Es chistoso como nosotros los dioses y titanes nos hemos enamorados de ellos, unos simple mortales que sin querer nos han robado nuestros pensamientos, sentimientos y hasta nuestro corazón.
Creo que esto no solo me pasa a mí sino que también a mis camaradas inmortales. Estoy seguro que el único que nunca se ha entregado al placer de los mortales es mi hermano ares el como dios de la guerra sea prohibido algunos sentimiento,
En cambio yo si lo he hecho, aunque mi felicidad tardo siglos en llegar, ahora que la tengo contigo todo ese tiempo valió la pena. Por un lado ahora que te tengo a mi lado, entiendo ami hermana Atenas que siempre los quiso proteger hasta con su vida, fuimos ciegos ¿no lo crees?, mientras luchábamos contra ustedes nos íbamos dando cuenta de nuestras equivocaciones ¿Quién diablos dice que no nos podemos equivocar!... por Zeus. Pero sabes gracias esas equivocaciones es que ahora te tengo. Me da risa y vergüenza conmigo mismo como empezó todo
Yo me encontraba en el olimpo furioso no podía explicarme como mi tío el señor del inframundo Hades-sama había fallado en la guerra santa contra atenea, era imposible el uno de los dioses mas temidos y poderosos había perdido ante unos niñatos que se hacinan llamar caballeros y que peleaban en el nombre de la paz. Me hervía la sangre en solo pensarlo yo me sentía humillado ante tal ofensa a los dioses es así como yo mismo planeé la venganza ante atenea y sus mortales. Que peor castigo para mi hermana que quitarle la protección de la tierra y dársela ami gemela Artemisa. Estaba seguro que mi plan saldría a la perfección pasaron unos meses y ya estaba en marcha solo faltaba una señal y empezaría la venganza contra los mortales.
Yo como dios de las artes que soy me encontraba cerca de una fuente tocando la lira cuando siento un extraño pero calido cosmos que siempre me ha llamada la atención.
-Odiseo-pronuncie el es uno de los 3 Ángeles de Artemisa y el que ami siempre me había llamado la atención y que mas tardes se gana un lugar en mi corazón inmortal- que haces aquí a que debo tu presencia en las tierras de los dioses-
-perdón señor Apolo- se pone de pie, tras una pequeña y simple reverencia a mi persona- mi diosa quiere infórmale que el plan esta apunto de empezar- yo asiento, digamos que el mensaje no era lo que me llamaba la atención sino que sus hermosos ojor dorados me hipnotizaron por un pequeño lapso de tiempo.- y para eso me tiene que acompañar hasta su santuario en la tierra.-
-entiendo- y se una pequeña pauta su mirada estaba perdida cuando me hablaba ni siquiera me miraba fijamente eso era algo que me ¿disgustaba?- pero es necesario que baje a ese mundo lleno de inútiles humanos- noto como aprieta su puño, sin querer mis palabras lo hirieron.-
- si señor, es una orden de mi diosa y no la puede romper- dio media vuelta y se retiro-
No podía negarme ese humano me llamaba su atención mas de lo que ami me gustaría, no se que fu lo que mas me atrajo así el quizás su personalidad, su nombre o simplemente su belleza. Me sentía entupido por el nuevo sentimiento que brotaba en mi, en realidad no era nuevo yo lo sentí hace mucho tiempo por un mortal que lamentablemente murió antes mis ojos y yo un dios no pude ser nada desde ese entonces decidí que nunca mas sufriría por un simple humano hasta ahora….
El se encontraba mirando perdidamente así el horizonte en un paisaje hermoso que cualquier pinto quisiera ser espectador para plasmarlo en una de las mas bellas obras de arte que un mortal pudiera apreciar en su vida.
- Odiseo- el me mira por unos segundos y vuelve a mirar al paisajes son esos ojos que poco a poco me estaban cautivando.-
- No crees que es hermoso esto- me miro y yo como tonto asiento- por que los dioses quieren privarnos de esto-suspire-
- No lo entenderías-dio una media vuelta alguien importante una vez me pregunto lo mismo-
- Yo… si lo entiendo-me tomo el brazo y me miraba con… ¿odio o pena? No lo podía descifrar-
- No tu nunca entenderías lo que se siente ser un dios y ver como todo lo que construyes se va derrumbando por culpa de uno simple mortales. Los cuales sus vidas no valen nada ante una de un dios.
- Ya veo- dijo un poco triste, aunque lo trato de disimular- se que para ustedes los dioses nosotros somos simplemente, nada solo sus sirvientes- tras aquellas palabras me soltó, increíblemente sentí que me faltaba algo, ¡grandioso Apolo! Te estas enamorando nuevamente de un mortal para que dime, quieres sufrir nuevamente por alguien que va a morir tarde o temprano.
- Es tiempo de partir- sin mas nos dirigimos al templo de mi hermana-
Así dejando atrás el monte de olimpo nos dirigimos, al de mi hermana, el tiempo parecía transcurrir lento, mi presencia incomodaba a Odiseo. En el trayecto no me dirigió ni si quiera una palabra ¡mortales! Pensaba, quien me manda a enamorarme de uno de ellos y mas encima uno de los Ángeles de mi hermana, ¿seré yo el que tiene la peor suerte en ¡el amor!? Eros necesito una mano en esto no crees. Así ocupe mi tiempo, era mejor que no hacer nada. Por lo menos pude ir en mi carruaje o si no nos abríamos demorados unos días y les juro que no me aguanto un instante más, necesito un beso de él, por mientras. Yo seguiría con mis pensamientos algunas mas sucios que otro si o fuera por que el me hablo.
-Señor ya llegamos- pues claro que llegamos Artemisa como yo le gustaba llamar la atención los pilares de su templo parecían llegar al mismo cielo, cualquiera diría que uno lo podría tocar con su mano.-
- ya veo, llévame con ella ahora mismo- el asintió y bajo su cabeza a veces me pregunto si el sentirá algo por mi, no lo creo, cuando habla de los dioses y especialmente ami lo hace con odio y resentimiento como me gustaría no haberme fijado en el ufff..., pero al fin en las cosas del amor se las dejo a afrodita y Eros.
El me dirijio adentro del templo le decoración era digna de una diosa como mi hermana, al contrario de mi, ella representaba la luna la noche, en cambio yo era el día que nace el sol.
Después de nuestra larga conversación llegamos al acuerdo de atacar ya. Ella era la que se iba amostrar mientras yo iba actuar en la oscuridad. Cuando termino nuestro encuentro me encontré con el que estaba apoyado en un pilar con los ojos serado.
Me acerque lentamente pensando que se encontraba dormido y lo bese, ya no me podía aguantar mas tenia que hacerlo, el sentimiento era mas fuerte que mi voluntad.
-mmm...… Apolo por que…..