemente ingresó al cuarto y al ver el equipaje a medio hacer, comenzó a vaciarlo nuevamente…


¡Te dije que no tienes permiso de ir a ninguna parte! – soltó el peli negro, volviendo a meter las ropas en el placar… - ¡Ni creas que voy a permitir que me chantajees con esto Wolfram!


El oji esmeralda se quedó mirando las cosas nuevamente en el placar… parecía ido en esos momento, Yuuri entonces lo miró directamente… y sus miradas se encontraron…


¡Tienes razón…! – murmuró el rubio, aunque esta vez el moreno estaba listo para objetar cualquiera de las palabras que le dijese el mazoku… - ¡No necesito nada de lo que hay en ese placar! – cuando estaba por salir de la habitación, una mano en su brazo se lo impidió…


¿Acaso no fui claro? – murmuró el de mirada oscura, sorprendiendo al oji esmeralda… - ¡Te quedarás aquí! – ordenó sin preámbulos Yuuri, y quien fuera testigo de eso en la puerta se sorprendió grandemente…


¡Shibuya! – habló con seriedad el sabio, sorprendiendo al aludido…


---*---


Después de una gran discusión entre el sabio y el maou, al fin el noble mazoku pudo marcharse a las tierras de su familia, la explicación del sabio fue muy simple… si le obligaba a permanecer ahí, solo lograría que el rubio terminase odiando al maou y a su futura esposa. A regaña dientes el maou permitió que el oji esmeralda partiera, aunque le había dejado claro que debía volver, siempre que su presencia era solicitada…


Gwendal miraba con sumo dolor la partida de su hermano, había algo en él que no le gustaba… le dolía como nada en el mundo que se hubiese mostrado tan sereno, conociendo que su temperamento era todo lo contrario, se sentiría mas tranquilo si lo viera furioso… por lo menos así tendría la certeza de que estaba bien…


Cuando llegó a las tierras de la familia de su padre, su tío ya lo esperaba con los brazos abiertos… este ya estaba informado de todo lo ocurrido, la misma ex maou le había mandado una carta contándole todo…


Los primeros días, Wolfram simplemente se dedicó a descansar, Waltorana no había objetado nada al respecto… cuando una mañana el menor fue a su despacho para que hablaran sobre sus funciones, fue que el mayor se aventuró a averiguar sobre los ánimos de su adorado sobrino…


¿Dime… por qué dejaste la milicia? – aquella era una de las cosas que mas intrigaban no solo al mayor, sino también al resto de su familia…


¡Ya no quiero ser un soldado! – murmuró mirando fijamente tras la ventana…


¿Es por el maou… ya no quieres servir al maou? – aquello le parecía lógico y entendible al noble…


¡Tal vez… me canse de cuidar… y deseo que alguien me cuide! – aquellas palabras sorprendieron al rubio de verdes ojos… mas rápidamente la sorpresa se convirtió en sonrisa…


¡Entiendo… yo me encargaré de todo!


Wolfram le sonrió a su tío… después simplemente le ayudó a leer todos los papeles que este analizara en esos momentos.


---*---*---


Era la tercera vez que no respondía a los comunicados que le enviaran para que haga acto de presencia en el castillo, todos miraba el negro humor del maou en esos días… parecía de que en cualquier momento agarraría una tropa y traería a la fuerza a quien lo tenía tan furioso.


Después de que en su nota dejara claro que si no respondía iría a buscarlo, fue que una mañana un soldado que pertenecía a Bielefeld, llegó con la ansiada respuesta… esta estaba escrita en puño y letra de Waltorana von Bielefeld, la misma aclaraba que su sobrino no podía asistir, pues se encontraba en esos días realizando una excursión con un grupo de amigos, y que no tenía conocimiento de la fecha exacta en la que volvería…


Aquello había sido la gota que colmó el vaso, sin importarle los consejos de sus asesores, mandó preparar todo para ir a aquellas tierras. Gwendal también estaba deseoso de ir, estaba preocupado, pues él tampoco había recibido noticia alguna de su hermano, ni siquiera Yozak supo darle noticias de él.


El viaje resulto rápido,  aunque Yuuri decidió dejar en Pacto de Sangre a su prometida, diciéndole que no era un viaje muy agradable… cuando llegaron a las tierras Bielefeld, Waltorana ya parecía estarlos esperando. El noble no estaba muy complacido por las visitas, aunque los recibió como era propio. Cuando los hermanos de su sobrino le preguntaron por el menor, simplemente respondió que estaba mejor que nunca.


Era muy tarde en la noche, los invitados y el dueño de aquellas tierras se disponían a cenar, cuando un alboroto en el exterior les llamó la atención… Waltorana sonrió  se puso de pie, dirigiéndose hacia la entrada… Yuuri lo siguió receloso… observó tras el cristal el motivo de tanto movimiento…


Un grupo de jóvenes bajaban de sus caballos, uno de ellos se aproximó al señor de esa casa… parecía decirle algo serio, la expresión del rubio lo decía todo…


¡Preparen un escuadrón de búsqueda! – ordenó el noble, y tanto Yuuri como los hermanos de su ex prometido entendieron que algo malo había pasado.


Gwendal estaba realmente furioso, ya que por una parte no sabía nada de su hermano, y por otra, Waltorana no tenía deseos de llevarlos con él para ayudar en su búsqueda…


Al final ambos hermanos se impusieron y se armaron los grupos de búsqueda, se interrogó a los jóvenes con los que estuvo el rubio, y ya con los datos salieron en su búsqueda.


---*---


¡No es lo que piensa! – susurró un oji esmeralda a quien vendaba con cuidado su tobillo - ¡Resbale, eso es todo!


¿Enserio?... ¡parecía otra cosa desde mi ángulo! – respondió el hombre sin levantar aún la vista.


¡De haber tenido esas intensiones hubiera hecho algo un poco más eficaz y honorable! – bufó al momento de voltear el rostro.


¡Bien ya esta… lo mejor es que te lleve a Pacto de Sangre! – el hombre cargó en sus brazos al mazoku de piel color crema…


¡Ya no vivo en Pacto de Sangre… ahora vivo con mi tío, en Bielefeld! – murmuró el  joven apartando la mirada de la del mayor…


¿Entonces lo rumores son ciertos…? ¡Su compromiso terminó… y ha puesto tierra de por medio para ya no verle… eso explica que no lleve puesto su uniforme! – cuando pasaba con su caballo por aquella apartada zona, jamás pensó que se encontraría, según sus ojos, con una hermosa criatura que miraba fijamente un barranco, grande fue su sorpresa al acercarse y notar que se trataba del menor de los hijos de la ex maou de Shin Makoku.


¡Ignoro lo que digan esos rumores… gracias por ayudarme, Adalberto… sin embargo, creo que puedo manejarme solo desde ahora! – el aludido sonrió al notar que aquel era un tema delicado… había algo raro en el príncipe, además de que estaba pálido, no se había comportado malcriado y eso era muy extraño.


¡No lo creo así… su caballo no esta por ninguna parte, ya anocheció y hace frío… así que como yo lo encontré, es mí deber cuidar de usted hasta entregarlo a su tío! – Adalberto esperaba que aquellas palabras encendieran la ira del menor… ya que sabía que el joven siempre se jactó de ser capas de cuidarse a si mismo.


¡Bien… en ese caso, podría al menos tratarme menos formal… me aburre! – soltó el joven suspirando… aquello si que había sorprendido al mayor, ya que no hubo quejas ni nada…


Pasaron como tres horas para que al fin su conversación fuera mas amena… al parecer Wolfram realmente necesitaba desahogarse… y después de ser provocado todo ese tiempo por el mayor, al fin explotó, aunque no como el oji azul esperaba… en vez de hacerlo con violencia, comenzó a llorar cual niño herido…


Se quedó profundamente dormido entre sus brazos… aquello estaba mal, un demonio de fuego que había perdido el sentido a su elemento, Wolfram se sentía muy frió, apagado, aquello que le dijera de que necesitaba sentirse protegido le dolió muy en lo profundo… en alguna ocasión su adorada Julia le había dicho que era eso exactamente lo que buscaba el joven príncipe… y ahora a tantos años desde que se lo escuchara a su amada, lo escuchaba de los labios del menor.


Al verlo dormido tan indefenso, lo tentó la idea de llevárselo lejos de todo lo que pudiera hacerle daño, lo cargó mejor entre sus brazos y lo subió sobre su caballo, todo parecía indicar que llovería, por lo que debían moverse. Aquellas manos se aferraban a su abrigo, no pudo evitar sonreír, aunque luego frunció el cejo, pues indefenso como sentía al menor, cualquiera podría acercarse y tomar provecho de él…


El sonido de unos cascos le hicieron ponerse en guardia… aunque al notar a quien dirigía el escuadrón sonrió… notó la mirada de angustia de aquel rubio tan hermoso como quien descansaba entre sus brazos…


¡Waltorana… ¿parece que se le extravió algo o alguien?! – el noble detuvo su marcha al ver a Adalberto, más al notar que llevaba un bulto sentado frente a él y envuelto en su capa.


¡Von Grantz… ha visto a  mi sobrino Wolfram… está extraviado y yo…! – comenzó a decir el oji verde.


¿Se refiere a esta pequeña belleza que descansa entre mis brazos? – Adalberto sonrió al percibir que ese orgulloso noble parecía volver a respirar al ver a  su sobrino… - ¡Al parecer cayó de su caballo… lo llevaba a sus tierras, señor!


¡Gracias a Shinou! – Waltorana se acercó a observar mejor a su sobrino, sonrió al verlo bien, aunque inmediatamente dirigió una mirada fría hacia sus hombres que habían dejado escapar un largo suspiro por ver a su adorado sobrino tan bello mientras dormía…


---*---


Una vez que llegaron todos al castillo, al fin ambos hermanos pudieron ver a su pequeño hermano, aunque a ninguno le gusto su estado, inconsciente y en brazos de Adalberto. Por su parte, el maou tampoco se mostraba muy contento de verlo así, aunque intentó disimularlo un poco, su mirada daba fe de su disgusto.


En ningún momento el rubio de mirada esmeraldina despertó en esa noche, Waltorana se quedó a velar por su descanso en la habitación, no sin antes invitar a Adalberto a descansar en uno de los cuartos cercanos en agradecimiento por traer de vuelta a su sobrino, cosa que el oji azul, sorprendiendo a todos, acepto.


¡Me sorprende verlo aquí, Heika! – Adalberto bajaba tranquilamente por las escaleras, entendía la presencia de ambos hermanos, pero no así la del maou.


¡Adalberto… ¿Dónde encontraste a Wolfram?! – Conrad se había adelantado a preguntar antes de que Yuuri se manifestara.


¡Como le expliqué a Lord Bielefeld,  lo encontré un poco lastimado en el bosque con claras señales de haber caído del caballo! – el rubio no estaba siendo sincero, pero no creyó conveniente decirle a los presentes la impresión que a él se le formara al encontrarse con Wolfram.


Ya eran mas de la media noche, todo aquel día había permanecido en las tierras Bielefeld por invitación del tío del joven demonio de fuego, y como en parte, deseaba cerciorarse de que el tercer hijo de la ex maou, y adorado alumno de su amada estuviera bien, el aceptó quedarse. Como el sueño no estaba visitándolo decidió salir a pasear un rato, se sorprendió al bajar por las escaleras y escuchar unas voces provenientes de la sala.


¿No me diga… y qué tiene que ofrecerme? – esa voz era claramente la de Wolfram, por lo que decidió no hacer mucho ruido…


¡Todas mis riquezas estarían a sus pies… si usted me dejara cortejarlo abiertamente, le aseguro que no se arrepentiría! – aquella voz él no la conocía, pero aquello estaba resultando muy interesante… con sigilo se dispuso a espiar…


¡No hay riqueza que yo no tenga… debe esforzarse mas! –el rubio oji esmeralda intentó dirigirse hacia la escalera, pero fue detenido por el sujeto, que a simple apariencia era un tanto mayor que él, de contextura fuerte y de cabellera castaña oscura.


¡Le puedo asegurar que yo jamás lo desatendería y menospreciaría como lo hizo el maou! – a Adalberto le sorprendió esa osadía… mencionar a quien le ha hecho tanto daño solo podría ocasionar el enfado en el menor… aunque también, podría ser la reacción que se presentaba ante sus ojos…


Su atención entonces reparó en una figura oculta tras uno de los pilares, no tenía que ser adivino para saber de quien se trataba… sus ojos volvieron a observar el intento casi vano de Wolfram, por alejar a aquel sujeto de él, muy probablemente si las cosas seguían así, el maou intervendría…


¡Vaya, vaya, vaya… parece que interrumpí algo… estoy seguro que a Lord Waltorana no le gustará enterarse que le ha faltado al respeto a su sobrino, joven… yo que usted lo soltaría de inmediato! – Adalberto se dejó ver al fin, Wolfram al verse liberado fue a ocultarse tras su  espalda, susurrando un suave… “Gracias”…


---*---


¿Entonces usted esta buscando prometido? – Wolfram se sonrojó de manera adorable según el mayor al escuchar aquella pregunta, mas asintió luego de pasados unos minutos… - ¿Y ese sujeto, es de tu agrado?


¡La verdad, no… es muy insistente… de hecho fue por huir de él que me alejé del grupo! – respondió sinceramente el menor, y un movimiento en las sombras llamó la atención del mayor…


¡Realmente iba a parecerme extraño si te gustaba… mínimamente me imagino que deseas estar con alguien mas imponente… rico… quizás alguien más como…! – el oji azul guardó silencio al pensar a quien nombraría, tenía pensado decir igual que tu hermano Gwendal, pero después recordó al maou que  nada tenía que se pareciera a ese orgulloso mazoku…


¡La verdad, me gustaría  alguien más como usted, Adalberto… estoy seguro que quien esté a su lado, jamás se sentiría indefenso! – una tranquila risa se hizo oír de parte del oji esmeralda… Adalberto no pudo disimular que aquellas palabras le habían impactado… y no solo a él, notó casi fugazmente a Yuuri, quien se dejó ver solo un momento con la mirada casi podría decirse que furibunda.


¡Es extraño escuchar de sus labios… la palabra, indefenso… ¿acaso se siente así, su excelencia?! – realmente no sabía por que estaba siguiendo esa conversación,  pero la verdad era que no pudo evitarlo… deseaba saber hasta donde deseaba llegar el menor…


¡Es una sensación agradable, la verdad… debe ser lindo que lo protejan a uno, no piensa usted así?…! – la mirada del mas joven se notaba perdida… - ¡Mañana decidiré con quien me comprometeré… y en menos de un mes me casaré con ese alguien! – esa afirmación dejó anonadado al rubio mayor…


¡Ni creas que sólo por casarte podrás eludir tus obligaciones en Pacto de Sangre! – tanto Wolfram como Adalberto se pusieron de pie sorprendidos - ¡Hablaré con Gwendal para que detenga este absurdo… antes del medio día,  tú volverás con nosotros al castillo!


¡Disculpe, Heika… ¿pero de qué obligaciones me está hablando?! – incluso Adalberto se mostró sorprendido por la tranquilidad con la que el rubio menor hablaba, aunque su vista no se había apartado de la imagen del maou…


Adalberto tuvo que actuar rápido para evitar que el joven rey llegara  hasta el oji esmeralda, no se había esperado una reacción así…


¡Heika, le ruego que…! – comenzó a decir el mayor, mas fue cortado en seco por el moreno…


¡No te metas en esto, Adalberto… Wolfram y yo debemos arreglar este problema, ahora mismo! – la mirada de Yuuri estaba fría, había a su alrededor un aura azulada, por lo que el oji azul no estaba muy seguro de lo que tenía que hacer…


¿De dónde saco, Heika, que yo tengo un problema con usted? – hablo al fin el de dorada cabellera con mucha tranquilidad - ¡He dejado claro, que ya no tengo ninguna obligación para con la corona, excepto aquellas que me obligan debido a mi linaje… fuera de eso… creo que usted se está desubicando!


El mayor notó como el puño del joven rey se cerraba con fuerza, su mirada parecía cambiar también…


¡Es muy tarde, lo mejor será ir a descansar! – soltó entonces Adalberto, no se le había ocurrido nada mejor para intentar cortar el ambiente tenso que se había formado…


¡Adalberto, es mejor que se vaya… al parecer nuestro rey no está dispuesto a posponer esta plática! – murmuró entonces el tercer hijo, al notar que la mirada del joven maou ya estaba totalmente cambiada…


---*---


Todos los habitantes de la mansión se alarmaron debido al sonido de una explosión… cuando el líder de la familia Bielefeld  se dirigió hacia la fuente del conflicto, se encontró con la imagen de su sobrino y la del maou, y por lo que se podía ver, estaban teniendo un enfrentamiento, aunque al acercarse más, ahora ya en compañía de los hermanos mayores de su sobrino, pudo notar que no era Wolfram quien atacaba al rey, sino que era Adalberto.


¡¿Qué está sucediendo aquí?! – exclamó Gwendal, aunque quedó mudo al encontrarse con la imagen del menor de sus hermanos…


Wolfram tenía toda la ropa rasgada, y al parecer estaba ocultándose tras el mazoku de mayor edad, lo que parecía encender aún más la ira del maou, quien en ese justo momento…


¡APARTATE, ES UNA ORDEN… ESTO ES ALGO QUE NO TE COMPETE! – rugió el peli negro, y unas serpientes de agua se dirigieron hacia el mazoku de más edad.


¡Gwendal… ¿qué sucede?! – Conrad no podía dar crédito a lo que observaba…


¡Que se detenga… si llega a herir a mi sobrino, no respondo, Gwendal! – Waltorana intentó acercarse hacia los otros rubios, pero fue detenido por el hijo mayor de la ex maou…


¡HEIKA, POR FAVOR… DETENGASE! – gritó Conrad, al tiempo en que intentaba aproximarse más al lugar.


Adalberto tomó a Wolfram en brazos y esquivó el ataque de Yuuri, aunque casi al instante este se repitió…


¡Demonios! – maldijo el rubio mayor, al verse en aquella difícil situación…


Adalberto… descuide… yo solucionaré esto – susurró la voz de Wolfram, aunque el oji azul no estaba muy dispuesto a dejarlo, y menos luego de haber presenciado la explosión del maou, y su posterior ataque contra su ahora ex prometido.


¡WOLFRAM… ESTO ES ALGO ENTRE TÚ Y YO! – rugió nuevamente el maou, deteniendo su ataque esperando la respuesta del rubio de ojos esmeraldas…


Vaya, parece que despertamos a todo el castillo… Adalberto, puede bajarme ya… yo arreglaré este problema – el oji azul mordió su labio inferior debido a la incertidumbre, más cumplió los deseos del noble – Puede ir con mi tío y decirles a todos que nos dejen, por favor…


¡Mantendré la vista fija en ustedes! – dicho esto el heredero de los Grantz se dirigió rumbo a los familiares del rubio menor…


¿Qué está sucediendo Adalberto? – Waltorana estaba sumamente exaltado, su mirada no se apartaba de su sobrino que en ese preciso momento se aproximaba al peli oscuro que momentos antes le atacara…


¡Les explicaré después… pero Lord Waltorana, creo que después de esto, sería conveniente solicitarle al maou que se retire! – aquellas palabras sorprendieron no solo al líder de los Bielefeld, sino también a Conrad y a Gwendal…


Bien, Heika… hablemos… pero será aquí, frente a todos ellos, de modo a que no vuelva a perder los estribos – aquellas serenas palabras del demonio, que fuera el más impulsivo y explosivo, enfureció aún más al rey demonio…


Entonces será aquí, y frente a ellos… no me importa… tú terminarás haciendo lo que yo ordene – Yuuri se estaba conteniendo, a su alrededor el aura azulada comenzaba a rodearlo no solo a él, sino también al rubio…


Como súbdito suyo que soy, heika… yo siempre cumpliré sus órdenes… pero como noble que soy, usted también debe respetarme, a mí y a la posición que tengo en la sociedad mazoku – el rubio moderaba bastante su voz, cosa que descolocaba un tanto al monarca… - ¿Por qué está tan molesto conmigo, heika… lo he ofendido acaso?


Heika… ¡heika… HEIKA! – el poder del moreno terminó de rodear al rubio y una serpiente de agua lo capturó - ¿POR QUÉ ME LLAMAS ASÍ, WOLFRAM... ES TU MANERA DE CASTIGARME POR HABER ROTO EL COMPROMISO… ES POR ESO TODA ESTA MALDITA FARSA?


No lo quiero de amigo, heika… le seré fiel y leal debido a que es mi rey, pero llamarle por su nombre es una total falta de respeto, y no deseo eso – aquellas palabras paralizaron al moreno, su mirada pasaba de normal a rendija, mientras dimensionaba el peso de esa afirmación – Tal vez mas adelante… cuando las heridas hayan sanado y mi pasado con usted sólo sea una amarga anécdota que contar… tal vez pueda ser su amigo… no quiero mentirle ahora, no lo quiero de amigo… y en lo posible, preferiría no verlo muy a menudo – Wolfram dirigió su mirada hacia su tío, y luego nuevamente hacia Yuuri - Suélteme, por favor heika… me está lastimando.


El agarre de las serpientes de agua se ajustó justo después de haberse aflojado momentáneamente, Wolfram cerró los ojos debido a la presión… el maou había tomado el control, y por la energía que los rodeaba y evitaban que los familiares del rubio intervinieran, estaba sumamente furioso.


Entonces… no serás su amigo… pero tendrás que tolerar su presencia y la mía, porque no te dejaremos ir… - la voz del maou sonaba imperante…


Wolfram estaba perdiendo la consciencia cuando una luz dorada inundó el lugar, y unos brazos lo rodearon protectoramente…


¡POR QUÉ TE METES EN ESTO, SHINOU…!


---*---


Despertó un tanto desorientado, en un primer momento notó que estaba en su habitación, luego pudo ver que no estaba solo…


¿Adalberto? – susurró y se sorprendió por lo débil que había sonado su voz…


¿Cómo te sientes… estás mejor? – el oji azul se aproximo al menor mientras este se acomodaba mejor en el lecho… - Llevas bastante tiempo inconsciente, comenzaba a impacientarme…


¿Qué sucedió Adalberto? – el peli dorado se fijó entonces en su habitación, en ella sólo se encontraba su tío, que en ese justo momento estaba dormido sobre el diván…


El maou está en otra habitación descansando también, pero tu tío ya le ha solicitado que se marche… tus hermanos intentaron intervenir pero no pudieron hacer nada… tu tío y yo invocamos nuestro poder y con ayuda de Shinou pudimos ingresar para ayudarte… pero fue el primer rey quien enfrentó al maou, lo que aprovechamos para sacarte de su alcance – el mayor relató todo muy suavemente, de tal manera a no despertar el líder de los Bielefeld… - A pesar de todo, el chico estaba empecinado en que nada de aquello era algo que nos involucrara… es por eso…


¿Eh… que cosa? – la expresión del mazoku de mayor edad se volvió sombría…


Shinou no lo pudo retener lo suficiente, así que tuve que enfrentarme a él… y para que eso si me involucrara… le grite que te habías comprometido conmigo en el bosque, después de que te encontré – el tercer hijo de la ex maou, no pudo disimular su sorpresa… aquello sí que no se lo esperaba… aunque contra todo pronóstico… sonrió…


Gracias Adalberto, lamento haberte causado tantos problemas – Wolfram apoyó su barbilla sobre sus rodillas ahora flexionadas – Debí dar el brazo a torcer, jamás había visto a Yuuri tan enojado…


Por lo visto no está acostumbrado a perder… pero nada justifica su actuar, si no deseas estar a su lado, no puede obligarte, por más rey que ahora sea – la seguridad con la que el mazoku de mayor edad pronunció aquellas palabras, dejaron sorprendido al más joven, sonrió con un extraño brillo en su mirar.


Tienes razón, sin embargo… me disculparé con él, no tengo deseos de que mi familia resienta la antipatía del rey… después de todo, los Bielefeld, siempre hemos sido fieles a la corona – eso pareció no gustarle mucho al mayor, mas no acotó nada al respecto… pues cuando parecía dispuesto a hablar, fue interrumpido por…


¡No tienes que preocuparte por eso, sobrino… fue él el que ofendió a nuestra familia… y no estoy dispuesto a tolerar que te humilles ante él, solo porque no le place que tú no quieras estar a su lado!… - Waltorana al fin había despertado, se aproximó al hijo de su hermano y lo estrechó entre sus brazos… - No te quiero cerca de él… y si me desobedeces, le solicitaré a tú prometido que te lo prohíba…


Tío…


Entonces está prohibido por ambos… - Adalberto sorprendió con sus palabras a Wolfram al inició de un reclamo… -  Waltorana, si me permite, iré a comunicarme con mi familia para informarles de todo esto, seguramente mi padre saldrá de Grantz ni bien reciba el mensaje.


Adelante, esta es su casa también – el mayor de los Bielefeld observó al oji azul, hasta que se perdió tras las puertas.


¡Tío… no lo apoyes en esa locura… Adalberto solo dijo eso para salir de aquella mala situación, él y yo jamás nos comprometimos ni nada parecido! – el menor mostraba sincera angustia, conocía como nadie las implicancias de una afirmación tal, y con tantos testigos…


Sé que no es cierto, Wolfram…. Pero si Adalberto no dice nada en contrario, yo gustoso le concederé tu mano – el mayor tenía ahora mismo sólo una cosa en mente, y era proteger a su sobrino de las sucias garras de aquel mocoso impertinente… justo cuando habían llegado a aquella habitación con Wolfram inconsciente, él tuvo la oportunidad de aclarar todo con el heredero de los Grantz, y ahí mismo le había preguntado si iba  a retractarse o no…


Hablaré con él… Yuuri no es mala persona, tío… yo no debí tentar así su paciencia – un peso muy incómodo comenzó a molestar al menor… una cosa era su vida, y otra era incomodar a alguien más, y que para colmo de males solo se vio involucrado por azar.


---*---


Se había alistado rápidamente una vez que su tío lo dejara solo, cuando abrió la puerta de su habitación, se topo frente a frente con Yuuri, quien parecía estar a punto de tocar…


Un incómodo silencio reinó momentáneamente… hasta que el peli oscuro, por fin hablo…


Lamento haberte herido – Wolfram se sintió ciertamente nervioso, aunque su deseo era hablar con Yuuri, no deseaba que fuera tan rápido… - Pero no aceptare que te alejes así de mí…


Eso… es algo en lo que no puedes influir… Yuuri – susurró el rubio bajando la mirada, aunque al volverla a levantar se mostró seguro de sí mismo – No volveré a Pacto de Sangre, me gusta mi nueva vida… alejado de la milicia… teniendo amigos y personas a las que les gusto, y que podrían gustarme…


No lo permitiré – sentenció el pelinegro, casi imperceptible fue la aparición de rendijas en los ojos del maou, al momento en que hacía retroceder del puro susto al de ojos esmeraldas…


¿Yuuri? – susurró el noble sintiéndose acorralado, una cosa era arreglar las cosas con Yuuri y otra muy distinta era hacerlo con el Maou – Yuuri, por favor…


Ahora lo llamas así… ¿me temes Wolfram? – una sonrisa maliciosa se formó en el rostro del moreno – Bien… entonces obedecerás mis órdenes…


¿Está todo en orden, Heika? – los ojos de Yuuri habían cambiado de inmediato, al momento de escuchar la voz de tío de su ex prometido…


Por supuesto, Waltorana… solo me disculpaba con su sobrino… ¿verdad, Wolfram? – el aludido asintió un tanto nervioso…


Si ya termino, puede retirarse Heika… necesito hablar con mi sobrino – el mayor no se tragaba el cuento… Wolfram ni de bebé mostraba esa mirada de temor…


Hablaremos luego, Wolf, sobre tu regreso a Pacto de Sangre – y sin esperar oír nada más, el soberano se marcho.


¿Wolfram? – llamó su tío seriamente…


¡Recuerda tío que me prometiste una fiesta… hace tanto que no me divierto en una… ¿invitaras a todos los que me dijiste, verdad?! – soltó emocionado el rubio sin prestarle mayor atención a las últimas palabras que dijera el moreno antes de irse – Yo ya decidí lo que haré, tío Waltorana… no me voy a dejar arrastrar nuevamente a aquella vida… no te preocupes…


 


 


Eso espero… y no te preocupes, haré la fiesta… podría ser de compromiso… seguramente al padre de Adalberto le gustara la idea – comentó el mayor más tranquilo luego de escuchar a su sobrino.


Tío, ahora iré a hablar con Adalberto… te he dicho que me comprometeré con alguien a quien al menos le guste – comentó el de dorada cabellera al dirigirse hacia la puerta.


¿Qué te hace pensar que no le gustas? – soltó el tío sonriendo al notar las mejillas sonrojadas del menor, quien sin acotar nada más se retiró.


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Ingresó a aquel salón y se quedó observando a aquel poderoso demonio que distraídamente miraba por el ventanal… parecía no haberlo sentido entrar, un extraño nudo se formó en su garganta, no sabía cómo debía introducir el tema…


Al parecer el maou piensa quedarse, hasta que vayas con él – comentó el de ojos azules, para así darle a entender al menor que si lo había sentido entrar - ¿O acaso has aceptado ir?


No iré… yo ya tengo planes aquí… - susurró el joven al tiempo en que se aproximaba el también al ventanal – ¡Debemos hablar!


¡Te escucho! – dijo divertido el demonio fijando ahora su mirada en quien ya demostraba bastante nerviosismo.


Con respecto a lo del compromiso – comenzó a decir el ex príncipe – Debemos aclararles las cosas a mis hermanos…


¡Podemos usar la fiesta que tu tío me dijo que organizará, para aclarar todo! – Wolfram sonrió al ver que Adalberto en verdad lo estaba ayudando…


¡Gracias…! – soltó entonces el menor con una sonrisa - ¡Haremos eso entonces… hablaré con mi tío… hablamos luego, Adalberto!


¿Te comprometerás en esa fiesta? – antes de que el de ojos esmeraldas saliera, asintió… luego simplemente se marcho.


El mayor se quedó mirando nuevamente en dirección a la puerta… él tendría que esperar a su padre para poder hablar, sonrió imaginando la sorpresa que sería para él ese rumor, incluso estaba seguro que se pondría realmente feliz… dirigió su mirada hacia quienes a partir de la fecha se convertirían en sus rivales.


¡Entonces… quizás sea probable que oficialicemos nuestro compromiso en esa fiesta… Wolfram! – algo extraño se formaba en su pecho, él había sentido cierta paz en su corazón al tener en brazos al joven demonio de fuego… quizás, solo quizás… su corazón comenzaba a sentirse sanado…


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Notas finales:

Espero leer comentarios...


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