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Culpable por Lucila

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Notas del fanfic:

Esto inicio como una historia al azar, haber que salía, luego Ewah Yeong me pregunto ¿como diablos mataría a Tea Gardner? pues yo, con un enorme rodeo y una trama rebuscada acabando en algo mas extraño que el inicio...

bueno... ¿querian mas motivos para odiar a Tea Gardner? pues si alguien sigue esta trama veran a que me refiero...

espero que les guste

 

Lucila!

Notas del capitulo:

 

   Aun no dormía a profundidad, pero si tratara de abrir los ojos sería algo tremendo, escuchó algún movimiento en la cocina pero no le dio importancia, su padre solía dejar la ventana abierta y algunos gatos callejeros entraban ocasionalmente para buscar algo de comida sobrante, ya estaba durmiendo, aun así sus sentidos le advirtieron que su puerta se había abierto, pero igual no presto atención puesto que su puerta no tenía cerrojo, se abría sola en ocasiones, y perdió el sentido por momentos, incluso se sintió soñar, fue tremendamente relajante hasta que sintió un peso posarse encima de él, no pudo moverse ni emitir sonido, no supo si en realidad algo se había tendido sobre él o era uno de esos sueños raros, sin embargo sus dudas se disiparon cuando una mejilla suave toco la suya propia, un aroma varonil llego hasta sus fosas nasales, abrió los ojos con pesadez e intento voltear para ver quien rayos lo estaba molestando

 

***LOS PERSONAJES DE YU-GI-OH NO SON MIOS SI NO DE SU CREDOR Y SOCIOS, LA HISTORIA ES UN ABSURDO INVENTO MIO QUE NADA TIENE QUE VER CON LA HISTORIETA ORIGINAL***

Su día había sido largo, tanto que después de bañarse se acostó plácidamente boca abajo como le gustaba, cerro sus ojos  y sintió el peso de sus problemas esfumarse mientras una relajante sensación se apoderaba de su espalda, se abrazo a la almohada y se quedó  dormido

¿Y por qué no? Cierto que su día no había sido fácil pero ¿Qué día lo es en realidad? Sí, su trabajo es complicado pero su vida ya no es tan pesada, desde que su padre había decidió cambiar, ¡ah! cuando se lo dijo se rió, la verdad no le tenía la mas mínima fe, pero aparentemente el tener a su hija menor en la plancha de operaciones y a él mismo en el hospital gravemente herido, a pesar de que no se había presentado ahí, le había hecho reflexionar, poco a poco dejaba el alcohol y ya no era tan agresivo, se le veía limpio y sobrio más seguido y se había conseguido un trabajo para ayudarle, solo tenía un empleo lo que le daba más tiempo para relajarse con sus amigos y estudiar, si, desde entonces sus calificaciones habían subido considerablemente, hasta se llevaba mejor con los maestros…

Aun no dormía a profundidad, pero si tratara de abrir los ojos sería algo tremendo, escuchó algún movimiento en la cocina pero no le dio importancia, su padre solía dejar la ventana abierta y algunos gatos callejeros entraban ocasionalmente para buscar algo de comida sobrante, ya estaba durmiendo, aun así sus sentidos le advirtieron que su puerta se había abierto, pero igual no presto atención puesto que su puerta no tenía cerrojo, se abría sola en ocasiones, y perdió el sentido por momentos, incluso se sintió soñar, fue tremendamente relajante hasta que sintió un peso posarse encima de él, no pudo moverse ni emitir sonido, no supo si en realidad algo se había tendido sobre él o era uno de esos sueños raros, sin embargo sus dudas se disiparon cuando una mejilla suave toco la suya propia, un aroma varonil llego hasta sus fosas nasales, abrió los ojos con pesadez e intento voltear para ver quien rayos lo estaba molestando

-¡qué rayos…! ¡Papá…!- suponiendo que era su padre, reclamo, sintió un frio en su sien que le impidió girarse, el cañón de un arma, reconoció, alguien introdujo unos audífonos en sus orejas y un sonido agudo se escucho por momentos, se quejo un poco

La persona sobre él estaba ahora, sentada a horcajadas en su espalda con las manos recargadas en sus omoplatos, una voz distorsionada dijo –no te muevas cachorro… te va a gustar esto… te lo prometo- acto seguido unos labios se apoderaron de su cuello mientras las manos del misterioso desconocido recorrían su espalda

-¿Dónde está mi padre?- pregunto preocupado intentando forcejear, le habían retirado el arma pero aun el tipo sobre él era más pesado y fuerte aparentemente

-esta con un amigo mío… si doy la orden, tu papi se muere- respondió el desconocido –así que mejor pórtate bien, ¿quieres?-

Un frio sepulcral se apodero del rubio, dejo de moverse y se dejo caer sobre su colchón aferrándose a su almohada –n…no le hagas daño- expreso un temeroso Joey mordiéndose el labio inferior sintiendo asco de sentir esa boca reclamando su cuello

-tú eliges…- pronuncio el tipo –o lo disfrutas y todos felices, o te resistes y tu padre muere… ca… cho… rro-

-al me…nos… al menos déjame ver…te- dijo jadeante pues la mano derecha de su agresor se había metido por su pijama y comenzó a acariciar su pezón provocándole una mescla de rabia y una insana excitación  -por… favor-

-no lo creo- respondió para después atacar su oreja y morderla de forma seductora, para proseguir después –si me vez, te enojaras y no me dejaras continuar- al momento su mano izquierda se metió por debajo del pantalón pijama acariciando su trasero arrancando algunos gemidos grotescos por lo indeseables que al rubio le resultaban

Joey cerro sus ojos miel y apretó fuertemente las funda de la almohada, el extraño se levanto sentándose de nuevo sobre la espalda de su víctima, Joey sintió el filo de una navaja en la parte baja de su espalda y sintió algo de miedo por lo que solo cerro sus ojos y mordió por el lado derecho su labio esperando lo que el extraño fuera ah hacer, sin embargo lo único sintió fue un tirón en su camisa, a pesar de lo distorsionado del sonido, adivino que era su camisa rasgándose y supo que no pararía ahí, el extraño se volvió a acostar sobre él y comenzó a recorrer, besar, morder  y acariciar su blanca espalda

-levántate- ordeno la voz firme de su interlocutor –y por tu padre… mas te vale no voltear- Joey solo asintió y obedeció levantándose de rodillas sobre su cama, no pudo ni si quiera intentar moverse pues el frio filo de la navaja acariciaba su cuello, lentamente el extraño deslizo con su mano libre la franela por los brazos del rubio, beso su cuello

Con calma sin saber exactamente por qué, el rubio levanto la cabeza en un movimiento involuntario al sentir las sucias caricias a su cuello y sus pezones, dándole libre acceso a su agresor

El extraño al sentir la docilidad de su víctima no dudó en continuar bajando lentamente, besando aquel cuerpo que le causaba tanto deseo, bajo con sus manos por el torso desnudo del hermoso cachorro bajando hasta el vientre y entrando bajo pantalón, acariciando el flácido miembro de su vulnerado cachorro y acariciando de manera sugestiva su gónadas robándole a su víctima leves gimoteos contenidos en la garganta

El extraño re pegó sus caderas al trasero de su afligido cachorro, provocando que al fin, Joey abriera los ojos de espanto al sentir aquel miembro despierto en su trasero

-b…basta…- dijo en un grave sonido sintiendo mucho más miedo

-no, aun falta mucho- respondió el atacante siguiendo con su sensual actividad, bajo los pantalones de franela y sintiendo que el miembro del rubio despertaba muy lentamente, dejó la navaja de lado y con una sola mano bajo sus propios pantalones, llevo la mano de Joey hasta su propio miembro y ordenó –acaríciate-

Joey sintió su rostro calentarse ante tal orden, en su mente estaba peleando por no excitarse, sabía que lo estaban violando en toda la extensión de la palabra, y a pesar de eso, su mente lo se perdía de momentos, ahora le pedía ese que se masturbara, trago saliva al negarse

-p…piensa en tu… papi- retó el desconocido haciendo retractarse al rubio que comenzó con movimientos lentos y miedosos a su propia intimidad, mientras sentía al extraño removerse detrás de él, en inclinaciones que, Joey adivinaba, eran para sacarse el pantalón

Joey comenzó a perder la noción, su miembro despertaba y sus mano resultaba insuficiente para sentir placer, el extraño al fin, después de eternos instantes volvió su atención a su víctima y recostó al cachorro suavemente, aun boca abajo, la almohada que hacía unos momentos le sirviera a la rubia cabeza de soporte ahora servía de apoyo para levantar las caderas de la víctima, aún sabiendo que la voz que Joey escuchaba no era la suya, se acerco a su lóbulo y dijo –relájate cachorro-

 Lejos de obedecer, Wheeler se tenso mucho mas ante aquellas palabras podía imaginar a que llevarían…

Se sintió libre  por un momento, pero no duró mucho, un dedo se deslizó lo más suave que le fue posible por la estrecha entrada del cachorro, con la otra mano, el desconocido acaricio un muslo y abrió lentamente, luego, con suaves estocadas introdujo cada vez más profundo aquel dedo lubricado, Joey sintió un escalofrió recorrerle, sintió dolor y se quejo, el extraño detuvo su faena y beso el cuello blanco del rubio para relajarlo, pero en vista que no lograba ningún avance simplemente lo ignoró e introdujo un segundo dedo, los quejidos de Joey se convertían en gemidos, leves, acallados por el orgullo del perro callejero, un tercer dedo y ya Joey no supo más de sí, y si a esto agregamos el hecho de que el extraño acariciaba ahora el mimbro del cachorro que crecía incontrolablemente, el hombre tuvo por momento deseos de llevarlo a su boca y probar aquel néctar pre seminal que goteaba del cachorro, pero eso podría mandar al carajo todo el plan de su jefe, así que contendiendo su hambre se dedicó ah hacer sentir al cachorro de otra forma, sus tres dedos daban estocadas tocando cierto punto que el rubio desconocía, pero que le daba un placer insano que lo hacía débil, sus caderas, en contra de su voluntad comenzaron a embestir aquella mano, de manera suave, cuando el intruso lo sintió, saco los dedos de la ahora adecuada entrada y soltó el miembro de su amante –esto te va a doler…- dijo con una voz que a Joey, a pesar del artefacto en sus oídos, le pareció más ronca de lo usual, acto seguido, lo que sustituyo aquellos dedos, fue su propia hombría que, envuelta en preservativo y embadurnada de lubricante penetraba por el, a pesar de la preparación, aun pequeña entrada del rubio, lastimaba a la entrada previamente preparada, fue de una sola estocada, y se detuvo enseguida esperando de nuevo a que reaccionará el rubio, que no tardo tanto tiempo, Joey se levanto súbitamente y abrazándose por detrás del cuello de su victimario con un brazo, con el otro llevo la mano del hombre a su propio mimbro, el otro no perdió tiempo y obedeció con una sonrisa ladina en el rostro, y a un solo ritmo comenzaron una frenética danza, que no pararon, el hombre acariciaba la extensión de miembro del rubio mientras embestía con fuerza, una y otra vez… ritmo que no duro mucho y provoco que el cachorro se corriera en la mano del hombre que con su boca mordía y acariciaba el cuello del rubio mientras el mismo se corría dentro del rubio y llenado el preservativo, pero no por ello haciendo las sensaciones menos intensas…

Joey se dejó caer en su cama, totalmente avergonzado de su propio proceder, echándose a llorar desnudo con el hombre encima de él aun…

-¿Quién eres?- pregunto entre sollozos hipeando constantemente –¿Por qué hiciste esto?, ¿Por qué a mí?-

-no podría decirte… yo tampoco lo sé - contestó el extraño en voz baja –podrías preguntarle a mi jefe pero… has sido el mejor encargo que me han dado…- le dio un beso leve en su mejilla que para nada disfrutó

-¿quién es tu jefe?- pregunto tratando de controlarse en voz muy baja pero el extraño no respondió más, esperaba a alguien así tomo la sabana y la puso encima de sus cuerpos después de unos momentos salió lentamente del rubio y sin descobijarlo salió de la cama y se puso su ropa

Quizá en este momento Joey pudo haber volteado a mirar, pero por alguna razón ya no quiso, estaba demasiado deprimido, entendió que el tipo sobre él solo era un delincuente cumpliendo órdenes, tenia mas curiosidad de saber por la persona que había ordenado se llevara sobre su persona tal felonía, si lo conocía o cual era la razón

La puerta se abrió de nuevo y el desconocido acaricio y revolvio el cabello rubio de su víctima, sin embrago no hizo ni un sonido, era su jefe… Joey percibió la lástima que el tipo sentía por él, intento voltear pero no pudo, de nuevo una pistola en su sien le impidió hacerlo

-haz sido un buen cachorro- dijo una segunda voz –serás bien recompensado… en cuanto todo esto termine-

-m...mi…- intentó preguntar el rubio entre sollozos

-tu papito querido está bien…- respondió la voz modificada del segundo tipo, una voz, que a pesar de aparato resultó más aguda, de una mujer quizá, o de… ¿de un chico tal vez? –Pensé que no te quería, pero ah estado tan preocupado… -dijo con sarcasmo- hasta parece un buen padre, pero esta borracho, es nos facilitó muchas cosas déjame decirte…- luego sintió un dolor punzante en su nalga derecha y pronto todo pareció lejano, se quedo profundamente dormido…

A la mañana siguiente despertó con un dolor palpitante en su entrada y con un extraño ardor en su pierna derecha… tenía unas vendas que no supo a que se debían, miró su propia desnudez, comprobando así que no había sido una pesadilla, levanto las sabanas y había un montón de billetes pequeños entre sus piernas y una nota impresa “gracias por tus servicios” decía, no se tomó la molestia de contar el dinero, simplemente se levanto y se metió a bañar, se quito las gasas de su pierna y miro algunas heridas, aquel tipo, no conforme con marcarlo por dentro, le había dejado marcas en su pierna, suspiró resignado, entro y se vio en el espejo, tenia marcas en la parte de atrás de su cuello, abrió la llave, sintió el agua fría recorrer su  cuerpo paso el estropajo con jabón por cada parte que aquel tipo había tocado sintiendo asco de sí mismo y tratando de olvidar lo mucho que lo había disfrutado…

Notas finales:

Y BIEN???? SIGAN LEYENDO, AUN FALTA MUCHO...


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