Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

como sea... ese dobe es MI kitsune... por nofynoky

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

pondré todo de mí para hacer una buena historia... si les gusta dejen reviews y así me inspiro a continuarla... a ver si así salen buenas ideas... también acepto sugerencias! y con muchas ganas :D disfrutenlo!!!

Notas del capitulo:

éste es el prólogo, en pocas palabras... es sólo el comienzo... y prometo que se pondrá mejor... ;) espero que les guste :D

Era invierno, el clima era frío y seco en aquella aldea llamada Konoha, no obstante era un lugar muy prospero. La gente del lugar estaba inmensamente agradecida con el hokage, gracias a él y al trabajo de todos los anteriores, Konoha había progresado en muchos aspectos. Y es que esa permanente alegría no había sido gratis ni fácil de conseguir para nadie.

Hokage Minato Namikaze, un hombre de cabello rubio de unos 30 años, por supuesto que de alguna forma conseguía verse de incluso menos edad, hermosos ojos azules y a pesar de ser tan joven, era uno de los mejores Hokages que habían gobernado en el país, a decir verdad era bastante cercano a su pueblo y procuraba mantener un cierto equilibrio en la sociedad.

De modo que nadie sufría de hambre o caía en la miseria… claro, como todo país había gente con más recursos que otras y no se podía evitar, porque de otra forma dejaría de ser una causa con métodos buenos. Pero el hokage siempre lograba mantener ese equilibrio tan inusual, Konoha se había vuelto una utopía que antes parecía inalcanzable y todo era gracias a la perseverancia y el valor del hokage.

Eso le gustaba, salir a caminar al aire libre sin mayores preocupaciones, abandonar todo aquello que lo estresaba, como los interminables papeleos que recibía cada semana, bueno se sabía que el Hokage era una persona excepcional, pero no era precisamente el más aplicado con los asuntos de papeleo y cosas por el estilo. Pero había algo que disfrutaba más que todo, ver a las personas que vivían bajo su reinado siendo felices y el poder caminar por todos lados sin encontrarse con personas extremadamente delgadas rogando por un bien tan indispensable como la comida, también era algo que le agradaba.

Conocía muy bien la sensación de tener que cuidarse las espaldas a cada momento porque puede aparecer alguien desesperado por conseguir algo de dinero y asaltarte.

Se adentró en una feria que se ponía de vez en cuando, todo era extremadamente colorido y muy ruidoso para su gusto, pero le producía algo de curiosidad todo aquello… hace muchos años que no iba a una feria del pueblo, ya se había acostumbrado a la vida en el palacio, no es que se marginara dentro de él, pero pasaba muchas más horas dentro que fuera.

Al pasar por los distintos puestos, uno que otro mercader le reconocía y le saludaba cordialmente.

-muy bien gracias – era todo lo que respondía, a pesar de ser el hokage del país, no era como los otros, era tan cercano a su propio pueblo que la gran mayoría lo reconocía, puesto que no permanecía aislado de todos en su palacio como lo hacían otros. Sin olvidar que en su tiempo él no pertenecía a la realeza, tampoco era un pobre campesino pero no tenía exceso de riqueza ni nada parecido, de hecho si no fuera porque se casó con Kushina, no estaría ahí tampoco. Muchos habían agradecido que aquello hubiera sucedido por supuesto, pero se sabía de algunos que no habían quedado muy contentos con ello…

El Hokage era inconfundible con aquél kimono blanco, tenía bordes rojos y el símbolo de Konoha bordado elegantemente a su espalda. Además de ser tan espléndido como hombre, era muy popular entre las mujeres, se podría decir que lo tenía todo. Era exitoso en los negocios internacionales, gobernaba excelentemente a todo un país, era muy ágil e inteligente… por no decir que era de los más guapos en todo el país. Era bien sabido que a pesar de estar felizmente casado era el más codiciado de todos.

Dio un par de vueltas por la animada feria y luego, cuando el cansancio comenzó a molestarle un poco, dio por terminado su paseo. En seguida se retiró junto a su guardia personal, no es que la necesitara, pero nunca estaba demás… sobre todo si así se libraba de los reclamos de su esposa que se preocupaba en exceso. Regresó al palacio con el ramo aún en sus manos y ordenó a que lo colocaran en un florero justo en el salón principal, era un ramo simple pero lucía elegante en el enorme salón.

-bienvenido Hokage sama – le saludaron sus sirvientes al verlo regresar.

Minato saludo a sus sirvientes y agradeció a sus guardias por su servicio educadamente, éstos se retiraron, quedando sólo en su enorme y elegante “casa”. Comenzó a subir las enormes y largas escaleras en dirección a su cuarto que se encontraba bastante más alejado de lo que hubieran deseado sus adoloridos pies.

Caminó cansinamente por los bonitos e iluminados pasillos, de vez en cuando dirigía una mirada hacia las afueras del palacio por los enormes ventanales, era una vista hermosa… más allá de las fronteras del pueblo se podía apreciar es tupido bosque en toda su extensión, iluminado sólo por la azulina luz de la luna.

Se encontraba caminando por aquellos pasillos cuando de improviso sintió unos pasos sigilosos que lo seguían, enseguida se puso en guardia para defenderse de cualquier posible atacante… él estaba protegido por muchos y excelentes guardias ya que era el Hokage, pero ante todo era un muy buen shinobi y nunca se permitía bajar completamente sus defensas.

Estaba siempre en alerta, su país había llegado a ser demasiado próspero y tenía muchos enemigos provenientes de muchos otros países, gente importante que manejaba grandes industrias y uno que otro ninja que buscaba obtener su posición. Estaba plenamente consciente de ello.

Estaba listo para defenderse cuando de pronto una figura pequeña y de contextura delgada apareció corriendo a toda velocidad hacia él. Se abalanzó ágilmente dando un salto con mucho impulso, tanto que casi lo tira al suelo. Ese pequeño ninja tenía una cierta habilidad para confundirlo, algo que nadie más lograba hacer… era su pequeño problema.

-¡papi! – dijo emocionado un pequeño rubio que se parecía en muchos aspectos y en demasiadas cosas a él.

Solía arrojarse con efusividad al Hokage cada vez que lo veía y esto nuca dejaba de tomarlo por sorpresa, estaba convencido de que el chiquillo tenía una habilidad especial para ello. El Hokage siempre estaba ocupado o su pequeño niño tenía clases, por lo que no podía verlo con mucha frecuencia, por eso que cuando se encontraban disfrutaba el momento al máximo, la mayoría de las veces era en la noche… cuando no había nadie merodeando para reprenderlos o algo por el estilo. Le entristecía no poder disfrutar tantas horas como hubiese deseado con su pequeño hijo.

-¡Naruto! ya te dije que no te arrojes de esa manera. – dijo el hokage, intentando lucir enojado… sin mucho resultado. Pronto su adorable criaturita cumpliría siete años, tenía una contextura muy delgada, sin embargo tenía mucha fuerza, probablemente se debiera al kyuubi que se encontraba sellado en su interior, naruto lo sabía desde hace mucho, pero su inmadura cabecita no parecía comprender que tenía un demonio dentro, de hecho parecía tenerlo en cuenta pero sería lo mismo que si no lo supiera. Tampoco es como que Minato quisiera que su hijo la pasara mal sabiendo aquello, pero su ingenuidad y entusiasmo siempre lograba sacarle su mejor sonrisa.

Admiró al pequeño que tenía entre sus brazos, probablemente fuera el ser que más amaba en la tierra, tenía sus mismos ojos, pero reflejaban una ingenuidad adorable y eran de un azul que podía dejarte sin aliento, sin duda su hijo llegaría a ser incluso más popular que él. Tenía la piel bronceada, pero muy clara y en su hermosa carita tenía marcados unos simpáticos bigotes de zorrito que le combinaban a la perfección con los finos rasgos de su cara.

-es que te extrañaba mucho papi. – le soltó de repente el pequeño Naruto, haciendo un puchero casi imperceptible y dirigiéndole una mirada que odiaba… siempre lograba lo que fuera que quisiera de él y es que simplemente no podía evitarlo.

///////////////////////////////////////

Pasadas unas pocas semanas, los preparativos estaban listos, había llegado el día en que celebrarían los siete añitos recién cumplidos del hijo de Minato, el hokage. El niño estaba en su habitación, rodeado por las mucamas que intentaban en vano arreglar al niño… estaba demasiado entusiasmado como para lograr quedarse quieto. Era querido por todas ellas, reían de sus locuras dentro de la habitación mientras intentaban reprimir sus inevitables carcajadas y vestir al inquieto rubio.

Kushina estaba espléndida, llevaba un vestido largo y hermoso para la ocasión, caminaba y se mordía las uñas de puro nerviosismo, era una madre muy preocupada y en ciertas ocasiones –lo admitía – algo sobreprotectora. Era lógico que el día del cumpleaños de su primer y único hijo estuviera emocionada, y los nervios de no poder ir a verlo y agarrarlo a besos no le ayudaba en nada para quitarse la ansiedad de encima.

-              ¿Qué sucede mi hermosa princesa? Luces nerviosa… - le preguntó Minato, quien no se quedaba atrás con su elegante traje, con un tono tierno y ojos enamorados. Su hermosa esposa lucía como un ángel ante sus ojos y no estaba demasiado equivocado de la realidad, no era por nada que la inusual pareja fuera tan alabada.

-              No es nada… - respondió distraídamente, al poco tiempo volvió a hablar sin poder contener lo que tenía para decir. – es sólo que… quisiera poder arreglar por mí misma a Naru-chan… - terminó por decir.

Minato se acercó a ella con una sonrisa, la tomó cariñosamente por la cintura y le susurró algo al oído.

-              ¿he escuchado bien? ¿Kushina Uzumaki quiere algo y todavía no lo hace? Cada día me impresiono más… - dijo Minato con un tono de sorpresa divertido. – ve y hazlo, nada te lo impide… - le dijo por último y robándole un beso.

-              Hahaha minato no tienes remedio. – le dijo Kushina separándose de su beso y riendo por lo que decía Minato, se separó y se dirigió a la puerta, la abrió y en el momento justo antes de cerrarla por completo, se detuvo y miró a Minato que la observaba embelesado por su belleza.

-              Minato… nada. – dijo no muy convencida, cada día estaba más enamorada de su esposo, si es que eso era posible…

-              ¡Hey! Espera… te ves hermosa. – dijo Minato tomándole de la mano con un pequeño apretón antes de que se marchara, ella le sonrió y le devolvió el beso que había cortado antes. Cerró la puerta tras de sí con una sonrisa boba, se encaminó rápidamente a la habitación de su hijo con las mejillas aún un poco sonrosadas.

Caminaba con una sonrisa de adolescente enamorada cuando de pronto escuchó cosas quebrándose y mucho escándalo en la habitación de Naru-chan. Una gotita apareció en su cabeza al puro estilo anime, sabía que su hijo era algo… ¿Cómo decirlo? Un poco inquieto, pero no dejaba de sorprenderle la energía que tenía su pequeño mocoso.

Entró sin tocar y enseguida se hizo el silencio, excepto por unas figuras de colección que seguían cayendo estrepitosamente por el mueble que estaba peligrosamente inclinado hacia un lado de la puerta, donde ella se encontraba.

De pronto el enojo se apoderó de ella, tomó el mueble con una mano y lo enderezó, deteniendo la gran avalancha de cosas. Las sirvientas tenían una cara de miedo que difícilmente podían ocultar, ya se veían venir el reto de esa mujer que había movido aquél enorme mueble con una sola mano sin siquiera afectarse tan siquiera un poco. Tenían que admitir que Kushina era una mujer encantadora, sin embargo a veces daba miedo… en cuanto algo la enojaba algo en su interior la poseía y para la mala suerte de todos era una mujer muy suceptible.

-              ¿podrían por favor salir de la habitación? – dijo Kushina con una sonrisa tan falsa que llegaba a ser intimidante… las chicas ni siquiera se atrevieron a decir una palabra, era un milagro que las dejase salir sin decirles nada… sintieron compasión por el pequeño niño pero no se detuvieron a darle ningún ánimo… no se les podía culpar, todas temían que la reina cambiara de opinión y las retuviera para darles una reprimenda que no las dejaría dormir por algún tiempo.

Kushina fulminó con la mirada a su niño que sólo atinó a darle su mejor sonrisa para apaciguar la temible furia de una madre…  y funcionó, al igual que a su padre, Naru siempre conseguía todo con sólo una mirada o una encantadora sonrisa.

-              Eso no es justo y lo sabes… - dijo Kushina con la ternura visiblemente marcada en toda su cara. – eres un pequeño manipulador. – le dijo riendo mientras se acercaba a Naru. Lo tumbó en el suelo y comenzó a hacerle cosquillas, el menudo niño carcajeaba y se resistía en vano con sus pequeñas manitas. Luego de un rato de juego, Kushina decidió que se hacía tarde y comenzó a arreglar al rubio a su gusto. Por supuesto que quedó divino y listo para presentarse en su fiesta de cumpleaños.

Kushina lo miró con amor y peinándole su flequillo rebelde le plantó un beso en la frente. – te amo Naru-chan y feliz cumpleaños mi hermoso tesoro. – dijo haciéndole muecas de cariño a las que éste respondió con otra de sus bellas sonrisas.

/////////////////////////////////

Ya era la hora de que el hijo del hokage se presentara, se hablaba mucho del encantador niño, todos decían que era tan hermoso y guapo como su padre. Todos sabían de pequeñas anécdotas que hablaban del pequeño, pero muy pocos lo conocían en persona, pues el hijo del pequeño no iba a una escuela como el resto… no sólo corría el peligro de ser raptado o de sufrir un atentado sólo por ser el hijo de Namikaze Minato, sino que también estaba la posibilidad de que no fuera aceptado por otros niños cuando se enteraran de que Naruto era un jinchuriki.

Todos estaban muy emocionados de conocer a su hijo, en cierta parte también era porque el hecho de conocerlo les daba status bastante mayor. Pero eso no le preocupaba, sólo quería que su hijo tuviera el mejor de los días en su cumpleaños y además los otros niños que habían sido invitados, no se preocupaban por ese tipo de cosas. Naruto ya se había retrasado bastante y la gente comenzó a impacientarse, Minato decidió ir a buscarlo, cuando ya iba por la mitad de las escaleras, se detuvo al ver a su radiante hijo bajando con mucha gracia, más de la que tenían los niños de su edad, seguido por su madre.

En cuanto se dieron cuenta del niño que bajaba, se hizo el silencio en todo el salón… Naruto era un niño hermoso, el prototipo de niño que toda madre desearía. Él ni se inmutó ante esto e ignorando a los adultos, se dirigió rápidamente hacia el patio donde estaban todos los niños jugando en enormes juegos inflables y diferentes entretenciones de todo tipo.

No tuvo ningún problema en integrarse a los otros, se le veía correr alegremente, la fiesta estuvo de la misma forma desde la mañana hasta más o menos después de la hora de almuerzo, donde se sirvieron enormes pedazos de una torta muy fina y de buen gusto, junto a otros aperitivos.

///////////////////////////////

Naruto ya se había cansado de jugar y los demás lo hostigaban demasiado, él era la novedad del día a los ojos del resto. Se escabulló por el tupido jardín de árboles cuando nadie lo observaba… el momento del brindis.

Agradecía muchísimo a sus padres el haberle hecho una fiesta tan fabulosa, pero ya era hora de descansar un poco de las miradas de tanta gente. Caminó dando saltitos y jugueteando. De pronto vio a un niño sentado en la orilla de una gran pileta que curiosamente nunca había visto. Era la primera vez que se internaba tanto en su propio jardín.

El niño se veía solitario y perdido en sus pensamientos, tenía una tez muy blanca y ojos color ónix… era bastante lindo según Naruto, se acercó sigilosamente para asustarlo pero él lo sintió antes. Se hizo el tonto y no lo miró, cuando Naru ya estaba casi detrás de él para asustarlo, el niño se volteó y lo asustó.

Naruto había ido por la orilla de la pileta para no llamar la atención, hasta llegar a donde se encontraba el otro niño, pero cuando el otro le asustó antes que él, le tomó completamente por sorpresa y perdió el equilibrio, cayendo de lleno en el agua de la fuente.

Tragó algo de agua e intentando pararse volvió a caer de espaldas, el niño de ojos ónix se rio a carcajadas de la escena que estaba presenciando. Naruto logró parase luego de algunos intentos fallidos y fulminó con la mirada al otro, pero éste no pareció notarlo.

-              ¿de qué te ríes teme? – preguntó Naru irritado. – no es chistoso… - reclamó con un puchero adorable. El niño de cabello negro se silenció y lo miró con una sonrisa de medio lado.

-              Me río porque eres un usuratonkachi… - dijo sencillamente mientras observaba discretamente al niño que se hallaba todo empapado frente a él, nunca en su vida había visto unos ojos tan azules como aquellos. – y no vuelvas a llamarme teme, dobe. No creí que un niño de tu edad supiera semejantes palabras… y menos uno de tu posición. – volvió a decirle al irritado niño con una actitud arrogante por naturaleza.

-              Y tú no me llames ni dobe ni usuratonkachi! – le respondió Naruto rápidamente con los puños apretados, nunca en su vida lo habían tratado así…

Naruto lo agarró de un brazo y lo tiró a la fuente antes de que el otro tuviera tiempo de darse cuenta de lo que sucedía. El pequeño se levantó en seguida con toda su ropa mojada y una cara de pánico. Ahora era el turno de Naru para reír, se veía como un gatito que fue lanzado al agua.

Sasuke lo miró con odio a través del flequillo que le caía húmedo sobre los ojos y se abalanzó nuevamente contra el rubio, ambos volvieron a caer al agua y se enzarzaron en una guerra dentro de la fuente.

Al rato, los dos estaban cansados y jadeantes, ambos se miraron y explotaron en carcajadas. Ninguno de los dos se había reído tanto en sus cortas vidas y lo estaban disfrutando al máximo.

-              ¿Cómo te llamas Kitsune? – le preguntó con curiosidad el pelinegro.

-              ¿kit… kitsune? – le volvió a preguntar Naruto con curiosidad.

-              Hehehehe no has respondido a mi pregunta dobe… - le contestó el otro divertido ante la carita del pequeño rubio.

-              Me llamo Naru… - comenzó a decir el pequeño cuando fue interrumpido por otra voz.

-              ¡ahí estabas, pequeño revoltoso! ¿Pero qué es todo esto? – dijo indignada la sirvienta al ver al niño completamente empapado y embarrado, mientras lo tomaba de un brazo y se lo llevaba a toda velocidad.

-              ¡nos vemos! Luego volveré a jugar – le gritó Naru al niño de orbes negras antes de desaparecer.

-              No me dijiste tu… nombre… - dijo el niño cada vez más bajito, el rubio ya había desaparecido entre los árboles junto a esa señora que inevitablemente le había arrebatado a su amigo de forma tan fugaz a como había llegado.

-              el niño de pelo azabache se quedó pensativo sentado en la pileta, estaba convencido de que ese Kitsune era lo más hermoso que había visto. Esperó sentado en la pileta un par de horas, tal vez volviera a ver al dobe que tanto lo hacía reír.

-              una sonrisa fugaz cruzó por sus labios al pensar en él.

-  ¿es acaso que tengo una ilusión o Sasuke Uchiha está sonriendo? - preguntó la voz de un chico que tan conocida le era al azabache.

-  no molestes Itachi...- respondió rápidamente la pequeña copia de su hermano mayor.

-  como  sea... es hora de irnos. - le respondió Itachi encogiéndose de hombros, se hizo el indiferente pero por dentro moría de ganas por saber qué había sido capaz de hacer que su amargado hermano sonriera tan sinceramente.

Iban de camino a casa, Sasuke iba a los hombros de Itachi como solían hacer. Sasuke seguía siendo un niño por más que lo negara y ya estaba cayendo en los brazos de Morfeo cuando alcanzó a hacerle una pregunta a Itachi…

-              ¿Volveremos a ver al kitsune?... – preguntó casi en un susurro, Itachi lo miró sorprendido, probablemente ésa era la razón por la que su hermanito menor había sonreído y sin embargo no tenía idea a lo que se refería.

Notas finales:

bien... espero que les haya gustado y prometo actualizar lo antes posible... pero lamento decir que por vacaciones (me voy hoy) no podre subir el suguiente capi hasta por lo menos dos semanas más... pero no se desesperen que prometo hacer una buena historia... o eso espero u.u

bueno besos y nos vemos en el prox. capi!! ^-^ 

NO OLVIDEN DEJAR REVIEWS!!!

porque si no creo que moriré de depresión y no habrá historia para mi fic... hahahahaha nos vemos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).