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Sentimientos Egoístas por Zafira

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Notas del capitulo:

Muchas gracias por los comentarios... y espero que les guste la pareja, la verdad... me entro un amor hacia ellos desde que termine de escribir Fuego... y con la conti, aunque me causa ciertos problemas... pus... me sigue gustando.

Bien, aqui les dejo la continuación, espero les guste.

Capítulo 2º: Corazón con Nuevo Dueño


 


*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*


 


Como era de esperarse la novedad de la fiesta no le cayó a nadie en gracia, menos al maou, quien se había auto invitado ya a participar. Wolfram había conversado con sus hermanos para explicarle todo lo del supuesto compromiso, y aunque se mostraron bastante más tranquilos  escuchando aquello, no les gustó nada enterarse que en aquella fiesta pensaba comprometerse ya con alguno de sus muchos pretendientes…


¡No estoy de acuerdo! – soltó con frustración el peli oscuro, mirando con seriedad a su hermano menor…


Es una decisión tomada, hermano… además, ¿por qué no estás de acuerdo? – la expresión de tristeza en el rostro del menor puso nervioso a ambos hermanos, aquel fuego que lo caracterizaba se había apagado, se lo veía tan desvalido… y eso, no les gustaba, de hecho, los ponía más nerviosos aún… - ¡Prometo mantenerme siempre en contacto a partir de hoy… es que en esos días salía casi a toda hora, pero no volverá a suceder, me mantendré en contacto!


Wolfram… no te estamos pidiendo que vuelvas a Pacto de Sangre… a menos que eso desees, solo que no tomes decisiones apresuradamente – Conrad detestaba ver a su hermanito en ese estado, ni cuando era un bebe se lo veía tan frágil, y eso que lo era… no le gustaba, quería llevárselo lejos de todo aquel que lo buscara con intenciones nada nobles, seguramente…


No se preocupen por mi… estoy mejor que nunca, de verdad – el menor sonrió de una manera adorable, ambos hermanos sonrojaron ante la imagen… ahora definitivamente, ambos estaban aún más preocupados.


Los preparativos de la fiesta no se hicieron esperar, en lo posible, Wolfram se cuidaba de no encontrarse con Yuuri, y de hacerlo siempre cuidaba de no hallarse solo… todo aquello molestaba al maou, quien en una misiva ya había informado a su novia de que iba a tardarse un poco más en volver.


Las risas, antes casi inexistentes, de Wolfram se escuchaban por todo el castillo, sus pretendientes hacían cualquier cosa por poseer toda la atención del peli dorado, más frustrándolos por completo, era Adalberto quien por lo general, aún sin proponérselo, les llevaba mucha delantera. El mayor resultaba ser bastante conocedor de buenas anécdotas que a más de uno lograba sacarle risas…


¡Vaya Adalberto, no pensé reírme tanto, la verdad… eso explica varias cosas que me intrigaban en el pasado! – soltaba el joven aceptando tomar del brazo al mayor, olvidándose casi por completo de sus otros pretendientes, quienes miraban casi con desesperación el estar perdiendo la batalla con alguien que a su impresión, no era rival debido a su amplia edad…


¿Y qué era eso que te intrigaba? – preguntó complacido por la atención el mayor…


¡No es nada, Adalberto, preguntas que me hacía a mí mismo antes! – el más joven no quería confesarle que siempre se preguntó qué era lo que Susana Julia, su antigua maestra, le había visto al mazoku de ojos azules, como para enamorarse de él.


¿Te intriga, cómo Julia se enamoró de mí? – para el mayor aquellas mejillas sonrosadas eran prueba suficiente para confirmar sus sospechas… rió con ganas pues le resultaba adorable la imagen del más joven en ese mismo momento.


¡Parece llegué en el mejor momento! – ambos rubios observaron en dirección a aquella voz, acompañado de Waltorana, un hombre de mayor edad y de los cabellos canosos sonreía complacido ante la imagen de la pareja.


¡Padre…! – Adalberto estaba sorprendido, no esperó que su padre viniera tan rápido, le había dicho en detalle la verdadera situación del compromiso, además de sus intensiones… - ¡No esperaba verte tan pronto!


¡Abandonas a tu padre por tanto tiempo, y encima osas decir que no esperabas verme tan pronto! – replicó el hombre con tono sentido, aunque se notaba que se sentía bastante feliz…


¡Discúlpelo, lord von Grantz, sea bienvenido a Bielefeld! – Wolfram hizo una reverencia, y después miró hacia su tío, quien estaba evidentemente complacido con la visita… - Creo que ambos querrán hablar, los dejaremos solos entonces… tío, mi madre llegará en cualquier momento, es mejor que la esperamos - Padre e hijo observaron  como se perdían de vista los dos rubios de gran belleza…


No recuerdo la última vez que te  escuche reír así – comentó entonces el mayor… - Parece un verdadero milagro…


---*---


Adalberto encontró en su padre, el mejor aliado para apartar la atención de Wolfram de sus otros pretendientes, el mayor era sumamente astuto, e intervenía en el momento justo en que alguno de ellos quería ganar puntos extras con el menor… rápidamente el líder de los Grantz se ganó la antipatía de los demonios que rivalizaban con su hijo, pero más que el de ellos, se ganó el odio del rey maou, pues el moreno, desde la llegado del mayor, definitivamente no encontraba solo a su ex prometido.


El día de la fiesta había llegado, Wolfram ya estaba listo, su tío lo había ido a buscar para llevárselo al salón principal… al entrar se pudo escuchar más de un suspiro de admiración, no faltaron los murmullos que comentaban la belleza de los integrantes de esa familia… aunque Wolfram había heredado su imagen de los Spitzberg, pues era la viva imagen de su madre.


Gwendal y Conrad no parecían muy felices… su hermano menor no era así, y ellos lo sabían, además de que no renunciaban a la idea de que aquello parecía ser hecho solo por despecho… sin embargo, cuando Adalberto, adelantándose a un grupo de cinco jóvenes, le había pedido a Wolfram concederle ese baile, había un brillo especial en sus esmeraldas…


Parece que nuestro Wolfy se ha enamorado… - dejó escapar la ex reina, Gwendal se sorprendió y fijó mayor atención en su hermano…


No puede ser… - dejó escapar el castaño, mientras el peli oscuro simplemente negaba sin querer creerlo también…


Yuuri observaba todo desde un lado de la habitación, su prometida había ido a la fiesta, en contra de sus deseos, pues según ella, no podía dejarlo solo en un evento así… su llegada no fue del agrado del líder de los Bielefeld, pero se limitó simplemente a darle una bienvenida cortante… el moreno no podía con su mal genio, se sentía contrariado, su poderoso alter ego estaba a punto de liberarse… Wolfram realmente estaba jugando con fuego, según su opinión.


Mientras en la pista de baile…


Baila bastante bien, Adalberto – murmuraba el menor observando divertido al rubio de mirada azul…


Parece que eso también te sorprende… - dijo divertido el mazoku – Hay muchas cosas de mí… que podrían sorprenderte…


Las mejillas sonrosadas del joven mazoku sorprendieron a más de uno, de los que observaban la interacción de ambos nobles, Waltorana sonrió mientras que aceptaba una copa que le era ofrecida por el padre de Adalberto…


¿Enserio… y qué podrían ser esas cosas? – susurró el de mirada esmeraldina, con la vista recientemente levantada hacia el mayor.


¿Te interesaría averiguarlo? – dijo seductoramente Adalberto sin apartar sus ojos de los del joven que en ese preciso momento enrojecía aún más.


Fue un ligero y tímido asentimiento, una sonrisa de medio lado adornó el rostro del mayor cuando,  para la sorpresa de todos, rozó los labios Wolfram… incluso la música se había detenido, a lo lejos se escuchó un cristal romperse, pero para los dos mazokus que estaban en medio de la pista, nada existía… Adalberto acarició el rostro de quien sería fácilmente confundido con un ángel, y lo abofeteó.


---*---


Sus celos habían llegado a un punto máximo, no pudo contenerse más cuando lo vio siendo besado por alguien más… simplemente se dejó arrastrar por ese sentimiento de frustración y enojo, de nada sirvieron los llamados de la mujer con la que se había comprometido, frente a ella y todos los demás había reclamado como suyo nuevamente a Wolfram… a pesar que la situación se la había dejado a su alter ego, podía ver, escuchar y sentir claramente todo lo que sucedía a su alrededor… fue así que vio como su ex prometido buscaba refugió tras Adalberto y como este se disponía a enfrentarlo con tal de protegerlo…


Solo la oportuna intervención de Murata impidió que la pelea pasara a mayores, aunque lo que sí dijo el sabio, fue que Wolfram debería volver a Pacto de Sangre hasta que el espíritu maou estuviera en calma… y como era de esperarse, Adalberto declaro entonces que él lo acompañaría.


Murata simplemente había explicado que el poderoso Maou no se resignaba a perder a quien creía como suyo… y era por eso que aun no aceptaba a la nueva prometida de Yuuri… aquella explicación pareció satisfacer a todos, aunque ni Waltorana, ni el padre de Adalberto se sintieron muy convencidos de permitir que el ex príncipe estuviera a merced del espíritu…


Gracias, Murata… estuve a punto de perder completamente el control – soltó el joven rey mirando impávidamente en dirección al jardín…


Parece que el Maou y tú ya se han vuelto uno… por qué mejor no eres sincero conmigo Shibuya… si llevé a von Bielefeld con nosotros es simplemente para darte una última oportunidad, pero si aún vas a negar tus sentimientos… yo mismo le diré a Shinou que bendiga la unión… - el de gafas no perdía detalle de su amigo, y por eso no le sorprendió la explosión que tuvo al escucharle decir esas palabras…


¡Nunca lo permitiré… él no será de nadie más que de nosotros! – esta vez Yuuri mismo había olvidado que su novia había ido sólo un rato a traerle algo de beber… la joven frunció el cejo y salió nuevamente de la habitación…


¿Y cómo lograrás que se aparte de Adalberto? – preguntó el sabio aunque temía escuchar la respuesta…


Le daré lo que quiere… mi atención, mi cariño – soltó Yuuri – O le quitaré su honor…. Y así será Adalberto el que lo deje…


¿Y qué hay de ella? – pregunto entonces el de gafas…


Ella aceptará todo, si realmente quiere ser reina – aquellas palabras sorprendieron a Murata, el brillo de sus anteojos ocultó su expresión…


Mientras en otra parte de la mansión…


¿Realmente quieres ir? – un rubio de ojos azules preguntaba al joven que terminaba de arreglar lo que parecía una pequeña mochila de viaje…


¡Por supuesto… como mi prometido es tu deber presentarme a toda tu familia! – el rubio menor se aproximó al de más edad, su expresión era de angustia… aunque sus palabras sonaban bastantes animadas – Podría ir luego… no me dijeron que debía presentarme inmediatamente... además… no tengo muchos deseos de ir….


No faltaron más palabras para convencer a Adalberto, ni a su padre que había sido testigo de todo, informaron que Wolfram saldría al anochecer de Bielefeld, por lo que poco después del medio día el maou y su comitiva se retiró ya de esas tierras para preparar todo en Pacto de Sangre para su llegada.


---*---


Habían llegado muy temprano en la mañana a las tierras Grantz, Wolfram fue directamente al cuarto que le habían asignado, estaba demasiado cansado como para detenerse a apreciar el lugar, Adalberto lo había acompañado hasta la habitación, y luego de haberle cobijado mejor con la manta, pues el menor se había acostado sin siquiera cambiarse de ropa, fue en dirección a la biblioteca donde su padre seguramente ya lo estaba esperando…


Hacía bastante tiempo que no recorría esos pasillos por los que tanto había recorrido cuando aún tenía a Julia con él… pero ahora ya no sentía el inmenso vacío producto de la pérdida de su amor. Abrió la puerta sin tocar, como lo esperaba su padre estaba ahí, sentado tras su escritorio, esperándole…


¿Se ha quedado dormido? – preguntó el mayor acomodándose en su asiento e indicarle a su hijo que tome asiento.


Esta muy cansado por el viaje… más bien diría que por todo – contesto Adalberto tomando asiento – Cuando se sienta mejor lo llevaré a recorrer los campos, sé que le gustarán bastante.


Contesta Adalberto, ¿Cuáles son tus intensiones reales con Wolfram? – quien lideraba esas tierras se puso serio, una cosa era que estuviera feliz porque su hijo al fin continuaría con su vida, pero no estaba muy seguro si era eso lo que su nuevo prometido buscaba – Me dijiste en tu carta, que solo habías dicho que era tu prometido para salvar la situación con el maou, sin embargo, ahora te has comprometido con él realmente


Sé lo que te escribí, y sé que ahora me comprometí con él – hablo serenamente el rubio más joven – La verdad es que… no pude evitarlo, se lo siente tan desvalido… su fuego está casi extinto, y eso no lo tolero…


¿Él te gusta o sólo es por lástima, hijo? – ahora si su padre se mostraba realmente serio… haciendo ver que necesitaba saber la verdad en ese instante.


¡Alberos von Grantz, no soy un hombre que se deja llevar por la lástima! – Adalberto se puso de pie casi de inmediato y salió de la habitación, dejando solo a su padre…


Eso quiere decir que te gusta… - Alberos se puso de pie retirándose hacia su cuarto con una sonrisa pintada en su rostro…


Adalberto caminó a paso seguro, aunque cuando abrió la habitación a la que se dirigió, se sorprendió al hallarse en el cuarto en donde reposaba Wolfram y no en el suyo… suspiró largamente mientras se recostaba por la puerta… su idea inicial era simplemente ayudar, sin involucrarse demasiado.


Se aproximó al lecho y se sentó en la orilla… su expresión era tan pacífica mientras dormía que le dieron ganas de estrecharlo entre sus brazos para que lo sintiera a lado suyo…


¡Demonios!... ¿qué voy a hacer?


Despertó sintiéndose totalmente descansado, se desperezó lentamente y aunque se mostró reacio a abrir sus parpados, terminó haciéndolo… al sentarse sobre el lecho pudo notar que no estaba solo, sonrió a contemplar a ese mazoku poderoso, aunque se sintió un tanto confundido… “¿Te quedaste a mi lado todo este tiempo?”… no parecía muy cómodo aquel diván.


Se levantó de la cama sin hacer ruido y se aproximó al mayor, lo observó detenidamente mientras una de sus manos acomodaba mejor el cabello que le cubría la frente…


¿Te estoy creando muchos problemas, verdad? – susurró al tiempo de alejarse de él con el mismo sigilo.


Cuando escuchó la puerta cerrarse, abrió los ojos y se paró lentamente… sonrió saliendo de la habitación, murmurado…


Quizás…


---*---


Le gustaba bastante todo lo que Adalberto le había llevado a observar, llevaban como hora y media montando y aunque comenzaba a sentirse cansado no quiso decirle nada a su prometido, pues la verdad, la estaba pasando muy bien.


El oji azul se detuvo en un claro y desmontó a pocos metros de la naciente de un riachuelo, Wolfram hizo lo mismo y se entretuvo embelesado contemplando lo bello del lugar… cuando busco con la mirada al mayor lo encontró acomodando una canasta con alimentos sobre una manta, sonrió cuando sus miradas se encontraron…


¿Picnic? – preguntó el menor acercándose hasta su prometido…


¡Picnic! – afirmó entusiasta Adalberto extendiendo su mano para que Wolfram la tomara… - Debes estar hambriento, siéntate… pedí que nos prepararan algo, hoy almorzaremos juntos aquí.


Eso suena bastante bien – el oji esmeralda se sentó justo en frente del mayor, comieron silenciosamente al principio, después comenzaron a hablar de muchas cosas, Wolfram escuchaba las anécdotas de Adalberto, y reía de cada una de las ocurrencias del mismo… si alguna vez alguien le hubiera comentado que el orgulloso mazoku era así, el seguramente no le hubiera creído.


¿Dónde están tus pensamientos ahora, Wolfram? – aquella pregunta sacó de sus cavilaciones al más joven, que no se había percatado de que se había quedado pensando… - ¿Piensas en algo en particular… puedo saber en qué?


Traías aquí a Julia, verdad – aquella no había sido una pregunta, más bien era una afirmación, aunque esperó la confirmación del mayor…


¿Te molesta? – Adalberto no se espera esas palabras, y la verdad no estaba muy seguro de cómo debía reaccionar…


No… no me molesta… solo me sorprende… el que me dejes estar en un lugar tan lleno de recuerdos felices para ti – Wolfram no había apartado la vista de Adalberto al decir aquello…


Será… será que deseo que se llene de más recuerdos felices aún – el  de mirada azul acarició con una mano el rostro del más joven, se acercó lentamente sin perder de vista aquellas esmeraldas que lo miraban expectantes…


Cuando sintió los labios de Adalberto en los suyos, le pareció que su corazón iba a salírsele del pecho, cerró los ojos siendo totalmente consciente de que su rostro estaba totalmente sonrosado…


Relájate… - murmuró el oji azul en tono burlón, al momento de atráelo más a su cuerpo con el brazo con el que había rodeado su cintura…


Sintió ambas manos de Wolfram en su pecho, profundizó el beso cuanto pudo,  sintió plena satisfacción al sentir como era correspondido, y más aún cuando esos brazos rodeaban su cuello… lo fue recostando sobre la manta, ambos se estaban dejando llevar… un suave gemido se escapó de los labios del menor cuando sintió que sus besos descendieron por su cuello…


Adalberto… - murmuró a penas con un poco de voz…


El sonido de unos caballos rompieron el ambiente que estaba reinando… el oji azul se incorporó para observar en la dirección de donde provenían los sonidos… Wolfram, aun muy sonrojado, también se puso de pie colocándose detrás de Adalberto.


Al notar que era soldados de Bielefeld, el mayor supuso, que el culpable de que su agradable momento a solas con su prometido se había echado a perder era por culpa de su próximo tío político.


---*---


¡No es correcto! – soltó con indignación el noble,  mirando con severidad a su sobrino - ¡Son prometidos ahora, no es correcto que estén sin un chaperón!


¡Pero tío… estuve comprometido casi dos años con Yuuri, y jamás tuvimos un chaperón! – Wolfram no podía creer aquello, al enterarse su tío de que él y Adalberto habían salido a pasear, inmediatamente mando a sus hombres a buscarlos para escoltarlos al castillo, y todo eso… - ¡No me puedes decir que no es apropiado… Adalberto es un noble mazoku, que también ya ha estado comprometido!


¡No compares la situación, Wolfram! – habló nuevamente el mayor - ¡Adalberto es mayor y ha vivido por mucho tiempo alejado de nuestras costumbres… además, no es lo mismo… el maou era un enclenque, no era peligroso!


¡Pues, no deberías preocuparte tanto tío, al igual que yo, sabes que este compromiso es solo un ardid… Adalberto sigue guardando sentimientos por Susana Julia, solo acepto esto para ayudarme… así que él es más inofensivo que Yuuri! – Wolfram apartó la mirada de la de su tío, suspiró con algo de frustración – No le gusto tío, solo se siente extrañamente responsable de ayudarme, y lo está llevando muy lejos nada más…


Pues yo comienzo a dudar de eso, Wolfram… Adalberto no parece un hombre que este con alguien simplemente porque se sienta responsable… yo comienzo a convencerme de que aunque sea un poco, tú le gustas – Waltorana soltó aquello conteniendo los enormes deseos de abrazar a su sobrino - ¿Por qué no abría de hacerlo de todos modos?... tú eres hermoso en todos los sentidos, si es inteligente… él se dará cuenta y no te dejará ir.


Tío… - el menor se había quedado sin habla, bajó la cabeza sintiéndose avergonzado…


Espero no estar interrumpiendo nada – Adalberto ingresó a la habitación, no necesitó de mucha observación para notar que en aquel lugar reinaba un ambiente un tanto incómodo – Disculpe por interrumpir, Lord Waltorana…


Descuide, Adalberto… con usted también preciso hablar – el noble notó la mirada de suplica de su sobrino, que palideció al escuchar sus palabras…


Sí, eso supuse… - el oji azul ya se esperaba tener que enfrentar aquella conversación, observó hacia el más joven y lo notó cabizbajo, por lo que opto por acercársele – Espero no esté regañando a su sobrino por mi causa… si tiene algo que reclamar, dígamelo directamente – con su brazo rodeó la cintura del menor, aquello consiguió que este levantara el rostro y le dirigiera la mirada.


No es correcto que salgan sin compañía alguna, aunque sean prometidos – soltó el líder de las tierras Bielefeld, aunque parecía muy complacido por la imagen ante él.


Estoy de acuerdo con usted, lord Waltorana… es por eso que considero necesario apresurar los preparativos de la boda – Adalberto sonrió al notar la sorpresa en las expresiones de ambos parientes…


Pero… Adalberto – susurró el oji esmeralda observándolo un poco asustado.


¿Por qué tanto apuro Adalberto? – el líder de los Bielefeld quiso tranquilizar las cosas notando la ansiedad de Wolfram, él tampoco deseaba que las cosas se hicieran apresuradamente, menos aún teniendo la intranquilidad de su sobrino, de que no había ningún sentimiento romántico entre ambos…


La respuesta es muy sencilla, señor… ya estoy cansado de dormir solo por las noches y de que mis días sean solitarios – las mejillas de Wolfram adquirieron un sonrojo brillante mientras Adalberto no le apartaba la mirada de encima.


---*---


Si mi tío te encuentra aquí… le dará algo – cuando Wolfram regresó del baño no esperó toparse ahí con el oji azul… este estaba con una expresión bastante seria - ¿Ocurre algo?


¿Cuál es el motivo? – soltó entonces el mayor - ¡Quiero oírlo de tus labios!


No sé de qué me estás hablando exactamente – el menor se sintió un poco intimidado por la mirada molesta de Adalberto, más cuando este se ubico justo frente a él.


Mi padre me dijo que tú tío le comento que deseabas dar por terminado el compromiso – soltó contenidamente el rubio de mirada azul - ¿Verdadero o falso? – preguntó tomando del mentón a Wolfram para que le devolviera la mirada.


No estoy seguro que la idea de la boda sea correcta… la verdad es que estoy asustado – ni siquiera Adalberto espero aquella respuesta, pero su sorpresa no impidió que evitara que el oji esmeralda se escabullera de su agarre…


¿Qué te asusta? – inquirió el heredero de los Grantz al arrinconar contra la pared a quien parecía sólo desear alejarse.


¡Tú… tú amas a Julia yo a Yuuri, ¿acaso no es más que evidente la respuesta?! – dicho aquello el tercer hijo de la ex maou simplemente bajo la cabeza, sabía que se estaba comportando como un niño – Es mejor dejar esto hasta aquí…


Wolfram no pudo terminar de decir aquello que pensaba, Adalberto había tomado sus labios casi con violencia al tiempo de rodearle con sus brazos para evitar cualquier intento de escape…


Entonces… - murmuró el mazoku de más edad cuando rompió el beso debido a la escasez de aire – habrá que probar… - volvió a besar aquellos labios que aún no le correspondían – si tenemos algo de química…


Wolfram ni siquiera pudo reaccionar debido a la impresión, Adalberto forzó un poco hasta poder introducir la lengua dentro de su boca, cosa que pareció hacerlo reaccionar…


Adalberto… - el rubio menor intento alejar al más grande haciendo fuerza con sus brazos, pero sin conseguir nada excepto volver a ser besado por la fuerza…


Esta noche… - el heredero de los Grantz cargó en brazos al ex príncipe llevándolo rumbo al lecho – te haré el amor…


No supo exactamente en qué momento Adalberto le había despojado de todas sus prendas, en un principio intentó resistirse, pero el oji azul le superaba ampliamente en fuerza… por un momento pensó que simplemente buscaba asustarlo, pero en ese preciso momento sabía que eso de hacerle el amor, iba muy enserio…


No, no, no Adalberto… por favor mhmmm – logró decir al sentir como era recorrido su cuerpo no sólo por las manos expertas del mayor, sino también por sus labios… - por favor…


Promete que cumplirás con el compromiso… y me detendré – Adalberto había dicho aquello fríamente al detenerse y observar fijamente a los ojos del menor… - Te obligarán a cumplirlo de igual manera cuando sepan que me perteneciste…


¿Por qué? – de aquellos esmeraldinos ojos comenzaron a brotar lágrimas de amargura…


Yo no soy ese chiquillo… yo si tomo aquello que amo… y aunque no me correspondas, yo puedo darte esa protección que tú me dijiste que querías – Wolfram incluso se olvidó de respirar por la impresión, sus mejillas de por sí ya pintadas se sonrojaron al máximo… sus lágrimas habían cesado… una genuina sonrisa apareció en sus labios…


---*---


Cuando saliste de esta oficina anoche, estabas realmente furioso… hoy sin embargo, estas más que contento – Alberos von Grantz sabía que la decisión de su próximo yerno de no cancelar el compromiso tenía mucho que ver, pero deseaba escucharlo de los labios de su hijo…


Quiero que mi boda sea la más hermosa padre… no escatimes en gastos, quiero ser la envidia de todo Shin Makoku… aunque lo seré de todas maneras – Adalberto se sentía extraño, cuando su padre le dijo que Wolfram no deseaba la boda, un vacío solo comparable con la pérdida de julia, se le había formado en el pecho… vacío que solo desapareció al ver aquella sonrisa y recibir ese dulce beso… - No sé en qué momento me robo el corazón, papá… pero no puedo negar que me he enamorado…


¿Y él hijo? – El de cabello canoso no podía guardarse aquella pregunta, necesitaba saber si su hijo era consciente de esa situación…


Adalberto permaneció en silencio un momento antes de dirigir su mirada a su padre – Él ama a ese chiquillo… al maou – el mazoku mas joven dirigió su vista hacia el ventanal y luego de un suspiro acotó – Pero yo le ofrezco algo que él ansía con desesperación, la posibilidad de tener la estabilidad de una familia…


¿Y qué recibirás tú a cambio? – Alberos no podía creer que su hijo fuera el que acababa de hablar… aunque ciertamente estaba complacido, pues si su deseo era darle una familia al joven ex príncipe, significaba que se quedaría al fin en Grantz.


La sonrisa en el rostro de Adalberto daba fe de que sus pensamientos eran muy agradables, aunque dejó a su padre con la duda de qué obtendría con aquel matrimonio, estaba seguro que para su hijo, era un pago más que justo.


En otra parte del castillo, más específicamente en la habitación que le habían designado al prometido del heredero de los Grantz, tío y sobrino hablaban de la última decisión tomada por el último.


Aún no me has dicho, si sucedió algo que te haya hecho cambiar de parecer – Waltorana estaba cómodamente sentado en un diván, mientras hablaba con el menor… él tenía la sospecha de que Adalberto había hecho alguna cosa que hizo cambiar de opinión a su sobrino…


Sólo lo pensé mejor, tío… después de hablar con… mi prometido – un llamativo sonrojo apareció en sus mejillas, y eso confirmó cualquier duda que tuviera el mayor…


¿Qué hizo él… acaso te coaccionó? – la mirada en el noble hizo notar que se cobraría muy caro cualquier falta de respeto…


Él dijo que me ama – susurró el más joven sonriendo con dulzura y con la mirada perdida en algún punto de la habitación… Waltorana no podía creer aquello, aunque al ver a su sobrino no pudo evitar sentirse feliz, pues Wolfram estaba feliz.


¿Y eso te hizo feliz? – el mayor se había puesto de pie, se acercó a quien lo miraba dudoso… lo abrazó con cariño como sólo él lo hacía cuando estaban solos…


Yo me pregunto, tío… ¿si él mintió o si eso que dijo es cierto?... porque la verdad me hizo sentir muy feliz – aún sentía latir su corazón con violencia cuando recordaba lo que había ocurrido en aquella habitación hacía algunas horas… Adalberto realmente pensaba cumplir su amenaza… aunque al despedirse le había susurrado que la cumpliría solo cuando se casaran, tal cual lo indicaban las costumbres.


Unos golpes en la puerta les obligaron a separarse…


¿Quién es? – Wolfram pregunto acercándose a la puerta.


¡Soy yo… quiero que almorcemos juntos… y decirle a tu tío que mi padre quiere hablar con él de los detalles de la ceremonia! – Adalberto miró a ambos Bielefeld y mientras que el mayor de estos hacía una pequeña reverencia y se dirigía hacia la biblioteca, el menor se tomaba de su brazo para dirigirse al jardín.


---*---


Le había llegado la invitación a la ceremonia matrimonial a primeras horas de la mañana, ya de por sí se sentía furioso luego de que Wolfram no hubiese llegado cuando lo esperaban… ahora enterarse de que tenía pensado seguir con lo de la boda lo tenía totalmente fuera de sí.


Su prometida había intentado levantarle el ánimo diciéndole que la boda de ellos tampoco se debería hacer esperar, pero sin medir su tono de voz, le exigió que lo dejara solo… Murata era el único que seguía a su lado luego del arranque de furia que había tenido… su alter ego solo reclamaba que debía ir a buscarlo para traerlo a rastras…


¡Me está provocando… si lo que deseaba era que perdiera la paciencia, lo ha conseguido! – Yuuri pensaba en un y mil maneras de ir a traer a su ex prometido para que comenzara a explicarse, aunque él no pensaba escuchar explicaciones, nada justificaba esa actitud…


¿Acaso irás a traerlo por la fuerza?… no creo que su nueva familia en Grantz te lo permita, Shibuya – Murata tampoco podía creer que el ex príncipe llevara tan lejos el asunto de la boda… y aunque cabía la posibilidad de que aquello fuera realmente su deseo, él no podía creer que Yuuri le hubiera lastimado tanto como para hacer que el orgulloso mazoku, lo dejara ir sin luchar… “Parece que tu descendiente se ha cansado de luchar, Shinou”…


¡Tenemos nuestros métodos para traerlo hasta aquí, sin necesidad de me tenga que anunciar en esas tierras! – Yuuri salió del despacho y se dirigió rumbo a los baños reales, con Murata pisándole los talones.


¿Qué piensas hacer Maou? – preguntaba el de piel más clara, aunque cuando vio las aguas frente a él, intuyó cual  era su plan…


Frente a los ojos de ambos se formó una imagen en las aguas, se notaba que era una especie de claro en algún bosque, más la persona que se miraba en las aguas, no era otra persona más que el ex príncipe mazoku. Una sonrisa se formó en el rostro del moreno, cuando murmuró…


Vamos, mi demonio de fuego… roza con tus bellos dedos la superficie del agua – su frente se frunció y formó una mueca al ver a otra imagen tras de su ex prometido… - ¿Qué dice….? – y en el cuarto de baño se escuchaban claramente los sonidos de ese lugar…


A mi tío no le va a gustar nadita, que hayamos salido solos – Wolfram observaba con una genuina sonrisa al mayor…


Necesitamos algo de privacidad… no soy ningún degenerado como para que el nos mantenga vigilados tan constantemente… además, estas por ser mi esposo… lo justo es que al menos podamos pasar un momento solos – Adalberto levantaba al menor y lo acercaba a sus brazos… cuando lo besó, no fueron conscientes de que la superficie del riachuelo comenzaba a inquietarse…


¿Quieres darte un chapuzón? – el mayor había cargado en brazos al oji esmeralda…


Yuuri contemplaba la escena con furia, aunque sonrió ante la idea… - Si, Adalberto… métete tú también al agua…


¡Shibuya… ¿qué piensas hacer…? ¡Piensa en lo que harás!! – había algo en el aura del maou que le indicaba al sabio que lo que planeara hacer el alter ego de su amigo, no era bueno…


Traeré a Wolfram aquí… lástima que Adalberto no podrá salir…


Prefiero que regresemos antes de que mi tío salga a buscarnos… o me llevará a Bielefeld hasta el día de la boda… ¿a menos que quieras eso? – el tono risueño en el mazoku sangre pura menor dejó en shock al rey demonio…


Bien… tienes buenos argumentos para chantajearme… volvemos entonces… pero ni creas que cuando estemos casados dejaré que visites a tu tío a menudo… será mi castigo hacia él, por todo el tiempo que te roba de mi lado – el menor comenzó a reír por el comentario…


No seas tan ansioso… seré todo tuyo muy pronto… ¡parece que mi novio no es muy paciente!


 


 


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Notas finales:

Bueno, ahi estuvo... a mi parecer en el proximo capi, ya acaba... estoy intentando escribir algo, con lo que no terminen odiandome las fans del yuuram.... conste, que a mi me gusta bastante esa pareja...

Esque Yuuri es tannn lergo, que me gusta hacerlo sufrir, así sea solo en mis fics.


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