Agridulce Pecado…
Capitulo 1: Agridulce…
“El sabor agridulce de tus labios…”
Recostado sobre su cama, mirando el techo, con tristeza marcada en sus ojos, hacia 3 horas que estaba así, con su mirada pegada al techo…
Esperando…
Simplemente esperando….
El reloj dio las 12 en punto, sus ojos se fijaron en aquel reloj de pared que estaba en su cuarto, el cual seguía su curso sin detenerse…
Te has tardado…-murmura aquel chico castaño- otra vez…
Ese chico de pelo castaño y ojos color plata esperaba, esperaba impaciente a su hermano mayor, el cual, como siempre, llegaba tarde a casa. Suspiro pesadamente, no llegaría a verlo.
Se levanto de su cama. Estaba dispuesto a ponerse su pijama, pero…
Escucho como la puerta de entrada se abre…
Emocionado corre hasta la entrada de su casa, y ahí lo ve, su hermano mayor, un chico rubio de ojos color ámbar, el cual colgaba su abrigo en el perchero…
Bienvenido nii-san…-llama el castaño con un tierna sonrisa, el rubio se voltea y lo mira, le dedica una sonrisa paternal
¿Qué haces despierto?... –pregunta mientras se le acerca. Pone su mano en la cabeza del castaño y revuelve sus cabellos- Alphonse no es bueno que te quedes despierto hasta tan tarde…
Lo se, pero…-de imprevisto el castaño abraza al rubio por el cuello y hunde su cabeza en su pecho- ¡¡estaba preocupado!!
El rubio se sorprende un poco, pero lo deja pasar, corresponde el abrazo de su hermano, mientras jugaba con sus mechones castaños, sonrío de forma paternal, en un gesto de cariño, toma al pequeño castaño en brazos, lo carga cual niño pequeño, mientras sonríe de oreja a oreja.
¡¡¡Hermano bájame!!!...-grita el castaño algo sonrojado
Jajaja, te vez tan lindo así… -susurra el rubio mientras carga al castaño de forma nupcial- vamos a tu cuarto es hora de dormir, pequeño hermano menor…
¡¡¡NII-SAN!!!-grita mientras se mueve tratando de zafarse de los brazos del rubio, pero sin éxito.
El rubio llevo al castaño hasta su cama, lo dejo en ella con suavidad, le da un castro beso en la frente, y lo arropa con las sabanas, siempre con aquella sonrisa paternal. El castaño tenia un sonroje muy notorio en sus mejillas, pero, en ningún momento aparto la mirada de su hermano mayor.
Ed…-llama en un hilo de voz el castaño, mientras se sienta en la cama- duerme conmigo hoy, por favor…
Al ya no eres un niño…-lo mira extrañado el rubio- ¿Por qué quieres que duerma contigo, tuviste una pesadilla o algo?
No… solo…-estira su mano y toma el codo del rubio- quiero tenerte aquí…
Hermano, yo…-de un momento a otro el castaño lo abraza por el pecho, atrapándolo en sus brazos- Alphonse….
Quédate…-susurra el menor mientras refuerza su abrazo- quédate…
Alphonse…-toma el rostro del menor entre sus manos, y pega su frente en al frente del menor- no… no me lo pidas… no, por favor, no.
Hermano…-el castaño se lanza a los labios del rubio y le roba un delicado beso
¡NO! –se levanta de la cama y se aparta del menor, dio la vuelta dispuesto a irse, pero el menor lo alcanza y lo abraza por detrás- su… suéltame.
No…-susurra el castaño- no quiero y no puedo hacerlo, si te suelto, te iras lejos de mi…
No, no podemos, Alphonse, esto no es más que un grave, grave error, detente, antes de que ya no podamos ir hacia atrás…
¿Y si no deseo remediarlo, y si no deseo ir a hacia atrás?...-suelta a su hermano y le da la vuelta para poder mirarlo a los ojos- nii-san…
Por favor, detente Alphonse…-susurra el rubio mientras trata de alejarse del menor.
Hermano, tienes una oportunidad…-el castaño lo abraza por el cuello- puedes apártame de tu lado he irte a tu cuarto o puedes besar mis labios…
Es tu decisión Edward...-susurra el castaño mientras se acerca a un poco a los labios de ed.
Alphonse…-susurra, el rubio baja la mirada, hace un movimiento que aparta un poco al castaño de el, pero, seguidamente, lo toma de la muñeca y lo lleva a sus labios, poniendo una mano en la cintura del castaño.
Fue un beso apasionado, desesperado, el cual buscaba con desesperación el sabor de la boca ajena del contrarió, un beso el cual duro hasta que el aire pidió presencia, se separaron con un hilo de saliva en sus labios. El rubio pego su frente contra de el castaño y lo miro justo a los ojos.
Arrástrame… -susurra- arrástrame a este pecado, no dejes que huya, no me dejes ir…
Sabes que no haré…-toma entre sus manos el rostro del rubio- no te dejaré ir…
Este día la noche se ha parado, se ha detenido el tiempo, esta noche, es nuestra, solo nuestra, ámame, ama mi cuerpo como yo amare el tuyo…-se acerca a sus labios.
Soy tuyo…-susurra el castaño mientras se acerca aun más.
Y yo soy tuyo…-se sigue acercando- eres mi amigo, mi confidente…
Eres mi compañero, mi hermano…-murmura a tan solo centímetros de aquellos labios.
Mi amante…
Ambos unieron sus labios, en un apasionado roce, tomando como prisionero, en sus brazos, el cuerpo del contrario.
Tus labios… tienen un sabor…
Agridulce…