Hola soy Karura, este fanfic está basado en la serie kuroshitsuji, la cual es propiedad de Yana Toboso.
La familia del cuervo
Prólogo: Nuevo contrato
Era una noche fría, desolada y oscura, dos sombras conversaban entre murmullos en las ruinas de lo que alguna vez, fue el bello salón de una gran mansión.
Estaban sentados frente a frente, en sillas tapizadas de elegante cuero rojo, uno sostenía una copa de vino, el otro una taza de fina porcelana.
_Bochan… _susurró el mayor con decepción, parecía molesto y vanamente trataba de ocultarlo con una de sus falsas sonrisas.
_Se acabó, no más, prefiero pasar el resto de la eternidad solo, que seguir viéndote la cara _Habló el más joven, sus ojos azules como dos zafiros se volvieron como la sangre cuando oyó la respuesta de su acompañante.
_Bochan, si ese es el caso, permítame cambiar de forma ¿me quiere rubio esta vez o prefiere que siga siendo moreno? _preguntó irónico, logrando que su amo trisara la taza que tenía en las manos.
_ ¿por qué insistes en seguir conmigo? No hay nada que te pueda ofrecer, mi alma ahora no es más que un pozo negro y profundo que no te llama la atención, no estás disfrutando esto, puedo leer todas tus expresiones aunque trates de disimularlas, idiota.
_ ¿puedo preguntar desde cuando le importa que yo me entretenga estando a su lado joven amo? Usted ha sido déspota conmigo todos estos años ¿es que acaso ya no le divierte ver mi frustración?
_...al principio sí, ya que por mi esencia de demonio, era cautivador ver como tu personalidad se volvía más agria día tras día, pero ya no me causa gracia, ni siquiera te regocija comer las almas que tomamos en nuestras noches de cacería.
_no puede culparme por eso my lord, sabe que lo hago por necesidad, el sabor de ellas eran insípidas o repugnantes, incluso aquella alma que se nos antojo tan deleitable parecía un simple pedazo de pan en comparación a lo que su alma fue.
_ ¿tanto así?-preguntó el joven tratando de sonar poco interesado.
_Bochan, su alma era única, la más bella entre los mortales, nunca en siglos aprecié un alma tan perfecta como la suya, noble, orgullosa, admirable, tenía tantos matices que se me hacía agua la boca de solo imaginar el momento en que la tomara.
“de haberte podido dártela lo hubiera hecho, Sebastián… esta existencia infinita… me abruma en la desesperación” pensaba el muchacho bajando la mirada.
_Pero…_continuó el mayordomo_ ya nada se puede hacer, su alma esta corrupta y sucia, aun así no es del todo malo estar a su lado, me he resignado a permanecer junto a usted, así que eso es lo que haré, no voy a abandonarlo my lord.
-¡¡cállate!! Deja de refregarme en la cara que soy el único maldito culpable de tu patética situación y lárgate de una vez, toma tu libertad es una orden-Le gritó.
_Usted sabe que la libertad de un contrato demoniaco es una decisión consensual, no puede ordenarme algo como eso, de hecho según las clausulas del contrato es lo único que no puede ser ordenado, así que continuaré con usted como lo he hecho hasta ahora, es más… le propongo algo.
-¿una propuesta?-Ciel arqueó una ceja ante las palabras de su mayordomo.
_de hecho es por eso que estamos aquí… quería hablarle de esto, pero usted me cortaba cada que tenía oportunidad.
_habla demonio-ordenó con voz autoritaria.
_Admito que cuando se convirtió en lo que es ahora, me desilusioné, usted cambió, se volvió vacío, tan metódico y falso que no me daba gana siquiera obedecerle, pero…
_ ¿pero? la voz del ojiazul a pesar de su frialdad se oía expectante, vio como el hombre de mirada carmesí se levantaba de la silla y se acercaba arrodillándose ante él, se sacó uno de los guantes con los dientes y peinó delicadamente unos cuantos mechones desordenados que cubrían el ojo en el cual aun llevaba el sello demoniaco, prueba de su actual pacto.
_aún cuando su alma se ha vuelto tan oscura como un pozo sin fondo, usted sigue sorprendiéndome, ya no es humano, pero todavía algo de usted consigue atraerme ¿si no es su alma qué misteriosa fuerza podrá ser?_ la boca del demonio viajó lentamente hasta el cuello del menor y subió hasta su oído con sensualidad_ tal vez estoy enamorado de usted y no me he dado cuenta… hasta ahora.
Ciel abrió los ojos de par en par, sonrojado apartó a su sirviente de un manotazo, su rostro estaba completamente desconcertado.
_ ¿q… qué has dicho? ¡Ya deja de jugar Sebastián! no puedes caer más bajo que esto-se burló el muchacho.
_bochan… no, Ciel… firmemos un nuevo contrato, prometo mi absoluta lealtad además de actuar bajo mi propio criterio sin la necesidad de más ordenes, le daré todo lo que tenga por ofrecer.
_ ¿a cambio de qué? No puedes tomar mi alma.
_sólo lo necesito a usted_ fue la respuesta del ojicarmín.
_ ¡pero qué clase de respuesta es esa!
_ quiero pertenecerle, ya no más como un sirviente y yo no quiero que me pertenezca solo por un contrato_ dijo comenzando a acercarse nuevamente.
_ ¡no te entiendo ¿qué tratas de decir?!_ bramó Ciel retrocediendo hasta pegarse con el respaldo de la silla, la cercanía del mayor lo estaba ofuscando de una manera que jamás creyó llegar a experimentar.
_cuando los demonios se enamoran de otros demonios Bochan, están obligados a firmar un pacto para que la unión sea bien recibida por la oscuridad suprema y los otros demonios, cácese conmigo Bochan.
-¡¿qué?! ¡¿Enloqueciste?!_ exclamó empujando al mayor con su fuerza demoniaca, estaba consternado ¿acaso Sebastián estaba jugando a alguna especie de juego perverso? Ambos eran hombres y peor aún, él seguía conservando esa forma de crío, seguro que era una broma.
_bochan, escúcheme no estoy bromeando, yo realmente deseo…_las palabras de Sebastián fueron cortadas tajantemente por su colérico amo.
_ ¡basta! ¡Escúchame tú a mí! No puedo soportar tal idiotez, yo no siento cosa alguna por nada ni por nadie, solo esta hambre y desolación, no voy a tolerar que continúes esta absurda charla, de verdad me repugnas… demonio de cuarta_ Aquellas palabras perforaron a Sebastián haciendo que sus ojos brillaran como dos brasas, tomó a Ciel del cuello y lo levantó en el aire, el muchacho comenzó a forcejear para liberarse de su agarre.
_si no le gustan las buenas maneras, tendrá que ser por las malas maneras, tal vez así decida admitirlo y ser sincero consigo mismo Bochan.
_ ¡no… sé de qué hablas! ¡Suéltame!
_ ¿por qué no me ataca? Vamos, hágame mucho daño con sus poderes, haga una grieta en mi pecho o en mi cabeza, así usted sería libre ¿no?_ aconsejó mientras volvía más severo el apriete contra su delgado cuello.
_Se… Sebastián, bastardo… su… ¡suéltame cof, cof! _comenzó a toser, sabía lo que buscaba Sebastián, pero no iba a perder contra él.
_admítalo y solo así lo soltaré.
_ ¡tendrás que aniquilarme!
_ ¿sí? ¿De verdad eso es lo que ansía?
_ ¡¿por qué… por qué titubeas?! ¡Solo hazlo!
_ créame que lo haría sin reparo, pero me he vuelto codependiente de usted, bochan… yo lo amo, eso es algo horrible para un demonio, pero puede arreglarse con un contrato marital, en ese caso… ese sentimiento tan desagradable para nosotros, se convierte en pasión, placer y delirio, lo cual sí es aceptado en el mundo demoniaco, usted también siente lo mismo ¿no es así?, incluso desde antes que se transformara, admítalo… ¡¡admítelo Ciel!!
Los ojos azules del muchacho miraron con dolor al demonio que lo estaba estrangulando, como anhelaba que sus palabras fueran ciertas, lo deseaba desde el fondo de su marchito corazón… susurró como pudo lo que este le dictaba, después de todo ¿qué más podía perder? Si lo traicionaba él mismo se encargaría de causarle sufrimiento por toda la eternidad.
_... sí, lo admito, yo… también… te amo… demonio estúpido_ musitó casi sin fuerzas y en ese mismo instante Sebastián aflojó su agarre, liberándole, tomando al jovencito entre sus brazos y arrullándolo contra su pecho, esbozando una sonrisa llena de dicha y alivio.
_lo amo bochan, lo amo, lo amo, lo amo_ le susurraba con frenesí, sin alejarlo de sus protectores brazos, por su parte Ciel estaba en shock, escuchando esas empalagosas palabras, cerró los ojos sintiendo el golpeteo del corazón del demonio en su pecho, que agradable sensación, pensaba.
_cállate ya, comienzas a ser molesto diciendo esas cosas tan cursis.
_no se contenga Bochan, ¿o tal vez prefiere que se lo demuestre?-Ciel tembló al ver su mirada sexy cargada de lujuria.
_idiota.
_entonces bochan… ¿acepta ser mi esposo?_ preguntó el mayor tomando el mentón de Ciel, contemplando sus mejillas sonrojadas y sus ojos ligeramente acuosos de una emoción que no tenía ganas de compartir.
_sí Sebastián, acepto-enajenado el mayor lo único que hizo fue acercarse lentamente a sus labios temblorosos y los capturó probándolos dulcemente.
El aliento cálido de Sebastián le invitó a abrir los labios, permitiéndole así el paso a su húmeda lengua, Ciel cerró los ojos dejándose llevar … unos segundos más tarde el muchacho le estaba correspondiendo ansioso, sus lenguas danzaban al ritmo lascivo del deseo y la lujuria y hubieran seguido disfrutando del momento, pero tenían una boda que planear.