Sus manos poco a poco se envolvían con más fuerza sobre el cuello de Harry quitándole la vida poco a poco, ¿que mejor forma de morir que en las manos de alguien quien te ama?. Y solo importaba eso, al menos para Draco lo único importante era darle la tan merecida paz a Harry, la paz que le perteneció desde esa noche en que mataron a sus padres, esos años en los cuales tuvo que vivir con los asquerosos muggles de su "familia", la paz que se merecía desde que el moreno le confesó su amor y el solo lo desecho como si de basura se tratase.
Si ahí estaba, por fin.
Se reía cada vez con más locura y lloraba cada vez con más desesperación, Draco Malfoy acababa con una vida, la única vida que le daba sentido a su existencia. Draco miraba como el brillo de los ojos esmeraldas se opacaba, y como de estos emanaban lágrimas de desesperación y miedo, aun a punto de morir su Harry era hermoso. Poco a poco Harry dejo de luchar, sus lagrimas también cesaban y sus gemidos de dolor también se opacaban.
— Casi, ya casi Harry. — le dijo el rubio viéndolo a los ojos con cariño y con una sonrisa, una sonrisa que te promete que todo estará bien y que no habrán problemas en el futuro. Y así, casi terminando de concluir la vía de salvación de Harry Potter, Draco con todas sus fuerzas apretó lo más que pudo. Podía sentir los huesos y la tráquea contraerse mientras que de Harry solo emano un último gemido, el último de esa noche. Harry dejo de respirar, de moverse, de luchar, de llorar y sufrir, Harry Potter murió en manos de Draco Malfoy en la noche de su reencuentro, y el rubio solo reía aun con sus manos alrededor del cuello del moreno, tenía sus ojos esmeraldas abiertos y sin brillo alguno, al igual que su boca con la cual intento con desesperación respirar, sus brazos reposaban a sus respectivos lados al igual que todo su cuerpo, un cadáver fue el resultado de este acto de amor. Lo había logrado, al fin su Harry ya no tendría que sufrir más, ya no tendría que luchar por los demás, ya no tendría que ser un títere y mucho menos volvería a sufrir por su culpa, al fin Harry llegaría a ser feliz junto a su hijo James, al hijo que mato al igual que a su padre.
Y aun así después de muerto Draco no retiraba sus manos del cuerpo, y no dejaba de llorar y ni de reír, sus lagrimas aun caían en la cara del moreno. Cerró sus ojos con fuerza y respiraba con violencia intentando controlar los latidos de su corazón sin éxito alguno, las emociones se agolpaban en su cabeza y corazón, el haber matado a la única persona que lo amaría aun con defectos era un gran golpe mental, inclusive para un demente como el hacer esto equivaldría a otro peso en su vida.
FIN (La Muerte)
CONTINUACIÓN (La vida y el amor)
Draco, aun con sus ojos cerrados sintió como su mano derecha era gentilmente acariciada por un toque gélido. Abrió sus ojos con rapidez, y con un temor y horror se alejo bruscamente del cuerpo de Harry hasta dar a parar contra la pared y caer sobre esta, resbalo con lentitud sobre esta hasta que quedo sentado en el suelo. Sentado veía materializado en una leve forma humana de una persona, la persona que nunca pensó ver en vida.
— ¿James? — pregunto con un leve titubeo y sorpresa. Ahí, justo ahí, al lado del cuerpo de Harry arrodillado se encontraba un pequeño niño como el que veía en sus sueños, Merlín, era tan parecido. James, el primogénito que murió antes de nacer estaba ahí como ángel, de su pequeño cuerpo emanaba una leve luz blanca y amarilla, algo mágico e irreal. Si, en definitiva un ángel. — ¿Es otro sueño? — pensó Draco, era lo más obvio, siempre soñaba con James, Harry y como los asesinaba, pero esto era tan diferente, tan hermoso y bizarro al mismo tiempo.
El niño veía a su padre en el piso, sin vida y con sus ojos abiertos de par en par. Lentamente llevo su pequeña manita hasta el pecho de Harry, justo encima de su corazón y lo bombardeo con una luz blanca celestial. Justo en ese momento Harry Potter empezó a toser con frenesí y a mover ligeramente su cuerpo, estaba vivo!.
Draco no lo creía, no era imposible. Después del trabajo que le tomo quitarle la vida su hijo volvía y se la daba como un regalo, ¿QUÉ ERA ESTO?, ¿una burla de su cerebro hacia el poco juicio que le quedaba?.
— ¿No nos amas? — la pequeña y frágil voz de James lo saco de sus pensamientos para traerlo a la tortuosa realidad. – Papi ¿por qué lo hiciste? ¿No nos amas? –James seguía insistiendo mientras que se acercaba poco a poco a su rubio padre, cuando llego toco la mejilla de su padre, en el mismo lugar en donde Harry lo había tocado hace poco. – ¿No nos amas? – seguía insistiendo pero ahora al borde del llanto.
Draco parpadeaba repetidas veces, no, no lo creía. Pero era James, ERA JAMES. El hijo por el cual pudo haber dado la vida, al cual amaba sin haberlo conocido, y sin saber la razón o el porqué Draco se arrodillo y abrazo a su bebe mientras que ahora lagrimas de felicidad emanaban de sus ojos.
— Merlín, claro… claro que los amo… — dijo con voz fuerte y entre hipidos. — ¡Los amo! ¡Siempre los ame y aun lo sigo haciendo! — ahora su llanto se intensifico aun mas, nunca en la vida Draco Malfoy lloraba por así por alguien, y ahora lo hacía por su hijo y su amado. — ¿Por qué lo hiciste papi? , ¿por qué querías que mi papito te dejara solito aquí? – le dijo James, el cual abrazaba a Draco mientras su cabeza descansaba en su hombro. Draco dejo de abrazar a James y le miro a los ojos, lo miro con sus ojos grises que ya no demostraban frialdad ni demencia, en ellos solo había amor y verdad.
— Yo creí que… — ¿comó explicarle a un niño que asesinaba a su padre por su bien?— Si papito dejaba de estar aquí el seria más feliz, junto a ti, en el lugar en donde te encuentras. ¿No quieres que papito este a tu lado? — le sonrió esperando a que su hijo lograra comprenderlo.
James le miro y arrugo sus finas cejas haciéndolo ver tierno — Shi, shi quiero que papito este conmigo y también quiero que papi también este conmigo… — Draco iba a hablarle con euforia sobre su perfecta solución de muerte para reunir a la familia, pero cerro su boca al ver que James aun no terminaba — Pero entonces yo sería triste si papi y papito dejan este mundo antes de tiempo, aun deben vivir. O eso me dijo mi abuelita. — le dijo con total inocencia y con una sonrisa. Draco frunció sus cejas y se quedo callado, ¿abuelita?, ¿Lily?
— Tu abuelita es…—
— ¡La abuelita Lily!— dijo con orgullo — La abuelita y el abuelito me han estado cuidando, también más personas pero no te puedo contar mas, es un secreto— puso su dedito sobre sus labios en señal de que era confidencial y estaba prohibido — Los abuelitos me contaron muchas, pero muchas cosas sobre mis papis, aunque últimamente han estado tristes y no sé porque— alzo sus hombros para luego abrazar una vez más a su papi. — Pero papi y papito aun no me pueden acompañar, mis abuelitos dicen que aún les queda mucho por vivir y les dicen que aun no se rindan, que el amor vence todas las cosas malas— le dijo al oído James.
Draco abrazo efusivamente a su hijo una vez más para luego sonreír, Merlín, que alegría es el saber que nunca se está solo. Pero su felicidad duro poco en cuanto recordó el pasado.
— James, hijo yo… — paso saliva con dificultad antes de proseguir— Lamento tanto el no haber podido salvarte, yo… lamento mucho el que no estés con nosotros, de verdad lo lamento. Juro que yo hubiera dado la vida por ti pero no quería hacer sufrir a tu papa por lo que me aleje de ustedes y sé que era mi responsabilidad el saberlo pero no lo sabía así que... no lo sabía. — rio nervioso — Hubiera sido un gran padre, yo se que si y todos estaríamos juntos y… - estaba tan nervioso que no sabía lo que decía, o al menos no encontraba las palabras para explicarle la situación a un niño — Yo solo lo hice porque lo amaba, lo lastime solo porque lo amaba. Y fue un tonto al haberlo hecho, al haberlos dejado solos — dejo de abrazar a su hijo y se tapo su cara para llorar una vez mas pero sin que su hijo le viera.
James cogió con una manita la mano de su papi y luego con una de sus manitas le limpio las lágrimas con torpeza y suavidad. — El abuelo dice que el pasado no se puede cambiar, y que se debe dejar así — intento decirlo al pie de la letra, tal como James (abuelo) le dijo que le digiera a Draco cuando lo encontrara. — Dice que te perdonan pero que nunca olvidaran lo que hiciste, y que tampoco olvidaran lo valiente que fuiste al irte y quedarte en la soledad y en la oscuridad, pero te piden que no sigas por ese camino, que por el bien de todos no lo hagas.— termino de decirlo, algo difícil para un niño pequeño. Draco le miro entre sorprendido y orgulloso, ¿valiente él? Nunca lo había pensado de esa forma, y su hijo era la copia de su padre, tan puro y hermoso como Harry. Le sonrió pero esta vez con alivio y con felicidad de verdad, no la falsa que había intentado hacer de su vida. Suspiro con alivio para luego pararse del suelo y seguir viendo a su hijo, en ese momento una luz fuerte empezaba a surgir del techo de la celda, era tan enceguecedora que no pudo mantener la miraba y puso sus manos sobre sus ojos, aun así aun podía ver la luz.
— Papi es hora de irme, los abuelitos me llaman. Dicen que no es bueno que este aquí por mucho tiempo así que tengo que volver— Draco no podía ver nada por lo que se arrodillo una vez e intento buscar con sus manos el cuerpo de su hijo, cuando lo encontró agarro una de sus manos, ya que con la otra se tapaba los ojos, y la estrujo con miedo a que se fuera una vez mas de su vida. — Papi no debes temer, algún día nos veremos otra vez. Te quiero y a mi papito también, prométeme que vivirán y serán felices — James beso la frente de su padre Y Draco sintió como la demencia y su mundo de supuesta felicidad se desvanecía poco a poco hasta que el dragón volvió a ser un humano, un humano con corazón y alma. Draco aflojo el agarre para luego ya no sentir nada dentro de esta y la resplandeciente luz ya había desaparecido. — Lo juro — dijo Draco en un leve susurro para si mismo.
— ¿Draco?— escucho la leve y débil voz de Harry, se quito la mano de su cara y vio al frente en donde antes yacía el cadáver de su amado. Ahí estaba Harry intentando sentarse con dificultad y con las marcas en su cuello aun rojas. Harry se sentó e intento enfocar la vista ya que no tenía sus entes puestos, los intento buscar con sus manos sin resultado alguno, sintió como le eran puestas y luego diviso mejor al responsable que estaba arrodillado enfrente suyo, Draco. Harry le sonrió y volvió a acariciar su mejilla con afecto a lo cual Draco solo pudo hacer muecas de sufrimiento y volvió a llorar. — Harry— abrazo con todas sus fuerzas al cuerpo de su Harry mientras que este le correspondía el abrazo. Draco lo abrazaba como si este se fuera desvanecer, lloraba sobre su hombro, olía ese aroma propio del león que hace tanto no olía ni recordaba, sentía las caricias que lo reconfortaban y más que nada sentía el amor de Harry en todo su esplendor hacia él, porque aunque él no lo digiera él sabía que su Harry siempre lo amaría, incluso si lo hacia sufrir.
— ¿Por qué?... ¿Por qué eres tan imbécil? — le dijo aun en su llanto Draco — ¿Por qué eres tan imbécil y me abrazas después de haberte arrebatado la vida?— termino de decir con su corazón roto y con la culpa viva en sus cinco sentidos.
— Porque amo a un imbécil y siempre lo hare — le dijo Harry abrazándolo aun mas. Esa respuesta desarmo a Draco en su totalidad, ¿aun lo amaba?. Después de tanto y lo que hizo aun lo amaba, en definitiva no había mago más afortunado que Draco Malfoy, contaba con el ilimitado e incontable amor de Harry. Draco se separo un poco de él, lo suficiente para verle a la cara y ver sus ojos. Sus ojos esmeraldas eran tan transparentes, podía ver todo en ellos, desde el amor, afecto, cariño y alivio todos para él, no pensaba volver a ver esos sentimientos y le alegraba el que eso no pasara.
— Lo lamento, yo quería salvarte y te hice una promesa pero esa era la única forma de lograrlo, fui un demente malnacido… — intento explicarle el rubio. Harry pego su frente con la de Draco y los dos cerraron sus ojos, ambos abrazados y sintiendo la respiración del otro en sus rostros.
— Lo sé, lo sé todo — Draco abrió sus ojos para mirarle extrañado— Escuche lo que dijo James, y más que todo lo que dijiste tu. ¡Yo sabía que nos amabas y que todo lo hacías por eso! Yo lo sabia— le dijo con gran felicidad Harry. Y entre ese arrebato de felicidad Draco y Harry se fundieron en un beso, un beso suave, demandante, fuerte, delicado, necesitado y esperanzado, con un beso estas dos almas sentían todo eso y más.
Pero la felicidad no duro mucho ya que fueron separados por el estrepitoso ruido de la puerta de la sala en la que hace minutos se encontraban explotar con violencia, y ahora eran las diversas voces de los mortifagos que se escuchaban hasta las mazmorras, los cuales arrojaban diversos hechizos en contra de la puerta de las mazmorras, Bellatrix no era imbécil.
Draco miro a Harry con desesperación y preocupación, y Harry le vio con decisión y con igual desesperación. Los dos se levantaron del suelo, Harry trago saliva y cogió su varita del suelo para prepararse a luchar. Los leones y las serpientes después de haber salvado a todos los prisioneros, se dirigieron con rapidez a la celda en donde se encontraban sus amigos, y fu su sorpresa el ver como los dos estaban parados con obvio miedo y con sus manos entrelazadas con miedo a perderse el uno al otro.
— ¡Harry debemos irnos ahora! — le dijo Hermi, en un estado de alto pánico. Los demás le vieron de igual forma todos con sus varitas a excepción de Draco ya que su varita la tenía Harry cuando la recogió en la sala.
—¡Bien, pero ellos vendrán con nosotros. Saben que son traidores y los mataran!— dijo Harry, más bien grito Harry por el bullicio de afuera. Todos asintieron y llamaron a Dobby. En un solo viaje Hermione, Ron, Pansy, Thedore y Blaise fueron enviados a la casa en la playa, y en el segundo Dobby tuvo que entrar en la celda, todo hecho así con rapidez para no permanecer mucho tiempo ahí.
Harry cogió una de las manos de Dobby y Draco la otra, y al momento de desvanecerse Draco soltó la mano de Dobby — ¡NOOOOO! — se escucho levemente la voz de Harry.
Y ahí estaba solo, parado en la mitad de la celda con su vista perdida en una de las piedras del suelo. Le prometió a su hijo que viviría y sería feliz, pero aun no era ese tiempo, aún le quedaban muchas cosas por hacer para que su Harry y el lograran la felicidad que tanto anhelaban, sonrió de medio lado y con frialdad. Si esos asquerosos mortifagos querían guerra la tendrían, nunca sabrán que el hijo de Lucius Malfoy sería el perfecto espía y saboteador de su organización. O si, la venganza seria dulce.