Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

PASE LO QUE PASE por Ayume46

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Un oneshot que se me ocurrio escuchando una canción.. Quien me mandaria a mi ponerme a escribir cosas romanticas eh? XD

Bueno lo dicho, que este fic lleva restricciones para las personas con poca tolerancia a las pasteladas y demas jajaja

PD: Escuchad la cancion que es muy muy buena eh? "What if" de Safetysuit.

No puedo olvidarlo... lo intento... deberás que hago todo lo que esta en mi mano. Sonrió cada maldita día, pongo mi mejor cara delante de todos ellos, delante de él... Pero cada vez que llega la noche, que el barco entra en calma, que todo el ajetreo y las distracciones se acaban... Es inevitable que acabe en la misma barandilla que esta noche, fumando un cigarro y perdiendo mi mirada en el océano que me rodea. Siempre oí decir que el tiempo cura las heridas, pero comienzo a dudarlo la verdad. Ha pasado un mes entero y no solo este maldito dolor no disminuye, si no que parece crecer con la misma rapidez que me alejo de él. Normalidad? Imposible... En aquel momento comprendí demasiadas cosas que no estaban en mis planes. Todos tenemos secretos, cosas que ocultamos del mundo y hasta de nosotros mismos... Y yo me encontré de bruces con una de ellas, gritándome que todo se acababa.

-Mierda!

Un golpe más la madera... Podía ver las marcas de cada una de las noches que había pasado en el mismo lugar, apenas visibles, pero que me recordaban aun más por que estaba allí. Mis escapadas nocturnas no eran un secreto para todos, sabía de sobra que cierta morena hacía tiempo lo sabía, incluso había intentando razonar conmigo... Yo rechazando la ayuda de una de mis damas? En serio ese imbécil había cambiado más en mi de lo que creía, mucho más. Apoyé mis brazos en la barandilla, ocultando mi mirada bajo mi pelo. Inevitable... Sabía perfectamente que no podía hacer nada contra ellas, pero era incapaz de aceptarlas. Cada una de esas gotas resbalaba por mis mejillas, cayendo hasta perderse en esa inmensidad de agua.

-Siempre tan decidido, tan fuerte... Incluso en ese momento ni siquiera dudaste...

Podía ver en mi mente con tanta claridad esas imágenes como si sucedieran delante de mis ojos, como si otra vez estuvieras de nuevo en medio de esas ruinas, desvaneciendome por su golpe... Dejándolo solo de nuevo.

-Mi vida por la tuya... Ridículo... Para hacer un cambio así deberían valer lo mismo.

Era tan sencillo, las palabras salían tan fácilmente... Solo el viento las escuchaba, la única respuesta era el sonido de las olas chocando contra el barco...

-Si sabrías lo que paso por mi mente en ese momento... Si te dieras cuenta de lo que realmente significaban esas palabras...

-Entonces, dejame escucharlo.

Ni siquiera fui capaz de volver mi vista, mi cuerpo estaba agarrotado, incapaz de mover un solo músculo. Estaba ahí, justo detrás de mi, quizás a un par de metros por lo que pude calcular por la lejanía de su voz.

-Estoy esperando, cocinero.

Las palabras se amontonaban en mi mente, contándole mi secreto, contándole lo que hacía un mes que me robaba hasta el sueño. Como no sentí sus pasos antes? Ahora eran como un martilleo en mi cabeza, acabando con mis nervios.

-Creo que lo oíste verdad? Eres un idiota, pero no tanto.

Mis puños se apretaban con fuerza, tratando de darme un poco de serenidad, la necesaria para aguantar esta conversación que tanto temía.

-Simplemente hice lo que tenía que hacer y punto.

“Por que será que me esperaba una respuesta así de ti, marimo? Siempre poniendo tu orgullo y tu honor delante de todo... La verdad tengo envidia...”

-Así que dejate de estupideces cocinero y no te preocupes si?

-Estupideces dices?

-Exacto. Somos nakamas no? Puede que no sea el tío más expresivo del mundo, lo sé... Pero sabéis que daría la vida por cualquiera de vosotros.

Se estaba sincerando por una vez, estaba hablando conmigo sin nuestras habituales peleas e insultos... pero lo único que podía recordar de sus palabras, lo único que se quedaba en mi mente quemando era el “nosotros”. Nakamas... cualquiera de vosotros... Era lo que debía esperar, lo lógico... Sin embargo era un maldito egoísta, quería ser Sanji, el cocinero, el cejillas... No uno más!!

-Tienes razón... Debías salvar a uno de tus nakamas...

-Tu dándome la razón? Increíble cejillas jajaja!!

Me quede estático, debatiéndome entre si seguir esta maldita conversación llena de mentiras o salir de allí y alejarme de él, huir de todo el máximo tiempo posible, aunque supiera de sobra que todo esto acabaría por alcanzarme y hacerse insostenible.

-Oye.... Sanji?

Noté su mano sobre mi hombro, y toda mi fachada se desmorono como un castillo de naipes.

-Sanji? No! Soy uno de nosotros.... un nakama como otro cualquiera...

No tenía que haberlo dicho, me arrepentía de cada una de las palabras que acababa de decir... pero la rabia parecía estar a punto de consumirme.

-A que viene todo esto? No se que narices te pasa pero...

Me obligó a volverme dejándome al descubierto. Por mucho que ocultara mi mirada bajo mi largo flequillo los rastros salados en mi cara eran demasiado visibles. No dijo una sola palabra, solo sentí su mano sobre mi cara, como si tratara de comprobar que sus ojos no le engañaban.

-Mirame.

Mirarle? Exponer mi vergüenza delante de él? No podía... Sentía que incluso respirar se me hacía pesado. Esa presión, esa sensación de que estaba dinamitando todo lo que teníamos, que estaba acabando con lo poco que quedaba entre nosotros.... Aparté su mano de un golpe, dejándolo completamente asombrado. Era el momento perfecto, necesitaba huir. Sabía que no serviría de nada, que volvería a encontrarme con él, que no dejaría las cosas pasar... Pero sería otro momento, el después no me importaba ahora mismo. Si, estaba corriendo, huyendo como un triste cobarde. Si tan solo podía llegar al interior, encerrarme en cualquiera de las salas y ocultarme... Iba tan centrado en mi objetivo, en mi miedo... Que no lo vi hasta tenerlo frente a mí. Mi única salida era guardada por él, por esos ojos expectantes buscando respuestas.

-Por que?

La pregunta más simple del mundo... pero la más difícil de contestar para mi. “Por que tengo miedo, por que soy un cobarde, por que pensé que te perdería para siempre... Por que, a pesar de como te trato, a pesar de que demuestro todo lo contrario... te amo.” Se acercó lentamente a mi, acortando la distancia que nos separaba, dejándome un poco de espacio, el justo para colarme y....

-Contestame.

Intenté zafarme de él con todas mis fuerzas, solo consiguiendo caer al suelo. Sus brazos me agarraron frenando el impacto, dejándonos tan cerca que podía sentir cada una de sus respiraciones agitadas contra mi. Esto sobrepasaba mis propios limites. Su olor, su calor... Todo parecía impregnarse en mi cuerpo, haciéndome prácticamente imposible controlarme.

-Suéltame... por favor...

Era mi ultimo recurso, la ultima oportunidad de huir de mis propios deseos.

-Por que debería?

Esa maldita sonrisa... Por que tenía que sonreír así? Por que! Comencé a desahogarme contra su pecho, dejando a mis puños golpearle una y otra vez, como si con ellos consiguiera algo, como si pudiera borrarla de su cara. Una de mis manos fue agarrada con fuerza, frenando en seco mis movimientos. Su mirada era completamente diferente, tanto que me hizo temblar durante un segundo. Intentaba moverme pero incapaz de separa mi mirada de la suya, de mover aunque fuera un misero musculo.

-Basta.

Mi cuerpo se tenso de inmediato, mientras sentía sus labios contra los míos y su mano soltaba lentamente el agarre, al mismo ritmo que mi cuerpo se adueñaba de la situación, que dejaba de pensar y me dejaba llevar. No sabía lo que significaba aquello si lo hacía por pura compasión o cual era su motivo... Pero que más daba? Llevaba deseando sentirle así hace demasiado tiempo.

-Zo...ro...

Solo fue un susurro, un leve sonido con el poco aire que me dejaba disponible entre esos besos que parecían arrancarme la vida lentamente. Comenzaba a desesperarme, a necesitar cada vez más y más de él. Ahora parecía capaz de cualquier cosa, mis músculos que antes no me dejaban mover un simple dedo ahora respondían fácilmente. Utilice mis piernas para deshacerme de él, dejando apenas a un metro de distancia de mí. Pude ver la sorpresa en su rostro, mientras continuaba parado en el sitio, esperando mi reacción. “De verdad piensas que huiré de nuevo? Como si ahora pudiera...” Me deshice de mi camisa, invitándole con la mirada a imitarme. Mis miedos seguían ahí, observando todo desde un segundo plano. Dar marcha atrás era ya totalmente imposible, lo sabía muy bien. Por que no seguir con mi egoísmo y conseguirlo aunque fuera por una vez? “Una vez roto ya no puede arreglarse, verdad?” Apenas había dejado su pecho al descubierto cuando me acerqué hasta él, lamiendo cada pequeño desnivel en su piel. Sus manos descendían lentamente por mi espalda, quemando cada lugar que acariciaban. “Más.. quiero más... Lo quiero todo!” Apoye mis manos en su pecho, venciendole con mi peso hasta que su espalda toco el suelo. Seguía bajando, hasta deshacerme del resto de su ropa, dejándole desnudo ante mis ojos.

-Cocinero...

Parecía que no era el único impaciente... Me deje besar de nuevo, mientras sus manos se deshacían de la poca ropa que aun se mantenía sobre mi cuerpo. En cuanto ambos estuvimos desnudos roce su cuerpo contra el mio, dejándome envolver por el calor que desprendía, mientras sus manos se aferraban con fuerza a mis caderas. Cedí, dejando que me acercara hasta él, que sus manos llegaran hasta mi miembro.

-Mmmmm... ahh...

Cerré los ojos y dejé que mis deseos me guiaran. Pude sentir como se erguía hasta sentarse, como hacía lo mismo conmigo, dejándonos cara a cara. Cogío nuestras hombrías, masajeandolas juntas. Tuve que dejar que mi cabeza reposara en su pecho, era incapaz de mantenerme. El placer nublaba mi mente casi por completo... pero en esos instantes de lucidez, en esos pocos segundos, mi mente se llenaba del miedo y de la inseguridad que había ocupado el último mes de mi vida. Me sujete con fuerza a su espalda, clavando mis uñas en su piel, intentando evitar que todo se desvaneciera como si fuera un sueño... evitando que se alejara de mi. Mi cuerpo temblaba, aunque era incapaz de distinguir si se debía a ese inmenso placer o a las lágrimas que reprimía en mi interior. “No llores... otra vez no... por favor.. no quiero que esto termine!!” Ni si quiera se movió, aunque sabía que tenía que doler... Solo utilizo su mano libre para atraerme más aun, para pegarme tanto a su pecho que podía oír cada uno de sus latidos. No lo resistí más, dejándome ir sobre su pecho, sintiendo como él también me acompañaba.

-Lo siento...

Mis ojos se abrieron como platos por la sorpresa, dejando que mis manos se relajaran hasta que mis brazos cayeron a ambos lados de mi cuerpo. Sentirlo por que? Yo fui el único que no pudo protegerlo, el idiota que solo se dio cuenta de lo que tenía cuando estuvo a punto de perderlo... yo... yo....

-He sido un maldito cobarde Sanji.....

-Cobarde tu?

-Crees que no sabía lo que pasaba? No soy tan tonto como crees...

-Que?

-Desde hace un par de semanas te observo, cada noche, en el mismo sitio... y hasta hoy fui incapaz de decir una misera palabra! Siempre escondido de ti, aparentando que nada importaba...

Apreté mis puños con fuerza, sin saber que decir o hacer... sin saber lo que realmente significaba esta conversación.

-Tan solo dejame arreglarlo, por favor....

-Tu no tienes nada que arreglar, soy yo quien...

-No eres uno más cocinerucho.

Levantó mi rostro con sus manos, haciendo inevitable que le mirara. Ni una palabra era capaz de salir de mi, solo podía mirarlo mientras esas lágrimas traicioneras me delataban de nuevo.

-Pase lo que pase, se ponga quien se ponga en nuestro camino...

Su cara volvió a mostrarme esa sonrisa tonta que solía mostrarme, esa que hacía tanto tiempo que no veía.

-Estaré siempre contigo.

Ni siquiera dude, mis manos se levantaron por si solas, enroscándose en su cuello atrayéndolo hasta que nuestros labios se unieron. Nuestras lenguas jugueteaban torpemente, demasiado apasionadas para controlarse. Mi corazón parecía apunto de salirse de mi pecho, mi cuerpo y mi mente solo me pedían darle lo único que tenía... a mí. Levanté mis caderas, rozando su entrepierna contra mi entrada, haciendo que deshiciera el beso durante unos segundos.

-Sanji... todavía no...

Sellé de nuevo sus labios con un beso, ayudándome de mi propia mano para introducirle dentro de mí. Podía sentir el dolor recorrerme, haciendo que mi cuerpo se tensara y mi boca dejara de devorarle.

-Más despacio... ahhh... te dolerá... ahhh!!

Deje caer mi peso, notando como me llenaba con su miembro. Que me dolería? Podría decirse así... Pero que podía compararse con todo lo que había sufrido este ultimo mes? “Acepto este dolor... por que para mi es el paraíso, marimo.”

-Ahhh... muévete... por favor... ahhh...

Todo su autocontrol se deshizo con mis palabras, moviéndose en mi interior, saliendo y entrando, haciendo que el dolor dejara paso a ese exquisito placer que me hacía perderme sin remedio. Con cada nuevo movimiento se internaba aún más, logrando rozar algo en mi interior que me hacía gritar.

-Yo... ahhh... tan estrecho... no aguanto...

Él no era el único en el limite, podía sentir como todo mi cuerpo temblaba en sus manos anunciando mi final. Lo sabía... ambos lo sabíamos... pero no pude resistirlo, no pude aguantar sin decirle de una vez por todas la verdad.

-Ahhh.. te ahhhhh!!

Sus labios apresaron los míos, dando una estocada más, llevándonos a ambos la éxtasis. Lentamente mi cuerpo se recuperaba, mientras nuestros labios bajaban la intensidad de sus juegos hasta liberarse, dejando que un hilo de saliva resbalara por sus labios. Ambos nos quedamos un segundos en completo silencio, mirándonos, esperando por quien rompería esa silencio...

-Jajajajajaja!!!

-Zoro?

Ese musgo seguía riéndose a carcajadas como el gran idiota que era... terminando por contagiarme también a mí.

-Estúpida cabeza de alga... jajajaja!!

-Lo que tu digas... E-R-O-C-O-O-K jajajaja!!! Mira que sin saberlo acerté con el apodito eh? Jajaja!!

Los colores se me subieron a la cara, escondiéndome como podía de su mirada.

-Lo mejor sera que el cocinerucho aquí presente se vaya hacer el desayuno, esta casi amaneciendo.

Me levantaba ya dispuesto a ponerme la ropa cuando noté como se agarraba a mi pierna, dejando a su cabeza descansar sobre ella. Iba a volverme para reclamarle cuando sus palabras me detuvieron.

-Prometemelo...

-Marimo?

-Tu no eres él único que tubo miedo...

Ni siquiera me moví solo me mantuve quieto junto a él, mientras observaba al sol salir lentamente por el horizonte. Esta era nuestra vida, la que elegimos al hacernos piratas y aún así...

-Pase lo que pase marimo... Te lo juro.

Notas finales:

Bueno.. espero que no me tiren tomates que esto no es lo mio... Aunque ami me gusto!!

BESOS!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).