Pérdida.
Te estabas muriendo entre sollozos opacados por la fuerte canción que te sumergía a tu pasado. Los recuerdos y las lágrimas te iban matando lentamente, eran veneno en tu cuerpo, se infiltraba lentamente por tus venas contagiando a tu sangre, aquella sustancia verde que bobamente creías que era roja, tan roja como la pasión que un día te invadió.
¡Lo amas!, lo amas tan patéticamente que hubieras dado tu vida por él, le hubieras regalado tu corazón en una caja con el listón de tu felicidad, porque tontamente si él era feliz, tú te conformarías con también serlo. Aunque fuera una lejana realidad. Porque él era feliz y tú te estabas pudriendo en tu miseria.
Te aferraste a tu almohada mientras un grito salía de tu boca, un grito aterrador que estaba enterrado en lo más profundo de tu garganta, un grito que a cada segundo quería salir y consumir tu vida.
Lástima que un grito no te haría ese favor.
Giraste en la cama tratando de opacar aquellos susurros dónde Sasuke te decía que no te amaba, que sólo te habías utilizado para que otra persona se fijara en él, que a él no le importaba tu estúpida existencia que era tan remota en su vida.
Sasuke te había hecho caminar sin zapatos sobre los vidrios de una mentira, que a cada paso se clavaban más en tus entrañas, y aunque la sangre se escurriera entre tus lastimados sentimientos, a él, simplemente le daba igual.
¿Planeabas correr? Lástima, tu sentimentalismo siempre te perseguiría.
Podrías correr, pero no esconderte.
Apretaste fuertemente los ojos y contaste hasta diez, pensaste que sería el despertar de tu pesadilla, sin embargo, al sentir tus mejillas húmedas, tus ojos infestados de lágrimas y tu alma hecha pedazos, supiste que no era ningún mal sueño y lloraste con más empeño.
La realidad te había bofeteado.
El dolor no se iría, no importaba cuanta medicina usarás para tratar de calmar las llamas de miseria que te consumían poco a poco, porque a cada segundo te ibas hundiendo más y más en el fango. El lodo se enredaba a ti como una planta trepadora, te encajaba sus espinas y te arañaba derramando tus lágrimas.
Estabas perdiendo la razón y con ello la inteligencia de la cual presumiste. Te estabas aferrando a la imposible y olvidándote de que los sentimientos sólo te hacen débil. Te estabas consumiendo a ti y el hambre de amor renacía entre los escombros que creíste olvidados.
Estabas delirando por sus besos y caricias, estabas pasando la metamorfosis del dolor oliendo su esencia, te estabas marchitando en tu frío invierno por su falta de calor, te hundías en las aguas del naufragio haber si así se perdía tu infinito amor.
Pero al final de la canción te rendiste.
Sabías que ese amor jamás desaparecería, aunque lo cubrieras del más bello maquillaje.
Sasuke te había arruinado, había deshecho tu voluntad y se había adueñado de tu alma, para conseguir lo que tanto quería, lástima que eso no fueras tú, Sakura.
Naruto se había llevado tus sueños, a tu príncipe, y todos aquellos años que querías pasar a su lado. Aquél rubio de ojos azules te robó la felicidad, mientras que Sasuke se burlaba de tu ingenuidad.
Porque para aquél azabache que te arrebató el corazón, estaba perdidamente enamorado de Naruto, y para tu desgracia, aquel amor era reciproco.
FIN.